miércoles, 22 de julio de 2020

Pequeñas Semillitas 4392

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 15 - Número 4392 ~ Miércoles 22 de Julio de 2020
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Definitivamente, esfuérzate por no juzgar a los demás.
Cada cual trata de ser y hacer lo mejor que puede, en lo que puede o en lo que sabe hacer... lo mismo que vos.
Cada persona se equivoca… lo mismo que vos.
Cada uno está aprendiendo, experimentando… lo mismo que vos.
Nadie es perfecto… lo mismo que vos.
Esfuérzate por no juzgar… aprende a comprender, a tolerar, a respetar y a perdonar… lo mismo que a vos.
 
¡Buenos días!
El cazador y el pescador
La fábula que leerás hoy plantea el tema de la creatividad. Es ésta una notable capacidad del hombre que embellece su vida con sorpresas que ayudan a superar la monotonía y rutina diaria. Dan alegría y contento esos toques de novedad en las lecciones del maestro, en los platos de la mesa familiar, en la organización del domingo, etc. Basta un poco de iniciativa.
 
Regresaba un cazador con sus perros y su producto, cuando encontró a un pescador que también regresaba de su pesca, ambos con sus cestas llenas. Deseó el cazador tener los peces, y el dueño de los peces, las carnes. Pronto convinieron en intercambiarse las cestas. Los dos quedaron tan complacidos de su trato que durante mucho tiempo lo siguieron haciendo día a día. Finalmente un vecino les aconsejó: —Si siguen así, llegará el momento en que por tan frecuente intercambio, arruinarán el placer de ello, y cada uno deseará quedarse solamente con lo que obtuvo.
 
Una persona es creativa cuando se le ocurren ideas nuevas. Ahora bien, las ideas nuevas son la rueda del progreso. Sin ellas reinaría el estancamiento en todos los órdenes. Por eso la habilidad para generar buenas ideas es esencial para alcanzar el éxito, sea cual sea la profesión o tarea de tu vida. Te recomiendo leer “Cómo generar ideas” de Jack Foster, Editorial Norma (1999).
* Enviado por el P. Natalio
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Cantar de los Cantares 3,1-4a
 
Salmo: Sal 62,2.3-4.5-6.8-9
 
Santo Evangelio: Jn 20,1-2.11-18
El primer día de la semana va María Magdalena de madrugada al sepulcro cuando todavía estaba oscuro, y ve la piedra quitada del sepulcro. Echa a correr y llega donde Simón Pedro y donde el otro discípulo a quien Jesús quería y les dice: «Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde le han puesto».
Estaba María junto al sepulcro, fuera, llorando. Y mientras lloraba se inclinó hacia el sepulcro, y ve dos ángeles de blanco, sentados donde había estado el cuerpo de Jesús, uno a la cabecera y otro a los pies. Dícenle ellos: «Mujer, ¿por qué lloras?». Ella les respondió: «Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han puesto». Dicho esto, se volvió y vio a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús. Le dice Jesús: «Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?». Ella, pensando que era el encargado del huerto, le dice: «Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo me lo llevaré». Jesús le dice: «María». Ella se vuelve y le dice en hebreo: «Rabbuní» —que quiere decir: “Maestro”—. Dícele Jesús: «No me toques, que todavía no he subido al Padre. Pero vete donde mis hermanos y diles: Subo a mi Padre y vuestro Padre, a mi Dios y vuestro Dios». Fue María Magdalena y dijo a los discípulos que había visto al Señor y que había dicho estas palabras.
 
Comentario:
Hoy celebramos con gozo a santa María Magdalena. ¡Con gozo y provecho para nuestra fe!, porque su camino muy bien podría ser el nuestro. La Magdalena venía de lejos (cf. Lc 7,36-50) y llegó muy lejos… En efecto, en el amanecer de la Resurrección, María buscó a Jesús, encontró a Jesús resucitado y llegó al Padre de Jesús, el “Padre nuestro”. Aquella mañana, Jesucristo le descubrió lo más grande de nuestra fe: que ella también era hija de Dios.
En el itinerario de María de Magdala descubrimos algunos aspectos importantes de la fe. En primer lugar, admiramos su valentía. La fe, aunque es un don de Dios, requiere coraje por parte del creyente. Lo natural en nosotros es tender a lo visible, a lo que se puede agarrar con la mano. Puesto que Dios es esencialmente invisible, la fe «siempre tiene algo de ruptura arriesgada y de salto, porque implica la osadía de ver lo auténticamente real en aquello que no se ve» (Benedicto XVI). María viendo a Cristo resucitado “ve” también al Padre, al Señor.
Por otro lado, al “salto de la fe” «se llega por lo que la Biblia llama conversión o arrepentimiento: sólo quien cambia la recibe» (Papa Benedicto). ¿No fue éste el primer paso de María? ¿No ha de ser éste también un paso reiterado en nuestras vidas?
En la conversión de la Magdalena hubo mucho amor: ella no ahorró en perfumes para su Amor. ¡El amor!: he aquí otro “vehículo” de la fe, porque ni escuchamos, ni vemos, ni creemos a quien no amamos. En el Evangelio de san Juan aparece claramente que «creer es escuchar y, al mismo tiempo, ver (…)». En aquel amanecer, María Magdalena arriesga por su Amor, oye a su Amor (le basta escuchar «María» para re-conocerle) y conoce al Padre. «En la mañana de la Pascua (…), a María Magdalena que ve a Jesús, se le pide que lo contemple en su camino hacia el Padre, hasta llegar a la plena confesión: ‘He visto al Señor’ (Jn 20,18)» (Papa Francisco).
* Rev. D. Antoni CAROL i Hostench (Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España)
 
Santoral Católico:
Santa María Magdalena
Discípula de Jesús
Es una de las santas mujeres que seguían y atendían a Jesús y al grupo de los Doce, y a las que no siempre es fácil distinguir e identificar. Según la tradición, había nacido en Magdala, junto al lago de Tiberíades, y, abandonada su vida de pecado, había seguido a Cristo. El Evangelio de san Juan nos dice que en el calvario, junto a la cruz de Jesús estaba, con su Madre y otras mujeres, María Magdalena. También nos dicen los evangelios que la mañana del domingo de Resurrección fue María al sepulcro y, cuando lloraba al verlo vacío, se le apareció Jesús, quien le encargó que fuera a anunciar a sus discípulos lo que había visto.
Oración: Señor, Dios nuestro, Cristo, tu Unigénito, confió, antes que a nadie, a María Magdalena la misión de anunciar a los suyos la alegría pascual; concédenos a nosotros, por la intercesión y el ejemplo de aquella cuya fiesta celebramos, anunciar siempre a Cristo resucitado y verle un día glorioso en el reino de los cielos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
* Directorio Franciscano – Aciprensa – Catholic.net
 
Pensamiento del día
“Uno puede orar en las calles, los talleres, las oficinas, las escuelas, y en el recogimiento de la propia habitación o en medio de multitudes. De poco sirve orar por la mañana, si se vive el resto del día como un ateo. La verdadera oración moldea la vida y una vida auténtica exige la oración”
(Alexis Carrel)
 
Historias:
El hombre y el árbol
Hace mucho tiempo existía un enorme árbol de manzanas. Un pequeño niño lo amaba mucho y todos los días jugaba alrededor de él, trepaba al árbol hasta el tope y éste le daba sombra. Él amaba el árbol y el árbol amaba al niño.
 
Pasó el tiempo y el pequeño niño creció y nunca más volvió a jugar alrededor del enorme árbol. Un día el muchacho regresó al árbol y escuchó que el árbol le dijo triste: "¿Vienes a jugar conmigo?" Pero el muchacho contestó: "Ya no soy el niño de antes que jugaba alrededor de enormes árboles. Lo que ahora quiero son juguetes y necesito dinero para comprarlos".
 
"Lo siento, dijo el árbol, pero no tengo dinero... Pero puedes tomar todas mis manzanas y venderlas. De esta manera obtendrás el dinero para tus juguetes".
 
El muchacho se sintió muy feliz. Tomó todas las manzanas y obtuvo el dinero, y el árbol volvió a ser feliz. Pero el muchacho nunca volvió y el árbol volvió a estar triste.
 
Tiempo después, el muchacho regresó. El árbol feliz le preguntó: "¿Vienes a jugar conmigo?"
 
"No tengo tiempo para jugar. Debo trabajar para mi familia. Necesito una casa para compartir con mi esposa e hijos. ¿Puedes ayudarme?"
 
"Lo siento, no tengo una casa, pero... tú puedes cortar mis ramas y construir tu casa con ellas". El joven cortó todas las ramas del árbol y esto hizo feliz nuevamente al árbol, pero el joven nunca más volvió desde esa vez... el árbol volvió a estar triste y solitario.
 
Cierto día de un cálido verano, el hombre regresó: el árbol estaba encantado. "¿Vienes a jugar conmigo?" le preguntó.
 
"Estoy triste y volviéndome viejo. Quiero un bote para navegar y descansar. ¿Puedes darme uno?".
 
"Usa mi tronco para que puedas construir uno y así navegar y ser feliz". El hombre cortó el tronco y construyó su bote y con él se fue a navegar por un largo tiempo.
 
Finalmente regresó después de muchos años y el árbol le dijo: "Lo siento mucho, pero ya no tengo nada que darte ni siquiera manzanas".
 
"No tengo dientes para morder, ni fuerza para escalar... ahora ya estoy viejo".
 
Entonces el árbol con lágrimas en sus ojos le dijo, "Realmente no puedo darte nada... la única cosa que me queda son mis raíces muertas".
 
"Yo no necesito mucho ahora, sólo un lugar para descansar. Estoy tan cansado después de tantos años".
 
"Bueno, las viejas raíces de un árbol son el mejor lugar para recostarse y descansar. Ven siéntate conmigo y descansa".
 
El hombre se sentó junto al árbol, y éste feliz y contento sonrió con lágrimas.
 
Esta puede ser la historia de cada uno de nosotros. El árbol son nuestros padres y maestros. Cuando somos niños, los amamos y jugamos con papá y mamá... Cuando crecemos los dejamos.....sólo regresamos a ellos cuando los necesitamos o estamos en problemas... No importa lo que sea, ellos siempre están allí para darnos todo lo que puedan y hacernos felices. Tú puedes pensar que el muchacho es cruel contra el árbol, pero es así como nosotros tratamos a nuestros padres... Valoremos a nuestros padres mientras los tengamos a nuestro lado y si ya no están, que la llama de su amor viva por siempre en tu corazón y su recuerdo te dé fuerza cuando estás cansado.
 
Y sepamos que siempre tenemos además otro Padre en quien descansar.  
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Alexis Carrel fue un gran médico (1873-1944), galardonado con el premio Nobel de Medicina.
En su libro “Un viaje a Lourdes” narra el comienzo de su conversión al catolicismo. Fue a Lourdes y vio a una mujer, María Ferrand, moribunda. La trasladó sobre una camilla delante de la Gruta de la Virgen y de su corazón angustiado salió este deseo: “Quisiera creer. Virgen María, cura a esta muchacha. Haz que viva y haz que yo crea”. Y ante sus ojos asombrados ocurrió el milagro.
Y escribió Carrel: “Eran las tres de la tarde cuando María Ferrand dijo: “¡Estoy curada!”. Se le dio una taza de leche y se recuperó. El dolor y la tumefacción habían desaparecido. Era una cosa imposible, acababa de realizarse un milagro”. Aquella misma noche Carrel pasó un buen rato de oración en la basílica, pidiendo la fe que necesitaba y decía: “Virgen santa, mi deseo más grande y la meta de todas mis aspiraciones es creer, dame la fe”. Y así, poco a poco, fue recuperando la fe perdida y se convirtió.
 
Pedidos de oración

Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, monjas, religiosas, novicias, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras patologías graves; por los jóvenes, especialmente los que han caído en las drogas o cualquier tipo de adicción, por las víctimas de trata, por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, por lo no nacidos, por la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio. En este tiempo pedimos especiales oraciones por todas las personas que en diversos países del mundo han sido afectadas por el coronavirus, rogando que el Sagrado Corazón de Jesús nos proteja ante esta terrible pandemia, y que con fe y esperanza, y siguiendo las indicaciones médicas de prevención, el riesgo de contagio vaya disminuyendo en todo el planeta.
 
Pedimos oración por la salud de los sacerdotes de México: Benjamín S., Miguel Ángel L. y Abel P., se encuentran graves por Covid 19 y por el seminario de México, donde su rector falleció a causa del Covid 19 también y son cien seminaristas los que están en cuarentena. Que la Virgen de Guadalupe interceda ante Dios por el bien de todos ellos.
 
Pedimos oración para la bebé Pilar, de Santa Fe, Argentina, que nació con muy bajo peso; y su mamá Julieta, delicada por su hipertensión arterial. Que el buen Jesús las acompañe y las bendiga con sus gracias de sanación.
 
Pedimos oración para Rosa Lidia, de El Salvador, América Central, de 72 años de edad, que se encuentra hospitalizada por infección de Covid 19 que le ha provocado neumonía. Pedimos al Padre eterno que la sane y no le queden secuelas de la enfermedad.
 
Pedimos oración para dos personas de Colombia: Rocío J., afectada de Covid 19 y Carlos C., a quien hoy realizan exámenes de próstata, pidiendo para ellos la presencia sanadora del Señor Jesús.
 
Pedimos oración para Ana Rosa, de Rafaela, Santa Fe, Argentina, que será operada hoy de sindrome del túnel carpiano, rogando a Dios que ilumine a los cirujanos a fin de que todo salga perfecto.
Tú quisiste, Señor, que tu hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia. Escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos y conceda a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.
 
Para ‘Pedidos de oración’

Para hacer Pedidos de Oración se deben cumplimentar los siguientes requisitos:
1) Nombres completos y apellido de la persona por la que se pide (no publicaremos apellido o solamente pondremos la primera letra).
2) Ciudad y país donde vive la persona por la que se pide.
3) Descripción del problema que tiene.
4) Los Pedidos de Oración se deben enviar a feluzul@gmail.com  y deben redactarse de manera breve y resumida.
5) Se publicarán sólo los días lunes, miércoles y viernes (salvo alguna situación de extrema urgencia)
 
¡Hasta mañana! con Madre Teresa
Julio 22
Nuestra Señora estaba con San Juan, y estoy segura, María Magdalena era la primera persona que oía el grito de Jesús: “¡Tengo sed!” Ella conocía la intensidad y la profundidad de este ardiente deseo de Jesús. Quería a ustedes y a los pobres. Pero nosotros, ¿tenemos este deseo?, ¿lo sentimos como ella? Tiempo atrás, nuestra Señora me lo pedía a mí, pero ahora soy yo quien, en nombre de María, les pido a ustedes y les suplico: “¡Oye el grito de la sed de Jesús!”. Que esto sea para cada uno una palabra de vida. ¿Cómo acercarnos a la sed de Jesús? El secreto es éste: cuanto más nos acerquemos a Jesús, más conoceremos su sed.
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
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1 comentario:

  1. Buen día, las palabras diarias de la Santa Madre Teresa son un gran estímulo para la Fe en la vida diaria,. Gracias

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