domingo, 19 de julio de 2020

Pequeñas Semillitas 4389

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 15 - Número 4389 ~ Domingo 19 de Julio de 2020
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
En el Evangelio hoy Jesús trata del tema difícil del mal. Personas humanas siempre cuestionan: “¿Por qué existe el mal?” Usualmente se aplica la parábola del trigo y de la cizaña a casos de los malvados. Nos ayuda entender por qué se permiten los malvados vivir entre los buenos. Sin embargo, la parábola nos da la perspectiva de Jesús hacia todos tipos de maldad. Con ella tenemos el razonamiento para abolir la pena de muerte, para no excomulgar a los políticos, y para aceptar las precautelas limitando nuestro movimiento durante la pandemia.
Naturalmente nos cuesta vivir con la maldad. Muchos mayores están sufriendo durante la pandemia por no estar con sus nietos. No estamos seguros qué hacer. En estos momentos tenemos que contar con el Espíritu Santo. Como dice San Pablo en la segunda lectura: “El Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad”. Él intercede ante Dios Padre por nuestro bien pidiendo lo que no es evidente a nosotros mismos. El Espíritu Santo se encargará que recibamos la ayuda necesaria para vivir con la paz.
Jesús nos enseña que tenemos que aguantar algo malo por un tiempo para no perder lo bueno. No tenemos que preocuparnos. Al final de los tiempos Dios castigará a los malos y premiará a los buenos.
* P Carmelo Mele
 
¡Buenos días!
Edad de los sueños
Jesús en cierta oportunidad dijo que al Cielo entrarán los que son como niños. ¿Cómo son los niños? Sencillos, sinceros, humildes, confiados, puros, inocentes… Pareciera que la puerta del Paraíso es tan baja y estrecha que, si no nos empequeñecemos, no podremos entrar. El famoso escritor y poeta Miguel de Unamuno lo expresó en un breve poema:
 
Agranda la puerta, Padre, porque no puedo pasar.
La hiciste para los niños, yo he crecido a mi pesar.
Si no me agrandas la puerta, achícame por piedad.
Vuélveme a la edad aquella en que vivir es soñar.
 
Para lograr esta ansiada metamorfosis, medita con frecuencia en las actitudes del mismo Cristo, manso, humilde y puro de corazón, de quien escribió G. Papini: “La limpidez de su mirada era  la de quien sólo una vez ha nacido y ha permanecido niño aún en la madurez. Infancia intacta que nunca se empañó”. San Pablo nos exhorta, “Revístanse de Cristo”.
* Enviado por el P. Natalio
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Sabiduría 12, 13. 16-19
 
Salmo: Sal 85, 5-6. 9-10. 15-16A
 
Segunda Lectura: Romanos 8, 26-27
 
Santo Evangelio: Mateo 13, 24-43
En aquel tiempo, Jesús propuso a las gentes otra parábola, diciendo: «El Reino de los Cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo. Pero, mientras su gente dormía, vino su enemigo, sembró encima cizaña entre el trigo, y se fue. Cuando brotó la hierba y produjo fruto, apareció entonces también la cizaña.
»Los siervos del amo se acercaron a decirle: ‘Señor, ¿no sembraste semilla buena en tu campo? ¿Cómo es que tiene cizaña?’. Él les contestó: ‘Algún enemigo ha hecho esto’. Dícenle los siervos: ‘¿Quieres, pues, que vayamos a recogerla?’. Díceles: ‘No, no sea que, al recoger la cizaña, arranquéis a la vez el trigo. Dejad que ambos crezcan juntos hasta la siega. Y al tiempo de la siega, diré a los segadores: Recoged primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo recogedlo en mi granero’».
Otra parábola les propuso: «El Reino de los Cielos es semejante a un grano de mostaza que tomó un hombre y lo sembró en su campo. Es ciertamente más pequeña que cualquier semilla, pero cuando crece es mayor que las hortalizas, y se hace árbol, hasta el punto de que las aves del cielo vienen y anidan en sus ramas».
Les dijo otra parábola: «El Reino de los Cielos es semejante a la levadura que tomó una mujer y la metió en tres medidas de harina, hasta que fermentó todo».
Todo esto dijo Jesús en parábolas a la gente, y nada les hablaba sin parábolas, para que se cumpliese el oráculo del profeta: «Abriré en parábolas mi boca, publicaré lo que estaba oculto desde la creación del mundo».
Entonces despidió a la multitud y se fue a casa. Y se le acercaron sus discípulos diciendo: «Explícanos la parábola de la cizaña del campo». Él respondió: «El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del Reino; la cizaña son los hijos del Maligno; el enemigo que la sembró es el Diablo; la siega es el fin del mundo, y los segadores son los ángeles. De la misma manera, pues, que se recoge la cizaña y se la quema en el fuego, así será al fin del mundo. El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, que recogerán de su Reino todos los escándalos y a los obradores de iniquidad, y los arrojarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes. Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga».
 
Comentario:
Hoy, Cristo. Siempre, Cristo. De Él venimos; de Él vienen todas las buenas semillas sembradas en nuestra vida. Dios nos visita —como dice el Kempis— con la consolación y con la desolación, con el sabor dulce y el amargo, con la flor y la espina, con el frío y el calor, con la belleza y el sufrimiento, con la alegría y la tristeza, con el valor y con el miedo... porque todo ha quedado redimido en Cristo (Él también tuvo miedo y lo venció). Como nos dice san Pablo, «en todas las cosas interviene Dios para bien de los que le aman» (Rom 8,28).
Todo esto está bien, pero... existe un misterio de iniquidad que no procede de Dios y que nos sobrepasa y que devasta el jardín de Dios que es la Iglesia. Y quisiéramos que Dios fuese “como” más poderoso, que estuviese más presente, que mandase más y no dejase actuar esas fuerzas desoladoras: «¿Quieres, pues, que vayamos a recoger [la cizaña]?» (Mt 13,28). Esto lo decía el Papa San Juan Pablo II en su último libro ‘Memoria e identidad’: «Sufrimos con paciencia la misericordia de Dios», que espera hasta el último momento para ofrecer la salvación a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de su misericordia: «Dejad que ambos crezcan juntos hasta la siega» Mt 13,30. Y como es el Señor de la vida de cada persona y de la historia de la humanidad, mueve los hilos de nuestras existencias, respetando nuestra libertad, de modo que —junto con la prueba— nos da la gracia sobreabundante para resistir, para santificarnos, para ir hacia Él, para ser ofrenda permanente, para hacer crecer el Reino.
Cristo, divino pedagogo, nos introduce en su escuela de vida a través de cada encuentro, cada acontecimiento. Sale a nuestro paso; nos dice —No temáis. Ánimo. Yo he vencido al mundo. Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin (cf. Jn 16,33; Mt 28,20). Nos dice también: —No juzguéis; más bien —como yo— esperad, confiad, rezad por los que yerran, santificadlos como miembros que os interesan mucho por ser de vuestro propio cuerpo.
* P. Ramón LOYOLA Paternina LC (Barcelona, España)
 
Palabras del Papa Francisco
“Preguntémonos cada uno de nosotros en un examen de conciencia: ¿Cómo es mi fe? ¿Es alegre? ¿Está abierta a las sorpresas de Dios? Porque Dios es el Dios de las sorpresas: ¿He «probado» en el alma aquel sentido de estupor que hace la presencia de Dios, ese sentido de gratitud? Pensemos en estas palabras, que son estados de ánimo de la fe: alegría, sentido de asombro, sentido de sorpresa y gratitud...”
 
Predicación del Evangelio:
Otras tres parábolas del Reino
Sentado en una barca al borde del lago, Jesús continúa su enseñanza en parábolas. El domingo pasado, describió el origen del Reino: el Sembrador. Ahora hay que mirar el trigo que nace. Como miembros activos del Reino de Dios, buscaremos comprender desde el interior su crecimiento.
 
Se plantea una primera cuestión como pasó con los primeros cristianos: ¿Hasta dónde tolerará Dios la persecución de su pueblo? ¿Por qué tantos sufrimientos?... Los discípulos se acuerdan entonces de la parábola del trigo y la cizaña. El Maestro ya había previsto que en su crecimiento el Reino sería discreto como el trigo que germina, apenas visible, presente por todas partes pero nunca cumplido. Se acuerdan sobre todo de la no-violencia predicada por el Hijo de Dios.
 
El Creador eligió libremente dar tiempo a sus criaturas, según la primera lectura del libro de la Sabiduría: “tú, Señor, que dispones de la fuerza, juzgas con indulgencia, nos gobiernas con muchos detalles”. La vida de los discípulos, en todo eso, no tendrá descanso.
 
A veces se querrá arrancar la cizaña para que triunfe en seguida la justicia y la verdad: eso ha dado lugar a cruzadas, guerras de religión, algunas ex comunicaciones. Parece que la imposición de nuestros valores no es la mejor solución para establecer sólidamente el Reino de Dios.
 
Las dos parábolas que siguen invitan por otra parte a mucha humildad. El grano de mostaza parece irrisoriamente pequeño en el secreto de la tierra, como el Reino en sus inicios. Llegará a ser tan grande que un día todos los humanos se reunirán bajo las ramas de un árbol suficientemente grande para todos (ver Ezequiel 17, 23 et 31, 6).
 
La levadura es todavía más pequeña y humilde: se pierde totalmente al mezclarse con la pasta. En la medida en que se pierde en la harina, la transforma. Así ocurrirá con el Reino de los cielos.
* Padre Felipe Santos SDB
 
Poesía
Hagamos un trato 
Si alguna vez adviertes
que te miro a los ojos
y una veta de amor
reconoces en los míos,
no pienses que deliro,
piensa, simplemente,
que puedes contar conmigo.
 
Si otras veces me encuentras
huraño sin motivo,
no pienses que es flojera;
igual puedes contar conmigo.
 
Pero hagamos un trato:
yo quisiera contar con vos,
es tan lindo saber que existes,
uno se siente vivo, y cuando digo esto
no es para que vengas corriendo en mi auxilio,
sino para que sepas
que vos siempre puedes contar conmigo
(Mario Benedetti)
 
Nuevo vídeo
 
Hay un nuevo vídeo subido al blog
de "Pequeñas Semillitas" en internet.
Para verlo tienes que ir al final de esta página
 
Ofrecimiento para sacerdotes y religiosas
  
Formulo el siguiente ofrecimiento únicamente para sacerdotes o religiosas que reciben diariamente "Pequeñas Semillitas" por e-mail: Si desean recibir los comentarios del Evangelio del domingo siguiente con dos o tres días de anticipación, para tener tiempo de preparar sus meditaciones, homilías o demás trabajos pastorales sobre la Palabra de Dios, pueden pedírmelo a feluzul@gmail.com  
Sólo deben indicar claramente su nombre, su correo electrónico, ciudad de residencia y a qué comunidad religiosa pertenecen.
  
Agradecimientos
Imaginemos que en el cielo hay dos oficinas diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por la cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos por las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas" pretendemos juntar una vez por semana (los domingos) todos los mensajes para la segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como respuesta a nuestros pedidos de oración.
 
 Desde Chile llega el agradecimiento a Dios y a las personas que rezaron por la bebita Florencia, de un año y medio de edad, que estuvo muchos días con fiebre alta, que no bajaba, y sin diagnóstico inicial. La familia está muy contenta porque ya no tiene más fiebre y se está recuperando muy bien.
 
Desde Venezuela, Lidia B. agradece al Señor porque la gracia que había pedido hace unos días le ha sido concedida. ¡Gloria a Dios!
 
Agradecimiento a Dios y a las personas que rezaron por: Ana María C., quien regresó bien de Barcelona a Argentina; Mauricio D., de Texas, USA, que se está recuperando bien de la infección del coronavirus; y Verita P., de Lima, Perú, que tiene buena recuperación luego de una segunda cirugía por cáncer uterino.
 
¡Hasta mañana! con Madre Teresa
Julio 19
Las obras de amor siempre son obras de la paz. Cada vez que compartes el amor con los demás, acentúas la paz en ustedes mismos y en los hermanos. Donde hay paz ahí está Dios. Dios nos muestra su amor y se hace presente en nuestras vidas inundando nuestros corazones de su paz y de su alegría.
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
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