PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año
14 - Número 3920 ~ Miércoles 20 de Febrero de 2019
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Amar
es enloquecer diariamente bajo el calor de un astro desaparecido.
Amar
es perderse en la inmensidad del vacío.
Amar
es acariciar el aire impregnándolo de pájaros.
Amar
es abrazar sin retener lo abrazado. Es nacer y morir a cada instante.
Amar
es besar sin dejar huella. Es brillar sin ser estrella.
Amar
es callar cuando se puede...
¡Buenos días!
El labrador y la víbora
“No hay en el mundo fruta más sabrosa que la
sensación de descanso y alivio que se siente al perdonar, así como no hay
fatiga más desagradable que la que produce el rencor. Vale la pena perdonar,
porque no hay terapia más liberadora que el perdón” (I. Larrañaga). “La espiral
de la violencia sólo la frena el milagro del perdón” (San Juan Pablo II).
Una víbora se acercó
arrastrándose donde estaba el hijo de un labrador, y lo mató. Sintió el
labrador un dolor terrible y, tomando su hacha, se puso al acecho junto al nido
de la serpiente, dispuesto a matarla tan pronto como saliera. Asomó la víbora
la cabeza y el labrador le dio un hachazo, pero falló el golpe, partiendo en
dos a la vecina piedra. Temiendo después la venganza del reptil, intentó
reconciliarse con ella; pero ésta repuso: —Ni yo puedo alimentar hacia ti
buenos sentimientos viendo el hachazo en la piedra, ni tú hacia mí contemplando
la tumba de tu hijo (Esopo).
Vivir la caridad cristiana no es fácil. En verdad
está por encima de nuestras fuerzas. Por eso es indispensable suplicar con
humildad y constancia al Señor. San Agustín lo dijo con palabras exactas:
“Dame, Señor lo que me pides. Y pídeme lo que quieras”. En efecto cuando el
amor de Dios nos invade podemos perdonar, soportar y esperar sin límites.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios
Lecturas del día
♥ Primera Lectura: Gn 7, 6-7; 8, 6-13. 20-22
♥ Salmo: Sal 115, 12-15. 18-19
♥ SANTO EVANGELIO: Mc 8,22-26
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos llegan a
Betsaida. Le presentan un ciego y le suplican que le toque. Tomando al ciego de
la mano, le sacó fuera del pueblo, y habiéndole puesto saliva en los ojos, le
impuso las manos y le preguntaba: «¿Ves algo?». Él, alzando la vista, dijo:
«Veo a los hombres, pues los veo como árboles, pero que andan». Después, le
volvió a poner las manos en los ojos y comenzó a ver perfectamente y quedó
curado, de suerte que veía claramente todas las cosas. Y le envió a su casa,
diciéndole: «Ni siquiera entres en el pueblo».
♥ Comentario:
Hoy a través de un milagro, Jesús nos habla del
proceso de la fe. La curación del ciego en dos etapas muestra que no siempre es
la fe una iluminación instantánea, sino que, frecuentemente requiere un
itinerario que nos acerque a la luz y nos haga ver claro. No obstante, el
primer paso de la fe —empezar a ver la realidad a la luz de Dios— ya es motivo
de alegría, como dice san Agustín: «Una vez sanados los ojos, ¿qué podemos tener
de más valor, hermanos? Gozan los que ven esta luz que ha sido hecha, la que
refulge desde el cielo o la que procede de una antorcha. ¡Y cuán desgraciados
se sienten los que no pueden verla!».
Al llegar a Betsaida traen un ciego a Jesús para que
le imponga las manos. Es significativo que Jesús se lo lleve fuera; ¿no nos
indicará esto que para escuchar la Palabra de Dios, para descubrir la fe y ver
la realidad en Cristo, debemos salir de nosotros mismos, de espacios y tiempos
ruidosos que nos ahogan y deslumbran para recibir la auténtica iluminación?
Una vez fuera de la aldea, Jesús «le untó saliva en
los ojos, le impuso las manos y le preguntó: ‘¿Ves algo?’» (Lc 8,23). Este
gesto recuerda al Bautismo: Jesús ya no nos unta saliva, sino que baña todo
nuestro ser con el agua de la salvación y, a lo largo de la vida, nos interroga
sobre lo que vemos a la luz de la fe. «le volvió a poner las manos en los ojos
y comenzó a ver perfectamente y quedó curado, de suerte que veía claramente
todas las cosas.» (Lc 8,25); este segundo momento recuerda el sacramento de la
Confirmación, en el que recibimos la plenitud del Espíritu Santo para llegar a
la madurez de la fe y ver más claro. Recibir el Bautismo, pero olvidar la
Confirmación nos lleva a ver, sí, pero sólo a medias.
Rev. D. Joaquim MESEGUER García (Sant Quirze del Vallès, Barcelona,
España)
Santoral Católico:
Santos Francisco y
Jacinta Martos
Niños Videntes de Fátima
Son dos de los tres niños videntes de Fátima. A
partir del 13 de mayo de 1917, la Virgen se estuvo apareciendo a los niños
Francisco, su hermana Jacinta y su prima Lucía, en Cova de Iría, lugar de
Fátima, en Portugal. Los dos primeros fueron beatificados por San Juan Pablo II
el 13 de mayo del 2000 en Fátima y fueron canonizados el 13 de mayo de 2017 por
el Papa Francisco. Su fiesta se celebra hoy, día en que murió Jacinta.
Francisco y Jacinta nacieron en Ajustrel, caserío de Fátima, él el 11 de junio
de 1908, y ella el 11 de marzo de 1910, de una familia humilde y cristiana.
Tenían caracteres diferentes: él más tranquilo y condescendiente, ella más
vivaz y caprichosa. Los dos, al igual que su prima Lucía, eran niños normales y
sanos, piadosos y cercanos a la parroquia, y se dedicaban al pastoreo. A diario
cuidaban de sus ovejas, jugaban y rezaban. Ya habían tenido apariciones de un
ángel cuando un día se les apareció la Señora vestida de blanco sobre un
carrasco; las apariciones se repitieron. Nadie daba fe a lo que decían los
niños, que tuvieron que pasar un tiempo en la incomprensión y una cierta
persecución. Siguió la calma, y los niños profundizaron en su vida espiritual,
más entregados a la oración y la penitencia. En 1918 los dos hermanitos fueron
víctimas de la «gripe española». Francisco murió el 4 de abril de 1919 en su
aldea, y Jacinta el 20 de febrero de 1920 en Lisboa.
Para más información hacer clic acá.
© Directorio Franciscano – Aciprensa –
Zenit
Pensamiento del día
«La adoración es un
reconocimiento de la presencia de Dios, Creador y Señor del universo. Es un
reconocimiento lleno de gratitud, que brota desde lo más hondo del corazón y
abarca todo el ser, porque el hombre sólo puede realizarse plenamente a sí
mismo adorando y amando a Dios por encima de todas las cosas»
(Benedicto
XVI)
Tema del día:
Oración para antes de la confesión
Mírame amado y buen Jesús, soy un pecador, postrado
lleno de confianza ante tus pies.
Mis pecados me llenan de temor y no encuentro otro
refugio que tu divino Corazón, que devuelve la confianza otra vez a mi alma.
Soy, en verdad el más ingrato de tus hijos, que tan
mal ha correspondido a tu amor, ofendiéndote a ti, que sos mi Padre misericordioso.
Ya no soy digno de ser llamado hijo tuyo. Pero mi
pobre corazón no puede vivir sin ti.
Merezco un juez severo; pero en vez de esto,
encuentro un Dios, lleno de ternura y amor, clavado en la cruz, por mi bien, y
con los brazos abiertos, dispuesto a recibirme, cual Padre amoroso.
Tus llagas me invitan al arrepentimiento y hablan a
mi pobre corazón: vuelve, hijo mío, vuelve a Mi, arrepiéntete y no dudes de mi
amor y de mi perdón.
Dame un poco de aquel conocimiento y de aquel dolor
que tu tienes de mis pecados, cuando en el huerto de los Olivos sudaste sangre
a la vista de ellos, y caíste como muerto sobre tu sagrado rostro, para que yo
comprenda el peso y la malicia del pecado y tenga un verdadero dolor.
Ilumina mi entendimiento para que conozca claramente
mis pecados.
Fortalece mi voluntad para aborrecer mis pecados y
arrepentirme de todos ellos.
Oh María, Madre de los dolores, ayúdame en esta
grande tribulación de mi alma.
Angel de mi guarda, santos, rueguen por mí, para que
haga una buena confesión. Amén.
Tomado de “Santa Virgen María”
Meditaciones de
“Pequeñas Semillitas”
Un maestro oriental que vio cómo un alacrán se estaba
ahogando, decidió sacarlo del agua, pero cuando lo hizo, el alacrán lo picó.
Por la reacción al dolor, el maestro lo soltó, y el
animal cayó al agua y de nuevo estaba ahogándose. El maestro intentó sacarlo
otra vez, y otra vez el alacrán lo picó.
Alguien que había observado todo, se acercó al
maestro y le dijo:
"Perdone... ¡Pero usted es terco! ¿No entiende
que cada vez que intente sacarlo del agua lo picará?"
El maestro respondió:
"La naturaleza del alacrán es picar, y eso no va
a cambiar la mía, que es ayudar".
Y entonces, ayudándose de una hoja, el maestro sacó
al animalito del agua y le salvó la vida.
No cambies tu naturaleza si alguien te hace daño;
sólo toma precauciones.
Algunos persiguen la felicidad; otros la crean.
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el
Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, monjas, religiosas, novicias, catequistas y todos los
que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para
que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto
con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de
Jesús y del Inmaculado Corazón de María;
por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y
martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros
hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el
abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por
los pacientes internados en la Casa de la Bondad en Córdoba (Argentina); por los niños con cáncer
y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por
los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las
víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, la fidelidad
de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento;
por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración por el eterno descanso de Katherinne M. de N., de Bogotá,
Colombia, quien, luego de un sentido sufrimiento causado por el cáncer, fue
llamada a compartir una de las habitaciones preparadas por el Señor en su Reino
Celestial. Ponemos en sus Santas Manos a su familia que sufre hoy esta
irreparable pérdida, seguros que con fe y esperanza, siempre con la compañía de
nuestra Madre, la Virgen Santísima, la entregarán al Señor Trino.
Cinco minutos con Jesús
Febrero 20
Jesús quiso someterse a todas las humillaciones por
amor nuestro y para darnos ejemplo.
Para sus compatriotas “Jesús era un motivo de
escándalo” y eso movió a Jesús a pronunciar aquella frase: “Un profeta es
despreciado solamente en su pueblo, entre sus parientes y en su casa”.
¿Podrás extrañarte tú, si no eres comprendido por los
más allegados tuyos, por aquellos que precisamente más deberían apoyarte?
Esto lo permitirá el Señor, para que aprendas a no
obrar nunca por los hombres, sino por Dios.
(Padre Alfonso Milagro)
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito
de todos)
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