domingo, 3 de febrero de 2019

Pequeñas Semillitas 3903

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 14 - Número 3903 ~ Domingo 3 de Febrero de 2019
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Releamos un momento la segunda lectura de hoy. Es un hermoso himno al amor que hace San Pablo en el capítulo 13 de su Primera Carta a los Corintios.
Hoy hay muchos matrimonios que fallan porque desconocen lo que es el auténtico amor. Muchos van al matrimonio pensando en su propia felicidad. Les interesa el matrimonio por lo que ellos van a disfrutar. Les mueve sólo el egoísmo. Y el amor es todo lo contrario al egoísmo. Aristóteles definió el amor como la felicidad de buscar el bien de la persona amada.
El verdadero amor disfruta sacrificándose en bien de la persona amada. Dijo Cristo: «amaos como yo os amé». Y Él dio la vida para nuestro bien.
Dice San Pablo que el amor es:
- a) Paciente: la convivencia humana requiere mucho aguante.
- b) Benigno: hace el bien sin esperar recompensa.
- c) Todo lo perdona: hay que saber perdonar los roces inevitables de la vida. En la vida nos damos pisotones. A veces sin querer, pero otras con mala idea. Hay que perdonar, aunque el pisotón nos duela. Pero esto no excluye exigir la reparación del daño recibido. Que se haga justicia. Pero sin deseo de venganza.
La familia donde reina el amor verdadero, es un pedazo de cielo.
Padre Jorge Loring S. J.

¡Buenos días!

Como los niños
¿Cómo es un niñito? Sencillo, sincero, confiado, humilde, puro, inocente… Pienso que Jesús cuando dijo, “Si no se hacen como un niño, no entrarán en el reino de los cielos”, tenía presente en su mente a una criatura descansando en los brazos de su madre. Así nos quiere el Señor por la confianza y abandono en él. La oración siguiente expresa muy bien estos sentimientos.

Como el niño que no sabe dormirse sin asirse a la mano de su madre,
así mi corazón viene a ponerse sobre tus manos al caer la tarde.
Como el niño que sabe que alguien vela su sueño de inocencia y esperanza,
así descansará mi alma segura, sabiendo que eres tú, Señor, quien nos aguarda.

Este breve himno es apropiado para recitar al fin del día. La imagen del niño y la madre nos lleva dulcemente a recuerdos de simplicidad e inocencia, afloja nuestras tensiones por la lucha diaria y predispone alma y cuerpo para el descanso de la noche. Que el Señor te bendiga con su paz.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios
Lecturas de hoy
Primera Lectura: Jer 1, 4-5. 17-19

Salmo: Sal 70, 1-4a. 5-6ab. 15ab. 17

Segnda Lectura: 1Cor 12, 31—13, 13

SANTO EVANGELIO: Lc 4,21-30
En aquel tiempo, Jesús comenzó a decir en la sinagoga: «Esta Escritura, que acabáis de oír, se ha cumplido hoy». Y todos daban testimonio de Él y estaban admirados de las palabras llenas de gracia que salían de su boca. Y decían: «¿No es éste el hijo de José?». Él les dijo: «Seguramente me vais a decir el refrán: ‘Médico, cúrate a ti mismo’. Todo lo que hemos oído que ha sucedido en Cafarnaúm, hazlo también aquí en tu patria». Y añadió: «En verdad os digo que ningún profeta es bien recibido en su patria. Os digo de verdad: Muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando se cerró el cielo por tres años y seis meses, y hubo gran hambre en todo el país; y a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda de Sarepta de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, y ninguno de ellos fue purificado sino Naamán, el sirio».
Oyendo estas cosas, todos los de la sinagoga se llenaron de ira; y, levantándose, le arrojaron fuera de la ciudad, y le llevaron a una altura escarpada del monte sobre el cual estaba edificada su ciudad, para despeñarle. Pero Él, pasando por medio de ellos, se marchó.

Comentario:
Hoy, en este domingo cuarto del tiempo ordinario, la liturgia continúa presentándonos a Jesús hablando en la sinagoga de Nazaret. Empalma con el Evangelio del domingo pasado, en el que Jesús leía en la sinagoga la profecía de Isaías: «El Espíritu del Señor sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos (...)» (Lc 4,18-19). Jesús, al acabar la lectura, afirma sin tapujos que esta profecía se cumple en Él.
El Evangelio comenta que los de Nazaret se extrañaban que de sus labios salieran aquellas palabras de gracia. El hecho de que Jesús fuese bien conocido por los nazarenos, ya que había sido su vecino durante la infancia y juventud, no facilitaba su predisposición para aceptar que era un profeta. Recordemos la frase de Natanael: «¿De Nazaret puede salir algo bueno?» (Jn 1,46). Jesús les reprocha su incredulidad, recordando aquello: «Ningún profeta es bien recibido en su patria» (Lc 4,24). Y les pone el ejemplo de Elías y de Eliseo, que hicieron milagros para los forasteros, pero no para los conciudadanos.
Por lo demás, la reacción de los nazarenos fue violenta. Querían despeñarlo. ¡Cuántas veces pensamos que Dios tiene que realizar sus acciones salvadoras acoplándose a nuestros grandilocuentes criterios! Nos ofende que se valga de lo que nosotros consideramos poca cosa. Quisiéramos un Dios espectacular. Pero esto es propio del tentador, desde el pináculo: «Si eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo» (Lc 4,9). Jesucristo se ha revelado como un Dios humilde: el Hijo del hombre «no ha venido a ser servido, sino a servir» (Mc 10,45). Imitémosle. No es necesario, para salvar a las almas, ser grande como san Javier. La humilde Teresa del Niño Jesús es su compañera, como patrona de las misiones.
P. Pere SUÑER i Puig SJ (Barcelona, España)

Palabras de San Juan Pablo II
“No habrá paz en la tierra mientras perduren las opresiones de los pueblos, las injusticias y los desequilibrios económicos que todavía existen [...] Los creyentes de todas las religiones, junto con los hombres de buena voluntad, abandonando cualquier forma de intolerancia y discriminación, están llamados a construir la paz [...] Nosotros los cristianos, en particular, estamos llamados a ser centinelas de la paz, en los lugares donde vivimos y trabajamos; es decir, se nos pide que vigilemos para que las conciencias no cedan a la tentación del egoísmo, de la mentira y de la violencia”

Predicación del Evangelio:
"Echaron a Jesús fuera del pueblo"
La liturgia de este domingo y la del domingo anterior nos presentan un texto del evangelio de San Lucas que narra la escena de Jesús en la sinagoga de Nazaret:

En los comienzos de su actividad evangelizadora, Jesús regresó a su pueblo. En la mayoría de los casos, estos encuentros con las raíces rezuman sentimientos positivos: es la alegría de encontrarse con los amigos de la infancia, volver a ver a los vecinos que nos vieron crecer. En estos encuentros abundan las anécdotas simpáticas y se recuerdan las inocentes travesuras de la niñez.

Pues bien, el regreso de Jesús al pueblo que lo vio nacer fue problemático y despertó reacciones apasionadas. Podemos decir que la intervención de Jesús en la sinagoga de Nazaret produjo dos tormentas: una tormenta como rechazo a la encarnación y otra tormenta como rechazo a la universalidad de la salvación. Entremos en materia.

El evangelio que meditamos el domingo anterior nos mostraba a Jesús en el momento en que lee el texto del profeta Isaías sobre el Ungido del Señor, quien actúa a favor de los excluidos de la sociedad.

En el texto evangélico que acabamos de escuchar, continúa la descripción de esta escena en la sinagoga de Nazaret: Después de leer las palabras de Isaías, Jesús hace una pausa, mira fijamente a sus paisanos y les dice: "Hoy se cumple esta Escritura que acaban de oír".

Se trata de una afirmación dura, difícil de digerir: Jesús les está diciendo que es el Mesías anunciado desde hace varios siglos. ¿Cómo reaccionó la asamblea?

En un primer momento expresaron admiración ante las palabras que salían de su boca, pues Jesús hablaba con elocuencia y con autoridad. Pero inmediatamente empezaron a circular los rumores: "¿No es éste el hijo de José?". La referencia a su padre, modesto carpintero conocido por todos en el pueblo, despojaba a Jesús de su aureola inicial.

Los vecinos no podían aceptar que el niño, al que vieron crecer y jugar por las calles del pueblo, fuera el Mesías anunciado por los profetas como el Salvador de Israel.

Para nosotros, educados en una tradición católica, es natural afirmar que en Jesús se hizo carne el Hijo eterno del Padre. Pero para los contemporáneos de Jesús, que tenían delante su humanidad y que conocían a su familia, esta afirmación era inaceptable. Por eso estalló el conflicto, al que hemos llamado "tormenta como rechazo a la encarnación".

La tensión, en lugar de disminuir, aumentó cuando Jesús hizo referencia a dos acontecimientos de la historia de Israel que les producían incomodidad:

Jesús les recordó que el profeta Elías, durante la terrible hambruna que azotó a la región, no fue enviado a ninguno de los hogares judíos, sino que Dios lo había guiado hasta la casa de una viuda pagana, en Sarepta.

También les recordó que el profeta Eliseo había curado, no a los leprosos del pueblo de Israel, sino a Naamán el sirio que también era pagano.

Jesús no estaba diciendo algo sutil que no comprendieran sus oyentes. Su crítica era demoledora: la salvación no estaba circunscrita a Israel sino que era una oferta para todos los pueblos. Prueba de ello eran las actuaciones de los profetas Elías y Eliseo a favor de unos extranjeros.

Los asistentes no aguantaron esta segunda provocación de Jesús y estallaron en cólera. ¿Por qué reaccionaron con tanta violencia? Ellos siempre se habían considerado los propietarios exclusivos de la bendición de Dios y estaban convencidos de que el cumplimiento de la Ley les garantizaba la salvación.
Padre Jorge Humberto Peláez S. J.

Mensaje de María Reina de la Paz 
Mensaje de María Reina de la Paz del 2 de Febrero de 2019

“Queridos hijos, el amor y la bondad del Padre Celestial dan revelaciones que hacen que la fe crezca y se comprenda, y traiga paz, seguridad y esperanza. Así también yo, hijos míos, por medio del amor misericordioso del Padre Celestial, siempre y de nuevo, os muestro el camino hacia mi Hijo, hacia la salvación eterna. Pero, lamentablemente, muchos de mis hijos no quieren escucharme, y muchos de ellos dudan. Y yo, yo siempre, en el tiempo y más allá del tiempo, he magnificado (engrandecido) al Señor por todo lo que ha hecho en mí y a través de mí. Mi Hijo se da a vosotros, parte el Pan con vosotros, os habla palabras de vida eterna para que las llevéis a todos. Y vosotros, hijos míos, apóstoles de mi amor, ¿a qué teméis si mi Hijo está con vosotros? Ofrecedle vuestras almas para que Él pueda morar en ellas, y pueda hacer de vosotros instrumentos de la fe e instrumentos del amor. Hijos míos, vivid el Evangelio, vivid el amor misericordioso hacia el prójimo y, ante todo, vivid el amor hacia el Padre celestial. Hijos míos, no estáis unidos por casualidad. El Padre Celestial no une a nadie por casualidad. Mi Hijo habla a vuestras almas y yo os hablo a vuestro corazón. Como Madre os digo: seguidme, amaos los unos a los otros, dad testimonio. Con vuestro ejemplo, no tengáis miedo de defender la verdad: la Palabra de Dios, que es eterna y nunca cambia. Hijos míos, quien obra a la luz del amor misericordioso y de la verdad, siempre recibe ayuda del cielo y no está solo. Apóstoles de mi amor, que siempre os reconozcan entre todos los demás por pasar inadvertidos, por el amor y la serenidad. Yo estoy con vosotros. ¡Os doy las gracias!”

Nuevo vídeo

Hay un nuevo vídeo subido al blog
de "Pequeñas Semillitas" en internet.
Para verlo tienes que ir al final de esta página

Ofrecimiento para sacerdotes y religiosas
  
Formulo el siguiente ofrecimiento únicamente para sacerdotes o religiosas que reciben diariamente "Pequeñas Semillitas" por e-mail: Si desean recibir los comentarios del Evangelio del domingo siguiente con dos o tres días de anticipación, para tener tiempo de preparar sus meditaciones, homilías o demás trabajos pastorales sobre la Palabra de Dios, pueden pedírmelo a feluzul@gmail.com 
Sólo deben indicar claramente su nombre, su correo electrónico, ciudad de residencia y a qué comunidad religiosa pertenecen.
  
Agradecimientos
Imaginemos que en el cielo hay dos oficinas diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por la cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos por las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas" pretendemos juntar una vez por semana (los domingos) todos los mensajes para la segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como respuesta a nuestros pedidos de oración.

 Desde San Luis, Argentina, Cecilia Claudia agradece a Dios por el muy buen trabajo que han tenido con su emprendimiento para el turismo durante el mes de Enero.

Desde Córdoba, Argentina, el autor de la página agradece a Dios por los padres cristianos y dedicados que le dio, cuando hoy se cumplen doce años de la partida hacia el cielo de su papá Felipe Luis. Una oración para papá y mamá...

Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Jesús está realmente presente en la Eucaristía porque quiere entrar en una continua comunión de vida con vosotros.
Cuando vais delante de Él, os ve; cuando le habláis, os escucha; cuando le confiáis algo, acoge en su Corazón cada una de vuestras palabras; cuando le pedís algo, siempre os atiende.
Id ante el Tabernáculo para establecer con Jesús una relación de vida simple y cotidiana.
Con la misma naturalidad con que buscáis a un amigo, os fiáis de las personas que os son queridas, y sentís la necesidad de los amigos que os ayudan, id así también ante el Tabernáculo en busca de Jesús.
Haced de Jesús el amigo más querido, la persona de más confianza, la más deseada y amada.
Expresad vuestro amor a Jesús; repetídselo con frecuencia porque sólo esto es lo que le contenta inmensamente, le consuela de todas las ingratitudes, le recompensa de todas las traiciones: “Jesús, Tú eres nuestro amor; Tú eres nuestro único gran amigo; Jesús, nosotros te amamos; nosotros estamos enamorados de Ti.”
De hecho, la presencia de Cristo en la Eucaristía tiene, sobre todo, la función de haceros crecer en una experiencia de verdadera comunión de amor con Él, de modo que nunca más os sintáis solos, pues permanece aquí abajo para estar siempre con vosotros.
(Mensaje de la Virgen al Padre Gobbi)

Cinco minutos con Jesús
Febrero 3
Si tu hogar fuera intensamente cristiano, sería contagioso de cristianismo, haría que los demás no pudieran menos de descubrir a Cristo en tu hogar y eso los movería a ellos a abrirle la puerta de sus propios hogares.
No se da lo que no se tiene. No se contagia la enfermedad que no se padece. No se trasmite a Cristo, si no se lo vive en plenitud. No se es apóstol de Cristo, si antes no es uno enteramente de Cristo.
(Padre Alfonso Milagro)
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Gracias por participar comentando! Por favor, no te olvides de incluir tu nombre y ciudad de residencia al finalizar tu comentario dentro del cuadro donde escribes.