lunes, 4 de febrero de 2019

Pequeñas Semillitas 3904

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 14 - Número 3904 ~ Lunes 4 de Febrero de 2019
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
En el comienzo de la semana, en estos primeros días del mes, no voy a mirar para atrás. Sé que muchas veces me equivoqué. No puedo cambiar lo que hice. Por eso no me quedaré en el pasado. Saldré adelante día a día. Lucharé por eso que me importa y apoyaré a esos que me acompañan.
Voy a llorar, voy a reír, a pasarlo bien. Voy a bailar y a cantar hasta no poder más. Aprenderé de mis errores y cambiaré cada momento malo por una sonrisa, voy a disfrutar y a dejar de sufrir por tonterías, a empezar a apreciar lo que de verdad importa.
Sé que Dios está conmigo y me da fuerzas...

¡Buenos días!

El trabajo de cada día
Ningún trabajo es insignificante, ninguna tarea es despreciable, cualquier ocupación merece que pongamos todas nuestras fuerzas y nuestra creatividad en ella. “Si alguien está llamado a ser barrendero, debería barrer las calles como Miguel Ángel pintaba, como Beethoven componía música o como Shakespeare escribía versos” (M. L. King).

Un hombre va a la consulta del médico y le dice:
—¡Doctor, me he caído y me duelen mucho las piernas!
El Doctor después de examinarlo le dice:
—No se preocupe, no es nada. Dentro de unos días ya estará Ud. trabajando.
—Caramba, Doctor, qué maravilla, además de curarme, ¿me dará trabajo?

El trabajo honrado y responsable nos libera del aburrimiento, de entregarnos a los vicios, y nos proporciona los recursos para remediar nuestras necesidades fundamentales. Es una bendición de Dios. Trabaja con gusto y acabarás sintiendo gusto por el trabajo. “El que no quiera trabajar, que no coma”, escribió san Pablo a los de Tesalónica. Que tengas un día de acción.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios
Lecturas de hoy
Primera Lectura: Heb 11, 32-40

Salmo: Sal 30, 20-24

SANTO EVANGELIO: Mc 5,1-20
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos llegaron al otro lado del mar, a la región de los gerasenos. Apenas saltó de la barca, vino a su encuentro, de entre los sepulcros, un hombre con espíritu inmundo que moraba en los sepulcros y a quien nadie podía ya tenerle atado ni siquiera con cadenas, pues muchas veces le habían atado con grillos y cadenas, pero él había roto las cadenas y destrozado los grillos, y nadie podía dominarle. Y siempre, noche y día, andaba entre los sepulcros y por los montes, dando gritos e hiriéndose con piedras. Al ver de lejos a Jesús, corrió y se postró ante Él y gritó con gran voz: «¿Qué tengo yo contigo, Jesús, Hijo de Dios Altísimo? Te conjuro por Dios que no me atormentes». Es que Él le había dicho: «Espíritu inmundo, sal de este hombre». Y le preguntó: «¿Cuál es tu nombre?». Le contesta: «Mi nombre es Legión, porque somos muchos». Y le suplicaba con insistencia que no los echara fuera de la región.
Había allí una gran piara de puercos que pacían al pie del monte; y le suplicaron: «Envíanos a los puercos para que entremos en ellos». Y se lo permitió. Entonces los espíritus inmundos salieron y entraron en los puercos, y la piara -unos dos mil- se arrojó al mar de lo alto del precipicio y se fueron ahogando en el mar. Los porqueros huyeron y lo contaron por la ciudad y por las aldeas; y salió la gente a ver qué era lo que había ocurrido. Llegan donde Jesús y ven al endemoniado, al que había tenido la Legión, sentado, vestido y en su sano juicio, y se llenaron de temor. Los que lo habían visto les contaron lo ocurrido al endemoniado y lo de los puercos. Entonces comenzaron a rogarle que se alejara de su término.
Y al subir a la barca, el que había estado endemoniado le pedía estar con Él. Pero no se lo concedió, sino que le dijo: «Vete a tu casa, donde los tuyos, y cuéntales lo que el Señor ha hecho contigo y que ha tenido compasión de ti». Él se fue y empezó a proclamar por la Decápolis todo lo que Jesús había hecho con él, y todos quedaban maravillados.

Comentario:
Hoy encontramos un fragmento del Evangelio que puede provocar la sonrisa a más de uno. Imaginarse unos dos mil puercos precipitándose monte abajo, no deja de ser una imagen un poco cómica. Pero la verdad es que a aquellos porqueros no les hizo ninguna gracia, se enfadaron mucho y le pidieron a Jesús que se marchara de su territorio.
La actitud de los porqueros, aunque humanamente podría parecer lógica, no deja de ser francamente recriminable: preferirían haber salvado sus cerdos antes que la curación del endemoniado. Es decir, antes los bienes materiales, que nos proporcionan dinero y bienestar, que la vida en dignidad de un hombre que no es de los “nuestros”. Porque el que estaba poseído por un espíritu maligno sólo era una persona que «siempre, noche y día, andaba entre los sepulcros y por los montes, dando gritos e hiriéndose con piedras» (Mc 5,5).
Nosotros tenemos muchas veces este peligro de aferrarnos a aquello que es nuestro, y desesperarnos cuando perdemos aquello que sólo es material. Así, por ejemplo, el campesino se desespera cuando pierde una cosecha incluso cuando la tiene asegurada, o el jugador de bolsa hace lo mismo cuando sus acciones pierden parte de su valor. En cambio, muy pocos se desesperan viendo el hambre o la precariedad de tantos seres humanos, algunos de los cuales viven a nuestro lado.
Jesús siempre puso por delante a las personas, incluso antes que las leyes y los poderosos de su tiempo. Pero nosotros, demasiadas veces, pensamos sólo en nosotros mismos y en aquello que creemos que nos procura felicidad, aunque el egoísmo nunca trae felicidad. Como diría el obispo brasileño Helder Cámara: «El egoísmo es la fuente más infalible de infelicidad para uno mismo y para los que le rodean».
Rev. D. Ramon Octavi SÁNCHEZ i Valero (Viladecans, Barcelona, España)

Santoral Católico:
San Juan de Brito
Sacerdote Jesuita y Mártir

Nació en Lisboa el año 1647, de familia noble y piadosa. En 1673 marchó a la India donde decidió trabajar por los humildes y necesitados en la región que entonces se llamaba Misión del Maduré. Su labor paciente, su celo desinteresado y su amor genuino por los pobres le ganaron la confianza de los mismos. Se insertó de lleno en la sociedad en que desarrolló su apostolado. Dominando la cultura brahmán, estudiando y orando, anduvo de un territorio a otro, vestido de una túnica de cuero entre roja y amarilla, adaptándose a los ritos sociales de los bonzos brahmanes, pero sin asumir sus creencias inconciliables con la fe cristiana; aun así sufrió incomprensiones. Hizo un viaje a Portugal en busca de misioneros y de subsidios para la misión. Su éxito provocó envidias y oposición en algunos paganos. Como consecuencia, en una persecución contra los cristianos, fue decapitado en Urgur (India) el 4 de febrero de 1693.
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© Directorio Franciscano – Aciprensa – Catholic.net

Santa Juana de Valois
Fudadora

Hija de Luis XI, rey de Francia, nació con malformaciones el año 1464 en Nogent-le-Roy. Aún en la cuna, fue prometida en matrimonio al futuro Luis XII, con el que se casó en 1476. Tras veintidós años de calvario y sin haber tenido descendencia, su matrimonio fue anulado y ella se retiró al ducado de Berry, que gobernó con sabiduría y caridad. De siempre había llevado una profunda vida religiosa, a la que ahora podía dedicarse sin trabas. Gozó de carismas y fenómenos místicos extraordinarios. Bajo la guía de su director espiritual, el franciscano Gabriel María (Gilberto) Nicolás, fundó la Orden de la Anunciación, en honor de la Virgen, que desde el principio estuvo bajo el régimen de los franciscanos y participó de los privilegios de las clarisas. Murió en Bourges (Aquitania) el 4 de febrero de 1505.
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Pensamiento del día

"Amar es correr el mayor de los riesgos.
Entregar tu futuro y tu felicidad en las manos de otro.
Es confiar sin reservas en alguien.
Es reconocerte vulnerable.
Y así te quiero yo".
(Helen Thomson)

Tema del día:
Comunión reparadora
Lucía, vidente de Fátima, era postulante en el Convento de las Doroteas en Pontevedra, España cuando tiene una aparición de la Virgen sobre una nube de luz, con el Niño Jesús a su lado. La Santísima Virgen puso su mano sobre el hombro de Lucía, mientras en la otra sostenía su corazón rodeado de espinas.

El Niño le dijo: "Ten compasión del Corazón de tu Santísima Madre. Está cercado de las espinas que los hombres ingratos le clavan a cada momento, y no hay nadie que haga un acto de reparación para sacárselas".

Inmediatamente dijo Nuestra Señora a Lucía: "Mira, hija mía, mi Corazón cercado de espinas que los hombres ingratos me clavan sin cesar con blasfemias e ingratitudes. Tú, al menos, procura consolarme y di que a todos los que, durante cinco meses, en el primer sábado, se confiesen, reciban la Sagrada Comunión, recen el Rosario y me hagan compañía durante 15 minutos meditando en los misterios del Rosario con el fin de desagraviarme les prometo asistir en la hora de la muerte con las gracias necesarias para su salvación".

Lucía le habló (a Jesús) de la confesión para los primeros sábados y preguntó si valía hacerla en los ocho días. Jesús contestó: "Sí; todavía con más tiempo, con tal que me reciban en estado de gracia y tengan intención de desagraviar al Inmaculado Corazón de María".

La intención de hacer esta reparación al Inmaculado Corazón de María puede ponerse al principio. ¿Por qué 5 sábados?

Después de haber estado Lucía en oración, Nuestro Señor le reveló la razón de los 5 sábados de reparación: "Hija mía, la razón es sencilla: se trata de 5 clases de ofensas y blasfemias proferidas contra el Inmaculado Corazón de María:

1- Blasfemias contra su Inmaculada Concepción.

2- Contra su virginidad.

3- Contra su Maternidad Divina, rehusando al mismo tiempo recibirla como Madre de los hombres.

4- Contra los que procuran públicamente infundir en los corazones de los niños, la indiferencia, el desprecio y hasta el odio hacia la Madre Inmaculada.

5- Contra los que la ultrajan directamente en sus sagradas imágenes.”

"He aquí hija mía, por qué ante este Inmaculado Corazón ultrajado, se movió mi misericordia a pedir esta pequeña reparación, y, en atención a Ella, a conceder el perdón a las almas que tuvieran la desgracia de ofender a mi Madre. En cuanto a ti procura incesantemente con tus oraciones y sacrificios moverme a misericordia para con esas almas".
Fuente: Sitio Santísima Virgen

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Un minuto con María
En la Iglesia Católica, el Rosario es una de las oraciones más populares. Para los católicos, es una poderosa oración de intercesión a la Virgen. Se fomenta esta devoción como un medio para fortalecer la fe, para resistir al mal, para crecer espiritualmente y, en general, para mejorar el mundo que nos rodea.
Una de las claves para rezar el Rosario es comprender que es una forma de meditación. Cuando los católicos rezan las diez oraciones que conforman una decena del Rosario, meditan el misterio asociado a dicha decena.
El Rosario sigue siendo la forma más sencilla de adquirir las antiguas habilidades de la oración meditativa y, para los católicos, es la forma más efectiva de obtener las gracias que se le atribuyen.
Aunque la mayoría de ellos tienen un Rosario, no todos saben cómo rezar esta oración de intercesión. Si eres católico y no estás seguro de cómo rezar correctamente el Rosario, hay muchos recursos en línea, incluidas las aplicaciones que puede uno descargar de forma gratuita. 

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, monjas, religiosas, novicias, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los pacientes internados en la Casa de la Bondad en  Córdoba (Argentina); por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración para el joven Alexis, de Argentina, que lamentablemente está transitando el nefasto camino de las drogas, que incluso lo han llevado a tener problemas y ser detenido. Miremos con amor y caridad esta situación que tanto aflige a su familia y roguemos a Dios que lo ayude a salir de esta enfermedad y que la Santísima Virgen acompañe y fortalezca a su familia.

Pedimos oración para Carlos C. O., de Colombia, que hoy inicia labores de gran responsabilidad en la Universidad, rogando que el Espíritu Santo lo ilumine siempre para llevar a los docentes y directivos a su cargo por el camino del conocimiento y la sabiduría que habrán de dar a los estudiantes.

Pedimos oración para María Edila T., de Colombia, que padece cáncer diseminado en varias partes de su cuerpo, colocándola en las Santas Manos de Jesucristo, con la intercesión de la Virgen María, para que tenga la fuerza suficiente para afrontar su dura enfermedad con fe y esperanza.

Continuamos unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades, poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para el mundo. Al rezar por la paz, rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que están en peligro de ser abortados. Paz para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz para los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Cinco minutos con Jesús
Febrero 4
Es cierto que no se puede hacer apostolado si uno no vive lo que pretende comunicar. Pero no es menos valedero que el mejor medio para mantener y hacer crecer en nosotros la gracia y el fervor, es tratar de comunicarlo a los demás. Al pretender llevar a Jesús a los otros, sentimos la imperiosa necesidad de vivirlo nosotros y las palabras que dirigimos a los demás, son los mejores estimulantes para que seamos nosotros los primeros en vivir lo que decimos.
(Padre Alfonso Milagro) 
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)

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