PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año
14 - Número 3910 ~ Domingo 10 de Febrero de 2019
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
En
el Evangelio de hoy, Cristo le dice a Pedro que va a ser pescador de hombres.
Dios ha querido que unos hombres se salven por otros.
La
Iglesia necesita apóstoles. Hoy hay crisis de vocaciones. La peor desgracia de
un pueblo es no tener sacerdotes. Hay crisis de sacerdotes por ignorancia y por
materialismo.
La
felicidad del hombre está en vivir un ideal. Y el mayor ideal de un hombre es
la salvación de las almas. Pero esto exige sacrificios: dejar la familia, dejar
una carrera, dejar, a veces, la patria, y guardar castidad hasta la muerte. Y
el celibato se puede llevar con garbo, con la ayuda de Dios. Dios no nos pide
lo que no podamos cumplir.
Pero
hoy hay mucho materialismo. Se quiere disfrutar de la vida. Como los invitados
al banquete que preferían sus negocios al llamamiento de Cristo.
Todos
podemos ser apóstoles desde nuestro sitio en la vida. El apostolado seglar es
hoy muy necesario.
Padre Jorge Loring S. J.
¡Buenos días!
El loro y el hornero
Cuando comienzan las dificultades y reveses en tu
vida, no pierdas el ánimo, porque hay dentro de ti fuerzas insospechadas. Entre
todas sobresale una que debes valorar, entrenar y servirte de ella: la
voluntad. El éxito comienza siempre con una voluntad decidida a permanecer
firme en desalojar los defectos y mejorar los buenos hábitos.
Un loro, iba por todas
partes, diciendo que su nido estaba deshecho sin compostura, y tan sucio que ya
no se podía vivir en él. El hornero, extrañaba que pudiera uno hablar tan mal
de su propio nido; y un día, le preguntó al loro por qué no trataba de componer
el suyo.
—Si no tiene más
remedio, amigo –le contestó el loro–; los loros somos así; luego de hacer algo,
lo destruimos; nuestra raza es una raza despreciable.
—Haces mal, loro, en
hablar así de tu hogar y de los tuyos –le dijo el hornero–; sería mejor, no
ensuciar, ni destruir tu nido; pero todo mal tiene compostura, menos para el
que se figura que no la tiene (Godofredo Daireaux)
Busca siempre la faz luminosa y positiva de todos los
obstáculos y reveses que te presenten cada día. No olvides que puedes
desarrollar la escondida sabiduría de convertir un menos en más, un fracaso en
victoria y una cruz en resurrección y vida.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios
Lecturas del día
♥ Primera Lectura: Is 6, 1-2a. 3-8
♥ Salmo: Sal 137, 1-5. 7c-8
♥ Segunda Lectura: 1Cor 15, 1-11
♥ SANTO EVANGELIO: Lc 5,1-11
En una ocasión, Jesús estaba a la orilla del lago
Genesaret y la gente se agolpaba sobre Él para oír la Palabra de Dios, cuando
vio dos barcas que estaban a la orilla del lago. Los pescadores habían bajado
de ellas, y lavaban las redes. Subiendo a una de las barcas, que era de Simón,
le rogó que se alejara un poco de tierra; y, sentándose, enseñaba desde la
barca a la muchedumbre. Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: «Boga mar
adentro, y echad vuestras redes para pescar». Simón le respondió: «Maestro,
hemos estado bregando toda la noche y no hemos pescado nada; pero, en tu
palabra, echaré las redes». Y, haciéndolo así, pescaron gran cantidad de peces,
de modo que las redes amenazaban romperse. Hicieron señas a los compañeros de
la otra barca para que vinieran en su ayuda. Vinieron, pues, y llenaron tanto
las dos barcas que casi se hundían.
Al verlo Simón Pedro, cayó a las rodillas de Jesús,
diciendo: «Aléjate de mí, Señor, que soy un hombre pecador». Pues el asombro se
había apoderado de él y de cuantos con él estaban, a causa de los peces que
habían pescado. Y lo mismo de Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran
compañeros de Simón. Jesús dijo a Simón: «No temas. Desde ahora serás pescador
de hombres». Llevaron a tierra las barcas y, dejándolo todo, le siguieron.
♥ Comentario:
Hoy, el Evangelio nos ofrece el diálogo, sencillo y
profundo a la vez, entre Jesús y Simón Pedro, diálogo que podríamos hacer
nuestro: en medio de las aguas tempestuosas de este mundo, nos esforzamos por
nadar contra corriente, buscando la buena pesca de un anuncio del Evangelio que
obtenga una respuesta fructuosa...
Y es entonces cuando nos cae encima,
indefectiblemente, la dura realidad; nuestras fuerzas no son suficientes.
Necesitamos alguna cosa más: la confianza en la Palabra de aquel que nos ha
prometido que nunca nos dejará solos. «Maestro, hemos estado bregando toda la
noche y no hemos pescado nada; pero, en tu palabra, echaré las redes» (Lc 5,5).
Esta respuesta de Pedro la podemos entender en relación con las palabras de
María en las bodas de Caná: «Haced lo que Él os diga» (Jn 2,5). Y es en el
cumplimiento confiado de la voluntad del Señor cuando nuestro trabajo resulta
provechoso.
Y todo, a pesar de nuestra limitación de pecadores:
«Aléjate de mí, Señor, que soy un hombre pecador» (Lc 5,8). San Ireneo de Lyón
descubre un aspecto pedagógico en el pecado: quien es consciente de su
naturaleza pecadora es capaz de reconocer su condición de criatura, y este
reconocimiento nos pone ante la evidencia de un Creador que nos supera.
Solamente quien, como Pedro, ha sabido aceptar su
limitación, está en condiciones de aceptar que los frutos de su trabajo
apostólico no son suyos, sino de Aquel de quien se ha servido como de un
instrumento. El Señor llama a los Apóstoles a ser pescadores de hombres, pero
el verdadero pescador es Él: el buen discípulo no es más que la red que recoge
la pesca, y esta red solamente es efectiva si actúa como lo hicieron los
Apóstoles: dejándolo todo y siguiendo al Señor (cf. Lc 5,11).
Rev. D. Blas RUIZ i López (Ascó, Tarragona, España)
Palabras de San Juan
Pablo II
“Es urgente que desde cada comunidad, cada familia, cada individuo
eleve una súplica apasionada a Dios. Jesús mismo nos reveló con su ejemplo que
la oración y el ayuno son las armas principales y más eficaces contra las
fuerzas del mal y ha enseñado a sus discípulos que algunos demonios sólo se
expulsan de ese modo”
Predicación del
Evangelio:
La fuerza del Evangelio
El episodio de una pesca sorprendente e inesperada en
el lago de Galilea ha sido redactado por el evangelista Lucas para infundir
aliento a la Iglesia cuando experimenta que todos sus esfuerzos por comunicar
su mensaje fracasan. Lo que se nos dice es muy claro: hemos de poner nuestra
esperanza en la fuerza y el atractivo del Evangelio.
El relato comienza con una escena insólita. Jesús
está de pie a orillas del lago, y la gente se va agolpando a su alrededor para
oír la Palabra de Dios. No vienen movidos por la curiosidad. No se acercan para
ver prodigios. Solo quieren escuchar de Jesús la Palabra de Dios.
No es sábado. No están congregados en la cercana
sinagoga de Cafarnaúm para oír las lecturas que se leen al pueblo a lo largo
del año. No han subido a Jerusalén a escuchar a los sacerdotes del Templo. Lo
que les atrae tanto es el Evangelio del Profeta Jesús, rechazado por los
vecinos de Nazaret.
También la escena de la pesca es insólita. Cuando de
noche, en el tiempo más favorable para pescar, Pedro y sus compañeros trabajan
por su cuenta, no obtienen resultado alguno. Cuando, ya de día, echan las redes
confiando solo en la Palabra de Jesús que orienta su trabajo, se produce una
pesca abundante, en contra de todas sus expectativas.
En el trasfondo de los datos que hacen cada vez más
patente la crisis del cristianismo entre nosotros hay un hecho innegable: la
Iglesia está perdiendo de manera imparable el poder de atracción y la
credibilidad que tenía hace solo unos años. No hemos de engañarnos.
Los cristianos venimos experimentando que nuestra
capacidad para transmitir la fe a las nuevas generaciones es cada vez menor. No
han faltado esfuerzos e iniciativas. Pero, al parecer, no se trata solo ni
primordialmente de inventar nuevas estrategias.
Ha llegado el momento de recordar que en el Evangelio
de Jesús hay una fuerza de atracción que no hay en nosotros. Esta es la
pregunta más decisiva: ¿Seguimos "haciendo cosas" desde un Iglesia
que va perdiendo atractivo y credibilidad, o ponemos todas nuestras energías en
recuperar el Evangelio como la única fuerza capaz de engendrar fe en los
hombres y mujeres de hoy?
¿No hemos de poner el Evangelio en el primer plano de
todo? Lo más importante en estos momentos críticos no son las doctrinas
elaboradas a lo largo de los siglos, sino la vida y la persona de Jesús. Lo
decisivo no es que la gente venga a tomar parte en nuestras cosas, sino que
puedan entrar en contacto con Él. La fe cristiana solo se despierta cuando las
personas se encuentran con testigos que irradian el fuego de Jesús.
Padre José Antonio Pagola
Nuevo vídeo
Hay
un nuevo vídeo subido al blog
de
"Pequeñas Semillitas" en
internet.
Para
verlo tienes que ir al final de esta página
Ofrecimiento para
sacerdotes y religiosas
Formulo
el siguiente ofrecimiento únicamente
para sacerdotes o religiosas que reciben diariamente "Pequeñas
Semillitas" por e-mail: Si desean recibir los comentarios del Evangelio
del domingo siguiente con dos o tres días de anticipación, para tener tiempo de
preparar sus meditaciones, homilías o demás trabajos pastorales sobre la
Palabra de Dios, pueden pedírmelo a feluzul@gmail.com
Sólo
deben indicar claramente su nombre, su correo electrónico, ciudad de residencia
y a qué comunidad religiosa pertenecen.
Agradecimientos
Imaginemos
que en el cielo hay dos oficinas diferentes para tratar lo relativo a las
oraciones de las personas en la tierra:
Una
es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí los muchos ángeles que
atienden trabajan intensamente y sin descanso por la cantidad de peticiones que
llegan en todo momento.
La
otra oficina es para recibir los agradecimientos por las gracias concedidas y
en ella hay un par de ángeles aburridos porque prácticamente no les llega
ningún mensaje de los hombres desde la tierra para dar gracias...
Desde
esta sección de "Pequeñas Semillitas" pretendemos juntar una vez por
semana (los domingos) todos los mensajes para la segunda oficina:
agradecimientos por favores y gracias concedidas como respuesta a nuestros pedidos
de oración.
♡ Desde Zurich, Suiza, los familiares de la
argentina Erika K., expresan su
agradecimiento a Dios -en primer lugar- y luego a todos los lectores de
“Pequeñas Semillitas” que rezaron por su cirugía de tumor cerebral, la cual se
realizó como estaba previsto; y ahora ella está en cuidados intensivos en etapa
de recuperación. Seguimos rezando para que esa recuperación sea total.
Meditaciones de
“Pequeñas Semillitas”
Ya perdoné errores casi imperdonables. Traté de
sustituir personas insustituibles, de olvidar personas inolvidables.
Ya hice cosas por impulso. Ya me decepcioné con
algunas personas, mas también yo decepcioné a alguien
Ya abracé para proteger. Ya me reí cuando no podía.
Ya hice amigos eternos. Ya amé y fui amado pero también fui rechazado. Ya fui
amado y no supe amar.
Ya grité y salté de felicidad. Ya viví de amor e hice
juramentos eternos, pero también los he roto y muchos.
Ya lloré escuchando música y viendo fotos. Ya llamé
sólo para escuchar una voz.
Ya me enamoré por una sonrisa. Ya pensé que iba a
morir de tanta nostalgia y....
Tuve miedo de perder a alguien especial (y termine
perdiéndolo) ¡Pero sobreviví y todavía vivo! No paso por la vida.
Y tú tampoco deberías sólo pasar... ¡Vive!
Bueno es ir a la lucha con determinación, abrazar la
vida y vivir con pasión.
Perder con clase y vencer con osadía, porque el mundo
pertenece a quien se atreve y la vida es mucho más para ser insignificante.
Cinco minutos con Jesús
Febrero 10
Jesús llevaba una vida ordinaria, acomodándose en su
manera externa de proceder al uso de los demás hombres y atrayéndose las
simpatías de todos, aun de los publicanos y pecadores, cuyo trato no rehuía,
porque había venido a buscarlos para salvarlos. Sin embargo se interpreta su
vida como la de un hombre desordenado en el comer y en el beber.
A Juan, que vivía en la austeridad del desierto, lo
tenían por endemoniado y a Cristo, que comía con los pecadores para salvarlos,
lo tienen por glotón.
Cuando hay malicia en el corazón, se interpretan maliciosamente
todas las cosas y aún a las personas más santas se las juzga mal; esto debe
moverte a purificar tu propio corazón, para que no juzgues nunca las acciones
de tu prójimo, porque ordinariamente cuando vemos el mal en los demás, no es
porque el mal esté en ellos, sino que lo tenemos en nuestros ojos manchados y
maleados por la suciedad de nuestro corazón.
(Padre Alfonso Milagro)
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito
de todos)
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