martes, 12 de febrero de 2019

Pequeñas Semillitas 3912

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 14 - Número 3912 ~ Martes 12 de Febrero de 2019
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Iniciamos esta edición de “Pequeñas Semillitas” con una oración muy apta para comenzar la jornada:
"Señor Jesucristo yo te necesito. Gracias por tu Amor y morir en la cruz por mis pecados. Abro las puertas de mi vida y  te recibo como mi Salvador y mi Señor. Toma el control de mi vida y hazme la persona que Tú quieras y no la que yo quiero ser. Gracias Jesús. Amén"

¡Buenos días!

Escucha tu voz interior
“En lo más profundo de su conciencia el hombre descubre una ley que él no se da a sí mismo, sino a la que debe obedecer y cuya voz resuena en los oídos de su corazón, llamándole siempre a amar y a hacer el bien y a evitar el mal... La conciencia es el núcleo más secreto del hombre, donde está solo con Dios, cuya voz resuena en su interior” (Gaudium et Spes 16).

No importa donde estés, ni lo que te digan que debes hacer. Siempre que tengas una duda, descansa un momento y escucha lo que te dice tu voz interior. No te apresures en tu camino, ni sigas los pasos de otros. Siéntate y descansa un momento, y escucha tu voz interior. Esta es la voz que te busca y guía, el mejor consejo que puedes escuchar. Trae pureza a tus sentimientos y te da la libertad de ser realmente la persona que quieres ser. Recuerda: todas las respuestas que tú buscas, las tienes encerradas en tu limpia y pura voz interior.

Agradece a Dios esta inapreciable luz interior y guíate siempre por ella. En el Génesis (17,1) se cuenta que Dios se apareció a Abrahán y le dio este consejo de perdurable valor: “Camina en mi presencia y sé perfecto”. De eso se trata precisamente: de vivir en la presencia de aquel que sondea tu corazón, te conoce y te ama. Así crecerás en justicia y rectitud.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Gn 1, 20—2, 4a

Salmo: Sal 8, 4-9

SANTO EVANGELIO: Mc 7,1-13
En aquel tiempo, se reunieron junto a Jesús los fariseos, así como algunos escribas venidos de Jerusalén. Y vieron que algunos de sus discípulos comían con manos impuras, es decir no lavadas; es que los fariseos y todos los judíos no comen sin haberse lavado las manos hasta el codo, aferrados a la tradición de los antiguos, y al volver de la plaza, si no se bañan, no comen; y hay otras muchas cosas que observan por tradición, como la purificación de copas, jarros y bandejas.
Por ello, los fariseos y los escribas le preguntan: «¿Por qué tus discípulos no viven conforme a la tradición de los antepasados, sino que comen con manos impuras?». Él les dijo: «Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, según está escrito: ‘Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. En vano me rinden culto, ya que enseñan doctrinas que son preceptos de hombres’. Dejando el precepto de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres». Les decía también: «¡Qué bien violáis el mandamiento de Dios, para conservar vuestra tradición! Porque Moisés dijo: ‘Honra a tu padre y a tu madre y: el que maldiga a su padre o a su madre, sea castigado con la muerte’. Pero vosotros decís: ‘Si uno dice a su padre o a su madre: Lo que de mí podrías recibir como ayuda lo declaro "Korbán" -es decir: ofrenda-’, ya no le dejáis hacer nada por su padre y por su madre, anulando así la Palabra de Dios por vuestra tradición que os habéis transmitido; y hacéis muchas cosas semejantes a éstas».

Comentario:
Hoy contemplamos cómo algunas tradiciones tardías de los maestros de la Ley habían manipulado el sentido puro del cuarto mandamiento de la Ley de Dios. Aquellos escribas enseñaban que los hijos que ofrecían dinero y bienes para el Templo hacían lo mejor. Según esta enseñanza, sucedía que los padres ya no podían pedir ni disponer de estos bienes. Los hijos formados en esta conciencia errónea creían haber cumplido así el cuarto mandamiento, incluso haberlo cumplido de la mejor manera. Pero, de hecho, se trataba de un engaño.
«¡Qué bien violáis el mandamiento de Dios, para conservar vuestra tradición!» (Mc 7,9): Jesucristo es el intérprete auténtico de la Ley; por eso explica el justo sentido del cuarto mandamiento, deshaciendo el lamentable error del fanatismo judío.
«Moisés dijo: ‘Honra a tu padre y a tu madre’» (Mc 7,10): el cuarto mandamiento recuerda a los hijos las responsabilidades que tienen con los padres. Tanto como puedan, les han de prestar ayuda material y moral durante los años de la vejez y durante las épocas de enfermedad, soledad o angustia. Jesús recuerda este deber de gratitud.
El respeto hacia los padres (piedad filial) está hecho de la gratitud que les debemos por el don de la vida y por los trabajos que han realizado con esfuerzo en sus hijos, para que éstos pudieran crecer en edad, sabiduría y gracia. «Honra a tu padre con todo el corazón, y no te olvides de los dolores de tu madre. Recuerda que por ellos has nacido. ¿Qué les darás a cambio de lo que han hecho por ti?» (Sir 7,27-28).
El Señor glorifica al padre en sus hijos, y en ellos confirma el derecho de la madre. Quien honra al padre expía los pecados; quien glorifica a la madre es como quien reúne un tesoro (cf. Sir 3,2-6). Todos estos y otros consejos son una luz clara para nuestra vida en relación con nuestros padres. Pidamos al Señor la gracia para que no nos falte nunca el verdadero amor que debemos a los padres y sepamos, con el ejemplo, transmitir al prójimo esta dulce “obligación”.
Rev. D. Iñaki BALLBÉ i Turu (Terrassa, Barcelona, España)

Santoral Católico:
Santa Eulalia
Virgen y Mártir
Eulalia vivió cerca de Barcina, Hispania (actual Barcelona, España) en los tiempos del emperador Diocleciano (284-305) durante el siglo III o IV, siendo papa san Marcelino.
Durante la persecución de los cristianos en la región, Eulalia, una muchacha de entre 13 y 15 años escapó de una casa de campo donde sus padres la habían encerrado para que no se entregase a las autoridades, abiertamente confesó su fe y fue entregada al martirio.
Fue víctima de diferentes tormentos y murió en la cruz. Dice la leyenda que fue clavada desnuda en una cruz de forma de ´X´ (forma conocida como cruz de Santa Eulalia). En aquel momento para preservar su intimidad le crecieron los cabellos y comenzó a nevar.
Sus despojos fueron localizados en 878 por el obispo Frodoino y trasladados solemnemente a la catedral.
Para más información hacer clic acá.
© Aciprensa – Catholic.net

Pensamiento del día

“¡Oh Señor y Salvador nuestro, ayúdanos en la hora postrera con la fuerza de tus sacramentos y la suavidad de tus consuelos!  Que las palabras de absolución desciendan sobre mí, y el santo óleo me unja, y tu Cuerpo sea mi comida, y tu Sangre me rocíe. Que mi dulce Madre María respire sobre mí, y mi ángel me susurre paz, y mi querido padre San Felipe Neri me sonría, de modo que yo obtenga el don de la perseverancia, y muera como deseo vivir, en Tu fe, Tu Iglesia, Tu servicio, y Tu amor”
(John Henry Newman)

Historias:     
Un milagro de Lourdes
Transmitimos el testimonio de una persona que estuvo presente el 10 de noviembre de 1953 en una conferencia que el prestigioso doctor Manuel Camelo Camacho pronunció en la ciudad de Monterrey, México. He aquí sus palabras:

Siendo estudiante de Preparatoria en 1918, sufrí una laringitis que me produjo una afonía molestísima, principalmente porque me hacía emitir un tono de voz agudo, femenino, desagradable, discordante, que me hacía reprimirme de hablar, lo que interfería en mis estudios. Ello no obstante los continué y pasé a la escuela de Medicina donde terminé mi carrera.

En México me trataron durante años varios médicos especialistas sin lograr ninguna mejoría.

Ya recibido de Médico, fui a Europa en viaje de estudio -por su extraordinaria valía obtuvo una beca-, y estando en París en otoño de 1930, consulté a un especialista notable cuyo diagnóstico fue muy desfavorable, pues temía que la hipertrofia de las cuerdas vocales y de la laringe, me ocasionara una asfixia, máxime dado el clima de París. Por lo que su opinión era que regresara a México cuanto antes.

Él me recomendó, sin embargo, que viera a otro especialista que residía en Viena. Hice el viaje allá para consultarlo y opinó que mi caso era incurable.
De regreso a París me recomendaron un gran especialista, residente en Londres, de religión judía, el Dr. Stern, y fui allá a consultarle.

Después de auscultarme con gran cuidado, me dijo que mi mal era incurable, que sólo podría curarme un milagro. -¿Usted es católico?, me preguntó cuando vio pendiente de mi cuello una medalla de la Virgen Santísima. -Sí, le contesté. -Entonces pida usted un milagro, que, si usted se cura, yo me convierto a su religión católica.

Hacía mucho tiempo que tenía yo el deseo de visitar Lourdes, y pensé inmediatamente ir allá a pedir a la Virgen Santísima mi curación.

Eran los últimos días del mes de enero de 1931. Estuve en Lourdes precisamente a tiempo de pasar ahí el 11 de febrero, día de Nuestra Señora de Lourdes. Ni qué decir el estado de angustia con que llegué a la Gruta de Massabielle. Toda mi vida, desde que estaba enfermo, había pedido a la Virgen Santísima mi curación, con fervor verdadero y especialmente se lo había pedido a la Virgen de Lourdes. Ahora estaba ahí, de rodillas en la explanada, mientras pasaba la procesión con el Santísimo Sacramento después de que se había dado la bendición con su Divina Majestad a cada uno de los enfermos. Me sentía más enfermo que nunca; casi no podía hablar. Cuantos me veían notaban mi angustia.

Estando de rodillas se acercó un grupo de españoles que venía en la procesión entonando el Ave María de Lourdes... sentí un impulso incontenible de cantar con ellos y haciendo un esfuerzo canté sin darme cuenta y luego me quedé sorprendido de oírme a mí mismo. Mi voz era la misma que había perdido hacía tantos años. ¡Estaba curado!

Inmediatamente pensé en regresar a Londres para ver al doctor Stern. Así lo hice. El doctor me auscultó de nuevo encontrándome enteramente, curado y ofreció hacer cuanto antes un viaje a Lourdes para bautizarse allí como católico.

Dice el Dr. Camelo Camacho que él pensó si ya en el espíritu del Doctor Stern habría inquietudes respecto a la verdad del Catolicismo, si ya tendría alguna inclinación espiritual que su curación vino a afirmar y que le animó definitivamente a convertirse.

Regresé a México y poco después recibí la noticia que el doctor Stern me daba las gracias por haberse bautizado, precisamente en Lourdes. Después no he vuelto a tener noticias suyas. Vino la guerra y he perdido todo contacto con él.

El doctor Manuel Camelo Camacho se ha convertido en un gran propagandista de la devoción a Virgen Inmaculada aparecida en Lourdes. Y ha tenido la alegría de ver la construcción —alentada por él- de un templo dedicado a Nuestra Señora de Lourdes, en Monterrey.
Texto de la revista AVE MARÍA - Núm. 756.

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Un minuto con María
Creado en 1997, el Carmelo de María Virgen Misionera evangeliza tanto por la oración como por el apostolado.
“Contemplativa, María es también la primera misionera de la Iglesia, la estrella de la nueva evangelización. A partir de la Visitación, ella lleva literalmente a Jesús a su prima Isabel”, explica el padre fundador. En la vida cotidiana y desde su creación, el Carmelo de María Virgen Misionera vive en esta doble actitud de la Madre de Cristo.
El padre María-Van, prior actual, tuvo junto con el padre Marie-Michel la idea de esta nueva comunidad mixta, la cual cuenta ahora con seis religiosas y dos religiosos, y celebró su vigésimo aniversario en 2017. Ubicada en el corazón de La Drôme desde 1999, a 800 metros sobre el nivel del mar en un entorno natural preservado, esta comunidad con un carisma único está arraigada en la tradición y regla del Carmelo, “conforme al espíritu de santa Teresita y de Marcel Van”, dice el padre María-Van.
Los hombres y mujeres de la comunidad viven así una vida en común semi eremítica y misionera. “Nuestra vida diaria se basa en la Liturgia de las Horas, la celebración de la Eucaristía, el rezo diario del Rosario y la oración”, explica el sacerdote. “Modestamente, en nuestra oración diaria, ofrecemos el mundo a Dios”. Una forma oculta de vivir la pasión por la misión compartida por todos los miembros de la comunidad.

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, monjas, religiosas, novicias, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los pacientes internados en la Casa de la Bondad en  Córdoba (Argentina); por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración para la señora Julia B., de 86 años de edad, que vive en Rosario, Argentina, y se ha fracturado la cadera, no se puede operar, y en consecuencia debe permanecer en cama. La encomendamos a la Virgen de Lourdes, para que por su mediación, Jesús le conceda todas sus gracias.

Continuamos unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades, poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para el mundo. Al rezar por la paz, rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que están en peligro de ser abortados. Paz para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz para los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Cinco minutos con Jesús
Febrero 12
Jesús, después de la multiplicación de los panes, despidió a la gente y se apartó de sus discípulos, se retiró la montaña para orar, claro ejemplo para ti, que quizá descuidas la oración; atareado con tantas cosas, preocupado por tantos problemas, tironeado por aquí y por allí con interminables tensiones, te preocupas de todo, menos de orar.
Jesús te da el ejemplo: hay tiempo para el trabajo, para el apostolado, pero también debe haber tiempo para la oración; hay tiempo para tratar con las gentes aun con motivaciones apostólicas o de evangelización, pero también debe haber tiempo suficiente para tratar a solas con Dios.
Ya se ha dicho con verdad que el que no trata con Dios en la oración, no tiene nada que decir a los hombres; y también se nos recuerda que, antes de hablar a los hombres de Dios, es preciso hablar a Dios de los hombres.
En ciertos casos las cosas no salen bien, no tanto porque no se hace lo suficiente, sino porque a la acción no juntamos la oración.
(Padre Alfonso Milagro)
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)

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