PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año
14 - Número 3883 ~ Lunes 14 de Enero de 2019
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Señor
Jesús: decidí unir vejez y paz. Vejez y amor. Vejez y acercamiento a Dios. Tal
vez será el mejor y más lindo tiempo de mi vida.
Señor
Jesús: guarda mi corazón joven y mi alma deseosa de aprender siempre algo
nuevo. Dame la gracia de servirte con pasión y de irradiar amor, paz y alegría.
Que todos los que se acerquen a mi sientan Tu presencia. Amén.
¡Buenos días!
Súplica de bendiciones
Vas a encontrar hoy en nuestro sitio una oración
breve, pero muy completa. Después de agradecer el regalo de vivir, pedirás al
Señor las bendiciones básicas para pasar un día fructuoso por donde se lo mire:
paz en tu alma, salud y vigor en tu cuerpo y amor en tu corazón. Y además, toda
tu persona protegida por la ternura de un Dios que te ama y acompaña.
Señor amado, soy obra de
tus manos de Padre. Tú me formaste en el seno de mi madre, y mi vida es un
regalo de tu amor sin límites. Te doy gracias por la vida, que es un milagro, y
te pido que me bendigas en abundancia. Entra en mi interior y libérame de toda
perturbación, para que conozca tu paz maravillosa. Derrama en mí tu amor, que
sana todas las heridas. Penetra en mi cuerpo con tu fuerza, y libérame de toda
enfermedad. Enséñame a querer a los demás y a desarrollar todos los dones que
me diste. Protégeme de todo mal y acompáñame siempre con tu ternura de Padre.
Amén.
Ya has encontrado en los “Buenos días”, varias
oraciones del Mons. Víctor Fernández y habrá más. Puedes coleccionar las que
más te gusten y necesites. Pero lo que importa es que te habitúes a rezarlas.
Un texto entrega toda su riqueza, cuando por la repetición descubrimos su
perfecta adecuación a nuestras necesidades.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios
Lecturas de hoy
♥ Primera Lectura: Heb 2, 5-12
♥ Salmo: Sal 96, 1. 2b. 6. 7c. 9
♥ SANTO EVANGELIO: Mc 1,14-20
Después que Juan fue entregado, marchó Jesús a
Galilea; y proclamaba la Buena Nueva de Dios: «El tiempo se ha cumplido y el
Reino de Dios está cerca; convertíos y creed en la Buena Nueva». Bordeando el
mar de Galilea, vio a Simón y Andrés, el hermano de Simón, largando las redes
en el mar, pues eran pescadores. Jesús les dijo: «Venid conmigo, y os haré
llegar a ser pescadores de hombres». Al instante, dejando las redes, le
siguieron. Caminando un poco más adelante, vio a Santiago, el de Zebedeo, y a
su hermano Juan; estaban también en la barca arreglando las redes; y al
instante los llamó. Y ellos, dejando a su padre Zebedeo en la barca con los
jornaleros, se fueron tras Él.
♥ Comentario:
Hoy, el Evangelio nos invita a la conversión.
«Convertíos y creed en la Buena Nueva» (Mc 1,15). Convertirse, ¿a qué?; mejor
sería decir, ¿a quién? ¡A Cristo! Así lo expresó: «El que ama a su padre o a su
madre más que a mí, no es digno de mí» (Mt 10,37).
Convertirse significa acoger agradecidos el don de la
fe y hacerlo operativo por la caridad. Convertirse quiere decir reconocer a
Cristo como único señor y rey de nuestros corazones, de los que puede disponer.
Convertirse implica descubrir a Cristo en todos los acontecimientos de la
historia humana, también de la nuestra personal, a sabiendas de que Él es el
origen, el centro y el fin de toda la historia, y que por Él todo ha sido
redimido y en Él alcanza su plenitud. Convertirse supone vivir de esperanza,
porque Él ha vencido el pecado, al maligno y la muerte, y la Eucaristía es la
garantía.
Convertirse comporta amar a Nuestro Señor por encima
de todo aquí en la tierra, con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma y
con todas nuestras fuerzas. Convertirse presupone entregarle nuestro
entendimiento y nuestra voluntad, de tal manera que nuestro comportamiento haga
realidad el lema episcopal del Santo Padre, San Juan Pablo II, “Totus tuus”, es
decir, “Todo tuyo”, Dios mío; y todo es: tiempo, cualidades, bienes, ilusiones,
proyectos, salud, familia, trabajo, descanso, todo. Convertirse requiere,
entonces, amar la voluntad de Dios en Cristo por encima de todo y gozar,
agradecidos, de todo lo que acontece de parte de Dios, incluso contradicciones,
humillaciones, enfermedades, y descubrirlas como tesoros que nos permiten
manifestar más plenamente nuestro amor a Dios: ¡si Tú lo quieres así, yo
también lo quiero!
Convertirse pide, así, como los apóstoles Simón,
Andrés, Santiago y Juan, dejar «inmediatamente las redes» e irse con Él (cf. Mc
1,18), una vez oída su voz. Convertirse es que Cristo lo sea todo en nosotros.
Rev. D. Joan COSTA i Bou (Barcelona, España)
Santoral Católico:
San Félix de Nola
Confesor de la fe
Natural de Nola, cerca de Nápoles, abrazó el servicio
apostólico desde muy joven. Al morir su padre, Félix distribuyó su herencia
entre los pobres y fue ordenado sacerdote por San Máximo, Obispo de Nola. Al
iniciarse una cruel persecución contra la Iglesia, Máximo huyó al desierto para
continuar al servicio de su rebaño. Al no ser encontrado por los soldados
romanos, Félix, quien lo sustituía en sus deberes pastorales, fue tomado preso,
azotado, cargado de cadenas y encerrado en el calabozo cuyo piso estaba lleno
de vidrios.
Sin embargo, el Ángel del Señor se le apareció y le
ordenó ir en ayuda de su Obispo, quien yacía medio muerto de hambre y de frío.
Ante su capacidad de hacerlo volverlo en sí, el Santo acudió a la oración y al
punto apareció un racimo de uvas, cuyas gotas derramó sobre los labios del
maestro, el cual recuperó el conocimiento siendo conducido luego a su Iglesia.
Félix permaneció escondido orando permanente por la Iglesia hasta la muerte de
Decio; sin embargo, continuó siendo perseguido hasta que se estableció la paz
de la Iglesia. Murió en medio de la pobreza y el servicio de los más
necesitados, a pesar de que fue elegido como Obispo de Nola.
Para más información hacer clic acá.
© Directorio Franciscano – Aciprensa –
Catholic.net
Pensamiento del día
“Produce una inmensa
tristeza
pensar que la naturaleza
habla
mientras el género humano no
la escucha”.
(Victor Hugo)
Tema del día
La Biblia: un libro para
escuchar
Solemos tratar a la Biblia como si fuese un libro
cuando en realidad es un conjunto de libros conjuntados en un mismo volumen.
Solemos dividir a la Biblia en dos grandes núcleos.
El antiguo y el nuevo testamento.
Pero esto que solemos hacer no dice mucho de su
realidad original. Pensemos en aquellos tiempos donde los libros se encontraban
escritos en rollos. Sería imposible imaginarnos un rollo con todo el contenido
de la Biblia.
Pensemos en los diversos tiempos en los que se van
escribiendo los diversos libros que, hoy, componen la Biblia. Sería imposible
pretender encontrar una unicidad de autor con tantos tiempos diversos.
La Biblia tiene como razón el hacernos conocer la
acción de Dios a través de la experiencia religiosa de un pueblo. Un pueblo
que, de Jesús en adelante, se hace nuevo.
Los diferentes libros que hacen a la Biblia fueron
escritos para ser escritos y leídos por unas muy pocas personas y escuchados
por todos. En sus comienzos la Biblia era un conjunto de libros para escuchar.
Los autores de los diversos libros de la Biblia no
perseguían la fidelidad histórica para
ser escrita sino que usaban los hechos históricos para manifestar la
experiencia de Dios del pueblo en sus diversos momentos.
Por ello no dudan en modificar o interpretar la
historia puesto que no es un libro de historia tal cual como lo entendemos hoy.
A esos rollos muy pocos podían tener acceso ya que no
eran de muy fácil divulgación pero, aparte de esto, eran muy pocos los que
tenían el privilegio de saber leer. Los que sabían leer tenían la privilegiada
tarea de hacerlo para con los demás en muy reiteradas oportunidades.
Esto hacía que se conocieran, casi literalmente, de
memoria muchos de aquellos textos que con atención se escuchaban. Era lo que
hoy conocemos y denominamos como la tradición oral del pueblo.
Los lectores realizaban su servicio al pueblo y éste,
dependiendo de su capacidad, asimilaba diversos textos.
Cuando se lee un texto la repercusión en los lectores
puede resultar muy variada puesto que dependerá de la situación de cada uno de
los oyentes.
Un mismo texto en diversas circunstancias podía
motivar ecos diversos en el interior del oyente cada vez que escuchaba aquel
texto.
Este impacto era asumido como lo que Dios le estaba
diciendo y ello daba riqueza a los textos leídos.
Dios le hablaba, de esta forma, directamente al corazón de su pueblo. Era, sin dudarlo,
palabra viva de Dios.
Hoy, gracias a Dios, podemos tener acceso a la Biblia
y poderla leer. Esto tiene la contra de hacer de la Biblia un algo para leer y
no para escuchar y no deberíamos perder aquella originalidad inicial.
Debemos animarnos a leer para escuchar a Dios que me
habla desde aquellos textos.
No deberíamos ocuparnos tanto por interesarnos por lo
que dice sino por lo que me dice puesto que Dios continúa hablando desde sus
renglones.
Desde cada uno de esos renglones debemos llegar a lo
que Dios nos dice más que a interesarnos por lo que el texto dice.
Metáforas, parábolas y géneros literarios abundan en
los textos que hacen a la Biblia y no podemos quedarnos en ello sino que
debemos saber intentar llegar a la verdad de Dios que, desde allí, se nos
enseña.
Por todo esto es que la Biblia es un conjunto de
libros para ser escuchados y en nuestro interior se despierte una respuesta
ante la verdad de Dios.
P. Martín Ponce de León SDB
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contactos, y de ese modo tú también estarás sembrando en el mundo la alegría
del Evangelio.
Un minuto con María
La Virgen María, quien después del anuncio del ángel
recibió al Verbo de Dios en su alma y en su cuerpo, y dio la Vida al mundo, es
reconocida y venerada como verdadera Madre de Dios y del Redentor.
Redimida de modo eminente, en previsión de los
méritos de su Hijo y unida a Él con un vínculo estrecho e indisoluble, está
enriquecida con la suma prerrogativa y dignidad de ser la Madre de Dios Hijo.
Y por eso es la hija predilecta del Padre y templo
del Espíritu Santo; por el don de una gracia tan extraordinaria, supera con
creces a todas las demás creaturas, celestiales y terrenas.
Constitución dogmática Lumen Gentium,
Cap. VIII, § 53 - Concilio Vaticano
II
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el
Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, monjas, religiosas, novicias, catequistas y todos los
que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para
que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto
con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de
Jesús y del Inmaculado Corazón de María;
por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y
martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros
hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el
abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por
los pacientes internados en la Casa de la Bondad en Córdoba (Argentina); por los niños con cáncer
y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por
los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las
víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, la fidelidad
de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento;
por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración por el eterno descanso del alma de Pedro, fallecido ayer en la ciudad de Córdoba, Argentina, rogando al Padre Celestial que lo reciba en el Reino prometido.
Pedimos oración para Sonia, de Costa Rica, rogando al Señor por su salud física, psíquica y espiritual; pidiéndole que la fortalezca, que la proteja y que aleje de ella todo mal y toda perturbación. Que sienta el abrazo maternal de la Santísima Virgen y la fuerza que entre todos le queremos transmitir a través de nuestras plegarias. Por Sonia, te pedimos Señor.
Pedimos oración por el eterno descanso del alma de Pedro, fallecido ayer en la ciudad de Córdoba, Argentina, rogando al Padre Celestial que lo reciba en el Reino prometido.
Pedimos oración para Sonia, de Costa Rica, rogando al Señor por su salud física, psíquica y espiritual; pidiéndole que la fortalezca, que la proteja y que aleje de ella todo mal y toda perturbación. Que sienta el abrazo maternal de la Santísima Virgen y la fuerza que entre todos le queremos transmitir a través de nuestras plegarias. Por Sonia, te pedimos Señor.
Continuamos unidos en oración por medio del rezo del
Santo Rosario poniendo en Manos de Nuestra Madre Bendita todas nuestras
preocupaciones, alegrías y necesidades, poniendo al mundo entero en Manos de
nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para el mundo. Al rezar por la paz,
rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los corazones, porque la violencia
sea desterrada, por la paz para los niños que están en peligro de ser
abortados. Paz para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los
deprimidos. Paz para los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin
rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.
Tú quisiste, Señor, que
tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto
el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha las plegarias que
te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se
hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse
elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la
pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo
nuestro Señor.
Amén
Cinco minutos con Jesús
Enero 14
No hay cosa que Cristo nos recomiende tanto en su
Evangelio como la unión entre todos los cristianos; es que el mundo necesita
del testimonio de unidad que nosotros, los cristianos, debemos darle a fin de
llegar a conseguir que todos los hombres caigan en la cuenta de que son
hermanos y, en consecuencia, se tengan como hermanos, se respeten como
hermanos, se ayuden como hermanos.
(Padre Alfonso Milagro)
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito
de todos)
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