PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año
14 - Número 3878 ~ Miércoles 9 de Enero de 2019
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Señor
de mi vida, al comienzo de este día te doy gracias porque con él Tú renuevas
mis fuerzas y restauras mi esperanza por continuar el camino hacia Ti. Sé que
me llevas de la mano y me haces sentir valioso. Me has dado la capacidad de
decidir sobre mi felicidad, sobre como ver las cosas según la Palabra que a
todos nos has dejado. Ven Señor a mi vida en este momento y dame la suficiente
alegría que necesito para luchar en todo momento y no desanimarme. Mi esperanza
la pongo en Ti. Te entrego mis fuerzas para que la repongas con tu santo poder
y en este día me hagas salir victorioso en tu nombre. Amén.
¡Buenos días!
Salvado del abismo
Suceden cosas en la vida que te hacen sufrir mucho,
pero después de poco o de mucho tiempo adviertes que fue lo mejor que te pudo
pasar. Como aquel señor que llegó tarde al aeropuerto por un embotellamiento de
tránsito. Estaba todavía lamentándolo con un amigo, cuando se propaló la
noticia de que el avión apenas remontado se precipitó fatalmente a tierra.
El pintor inglés
Thornbill recibió el honroso encargo de pintar el interior de la cúpula de la
catedral de San Pablo en Londres. Luego de muchos meses de arduo trabajo
terminó este importante compromiso. Para mirar bien su obra de arte retrocedió
poco a poco sobre el andamio para apreciarla en su conjunto. Sin darse cuenta
estaba llegando al borde del andamio en lo alto de la cúpula. Medio paso más y
hubiera caído fatalmente. Uno de sus ayudantes de inmediato tomó un pincel y
empezó a pintar una raya horrible a través del cuadro. Indignado el pintor se
lanzó hacia el culpable para arrancarle el pincel. Pero su ira se convirtió en
gratitud cuando éste le dijo: "Te salvé la vida, pues corriste hacia
delante y te alejaste del abismo".
A veces Dios hace lo mismo con nosotros: para
salvarnos de desgracias irreparables dispone algún acontecimiento que nos
duele, pero que en su designio de amor nos hará crecer en madurez, o superar un
vicio que nos esclaviza, o prescindir de una amistad peligrosa, o abrir la
mente a enfoques más generosos y altruistas… Confía en el Señor que te ama.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios
Lecturas de hoy
♥ Primera Lectura: 1Jn 4, 11-18
♥ Salmo: Sal 71, 1-2. 10-13
♥ SANTO EVANGELIO: Mc 6,45-52
Después que se saciaron los cinco mil hombres, Jesús
enseguida dio prisa a sus discípulos para subir a la barca e ir por delante
hacia Betsaida, mientras Él despedía a la gente. Después de despedirse de
ellos, se fue al monte a orar. Al atardecer, estaba la barca en medio del mar y
Él, solo, en tierra.
Viendo que ellos se fatigaban remando, pues el viento
les era contrario, a eso de la cuarta vigilia de la noche viene hacia ellos
caminando sobre el mar y quería pasarles de largo. Pero ellos viéndole caminar
sobre el mar, creyeron que era un fantasma y se pusieron a gritar, pues todos
le habían visto y estaban turbados. Pero Él, al instante, les habló,
diciéndoles: «¡Ánimo!, que soy yo, no temáis!». Subió entonces donde ellos a la
barca, y amainó el viento, y quedaron en su interior completamente
estupefactos, pues no habían entendido lo de los panes, sino que su mente
estaba embotada.
♥ Comentario:
Hoy, contemplamos cómo Jesús, después de despedir a
los Apóstoles y a la gente, se retira solo a rezar. Toda su vida es un diálogo
constante con el Padre, y, con todo, se va a la montaña a rezar. ¿Y nosotros?
¿Cómo rezamos? Frecuentemente llevamos un ritmo de vida atareado, que acaba
siendo un obstáculo para el cultivo de la vida espiritual y no nos damos cuenta
de que tan necesario es “alimentar” el alma como alimentar el cuerpo. El
problema es que, con frecuencia, Dios ocupa un lugar poco relevante en nuestro
orden de prioridades. En este caso es muy difícil rezar de verdad. Tampoco se
puede decir que se tenga un espíritu de oración cuando solamente imploramos
ayuda en los momentos difíciles.
Encontrar tiempo y espacio para la oración pide un
requisito previo: el deseo de encuentro con Dios con la conciencia clara de que
nada ni nadie lo puede suplantar. Si no hay sed de comunicación con Dios,
fácilmente convertimos la oración en un monólogo, porque la utilizamos para
intentar solucionar los problemas que nos incomodan. También es fácil que, en
los ratos de oración, nos distraigamos porque nuestro corazón y nuestra mente
están invadidos constantemente por pensamientos y sentimientos de todo tipo. La
oración no es charlatanería, sino una sencilla y sublime cita con el Amor; es
relación con Dios: comunicación silenciosa del “yo necesitado” con el “Tú rico
y trascendente”. El gusto de la oración es saberse criatura amada ante el Creador.
Oración y vida cristiana van unidas, son
inseparables. En este sentido, Orígenes nos dice que «reza sin parar aquel que
une la oración a las obras y las obras a la oración. Sólo así podemos
considerar realizable el principio de rezar sin parar». Sí, es necesario rezar
sin parar porque las obras que realizamos son fruto de la contemplación; y
hechas para su gloria. Hay que actuar siempre desde el diálogo continuo que
Jesús nos ofrece, en el sosiego del espíritu. Desde esta cierta pasividad
contemplativa veremos que la oración es el respirar del amor. Si no respiramos
morimos, si no rezamos expiramos espiritualmente.
Rev. D. Melcior QUEROL i Solà (Ribes de Freser, Girona, España)
Santoral Católico:
San Adrián de Canterbury
Abad
De origen africano, era abad del monasterio de Nérida
(Nápoles) cuando el papa San Vitalinano lo escogió por su ciencia y virtud para
instruir a la nación inglesa de Canterbury como ayuda de san Teodoro, nuevo
arzobispo de aquella sede primada inglesa. San Teodoro lo nombró abad del
monasterio de San Pedro y San Pablo de Canterbury, donde nuestro santo enseñó
el griego, el latín, la ciencia de los Padres, y sobre todo la virtud. San
Adrián ilustró el país con su doctrina y el ejemplo de su vida, durante treinta
y nueve años. Murió el 9 de enero del año 710.
Para más información hacer clic acá.
© Directorio Franciscano – Aciprensa –
Catholic.net
Pensamiento del día
"Amar no es dar graciosamente lo que me sobra,
sino compartir lo que apenas me alcanza".
-Khallil Gibrán-
Historias:
La imaginación
Cuenta
una antigua leyenda que en la Edad Media un hombre muy virtuoso fue
injustamente acusado de haber asesinado a una mujer. En realidad el verdadero
autor era una persona muy influyente del reino y por eso desde el primer
momento se procuró un chivo expiatorio para encubrir al culpable.
El
hombre fue llevado a juicio ya conociendo que tendría escasas o nulas
oportunidades de escapar al terrible veredicto... ¡La horca!
El
juez, cuidó no obstante de dar todo el aspecto de un juicio justo, por ello
dijo al acusado: "Conociendo tu fama de hombre justo y devoto del Señor
vamos a dejar en manos de él tu destino.
Vamos a escribir en dos papeles separados las palabras culpable e
inocente, tú escogerás y será la mano de Dios la que decida tu destino".
Por
supuesto el mal funcionario había preparado dos papeles con la misma leyenda
'CULPABLE', y la pobre víctima aún sin conocer los detalles, se daba cuenta que
el sistema propuesto era una trampa.
El
juez conminó al hombre a tomar uno de los papeles doblados. Éste respiro
profundamente, quedó en silencio unos cuantos segundos con los ojos cerrados y
cuando la sala comenzaba ya a impacientarse abrió los ojos, y con una extraña
sonrisa hizo su elección, tomó uno de los papeles y llevándolo a su boca... se
lo tragó rápidamente.
Sorprendidos
e indignados los presentes reprocharon airadamente:
-
"¿Pero qué hizo?, ¿y hora?, ¿cómo vamos a saber el veredicto?"
-
"Es muy sencillo"- respondió el hombre. "Es cuestión de leer el
papel que queda y sabremos lo que decía el que yo elegí".
Con
rezongos y enojo mal disimulado debieron liberar al acusado y jamás volvieron a
molestarlo.
Moraleja:
Cuando todo parezca perdido, usa la imaginación.
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del Evangelio.
Un minuto con María
Es obvio que no es María misma la que se ha eximido
del pecado original, sino que es un don de Dios. "El Todopoderoso hizo en
mí maravillas", dice María en el himno del Magníficat (Lucas 1,49). ¿Y de
qué manera sería imposible para Dios hacer por María lo que había hecho por
Eva? Porque antes del pecado original, ¡Eva no tenía pecado original! ¿Tenemos
que decirle a Dios qué hacer o no hacer?
Este don excepcional de Dios a la Virgen María, las
Sagradas Escrituras lo mencionan muchas veces. En primer lugar, es el Arcángel
Gabriel quien al dirigirse a María, le dice: "Alégrate" (o "Te
saludo", porque en griego la salvación se expresa con la expresión Kairé,
es decir, regocijo). Entonces Gabriel dice "Kekaritomene", que
significa "que estaba llena de gracia". ¿Qué quiere decir eso? No se
conoce en toda la Biblia ninguna otra ocasión donde un Ángel de Dios salude a
un hombre o a una mujer de esta manera. Entonces, ¿debemos entender que el
Ángel sólo le dice a María que ella ha sido "muy afortunada"? Obviamente
no.
¡La gracia excepcional dada por Dios a María es la
capacidad de decir un «sí» perfectamente libre!
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el
Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos,
seminaristas, monjas, religiosas, novicias, catequistas y todos los que
componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que
seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el
Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y
del Inmaculado Corazón de María; por la
conversión de todos los pueblos; por la
Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio
Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por
diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia
de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los pacientes
internados en la Casa de la Bondad en
Córdoba (Argentina); por los niños con cáncer y otras enfermedades
graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos
políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas
de catástrofes naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los
matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el
aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Cinco minutos con Jesús
Enero 9
Gracias también por el dolor, que tanto enseña. Por
ese dolor que me acerca a ti; siempre y cuando yo sepa descubrirte presente en
el dolor.
Gracias, mi Dios, por ese dolor que me asemeja a tu
Cristo y que con Él y en Él y por Él me convierte en redentor de mí mismo y de
mis hermanos los hombres.
(Padre Alfonso Milagro)
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito
de todos)
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