sábado, 6 de octubre de 2018

Pequeñas Semillitas 3792

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 13 - Número 3792 ~ Sábado 6 de Octubre de 2018
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Sea cual sea el desafío al que debo enfrentarme, no necesito hacerlo solo. No tengo por qué estar solo ante cualquier prueba; pues Dios es una presencia amorosa que está siempre conmigo.
Si alguna vez me siento apartado de la presencia de Dios; digo en voz alta o en silencio: "Ahora Dios está conmigo".  Afirmo esta verdad una y otra vez hasta que comienzo a sentir la amorosa presencia de Dios.  Afirmo esta verdad hasta que me invade una nueva comprensión de mi unidad con Dios. Recuerdo que no estoy solo en este momento ni lo estaré jamás. En las cumbres o en las honduras de las experiencias vitales, Dios está conmigo.
Dios está conmigo en todo momento y en todo lugar. Dondequiera que yo esté, allí estará Dios. Dondequiera que vaya, Dios irá conmigo. Haga lo que haga, Dios trabaja conmigo para lograr grandes cosas.

¡Buenos días!

Llenó la casa de luz
Jesús dijo que sus discípulos deben ser la luz del mundo. La luz se comunica, se propaga irresistiblemente, penetra todo lo que no le ofrece resistencia; pone en cada cosa una nota de alegría; porque la luz comunica vida. Que tu testimonio sea una senda de luz que guíe a los que buscan con sinceridad al Señor, “camino, verdad y vida”. Una anécdota curiosa. 

Un anciano viendo cercana su muerte, habló así a sus tres hijos: —No puedo dividir en tres lo que poseo. Es tan poco que perjudicaría a todos. He dejado encima de la mesa una moneda para cada uno de ustedes. Tómenla. El que compre con esa moneda algo con lo que llenar la casa, se quedará con toda la herencia. Se fueron. El primer hijo compró paja, pero sólo consiguió llenar la casa hasta la mitad. El segundo compró sacos de plumas, pero no consiguió llenar la casa mucho más que el anterior. El tercer hijo -que consiguió la herencia- sólo compró una pequeña vela. Esperó hasta la noche, encendió la vela y llenó la casa de luz.

El Señor te ha regalado la luz de la fe para que la irradies a tu alrededor, con el ejemplo y la palabra. Cada uno tiene posibilidades distintas, pero no menos importantes aunque parezcan restringidas. Dios ha dispuesto que las almas vayan iluminando otras almas, como si fueran antorchas. Que  “hagas brillar ante los ojos de los hombres la luz que hay en ti”.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios
Lecturas de hoy
Primera Lectura: Jb 38, 1. 12-21; 40, 3-5

Salmo: Sal 138, 1-3. 7-10. 13-14b

SANTO EVANGELIO: Lc 10,17-24
En aquel tiempo, regresaron alegres los setenta y dos, diciendo: «Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre». Él les dijo: «Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. Mirad, os he dado el poder de pisar sobre serpientes y escorpiones, y sobre todo poder del enemigo, y nada os podrá hacer daño; pero no os alegréis de que los espíritus se os sometan; alegraos de que vuestros nombres estén escritos en los cielos».
En aquel momento, se llenó de gozo Jesús en el Espíritu Santo, y dijo: «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños. Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito. Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; y quién es el Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar».
Volviéndose a los discípulos, les dijo aparte: «¡Dichosos los ojos que ven lo que veis! Porque os digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros veis, pero no lo vieron, y oír lo que vosotros oís, pero no lo oyeron».

Comentario:
Hoy, el evangelista Lucas nos narra el hecho que da lugar al agradecimiento de Jesús para con su Padre por los beneficios que ha otorgado a la Humanidad. Agradece la revelación concedida a los humildes de corazón, a los pequeños en el Reino. Jesús muestra su alegría al ver que éstos admiten, entienden y practican lo que Dios da a conocer por medio de Él. En otras ocasiones, en su diálogo íntimo con el Padre, también le dará gracias porque siempre le escucha. Alaba al samaritano leproso que, una vez curado de su enfermedad —junto con otros nueve—, regresa sólo él donde está Jesús para darle las gracias por el beneficio recibido.
Escribe san Agustín: «¿Podemos llevar algo mejor en el corazón, pronunciarlo con la boca, escribirlo con la pluma, que estas palabras: ‘Gracias a Dios’? No hay nada que pueda decirse con mayor brevedad, ni oír con mayor alegría, ni sentirse con mayor elevación, ni hacer con mayor utilidad». Así debemos actuar siempre con Dios y con el prójimo, incluso por los dones que desconocemos, como escribía san Josemaría Escrivá. Gratitud para con los padres, los amigos, los maestros, los compañeros. Para con todos los que nos ayuden, nos estimulen, nos sirvan. Gratitud también, como es lógico, con nuestra Madre, la Iglesia.
La gratitud no es una virtud muy “usada” o habitual, y, en cambio, es una de las que se experimentan con mayor agrado. Debemos reconocer que, a veces, tampoco es fácil vivirla. Santa Teresa afirmaba: «Tengo una condición tan agradecida que me sobornarían con una sardina». Los santos han obrado siempre así. Y lo han realizado de tres modos diversos, como señalaba santo Tomás de Aquino: primero, con el reconocimiento interior de los beneficios recibidos; segundo, alabando externamente a Dios con la palabra; y, tercero, procurando recompensar al bienhechor con obras, según las propias posibilidades.
Rev. D. Josep VALL i Mundó (Barcelona, España)

Santoral Católico:
San Bruno
Fundador de los Cartujos
 
Nació en Colonia (Alemania) hacia el año 1035. Formado y ordenado de sacerdote en Reims (Francia), el arzobispo le encargó la dirección de los estudios y escuelas de su diócesis. Fue maestro de Teología y sus comentarios de la Escritura fueron bien acogidos. Pero Bruno buscaba otra cosa y se fue a Molesme, donde estaba naciendo la reforma Cisterciense. Deseoso de mayor silencio y soledad, en 1084 fundó un pequeño eremitorio en el lugar salvaje y casi inaccesible del desierto de la Cartuja, cerca de Grenoble, que iba a servir de modelo para las Cartujas de todo el mundo. El año 1090 Urbano II le ordenó ir a Roma para el servicio de la Sede Apostólica. La vocación del Santo era otra. El Papa lo comprendió y le permitió retirarse al desierto, sin salir de Italia. Aquel mismo año marchó Bruno a la soledad de Squillace (Calabria), y allí se durmió en la paz del Señor, en el monasterio de La Torre, el 6 de octubre de 1101.
Oración: Señor, Dios nuestro, tú que llamaste a san Bruno para que te sirviera en la soledad, concédenos, por su intercesión, que, en medio de las vicisitudes de este mundo, vivamos entregados siempre a ti. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
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© Directorio Franciscano – Aciprensa – Catholic.net

Palabras del Santo Padre Pío
"Es verdad que mis oraciones a Jesús
son más dignas de castigo que de premio,
porque he disgustado demasiado
a Él con mis incontables pecados;
pero, al final, Jesús se apiadará de mí"

Grandes Biografías:
Julio Verne 
Jules Gabriel Verne nació el 8 de Enero de 1828 en Nantes, Francia. A los veinte años ingresó a la facultad de derecho para agradar a su padre.

A Julio Verne le atraía la bohemia, donde conoció a famosas personalidades como: Alexander Dumas (autor de ‘Los tres mosqueteros’) y Víctor Hugo (autor de ‘Los miserables’). Julio se impresionó al ver como Alexander usaba hechos históricos para escribir sus novelas. Decidió escribir una obra de teatro estrenada en 1850 sin mucho éxito.

En 1852 fue a trabajar como secretario de teatro lírico por dos años donde conoce a Honocina Ana de Viena, viuda con dos hijos, se enamora y se casa en 1857.

Verne escribe ‘Cinco semanas en globo’ que fue un verdadero éxito, luego de esto firma un contrato con el editor Jules Hetzel de escribir dos libros por año por los siguientes veinte años. Verne cumple este contrato por cuarenta años.

Tenía la costumbre de escribir dos o tres libros al mismo tiempo y rara vez cambiaba la versión original. Apasionado por los viajes y la ciencia se puede clasificar como uno de los más importantes escritores del siglo XIX y un exponente del entusiasmo por la revolución tecnológica e industrial de ese siglo.

Aprovecha sus conocimientos geográficos de sus viajes por Europa, África y América del norte para dar a sus aventuras un estilo muy particular, fantástico y exótico pero a la vez con datos muy verídicos y similares a la realidad.

Obras como ‘Viaje al centro de la Tierra’ y ‘Vuelta al mundo en ochenta días’ revelan su talento al mezclar aventura con fundamentos científicos como la teoría de la relatividad del tiempo y la documentación sobre material y equipo científico. Escribe novelas y documentos entre los que destacan ‘Veinte mil leguas de viaje submarino’, ‘De la Tierra a la Luna’, ‘Las tribulaciones de un Chino en China’, ‘Miguel Strogoff’, ‘La isla misteriosa’, ‘Un capitán de quince años’, etc.

Los años 1886-1887 son fatales para Verne ya que su sobrino favorito Gastón sufre un ataque de demencia y le dispara en una pierna lo que lo deja minusválido y el joven Gastón es encerrado en un manicomio. Poco después muere Hetzel, a quien Verne quiere como padre y luego muere su madre. Su hermano Paul destrozado por la muerte, entra al manicomio, muriendo diez años después.

Al ritmo del trabajo que mantiene durante varios años, Verne sufre de dolencias gástricas, desmayos, parálisis facial y diabetes lo que le va quitando la vista y el oído, y al final le produce la muerte. Muere en Amiens el 24 de Marzo de 1905, todavía trabajando en una novela póstuma: ‘La invasión del mar’, en la que las aguas invadían Europa, arrasándolo todo a su paso. Otra novela póstuma fue ‘El eterno Adán’, que se trata de un cataclismo mundial que inunda todo el planeta haciendo un periodo regresivo, retrocediendo al salvajismo.

Humor de sábados
Consejos de niños 
1. Nunca le confíes a tu perro que cuide tu comida. (Patricio, 10 años)
2. Cuando tu papa esté enojado y te pregunte "¿Qué, parezco un idiota?", no le contestes. (Sally, 11 años)
3. Nunca le digas a tu mamá que la dieta no le está sirviendo. (Miguel, 14 años)
4. No comas demasiadas ciruelas pasas. (Jorge, 9 años)
5. Nunca orines en una cerca eléctrica. (Roberto, 13 años)
6. No te pongas en cuclillas si estás usando espuelas. (Nora, 13 años)
7. Cuando tu mamá esté enojada con tu papá, no dejes que cepille tu cabello. (Taylia, 11 años)
8. Nunca dejes en el mismo cuarto a tu tarea y a tu hermanito de tres años. (Tita, 10 años)
9. Los perros tienen mal aliento, aun después de darles una pastilla de menta. (Andrés, 9 años)
10. No es posible esconder un pedazo de brócoli dentro de un vaso de leche. (Omar, 8 años)
11. Si quieres que te den un gato, primero pide un ponny. (Noemí, 15 años)
12. Los marcadores de tinta no sirven como lápiz labial. (Lauren, 9 años)
13. No molestes a tu hermana si tiene un bate de béisbol en las manos. (Joel, 10 años)
14. Si sacaste una mala calificación en la escuela, enséñasela a tu mamá cuanto esté hablando por teléfono. (Alexia, 13 años)
15. Nunca trates de bautizar a un gato. (Elena, 8 años)

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Pedidos de oración 
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, monjas, religiosas, novicias, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los pacientes internados en la Casa de la Bondad en  Córdoba (Argentina); por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Continuamos unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades, poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para el mundo. Al rezar por la paz, rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que están en peligro de ser abortados. Paz para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz para los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.

Cinco minutos del Espíritu Santo 
Octubre 6
Uno de los símbolos del Espíritu Santo es la unción con aceite.
En el Antiguo Testamento los reyes eran ungidos, para que supieran gobernar y para que tuvieran la fuerza necesaria para poder cumplir con su misión. Se creía que, junto con el aceite que se derramaba, descendía el Espíritu divino (1 Samuel 9; Salmo 2,6). También los sacerdotes eran ungidos en su consagración (Éxodo 28,41; 29,7), y a veces los profetas (1 Reyes 19,15-16).
Jesús mismo, cuando inicia su misión pública, aplica a esa misión el anuncio de Isaías: "El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido para llevar la buena noticia a los pobres" (Lucas 4,18).
Esta unción no significa sólo que somos elegidos, sino que somos capacitados para cumplir la misión que Dios nos da en esta vida. Por eso, también en el Bautismo y en la Confirmación nosotros somos ungidos.
Esta unción con aceite es un símbolo de esa consagración que nos capacita, porque en la antigüedad se utilizaba el aceite para frotar a los atletas y fortalecerlos de manera que pudieran correr y llegar a la meta con éxito. Pero para cumplir otras funciones, como el gobierno, el sacerdocio o la profecía, no basta la fuerza, sino también la sabiduría. Por eso, esta unción con el aceite pasó a simbolizar también al Espíritu Santo que se derrama para darnos esa sabiduría. A los cristianos que han recibido el Espíritu Santo se les dice: "Ustedes conserven la unción que recibieron de él, y no tendrán necesidad de que nadie les enseñe" (1 Juan 2,27).
Imaginemos al Espíritu Santo, que se derrama sobre nosotros como un aceite perfumado, y démosle gracias por la fuerza y la sabiduría que él nos regala muchas veces, cuando más lo necesitamos.
* Mons. Víctor Manuel Fernández
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)

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