lunes, 1 de octubre de 2018

Pequeñas Semillitas 3787

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 13 - Número 3787 ~ Lunes 1 de Octubre de 2018
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
 
Alabado sea Jesucristo…
Iniciamos el mes de octubre, dedicado al Santo Rosario y también a las misiones.
El Rosario "es una conversación con María que, igualmente, nos conduce a la intimidad con su Hijo". La vida de Jesús, por medio de la Virgen, se hace vida también en nosotros, y aprendemos a amar a nuestra Madre del Cielo.
Todos podemos y debemos rezar diariamente el Santo Rosario: El rezo del Rosario nos acerca a Dios. El Rosario nos relata la vida de nuestro Señor Jesucristo y de su Madre la Santísima Virgen María. Mientras desgranamos las cuentas del Rosario contemplemos con sencillez evangélica las alegrías, los dolores y las glorias de Jesús y de María. La meditación de los misterios del Rosario debe llevarnos a imitar las virtudes que contemplamos y a sacar de esos misterios enseñanzas y propósitos de mejorar nuestra vida según las normas del Evangelio, cumpliendo fielmente los Mandamientos.

¡Buenos días!

Entre truenos y relámpagos
Un niño es el regalo de Dios para tus días tristes. Es el movimiento y el torbellino de la vida que se agita, que salta, que corre, que sueña, que sonríe y se duerme. Un niño es siempre una esperanza, un por qué vivimos y trabajamos sin dar lugar a la fatiga. Un niño es un misterio impenetrable; ¿qué será de él en el futuro?

Una nena, como todos los días fue caminando a la escuela, a pesar del mal tiempo y de las nubes oscuras. A los pocos minutos el viento arreció y empezaron los rayos y los truenos. La madre pensó que su hijita podría tener miedo en el camino, pues ella misma estaba asustada por la tormenta. Preocupada, la madre entró a su auto, y se dirigió a la escuela. En el camino encontró a su hija caminando, y notó que a cada relámpago la niña se detenía, miraba hacia arriba y sonreía. Cuando la niña subió al auto, la madre le preguntó muy curiosa: —¿Qué estabas haciendo? La niña le respondió: —Estaba sonriendo, porque Dios no paraba de sacarme fotos.

Un niño es el interrogante permanente sobre el mundo que hemos construido, sobre los valores que nos movilizan, sobre el destino de nuestra humanidad... ¿Saldría el sol cada mañana si ellos no iluminaran nuestras noches? ¿Podríamos vivir sin su bullicio, sin sus sonrisas, sin la abismante profundidad de sus preguntas? Agradezcamos este don del Cielo.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios
Lecturas de hoy 
Primera Lectura: Jb 1, 6-22

Salmo: Sal 16, 1-3d. 6-7

SANTO EVANGELIO: Lc 9,46-50
En aquel tiempo, se suscitó una discusión entre los discípulos sobre quién de ellos sería el mayor. Conociendo Jesús lo que pensaban en su corazón, tomó a un niño, le puso a su lado, y les dijo: «El que reciba a este niño en mi nombre, a mí me recibe; y el que me reciba a mí, recibe a Aquel que me ha enviado; pues el más pequeño de entre vosotros, ése es mayor».
Tomando Juan la palabra, dijo: «Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre, y tratamos de impedírselo, porque no viene con nosotros». Pero Jesús le dijo: «No se lo impidáis, pues el que no está contra vosotros, está por vosotros».  

Comentario:
Hoy, camino de Jerusalén hacia la pasión, «se suscitó una discusión entre los discípulos sobre quién de ellos sería el mayor» (Lc 9,46). Cada día los medios de comunicación y también nuestras conversaciones están llenas de comentarios sobre la importancia de las personas: de los otros y de nosotros mismos. Esta lógica solamente humana produce frecuentemente deseo de triunfo, de ser reconocido, apreciado, agradecido, y falta de paz, cuando estos reconocimientos no llegan.
La respuesta de Jesús a estos pensamientos —y quizá también comentarios— de los discípulos recuerda el estilo de los antiguos profetas. Antes de las palabras hay los gestos. Jesús «tomó a un niño, le puso a su lado» (Lc 9,47). Después viene la enseñanza: «El más pequeño de entre vosotros, ése es mayor» (Lc 9,48). —Jesús, ¿por qué nos cuesta tanto aceptar que esto no es una utopía para la gente que no está implicada en el tráfico de una tarea intensa, en la cual no faltan los golpes de unos contra los otros, y que, con tu gracia, lo podemos vivir todos? Si lo hiciésemos tendríamos más paz interior y trabajaríamos con más serenidad y alegría.
Esta actitud es también la fuente de donde brota la alegría, al ver que otros trabajan bien por Dios, con un estilo diferente al nuestro, pero siempre valiéndose del nombre de Jesús. Los discípulos querían impedirlo. En cambio, el Maestro defiende a aquellas otras personas. Nuevamente, el hecho de sentirnos hijos pequeños de Dios nos facilita tener el corazón abierto hacia todos y crecer en la paz, la alegría y el agradecimiento. Estas enseñanzas le han valido a santa Teresita de Lisieux el título de “Doctora de la Iglesia”: en su libro Historia de un alma, ella admira el bello jardín de flores que es la Iglesia, y está contenta de saberse una pequeña flor. Al lado de los grandes santos —rosas y azucenas— están las pequeñas flores —como las margaritas o las violetas— destinadas a dar placer a los ojos de Dios, cuando Él dirige su mirada a la tierra.
Prof. Dr. Mons. Lluís CLAVELL (Roma, Italia)

Santoral Católico:
Santa Teresita del Niño Jesús
Virgen y Doctora de la Iglesia

[Murió el 30 de septiembre y su memoria se celebra el 1 de octubre]. Nació en Alençon (Normandía, Francia) el año 1873 en el seno de una familia muy cristiana; fueron sus padres los santos Luis Martin y Celia Guérin. Siendo aún adolescente entró en las Carmelitas Descalzas de Lisieux, ejercitándose sobre todo en la humildad, la sencillez evangélica y la confianza en Dios, virtudes que se esforzó en inculcar, de palabra y con el ejemplo, sobre todo en las novicias, de las que era maestra. En sus cartas y sobre todo en su autobiografía, la «Historia de un alma», nos dejó un testimonio admirable de su vida de fe por el camino de la infancia espiritual, en medio de grandes pruebas y tribulaciones. Allí escribe: «Mi vocación es el amor... En el corazón de la Iglesia, que es mi madre, yo seré el amor». Murió el 30 de septiembre de 1897, ofreciendo su vida por la salvación de las almas y por el incremento de la Iglesia. Pío XI la proclamó patrona de las misiones, y  San Juan Pablo II, doctora de la Iglesia.
Oración: Oh Dios, que has preparado tu reino para los humildes y los sencillos, concédenos la gracia de seguir confiadamente el camino de santa Teresa del Niño Jesús, para que nos sea revelada, por su intercesión, tu gloria eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
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© Directorio Franciscano – Aciprensa – Catholic.net

Pensamiento del día

“Para mí, la Oración es un impulso del corazón, una simple mirada dirigida al cielo, un grito de agradecimiento y de amor, tanto en medio del sufrimiento como en medio de la alegría. En una palabra es algo grande, algo sobrenatural que me dilata el alma y me une a Jesús”.
(Sta. Teresita del Niño Jesús)

Tema del día:
Octubre mes del Rosario
 
El pueblo cristiano siempre ha sentido la necesidad de la mediación de María, Omnipotencia suplicante, y se multiplican así a lo largo de los siglos las devociones marianas. Sin embargo, entre las devociones a María, con el paso de los años, una se destaca claramente: el Santo Rosario. Se compone de veinte decenas de Avemarías, intercaladas por el rezo del Padrenuestro y del Gloria y añadiéndose al final las invocaciones de las letanías lauretanas. A la oración vocal se une la meditación de los misterios gozosos, dolorosos, gloriosos y luminosos.

Hay una primera época en donde los cristianos solían recitar los 150 salmos del Oficio divino. Pero los que no sabían leer los sustituían por 150 Avemarías, sirviéndose para contarlas de granos enhebrados por decenas o de nudos hechos en una cuerda. A la vez se meditaba la vida de la Virgen.

Sin entrar en una discusión histórica se puede afirmar que es, sin duda, Santo Domingo de Guzmán el hombre que en su época más contribuyó a la formación del Rosario y a su propagación, no sin inspiración de Santa María Virgen.

A finales del siglo XV ya se rezaba el Rosario con una estructura similar a la de hoy: se rezan cinco o quince misterios, cada uno compuesto por diez Avemarías. Por último se fija el rezo de las letanías, cuyo origen en la Iglesia es muy antiguo.

Hay un hecho histórico importante para la difusión del Rosario: la batalla de Lepanto. San Pío V atribuyó la victoria de Lepanto (7 octubre 1571) a la intercesión de la Santísima Virgen, invocada en Roma y en todo el orbe cristiano por medio del Rosario. Con este motivo la piedad de los fieles añadió a las letanías lauretanas la invocación Auxilium christianorum. El año siguiente instituyó S. Pío V la fiesta de la conmemoración de la Virgen María de la Victoria, que Gregorio XIII quiso que se llamase Nuestra Señora del Rosario, pasando a ser fiesta universal de la Iglesia en 1716 con Clemente XI; su celebración se fijó en tiempos de S. Pío X el 7 de octubre,

La devoción al Rosario adquirió un notable impulso en tiempos de León XIII, añadiéndose a las letanías lauretanas la invocación «Reina del Santísimo Rosario». Todos los pontífices de los últimos siglos han promovido la devoción al Rosario.

En los últimos tiempos ha contribuido de manera especial a la fundamentación y propagación de esta devoción mariana los hechos milagrosos de Lourdes y Fátima: En esas apariciones, la Virgen pidió expresamente que rezásemos el Rosario.

El Papa San Juan Pablo II, en la Carta Apostólica Rosarium Virginis Mariae, introdujo los misterios Luminosos.

En la práctica del rezo del Rosario es importante detenerse en la contemplación del misterio cristiano; contemplar la visa de Jesucristo en los distintos misterios del Rosario: gozosos, luminosos, dolorosos y gloriosos.

Misterios gozosos
Contemplan momentos de gozo en la vida de la Virgen. Se rezan los lunes y sábados.
1- La Anunciación del Ángel a María.
2- La visitación de Santa María a su prima Santa Isabel.
3- El Nacimiento de Jesús.
4- La presentación en el Templo.
5- El Niño perdido y hallado en el Templo.

Misterios luminosos
Contemplan momentos de los misterios de la vida pública de Cristo. Se rezan los jueves.
1- El bautismo del Señor.
2- La auto revelación en las bodas de Caná.
3- La predicación del Reino y llamado a la conversión.
4- La transfiguración del Señor.
5- La institución de la Eucaristía.

Misterios dolorosos
Contemplan la Pasión del Señor. Se rezan los martes y viernes.
1- La oración de Jesús en el huerto.
2- La flagelación de Jesús.
3- La coronación de espinas.
4- La cruz a cuestas camino al Calvario.
5- Muerte de Jesús en la cruz.

Misterios gloriosos
Contemplan momentos de los misterios de gloria en la vida de Jesús y María. Se rezan los miércoles y domingos.
1- La resurrección del Señor.
2- La ascensión a los Cielos.
3- La venida del Espíritu Santo sobre María y los Apóstoles.
4- La asunción de María a los Cielos.
5- La coronación de María como Reina del Universo.

Meditaciones de “Pequeñas Semillitas” 
El 4 de octubre de 2017, en la Plaza de San Pedro, al saludar a los peregrinos polacos durante su audiencia general el papa Francisco evocó el llamado de la Virgen María en sus seis apariciones en Fátima, hace 100 años: «Me gustaría que recen el Rosario todos los días».
Y el Papa va más allá: «Respondiendo a su pedido, recemos juntos por la Iglesia, por la Sede de Pedro y por las intenciones de todo el mundo».
«Pidamos perdón por los pecados, agregó. Oremos por la conversión de los escépticos, por aquellos que rechazan a Dios y por las almas del Purgatorio».
«¡A ustedes que rezan el Rosario, les bendigo con todo mi corazón!, dijo el Santo Padre, antes de que uno de sus colaboradores tradujera al polaco».
«Recen el Rosario por la conversión de aquellos que niegan a Dios», fue la invitación del papa Francisco para el mes de octubre, mes del Rosario.

Pedidos de oración
 
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, monjas, religiosas, novicias, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los pacientes internados en la Casa de la Bondad en  Córdoba (Argentina); por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración para las siguientes personas: Rosita L., de Canadá, 46 años, quien hoy se somete a trasplante de riñón donado por su hija Lina, de 27 años, rogamos por ambas para que todo salga bien con la bendición de Dios y la protección de la Virgen María; Iván, de Argentina, joven con adicción al alcohol; Carmita G., 75 años, Canadá, con diabetes y cáncer de mama; Juan G. V., médico, de Estados Unidos, diagnosticado con cáncer; y Pilar D., 60 años, de Texas, USA, por su completa recuperación de un largo proceso de enfermedad.

Pedimos oración para las siguientes personas de la provincia de El Chaco, Argentina: Carlos R., que será operado por tercera vez de un serio proceso intestinal; familia Castro, por la pronta recuperación del grave accidente automovilístico; Irma Graciela, por el buen resultado de los análisis y la próxima cirugía; y Rosa María C., por solución a los problemas de familia.

Pedimos oración para dos señoras de la ciudad de Medellín, Antioquia, Colombia: María Cristina M. de P., que tiene cáncer en la tiroides, rogando a Jesús que la toque con Sus Santas Manos; y por las necesidades materiales (vivienda) de Sonia M. O. rogando que sean atendidas.

Continuamos unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades, poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para el mundo. Al rezar por la paz, rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que están en peligro de ser abortados. Paz para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz para los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Cinco minutos del Espíritu Santo 
Octubre 1
Hoy recordamos a Santa Teresita de Lisieux. En ella podemos reconocer la generosa ternura que puede infundir el Espíritu Santo en nuestras vidas.
Ella vivió y creció con una bella conciencia de ser inmensamente amada por Jesucristo. Por eso desde niña ansiaba consagrarse a Dios en la clausura; entonces se hizo carmelita. Pero su amor a Jesús no era sólo un deseo de vivir tranquila, abrazada por el Señor. Porque el Espíritu Santo le hizo ver con claridad que quien ama a Jesús se identifica con su deseo, empieza a desear lo que Jesús desea. Por lo tanto, su pasión era ser un instrumento de Jesús para hacer el bien.
Teresita no sentía un gran atractivo por la tranquilidad del cielo. Más bien le interesaba que en el cielo podría estar más cerca de Jesús para que su oración fuera más eficaz y pudiera interceder por nosotros con más fuerza. Eso se expresaba en su promesa de que después de su muerte haría caer una lluvia de rosas.
Pero lo que más se destaca en su vida es la infancia espiritual. No se trata de un infantilismo débil o romántico, sino de una actitud valiente y grandiosa: renunciar a la miserable tentación de creernos dioses todopoderosos, de sentirnos el centro del universo o de pensar que somos más que los demás. Hacerse como niños es confiar sin reservas en el amor de Dios, y así no necesitar más dominar a los demás, aprovecharse de ellos o buscar con desesperación sus elogios y reconocimientos. Teresita vivió a fondo esta actitud gracias a la obra transformadora del Espíritu Santo.
El Evangelio nos invita a recuperar la actitud de humilde confianza que caracteriza a los niños; el Reino de Dios debe ser recibido con esa confianza, propia del que sabe que solo no puede. Así como un niño que en los momentos de temor reclama sinceramente la presencia de su Padre, el corazón tocado por el Espíritu Santo ha renunciado a su autonomía, sabe que necesita de su poder, que sin él no tiene fuerza ni seguridad, que en él está la única verdadera fortaleza.
* Mons. Víctor Manuel Fernández
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)

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