PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
12 - Número 3515 ~ Martes 28 de Noviembre de 2017
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Es
necesario que recuerde que la terquedad no es una virtud.
Siempre
habrá alguien que sepa algo más que yo. Siempre habrá alguien que haga algo
mejor que yo. Siempre habrá alguien que hable mejor que yo.
Necesito
humildad para aprender a discernir entre lo que realmente es correcto, de lo
que pienso que es correcto.
Una
de las claves es aprender a experimentar nuevas ideas y nuevos planes. Y, si
realmente falla, entonces, con una sonrisa en los labios y con la humildad de
alguien que ya experimentó todo, puedo sugerir una nueva idea, sin enojarme y
sin el sentimiento de revancha.
¡Buenos días!
Personajes solidarios
Solidaridad
es sentirse una sola cosa con los demás: “Todos para uno y uno para todos”.
Sentir la solidaridad llena el corazón de seguridad, estímulo y paz. El interés
por la gente debe ser genuino, sin intereses ocultos que puedan enturbiar la
ayuda prestada. La solidaridad implica comprensión, disponibilidad,
colaboración. Lleva consigo involucrarse y compartir.
De acuerdo con un estudio efectuado en 22 países de
América Latina, España y Portugal a más de 40.000 estudiantes de secundaria,
los jóvenes admiran principalmente a personajes solidarios. Juan Pablo II ocupó
el primer lugar y la Madre Teresa de
Calcuta el segundo. Según una encuesta realizada en la diócesis de Indiana
(EEUU), lo que más llamaba la atención a los feligreses era la sonrisa de Juan
Pablo II, su devoción mariana, su dominio de varios idiomas, el perdón
concedido al que quiso asesinarlo y su amor a los niños y los pobres.
Las
manifestaciones verbales de solidaridad son importantes, pues todos necesitamos
sentir el apoyo moral. Además se necesitan acciones concretas de ayuda. Ningún
ser humano puede sernos indiferente. Siempre existirá alguna forma de manifestar
nuestra solidaridad. Puedes empezar a ser solidario cada día con pequeños y
sencillos gestos.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, como dijeran algunos acerca del Templo que estaba adornado de
bellas piedras y ofrendas votivas, Jesús dijo: «Esto que veis, llegarán días en
que no quedará piedra sobre piedra que no sea derruida».
Le
preguntaron: «Maestro, ¿cuándo sucederá eso? Y ¿cuál será la señal de que todas
estas cosas están para ocurrir?». Él dijo: «Estad alerta, no os dejéis engañar.
Porque vendrán muchos usurpando mi nombre y diciendo: ‘Yo soy’ y ‘el tiempo
está cerca’. No les sigáis. Cuando oigáis hablar de guerras y revoluciones, no
os aterréis; porque es necesario que sucedan primero estas cosas, pero el fin
no es inmediato». Entonces les dijo: «Se levantará nación contra nación y reino
contra reino. Habrá grandes terremotos, peste y hambre en diversos lugares,
habrá cosas espantosas, y grandes señales del cielo». (Lc 21,5-11)
Comentario:
Hoy
escuchamos asombrados la severa advertencia del Señor: «Esto que veis, llegarán
días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea derruida» (Lc 21,6).
Estas palabras de Jesús se sitúan en las antípodas de una así denominada
“cultura del progreso indefinido de la humanidad” o, si se prefiere, de unos
cuantos cabecillas tecnocientíficos y políticomilitares de la especie humana,
en imparable evolución.
¿Desde
dónde? ¿Hasta dónde? Esto nadie lo sabe ni lo puede saber, a excepción, en
último término, de una supuesta materia eterna que niega a Dios usurpándole los
atributos. ¡Cómo intentan hacernos comulgar con ruedas de molino los que
rechazan comulgar con la finitud y precariedad que son propias de la condición
humana!
Nosotros,
discípulos del Hijo de Dios hecho hombre, de Jesús, escuchamos sus palabras y,
haciéndolas muy nuestras, las meditamos. He aquí que nos dice: «Estad alerta,
no os dejéis engañar» (Lc 21,8). Nos lo dice Aquel que ha venido a dar
testimonio de la verdad, afirmando que aquellos que son de la verdad escuchan
su voz.
Y
he aquí también que nos asevera: «El fin no es inmediato» (Lc 21,9). Lo cual
quiere decir, por un lado, que disponemos de un tiempo de salvación y que nos
conviene aprovecharlo; y, por otro, que, en cualquier caso, vendrá el fin. Sí,
Jesús, vendrá «a juzgar a los vivos y a los muertos», tal como profesamos en el
Credo.
Queridos
hermanos y amigos: unos versículos más adelante del fragmento que ahora
comento, Jesús nos estimula y consuela con estas otras palabras que, en su
nombre, os repito: «Con vuestra perseverancia salvaréis vuestra vida» (Lc
21,19).
Nosotros,
dándole cordial resonancia, con la energía de un himno cristiano de Cataluña,
nos exhortamos los unos a los otros: «¡Perseveremos, que con la mano ya tocamos
la cima!».
+ Rev. D. Antoni ORIOL i Tataret (Vic, Barcelona,
España)
Santoral Católico:
Santa Catalina Labouré
Vidente de la Medalla Milagrosa
Fue
una religiosa de las Hijas de la Caridad y una vidente, que sostuvo transmitir
el pedido de la Virgen María de crear la Medalla Milagrosa, que hoy en día
llevan millones de católicos y aún no católicos. Nació el 2 de mayo de 1806 en Fain-lès-Moutiers,
en la región de Borgoña, Francia, y falleció en París, el 31 de diciembre de 1876
La
vida de Santa Catalina de Labouré fue de una simplicidad y humildad extrema,
oculta totalmente de la vista de los hombres y de las cosas del mundo. Sin
embargo ella vivió en silencio la Presencia permanente de Jesús, María, los
ángeles y los santos, que la regocijaban con la promesa de la vida en la Patria
Celestial. Catalina se entregó totalmente a la Voluntad de Dios, y ese fue su
secreto: la obediencia total, aún sin entender, la humildad total aceptando el
sufrimiento como parte del plan de Dios.
© Aciprensa
Pensamiento del día
“Todas las cosas que salen de ti,
regresan a ti.
Así que no es necesario preocuparse
por lo que vas a recibir,
mejor preocúpate por lo que vas a dar”.
Tema del día:
El domingo empieza el Adviento
Cuatro
domingos de Adviento tendrán que pasar para que ya, una vez más, estemos en
Navidad...
El
próximo domingo será el primero y el advenimiento que vamos a celebrar es la
conmemoración de la llegada del Hijo de Dios a la Tierra. Es tiempo de
preparación puesto que siempre que esperamos recibir a una persona importante,
nos preparamos.
La
Iglesia nos invita a que introduzcamos en nuestro espíritu y en nuestro
cotidiano vivir un nuevo aspecto disciplinario para aumentar el deseo ferviente
de la venida del Mesías y que su llegada purifique e ilumine este mundo,
caótico y deshumanizado, procurando el recogimiento y que sean más abundantes y
profundos los tiempos de oración y el ofrecimiento de sacrificios, aunque sean
cosas pequeñas y simples, preparando así los Caminos del Señor.
Caminos
que llevamos en nuestro interior y que tenemos que luchar para que no se llenen
de tinieblas, de ambición, de lujuria, de envidia, de soberbia y de tantas
otras debilidades propias de nuestro corazón humano, sino que sean caminos de
luz, senderos que nos conduzcan a la cima de la montaña, a la conquista de
nuestro propio yo.
Hace
un par de días celebrábamos la fiesta de Cristo Rey. Cristo es un Rey que no es
de este mundo. El reino que Él nos vino a enseñar pertenece a los pobres, a los
pequeños y también a los pecadores arrepentidos, es decir, a los que lo acogen
con corazón humilde y los declara bienaventurados porque de "ellos es el
Reino de los Cielos".... y a los "pequeños" es a quienes el
Padre se ha dignado revelar las cosas ocultas a los sabios y a los ricos.
Es
preciso entrar en ese Reino y para eso hay que hacerse discípulo de Cristo. A
nosotros no toca ser portadores del mensaje que Jesús vino a traer a la Tierra.
Cristo
no vivió su vida para sí mismo, sino para nosotros desde su Encarnación por
"nosotros los hombres y por nuestra salvación hasta su muerte, por
nuestros pecados" (1Co 15,3) y en su Resurrección "para nuestra
justificación (Rm 4,1) "estando siempre vivo para interceder en nuestro
favor" (Hb 7,25). Con todo lo que vivió y sufrió por nosotros, de una vez
por todas, permanece presente para siempre "ante el acatamiento de Dios en
favor nuestro" (Hb 9,24).
Cuatro
domingos faltan para que celebremos su llegada. Días y semanas para meditar,
menos carreras, menos cansancio del bullicio y ajetreo de compras y
compromisos, de banalidades y gastos superfluos... mejor preparar nuestro
corazón y tratar de que los demás lo hagan también para el Gran Día del
Nacimiento en la Tierra de Dios que se hace hombre.
¡Preparémonos
con ilusión y con fe!
© Ma Esther De Ariño | Fuente: Catholic.net
Meditaciones
Considera
cómo habiendo criado Dios al primer hombre para que le sirviese y amase en esta
vida y después conducirle a la vida eterna a reinar en el paraíso; a este fin
le enriqueció de luces y de gracias.
Pero el hombre ingrato se reveló contra Dios, negándole la obediencia
que le debía de justicia y por gratitud, quedando de esta suerte el miserable
privado con toda su descendencia de la divina gracia y excluido por siempre del
paraíso.
Mira
después de esta ruina del pecado perdidos a todos los hombres. Todos vivían
ciegos entre las tinieblas, en las sombras de la muerte. Mas Dios, viéndolos
reducidos a este miserable estado, determina salvarlos. Y ¿cómo? No manda ya a
un ángel o a un Serafín; sí que para manifestar al mundo el amor inmenso que tenía
a estos gusanos ingratos, envió a su mismo Hijo a hacerse hombre y a vestirse
de la misma carne de los pecadores, para que satisficiese con sus penas y con
su muerte a la justicia divina por los delitos de ellos, y así los librase de
la muerte eterna; y reconciliándolos con su divino Padre, les alcanzase la
Divina Gracia, y los hiciese dignos de entrar en el reino eterno.
Pondera
aquí de una parte la ruina inmensa que trae el pecado, privándonos de la amistad
de Dios y del paraíso, y condenándonos a una eternidad de penas. Pondera de la
otra el amor infinito que Dios mostró en esta grande obra de la Encarnación del
Verbo, haciendo que su Unigénito viniese a sacrificar su vida Divina por manos
de verdugos sobre la cruz en un mar de dolores y vituperios, para alcanzarnos
el perdón y la salvación eterna.
¡Ah!
Que al contemplar este gran misterio y este exceso de amor cada cual no debería
hacer otro que exclamar: ¡Oh Bondad Infinita! ¡Oh Misericordia Infinita! ¡Oh
Amor Infinito! ¿Un Dios hacerse hombre,
para venir a morir por mí?
Pedidos de oración
Pedimos
oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa
Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas,
catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la
unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro
Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el
triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María; por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los
cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente
por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo,
el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por
el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la
falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes
naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por
más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las
vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos
oración por el éxito en el post doctorado de Mario P. E., guatemalteco, que lo realizará en Badajoz durante seis
meses y estará viviendo allí con su esposa y bebita.
Pedimos oración por el eterno descanso del alma de Bautista, joven de Santiago del Estero, Argentina, fallecido a consecuencia de las heridas recibidas en un accidente de tránsito.
Pedimos oración por el eterno descanso del alma de Bautista, joven de Santiago del Estero, Argentina, fallecido a consecuencia de las heridas recibidas en un accidente de tránsito.
Continuamos
unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de
Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades,
poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para
el mundo, al rezar por la paz; rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los
corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que
están en peligro de ser abortados. Paz
para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz para
los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin rezamos por la paz, y
sigamos haciéndolo.
Te rogamos Señor que nos concedas las gracias que
confiadamente estamos solicitando
y todas aquellas que quedan en lo profundo de
nuestros corazones y Tú conoces.
Reconocemos que si lo que pedimos es para nuestro
bien
Tu respuesta llegará en el momento que sea más
oportuno.
Bendícenos Señor y no permitas que nunca nos
separemos de Ti.
Amén.
Los cinco minutos de María
Noviembre 28
El
ángel saludó a María como “llena” de gracia. Dios concedió a la que iba a ser
Madre de su Hijo esa plenitud de gracia desde el primer instante de su
existencia, pero esa gracia también creció hasta alcanzar un grado que no puede
llegar a comprender la mente humana.
Los
cristianos también estamos llamados a crecer en la gracia y en la virtud,
expandirlas y comunicarlas.
María, Virgen fiel, concédenos crecer en gracia y ser
fieles administradores de los dones recibidos para bien del Reino de Dios.
* P. Alfonso Milagro
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el
más pequeñito de todos)
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