PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
12 - Número 3503 ~ Jueves 16 de Noviembre de 2017
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Gracias
Dios por bendecir a las familias, gracias por tu deseo de que tengamos todo lo
que necesitamos.
Señor,
hoy te agradezco por la familia que tenemos, por el cuidado que nos has dado;
en tu protección vivimos seguros y
felices.
Gracias
Dios por protegernos cada día y cada noche con tus ángeles, gracias por
sanarnos cuando estamos enfermos, por darle vitalidad a nuestros cuerpos y
hacer que tengamos fuerzas para hacer nuestras actividades.
Gracias
Señor por el bienestar de toda la familia, por el amor que nos une y nos
bendice, danos a cada uno palabras
sabias
Gracias
mi Dios por el don de la vida y por todo lo que en ella nos das. Amén.
¡Buenos días!
El mal y los problemas
La
tormenta es un buen símbolo para nuestras crisis, angustias y pérdidas. En fin
para todo lo que se presenta como algo doloroso e indeseable en tu vida. Pero
son inevitables. Lo bueno es que descubras en ellas el lado positivo, porque en
torno al mal y al problema existe en ti y en los demás mucho bien: valores,
posibilidades, capacidades… y un Dios que te ama y protege.
Un predicador desplegó ante su auditorio una hoja
blanca de grandes dimensiones que tenía un punto negro en el centro, — ¿Qué
ven? preguntó. —Un puntito negro, contestó el auditorio, casi con unanimidad.
Comentó el predicador, quejosamente: — ¿Es posible que nadie haya visto todo el
blanco de la hoja? Damos tantas vueltas alrededor del mal y de nuestros
problemas que olvidamos que a nuestro lado está el buen Padre Dios, dispuesto
siempre a ayudamos a cambiar de mentalidad y de vida para llegar a ser los
hijos que su amor proyectó cuando nos creó. ¿Realmente creemos que estamos en
la presencia de Dios?
En
Dios vivimos, nos movemos y existimos. Él nos envuelve enteramente. Es el buen
pastor lleno de amor y misericordia que te acompaña siempre, especialmente
cuando cruzas las oscuras quebradas de la vida. El salmo 121 podría titularse:
“Dios, mi guarda-espaldas”. Confía en él que “te guarda a su sombra y está a tu
derecha”.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, los fariseos preguntaron a Jesús cuándo llegaría el Reino de
Dios. Él les respondió: «El Reino de Dios viene sin dejarse sentir. Y no dirán:
‘Vedlo aquí o allá’, porque el Reino de Dios ya está entre vosotros».
Dijo
a sus discípulos: «Días vendrán en que desearéis ver uno solo de los días del
Hijo del hombre, y no lo veréis. Y os dirán: ‘Vedlo aquí, vedlo allá’. No
vayáis, ni corráis detrás. Porque, como relámpago fulgurante que brilla de un
extremo a otro del cielo, así será el Hijo del hombre en su día. Pero, antes,
le es preciso padecer mucho y ser reprobado por esta generación». (Lc 17,20-25)
Comentario:
Hoy,
los fariseos preguntan a Jesús una cosa que ha interesado siempre con una
mezcla de interés, curiosidad, miedo...: ¿Cuándo vendrá el Reino de Dios?
¿Cuándo será el día definitivo, el fin del mundo, el retorno de Cristo para
juzgar a los vivos y a los difuntos en el juicio final?
Jesús
dijo que eso es imprevisible. Lo único que sabemos es que vendrá súbitamente,
sin avisar: será «como relámpago fulgurante» (Lc 17,24), un acontecimiento
repentino y, a la vez, lleno de luz y de gloria. En cuanto a las
circunstancias, la segunda llegada de Jesús permanece en el misterio. Pero
Jesús nos da una pista auténtica y segura: desde ahora, «el Reino de Dios ya
está entre vosotros» (Lc 17,21). O bien: «dentro de vosotros».
El
gran suceso del último día será un hecho universal, pero ocurre también en el
pequeño microcosmos de cada corazón. Es ahí donde se ha de ir a buscar el
Reino. Es en nuestro interior donde está el Cielo, donde hemos de encontrar a
Jesús.
Este
Reino, que comenzará imprevisiblemente “fuera”, puede comenzar ya ahora
“dentro” de nosotros. El último día se configura ahora ya en el interior de
cada uno. Si queremos entrar en el Reino el día final, hemos de hacer entrar
ahora el Reino dentro de nosotros. Si queremos que Jesús en aquel momento
definitivo sea nuestro juez misericordioso, hagamos que Él ahora sea nuestro
amigo y huésped interior.
San
Bernardo, en un sermón de Adviento, habla de tres venidas de Jesús. La primera
venida, cuando se hizo hombre; la última, cuando vendrá como juez. Hay una
venida intermedia, que es la que tiene lugar ahora en el corazón de cada uno.
Es ahí donde se hacen presentes, a nivel personal y de experiencia, la primera
y la última venida. La sentencia que pronunciará Jesús el día del Juicio, será
la que ahora resuene en nuestro corazón. Aquello que todavía no ha llegado, es
ya ahora una realidad.
Fray Josep Mª MASSANA i Mola OFM (Barcelona, España)
Santoral Católico:
Santa Margarita de Escocia
Reina
Nació
en Hungría hacia el año 1046, cuando sus padres, reyes de Inglaterra, vivían
allí desterrados. Reintegrados a Inglaterra, tuvieron que exiliarse a Escocia.
A los 24 años fue dada en matrimonio a Malcom III, rey de Escocia, del que tuvo
ocho hijos, dos de ellos santos, David y Edith o Matilde. Fue modelo de esposa,
madre y reina por su bondad y sabiduría. Llevó una vida de gran austeridad y de
intensa oración, a la vez que se prodigó en su caridad para con los pobres, los
huérfanos y los enfermos, y en la promoción de obras de misericordia. Logró que
su esposo, llamado el sanguinario, abandonase sus costumbres salvajes.
Contribuyó notablemente a la renovación de la vida cristiana, sobre todo
mediante el concilio escocés que hizo convocar y en el que intervino. Murió en
Edimburgo el 16 de noviembre de 1093.
Oración: Señor Dios nuestro, que hiciste de santa
Margarita de Escocia un modelo admirable de caridad para con los pobres,
concédenos, por su intercesión, que, siguiendo su ejemplo, seamos nosotros fiel
reflejo de tu bondad entre los hombres. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano - Aciprensa
Santoral Católico:
Santa Gertrudis
Mística
[Murió
el 17 de noviembre y su memoria se celebra el 16 del mismo mes]. Nació en
Eisleben (Turingia, Alemania) el año 1256. Siendo aún muy niña fue recibida en
el monasterio cisterciense de Helfta, en el que se entregó con ardor al
estudio, dedicándose principalmente a la filosofía y la literatura. A los 26
años se entregó a Dios de modo exclusivo, adelantando de manera admirable en el
camino de la perfección y viviendo sumergida en la oración y contemplación,
atraída por la espiritualidad litúrgica, el amor hacia el Corazón de Jesús y la
Eucaristía; cultivó el estudio de la Sagrada Escritura y de los Santos Padres.
Tuvo elevadas experiencias místicas, caracterizadas por el vivo sentido de la
libertad de los hijos de Dios y por la tierna contemplación y devoción a la
humanidad de Cristo y en especial de Cristo crucificado. Nos dejó insignes
escritos espirituales. Murió en su monasterio, cerca de Eisleben, el 17 de
noviembre de 1302.
Oración: Oh Dios, que hiciste del corazón de tu
virgen santa Gertrudis una gozosa morada para ti, por su oración y sus méritos,
ilumina las tinieblas de nuestro corazón y concédenos experimentar con alegría
tu presencia y tu acción entre nosotros. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano - Aciprensa
Santoral Católico:
San Roque González de Santa Cruz
Sacerdote y Mártir paraguayo
En
Caaró, del Paraguay, santos Roque González y Alfonso Rodríguez, presbíteros de
la Orden de la Compañía de Jesús y mártires, que ganaron para Cristo a los
pueblos indígenas abandonados, fundando las llamadas «reducciones», donde el
trabajo y la vida social se compaginaban libremente con los valores del
cristianismo, y por esto fueron asesinados a traición por el sicario de un
personaje adicto a las artes mágicas. († 1628)
Fecha
de canonización: 16 de mayo de 1988 por el Papa Juan Pablo II
Información
más amplia: Haciendo clic acá.
© Catholic.net - Aciprensa
Pensamiento del día
“Quien te lastima te hace fuerte,
quien te critica te hace importante,
quien te envidia te hace valioso,
y a veces es divertido saber que,
aquellos que te desean lo peor...
tienen que soportar que te ocurra lo mejor!!!”
Tema del día:
La oración es un tesoro
Cuando
rezamos adquirimos un tesoro inmenso, puesto que Dios premia a quien reza, y si
no obtenemos favores inmediatos, debemos saber que la oración nunca queda
estéril, sino que cuando oramos el Señor nos colma de gracias y dones, algunos
en ese mismo momento, y otros dones y gracias los prepara para más adelante,
para el momento oportuno en que tengamos necesidad de ellos.
Por
eso no debemos desanimarnos en la oración cuando no vemos instantáneamente los
frutos de ella. Eso le puede pasar a quien es débil en la fe, y cambiante como
una veleta. Pero a nosotros, quienes tenemos fe en Dios y sabemos con certeza
que Él es bueno y todopoderoso, no podemos desconfiar de Él y abandonar la
oración, sino todo lo contrario, importunarlo a Dios, insistir una y otra vez
como aquella mujer cananea que perseguía al Señor con sus gritos y que Jesús
hacía como que no la oía. Sin embargo Jesús estaba admirado de la fe de esa
mujer, y no sólo la premió sino que también la alabó delante de toda la gente,
e incluso ante sus discípulos, a quienes superó en la fe.
También
nosotros debemos rezar sin desanimarnos, aunque no veamos frutos prontamente,
porque Dios está preparando el momento de nuestro triunfo, y debemos saber que
cuando rezamos estamos influyendo en todos los acontecimientos de nuestra vida
y de las vidas de quienes amamos. Pero no solamente influimos en el aquí y
ahora, sino que nuestra oración tiene poder para cambiar los acontecimientos
futuros, e incluso cambiar también los decretos del Cielo.
La
oración es todopoderosa, y es, en el bien, más potente que las reacciones
atómicas, pues la oración desencadena toda una serie de movimientos e
influencias en toda la creación, de modo que lo mejor que podemos hacer por
nosotros, por quienes amamos y por todo el mundo, es ponernos a rezar.
Recemos
ahora que estamos más desahogados, que tenemos más tiempo. Recemos ahora para
cuando no podamos rezar, entonces tendremos acumulado un río de gracias para
aquel tiempo.
Y
nuestra oración también prepara a quienes debemos encontrar en el camino de la
vida, para los que vendrán a cruzarse en nuestra vida, e incluso a nuestros
descendientes futuros.
No,
no sabemos lo grandioso que es el poder de la oración. Si lo supiéramos, no
dejaríamos pasar tanto tiempo inútilmente, sino que lo aprovecharíamos para
rezar cualquier oración, la que más nos guste o mueva, porque lo importante es
hablar con Dios, ponernos en sintonía con Él, y adorarlo, glorificarlo y
pedirle todo lo que necesitamos, no olvidarnos de darle gracias, pues el dar
gracias a Dios es fuente de nuevos dones del Altísimo para con nosotros y para
toda la tierra.
© Sitio Santísima Virgen
Nuevo vídeo
Hay
un nuevo vídeo subido al blog
de
"Pequeñas Semillitas" en
internet.
Para
verlo tienes que ir al final de esta página
Meditaciones
Mi
mayor experiencia con la Virgen María se dio en el seno de mi familia en una
época en que nosotros raramente podíamos rezar juntos, debido a la falta de
sacerdotes disponibles en nuestra región. En ese momento, el mejor medio de
evangelización que teníamos era Radio Aparecida (Brasil) que, a través de su
programación nos enseñaba y nos guiaba para hacernos conocer mejor la devoción
a nuestra Señora de Aparecida.
Fue
gracias a ese programa, en particular a las campañas de formación para las
vocaciones, que descubrí mi propia vocación sacerdotal. Y fue en 1976, cuando
entré al Seminario de los Padres Redentoristas donde permanecí 4 años.
Aprendí,
especialmente, a crecer en el conocimiento y el amor a la Madre de Jesús. María
se convirtió en la madrina de mi vocación. Ahora puedo decir que fue a los pies
de Nuestra Señora que descubrí el llamado de Dios para la vida sacerdotal.
En
numerosas ocasiones de mi vida, sobre todo en las más difíciles, yo siempre
sentí que Dios actuaba en mí a través de la intercesión de Nuestra Señora de
Aparecida.
Monseñor Otacílio Luziano da Silva
Pedidos de oración
Pedimos
oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa
Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas,
catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la
unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro
Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el
triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María; por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los
cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente
por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo,
el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por
el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la
falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes
naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por
más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las
vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Los cinco minutos de María
Noviembre 16
Hermosa
costumbre la de ofrecer a Dios las oraciones matinales, para saludar a nuestro
Padre celestial. Y si en las oraciones de la mañana saludamos al Padre que está
en los cielos, ¿cómo no vamos a presentar también nuestro saludo a la Madre
celestial?
¿Cómo
no ofrecerle todas las obras del día, nuestros trabajos, el cumplimiento de
nuestros deberes, los sufrimientos y las alegrías, nuestros deseos y nuestras
ansias?
¿Cómo
no encomendarnos a la buena Madre, pidiéndole que en el día no se olvide de
nosotros, sobre todo en los momentos de mayor apuro o de más grave peligro?
Como el niño que está en peligro llama a su madre, llamemos nosotros a la Madre
del cielo y ella acudirá a socorrernos.
Virgen María, acrecienta nuestra fe en el amor del
Padre, en la gracia de Jesús y en la presencia del Espíritu. Danos confianza en
tu protección de Madre y guárdanos en tu corazón.
* P. Alfonso Milagro
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el
más pequeñito de todos)
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