PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
12 - Número 3509 ~ Miércoles 22 de Noviembre de 2017
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Señor,
Tú sabes que tengo problemas, grandes o pequeños, pero me preocupan, y sé que
no puedo descansar bien a causa de las perturbaciones de mi corazón.
Tengo
un desaliento y me siento preocupado, porque temo no encontrar una salida en el
camino de mi vida, y a veces me acuesto y me duermo con una mueca de tristeza o
con una mala cara.
Por
eso quiero derramar en Tu Presencia todas mis inquietudes. Porque sé que, si
quiero resolverlo todo con mi mente y mis cálculos, no podré encontrar una
salida y siempre estaré inquieto, nunca podré tener todo previsto, todo
calculado, porque la vida siempre se nos escapa de nuestras manos. Cuando
quiero tener todo bajo control, salgo de un problema y aparece uno nuevo.
Y
Tú conoces, Señor, mi tristeza. Tú sabes lo que me está quitando la alegría y
el entusiasmo. Te lo entrego, Señor, lo dejo en Tus Divinas Manos, porque
quiero descansar en Tu gozo y levantarme mañana con ganas de vivir.
Coloca
en mi corazón una nueva esperanza en medio del sueño, para que mañana me
levante con entusiasmo.
Dame
la gracia de aceptar la nueva aventura de cada día.
Te
entrego lo que no puedo ser, Señor, lo que me ha molestado, lo que me ha
entristecido en el día de hoy. Tómalo, Señor, y no dejes que la tristeza
penetre en mi alma. Amén.
¡Buenos días!
Lo que puede la paciencia
Santa
Mónica había comprendido que la paz es un don de Dios tan valioso, que vale la
pena hacer cualquier sacrificio para no perderla por ningún motivo. El precio
era una imperturbable paciencia con su hijo Agustín y con su esposo, irascibles
por demás. San Vicente Ferrer daba una recomendación especial a las esposas
cuando eran insultadas por sus maridos.
San Vicente Ferrer regalaba a las señoras que
peleaban mucho con su marido, una botella con agua bendita y les recomendaba:
"Cuando su esposo empiece a insultarla, échese un poco de esta agua a la
boca y no se la trague mientras el otro no deje de ofenderla". Y esta
famosa "agua de Fray Vicente" producía efectos maravillosos porque,
como la mujer no le podía contestar al marido, no había peleas.
La
paciencia es una madurez. Presupone virtudes tan sólidas como la humildad y la
fe en Dios. Conseguirás la paciencia meditando en Jesús bondadoso, sufrido,
servicial, y suplicándole vuelva tu corazón a semejanza del suyo, manso y
humilde. Que el Señor te ayude a dar pasos para crecer en esta virtud tan
necesaria.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, Jesús estaba cerca de Jerusalén y añadió una parábola, pues los
que le acompañaban creían que el Reino de Dios aparecería de un momento a otro.
Dijo pues: «Un hombre noble marchó a un país lejano, para recibir la
investidura real y volverse. Habiendo llamado a diez siervos suyos, les dio
diez minas y les dijo: ‘Negociad hasta que vuelva’. Pero sus ciudadanos le
odiaban y enviaron detrás de él una embajada que dijese: ‘No queremos que ése
reine sobre nosotros’.
»Y
sucedió que, cuando regresó, después de recibir la investidura real, mandó
llamar a aquellos siervos suyos, a los que había dado el dinero, para saber lo
que había ganado cada uno. Se presentó el primero y dijo: ‘Señor, tu mina ha
producido diez minas’. Le respondió: ‘¡Muy bien, siervo bueno!; ya que has sido
fiel en lo mínimo, toma el gobierno de diez ciudades’. Vino el segundo y dijo:
‘Tu mina, Señor, ha producido cinco minas’. Dijo a éste: ‘Ponte tú también al
mando de cinco ciudades’. Vino el otro y dijo: ‘Señor, aquí tienes tu mina, que
he tenido guardada en un lienzo; pues tenía miedo de ti, que eres un hombre
severo; que tomas lo que no pusiste, y cosechas lo que no sembraste’. Dícele:
‘Por tu propia boca te juzgo, siervo malo; sabías que yo soy un hombre severo,
que tomo lo que no puse y cosecho lo que no sembré; pues, ¿por qué no colocaste
mi dinero en el banco? Y así, al volver yo, lo habría cobrado con los
intereses’.
»Y
dijo a los presentes: ‘Quitadle la mina y dádsela al que tiene las diez minas’.
Dijéronle: ‘Señor, tiene ya diez minas’. ‘Os digo que a todo el que tiene, se
le dará; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará. Y aquellos
enemigos míos, los que no quisieron que yo reinara sobre ellos, traedlos aquí y
matadlos delante de mí’».
Y
habiendo dicho esto, marchaba por delante subiendo a Jerusalén. (Lc 19,11-28)
Comentario:
Hoy,
el Evangelio nos propone la parábola de las minas: una cantidad de dinero que
aquel noble repartió entre sus siervos, antes de marchar de viaje. Primero,
fijémonos en la ocasión que provoca la parábola de Jesús. Él iba “subiendo” a
Jerusalén, donde le esperaba la pasión y la consiguiente resurrección. Los
discípulos «creían que el Reino de Dios aparecería de un momento a otro» (Lc
19,11). Es en estas circunstancias cuando Jesús propone esta parábola. Con
ella, Jesús nos enseña que hemos de hacer rendir los dones y cualidades que Él
nos ha dado, mejor dicho, que nos ha dejado a cada uno. No son “nuestros” de
manera que podamos hacer con ellos lo que queramos. Él nos los ha dejado para
que los hagamos rendir. Quienes han hecho rendir las minas —más o menos— son
alabados y premiados por su Señor. Es el siervo perezoso, que guardó el dinero
en un pañuelo sin hacerlo rendir, el que es reprendido y condenado.
El
cristiano, pues, ha de esperar —¡claro está!— el regreso de su Señor, Jesús.
Pero con dos condiciones, si se quiere que el encuentro sea amistoso. La
primera es que aleje la curiosidad malsana de querer saber la hora de la
solemne y victoriosa vuelta del Señor. Vendrá, dice en otro lugar, cuando menos
lo pensemos. ¡Fuera, por tanto, especulaciones sobre esto! Esperamos con
esperanza, pero en una espera confiada sin malsana curiosidad. La segunda es
que no perdamos el tiempo. La espera del encuentro y del final gozoso no puede
ser excusa para no tomarnos en serio el momento presente. Precisamente, porque
la alegría y el gozo del encuentro final será tanto mejor cuanto mayor sea la
aportación que cada uno haya hecho por la causa del reino en la vida presente.
No
falta, tampoco aquí, la grave advertencia de Jesús a los que se rebelan contra
Él: «Aquellos enemigos míos, los que no quisieron que yo reinara sobre ellos,
traedlos aquí y matadlos delante de mí» (Lc 19,27).
P. Pere SUÑER i Puig SJ (Barcelona, España)
Santoral Católico:
Santa Cecilia
Virgen y Mártir
Virgen
romana y mártir en la primera mitad del siglo III. Aunque son inciertas las
noticias sobre su persona, su época y su muerte, consta que ya en el siglo V se
le dedicó una basílica en el Trastévere de Roma. Su culto se difundió
ampliamente a partir del relato de su martirio o Passio, que es del siglo VI,
en el que es ensalzada como ejemplo perfecto de la mujer cristiana, que abrazó
la virginidad y sufrió el martirio por amor a Cristo. Según esa fuente,
Cecilia, que era de familia noble, fue dada en matrimonio a Valeriano; pero la
misma noche de bodas, Cecilia, mientras sonaba un órgano y cantando a Dios en
su corazón, manifestó a su esposo que se había consagrado a Dios; él la
respetó; más aún, se convirtió y murió mártir también. Desde el siglo XV se
celebra a Cecilia como patrona de los músicos.
Oración: Acoge nuestras súplicas, Señor, y, por
intercesión de santa Cecilia, dígnate escucharnos con bondad. Por Jesucristo,
nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano - Aciprensa
Pensamiento del día
"La lucha más grande de todo ser humano
es luchar con uno mismo.
El día que dejes de hacerlo,
el mundo te gobernará.
La vida depende en cómo la miremos,
pero la realidad es una sola
y nosotros podemos cambiarla,
manteniendo siempre por delante:
La fe, el amor y la esperanza."
Historias:
Un vaso de leche
Un
día, un muchacho pobre que vendía mercancías de puerta en puerta para pagar sus
estudios universitarios, encontró que sólo le quedaba una simple moneda de diez
centavos y tenía hambre.
Decidió
que pediría comida en la próxima casa. Sin embargo, sus nervios lo traicionaron
cuando una encantadora mujer joven le abrió la puerta. En lugar de comida pidió
un vaso de agua.
Ella
pensó que el joven parecía hambriento, así que le trajo un gran vaso de leche.
Él
lo bebió despacio, y entonces le preguntó:
-¿Cuánto
le debo?
-No
me debes nada- contestó ella. -Mi madre siempre nos ha enseñado a no aceptar
nunca un pago por un acto de caridad.
Él
le dijo... -Entonces, se lo agradezco de todo corazón...
Cuando
Howard Kelly se fue de la casa, no sólo se sintió más fuerte, sino que también
su fe en Dios y en los hombres era más fuerte. Él había estado a punto de
rendirse y dejarlo todo.
Años
después, esa mujer enfermó gravemente. Los doctores locales estaban
confundidos. Finalmente le enviaron a la gran ciudad. Llamaron al Dr. Howard
Kelly para consultarle. Cuando este oyó el nombre del pueblo de donde venía la
paciente, una extraña luz lleno sus ojos.
Inmediatamente,
el Dr. Kelly subió del vestíbulo del hospital a su cuarto. Vestido con su bata
de doctor entró a verla y la reconoció enseguida. Regresó al cuarto de observación
determinado a hacer lo máximo posible para salvar su vida. Desde ese día, él
prestó la mejor atención a este caso. Después de una larga lucha, ella ganó la
batalla... ¡Estaba totalmente recuperada..!
Como
la paciente ya estaba sana y salva, el Dr. Kelly pidió a la oficina de
administración del hospital que le enviaran la factura total de los gastos para
aprobarla. Él la revisó y la firmó. Además, escribió algo en el borde de la
factura y la envió al cuarto de la paciente.
La
cuenta llegó al cuarto de la paciente, pero ella temía abrirla, porque sabía
que le tomaría el resto de su vida para poder pagar todos los gastos.
Finalmente la abrió, y algo llamó su atención: En el borde de la factura leyó
estas palabras...
"Pagado
por completo hace muchos años con un vaso de leche". Firmado: Dr. Howard
Kelly.
Lágrimas
de alegría inundaron sus ojos y su feliz corazón oró así: "Gracias, Dios,
porque tu amor se ha manifestado en las manos y los corazones humanos".
© Web católico de Javier
Nuevo vídeo
Hay
un nuevo vídeo subido al blog
de
"Pequeñas Semillitas" en
internet.
Para
verlo tienes que ir al final de esta página
Meditaciones
La
festividad de la presentación de la Virgen María en el Templo (que hemos
celebrado ayer), sugiere en primer lugar la santidad de María. La niñita de
tres años presentada en el Templo evoca la idea de una vida consagrada, de una
vida de intimidad con Dios “Hoy la Toda Pura y Santa entra en el Santo de
Santos” (liturgia ortodoxa). Es evidente que la Iglesia hace una alusión
especial a la Virginidad Perpetua de María, pero toda vida humana en diferentes
medidas, puede ser una vida “presentada al Templo”, una vida santa y pura con
Dios.
El
segundo tema de esta fiesta es la comparación entre el Templo de piedra y el
Templo vivo. María que llevara al Dios-Hombre en su seno, es un templo más
sagrado que el santuario de Jerusalén. Convenía que esos dos templos se
encontrasen, pero aquí es el templo vivo el que santifica el templo construido.
La superioridad del templo vivo sobre el templo de piedra es verdadera de forma
especial ya que María fue el instrumento de la Encarnación. De manera más
general, esto sucede con todo hombre unido a Dios: “
Abramos
pues nuestra alma a María, a fin de que ella viva en nuestro templo personal
para unirse constantemente a Dios. “¿No saben que ustedes son templo de Dios y
que el Espíritu de Dios habita en ustedes? (1 Corintios 3, 16) ¿O no saben que
sus cuerpos son templo del espíritu Santo? (1 Corintios 6,19)
Asoc. María de Nazaret
Pedidos de oración
Pedimos
oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa
Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas,
catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la
unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro
Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el
triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María; por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los
cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente
por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo,
el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por
el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la
falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes
naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por
más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las
vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Los cinco minutos de María
Noviembre 22
Podemos
imaginarnos, como lo han hecho los santos y santas, y los artistas cristianos,
que María se recluía con frecuencia en su humilde casa de Nazaret, para
entregarse a la oración y la alabanza a Yahvé.
Seguramente
ninguna alabanza sería más grata a la divina Majestad que la oración ferviente
de aquella jovencita de Nazaret.
Tan
agradable fue aquella oración, que Dios envió al ángel Gabriel con un saludo
jamás oído y nunca recibido por criatura alguna humana: “¡Alégrate!, llena de
gracia, el Señor está contigo” (Lc 1,28).
Nuestra Señora, que cuidemos la gracia de Dios en
nuestro corazón.
* P. Alfonso Milagro
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el
más pequeñito de todos)
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