PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
12 - Número 3504 ~ Viernes 17 de Noviembre de 2017
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Hoy
en “Pequeñas Semillitas” queremos escribir sobre el perdón. Ese es el tema del
día en esta edición y por eso elegimos para el inicio esta oración de sanación
y perdón:
«Señor
Jesús, en este momento te pido que toques el corazón de este pecador que se
siente herido y que necesita perdonar, sé Tú quien a través de mí, perdones a
aquellos que me han hecho daño. Dame tu paz y tu bondad, oh mi Dios y
desintegra para siempre todo vestigio de dolor que esté latente en mi alma. Y a
ti, dulce Madre María, que fuiste siempre dócil a la palabra de tu Hijo y
meditabas en silencio cada cosa en tu corazón, encamina hoy mis pasos, para que
obre según la voluntad del Señor. A través de las inspiraciones del Espíritu
Santo, recuérdale siempre a mi corazón que amar, perdonar y servir es el camino
para llegar a la felicidad plena. Amén.»
¡Buenos días!
Las herramientas del Diablo
En
la Biblia encontramos pensamientos inspirados, capaces de levantar el ánimo por
más desalentado que estés. En Isaías (43) el Señor te dice: “Tú eres de gran
precio ante mis ojos, porque eres valioso y yo te amo. No tengas miedo, yo
estoy siempre contigo”. Por más baja que esté tu autoestima, esta declaración
del mismo Dios es capaz de ponerte de pie.
Cierta vez el Diablo dijo que se retiraba y que
vendía sus herramientas. La noche del remate se exhibían sus instrumentos en un
lote siniestro: odio, envidia, sensualidad, engaños, etc. Aparte del lote había
un instrumento de aspecto inofensivo muy gastado y cuyo precio era el más alto.
Alguien preguntó al Diablo el nombre del instrumento: “Desaliento”, fue la
respuesta. "¿Por qué su precio es tan alto?", preguntaron. “Porque es
el más útil. Con él entro en el ser humano, aún si los demás fallan, y una vez adentro,
puedo hacer lo que se me antoja. Muy pocos saben que me pertenece”. Pero su
precio es tan alto que todavía es
propiedad del Diablo.
Está
alerta porque vendrán tentaciones de desanimación y desesperanza. El enemigo
entrará en tu imaginación y forjará en el aire castillos de dificultades
insuperables. Déjale a Jesús el cuidado de todas tus cosas y todo te irá mejor.
Abandónate en él y todo se resolverá con tranquilidad según sus designios.
Confiar en el Señor es la clave.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Como sucedió en los días de Noé,
así será también en los días del Hijo del hombre. Comían, bebían, tomaban mujer
o marido, hasta el día en que entró Noé en el arca; vino el diluvio y los hizo
perecer a todos. Lo mismo, como sucedió en los días de Lot: comían, bebían,
compraban, vendían, plantaban, construían; pero el día que salió Lot de Sodoma,
Dios hizo llover fuego y azufre del cielo y los hizo perecer a todos. Lo mismo
sucederá el Día en que el Hijo del hombre se manifieste.
»Aquel
día, el que esté en el terrado y tenga sus enseres en casa, no baje a
recogerlos; y de igual modo, el que esté en el campo, no se vuelva atrás.
Acordaos de la mujer de Lot. Quien intente guardar su vida, la perderá; y quien
la pierda, la conservará. Yo os lo digo: aquella noche estarán dos en un mismo
lecho: uno será tomado y el otro dejado; habrá dos mujeres moliendo juntas: una
será tomada y la otra dejada». Y le dijeron: «¿Dónde, Señor?». Él les
respondió: «Donde esté el cuerpo, allí también se reunirán los buitres». (Lc 17,26-37)
Comentario:
Hoy,
en el texto del Evangelio son remarcados el final de los tiempos y la incerteza
de la vida, no tanto para atemorizarnos, cuanto para tenernos bien precavidos y
atentos, preparados para el encuentro con nuestro Creador. La dimensión
sacrificial presente en el Evangelio se manifiesta en su Señor y Salvador
Jesucristo liderándonos con su ejemplo, en vista a estar siempre preparados
para buscar y cumplir la Voluntad de Dios. La vigilancia constante y la
preparación son el sello del discípulo vibrante. No podemos asemejarnos a la
gente que «comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, construían» (Lc
17,28). Nosotros, discípulos, debemos estar preparados y vigilantes, no fuera
que termináramos por ser arrastrados hacia un letargo espiritual esclavo de la
obsesión —transmitida de una generación a la siguiente— por el progreso en la
vida presente, pensando que —después de todo— Jesús no regresará.
El
secularismo ha echado raíces profundas en nuestra sociedad. La embestida de la
innovación y la rápida disponibilidad de cosas y servicios personales nos hace
sentir autosuficientes y nos despoja de la presencia de Dios en nuestras vidas.
Sólo cuando una tragedia nos golpea despertamos de nuestro sueño para ver a
Dios en medio de nuestro “valle de lágrimas”... Incluso debiéramos estar
agradecidos por esos momentos trágicos, porque seguramente sirven para
robustecer nuestra fe.
En
tiempos recientes, los ataques contra los cristianos en diversas partes del
mundo, incluyendo mi propio país —la India— han sacudido nuestra fe. Pero el
Papa Francisco ha dicho: «Sin embargo, los cristianos están esperanzados
porque, en última instancia, Jesús hace una promesa que es garantía de
victoria: ‘Quien pierda su vida, la conservará’ (Lc 17,33)». Ésta es una verdad
en la que podemos confiar… El poderoso testimonio de nuestros hermanos y
hermanas que dan su vida por la fe y por Cristo no será en vano.
Así,
nosotros luchamos por avanzar en el viaje de nuestras vida en la sincera
esperanza de encontrar a nuestro Dios «el Día en que el Hijo del hombre se
manifieste» (Lc 17,30).
Fr. Austin NORRIS (Mumbai, India)
Santoral Católico:
Santa Isabel de Hungría
Viuda
Hija
del rey Andrés II de Hungría, nació el año 1207 en Bratislava. A los 14 años se
desposó con Luis IV, Landgrave de Turingia, con el que tuvo tres hijos. Vivió
de forma eminente los ideales evangélicos que promovían las nacientes órdenes
mendicantes. Acogió a los primeros franciscanos en su llegada a Turingia
(1225). Se dedicó asiduamente a la oración y a las obras de caridad. Modelo de
esposa y madre, brilló por su austeridad, generosidad y entrega al cuidado de
los pobres y de los enfermos. A la muerte de su esposo en la VI Cruzada (1227),
dejó la corte, se trasladó a Marburgo, abrazó voluntariamente la pobreza y
fundó un hospital dedicado a San Francisco, en el que ella personalmente servía
a los enfermos más desgraciados. Tempranamente se apagó su vida en Marburgo, el
17 de noviembre de 1231. Es patrona de la Tercera Orden Franciscana y son
muchas las congregaciones religiosas dedicadas a la caridad que llevan su
nombre.
Oración: Oh Dios, que concediste a santa Isabel de
Hungría la gracia de reconocer y venerar en los pobres a tu Hijo Jesucristo,
concédenos, por su intercesión, servir con amor infatigable a los humildes y a
los atribulados. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano - Aciprensa
Pensamientos del día
“El perdón es una decisión, no un sentimiento,
porque cuando perdonamos
no sentimos más la ofensa, no sentimos más rencor.
Perdonando tendrás en paz tu alma
y la tendrá el que te ofendió.”
-Santa Teresa de Calcuta-
“El perdón cae como lluvia suave desde el cielo a la
tierra.
Es dos veces bendito; bendice al que lo da y al que lo
recibe.”
-William Shakespeare-
“Perdón es una palabra que no es nada,
pero que lleva dentro semillas de milagros.”
-Alejandro Casona-
Tema del día:
Tres razones para perdonar
¿Cómo
podríamos decir que amamos a Dios si en vez de amar a nuestros hermanos,
guardamos rencores? El perdón y la reconciliación son los boletos principales
para llegar a ser parte del reino que Jesús nos ha mostrado. Nos lo hizo
recordar también en la oración del Padrenuestro: “perdónanos como nosotros
perdonamos”
A
veces se falla en esto, y es donde debemos pedir la intervención de Dios en
nuestra vida para que nos transforme y nos haga seres capaces de pedir perdón
con humildad a aquellos que nos han dañado o hemos dañados, porque
reconciliándonos con ellos, encontramos la reconciliación con Dios, la
restauración de su gracia y de su amor en mí.
Habrás
oído decir una frase que dice: "El perdón no es un sentimiento sino una
decisión" y te preguntarás ¿cómo puedo yo decidir perdonar, si yo siento
esto o esto otro...?
Jesús
también nos confirmó que perdonar es una decisión, aunque de otro modo, Él nos
dijo en el evangelio de Mateo (5,23-24): "Si al presentar tu ofrenda en el
altar, te acuerdas de que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu
ofrenda ante el altar, ve a reconciliarte con tu hermano, y sólo entonces
vuelve a presentar tu ofrenda"...
¿Nos
dimos cuenta? Jesús, dijo: "ve a reconciliarte con tu hermano", en
ningún momento dijo: "ve si primero sientes que los puedes perdonar y
luego reconcíliate con tu hermano", tampoco dijo: "ve si crees que el
otro se merece tu perdón y reconcíliate con él"...
Perdonar
no es un acto mágico, no es que alguien mueva el botón del control y ya todo es
diferente. Perdonar es un proceso. No es un sentimiento, es una decisión que
implica acciones concretas y constantes en la vida. No siempre el perdón es
fruto de que ya no siento nada en el corazón ante la persona que me ha fallado;
hay momentos en que decido perdonar a pesar de que me sigue doliendo, a pesar
de que sigo con ira y con dolor contra esa persona que me dañó.
Muchas
veces el perdón no es la consecuencia sino la causa de la paz, es decir, hay
veces en las que te perdono porque siento paz en mi corazón a pesar de lo que
me hiciste y otras en las que te perdono para sentir paz. Por eso, hoy quiero
invitarte a tomar la decisión de perdonar y te propongo tres razones para
hacerlo:
1.-
Perdonando vas a encontrar la paz que en este momento tienes perdida.
Podrás
recuperar la serenidad y armonía que esa acción te quitó. Es el momento de
recuperar la serenidad y armonía que esa acción te quitó. Es el momento de
recuperar ese estado en el que produces más, tienes mejores relaciones
interpersonales y puedes soñar con mayor libertad.
2.-
La justicia no está en tus manos.
Tu
sufrimiento, tu ardor, tu dolor, tu rabia, tu rencor no garantizan que la otra
persona pagará por lo que hizo, eso no está en tus manos. Es más, ni siquiera
un acto de venganza te da lo que has perdido. Querer desquitarte te pone en el
mismo nivel de la persona que te ofendió. Por eso, lo mejor es perdonar.
3.-
Dios siempre nos da una nueva oportunidad
Lee
Lucas 15,11-32, y si Él lo hace con nosotros, que le hemos fallado tanto en
nuestro camino de vida, más estamos nosotros invitados a hacerlo con los demás,
a abrir el corazón de par en par y esparcir ese hermoso regalo que es el perdón
© Qriswell J. Quero | PildorasdeFe.net
Meditaciones
El
perdonar es uno de los actos más sagrados. Cuando perdonamos ponemos en
práctica el verdadero amor incondicional y la compasión… dos elementos
esenciales nos impulsan en nuestro desarrollo espiritual.
Es
muy importante poder perdonar a las personas que nos han herido, pero también
perdonarnos a nosotros mismos por errores que hayamos podido cometer.
Cuando
perdonamos a alguien no significa que estemos de acuerdo con ellos y sus
acciones. Significa que estamos listos para soltar las emociones, pensamientos
y energía negativa que nos han ocasionado. Que estamos preparados para no dejar
que ellos o la situación en cuestión nos siga afectando de una manera negativa,
ya que esto puede tener una repercusión negativa sobre nuestro bienestar y sin
duda causa un bloqueo en nuestro desarrollo personal y espiritual.
Al
perdonar también abres tu corazón al amor de Dios para que pueda llenarse de
más de su luz. Las cicatrices de tu corazón causados por el sufrimiento se
sanan y te llenas de una paz, calma, amor y felicidad profunda.
Pedidos de oración
Pedimos
oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa
Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas,
catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la
unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro
Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el
triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María; por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los
cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente
por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo,
el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por
el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la
falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes
naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por
más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las
vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos
oración por la recuperación de la salud de Matilde,
de Córdoba, Argentina, afectada de un proceso oncológico. Que por la mediación de
la Virgen del Valle, el Señor le conceda la gracia de la sanación.
Pedimos
oración para las siguientes personas de Medellín, Antioquia, Colombia: Luz Edilma R. de A., a quien le diagnosticaron
un glaucoma y necesita tratamiento, y Alejandro
Alberto A. R., que tiene un trauma en la rodilla y requiere de una cirugía.
Los dejamos en las manos de nuestro Señor Jesucristo confiando en su
misericordia.
Continuamos
unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de
Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades,
poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para
el mundo, al rezar por la paz; rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los
corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que
están en peligro de ser abortados. Paz
para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz para
los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin rezamos por la paz, y
sigamos haciéndolo.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras
debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y
la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros
hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Los cinco minutos de María
Noviembre 17
Pasaste
por el mundo en medio de tinieblas, sufriendo cada paso la noche de la fe,
sintiendo cada día la espada del silencio, a oscuras padeciste el riesgo de
creer.
Guardaste
bajo llave las dudas y batallas, formándose el misterio al pie del corazón,
debajo de tu pecho de amor inagotable, la historia se escribía de nuestra
redención.
Nuestra Señora, Madre de los creyentes, enséñanos tu
confianza, enséñanos a crecer en la fe.
* P. Alfonso Milagro
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el
más pequeñito de todos)
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