domingo, 26 de noviembre de 2017

Pequeñas Semillitas 3513

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 12 - Número 3513 ~ Domingo 26 de Noviembre de 2017
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
El juicio final será la manifestación pública de qué acciones eran las que teníamos que hacer en este mundo. No podemos vivir de modo egoísta nuestra vida. Si estamos en la tierra es para algo, no para tratar de disfrutar sin más. Además de las cosas que se refieren al servicio de Dios, hemos de hacer muchas obras en favor de los demás. Los que son condenados en el infierno según estas palabras del Señor no son los que han hecho acciones pecaminosas y no se arrepintieron –eso se da por supuesto–, sino también los que no hicieron el bien que podían y debían haber hecho; es decir, los pecados de omisión.
Es muy cómodo, muy egoísta, organizarse la propia vida sin querer ver las necesidades del prójimo. Pero si en esta tierra unos tienen unas oportunidades y otros no, unos son suficientes para salir adelante y otros son más débiles o están enfermos, Dios cuenta con unos para ayudar a los otros. Y no es una cuestión de justicia, no se trata sólo de resolver problemas, sino de ver en los que están necesitados personas.
Señor Jesús, que nunca fuiste indiferente ante el sufrimiento humano, y conoces bien el sufrimiento humano porque lo padeciste en tu carne y en tu espíritu, ayúdanos a tener corazón, a no desentendernos del necesitado. Y ayúdanos a llevar con paciencia nuestros dolores, unidos a tu Pasión, porque sabemos que así reinaremos contigo. (Padre Jesús Martínez García)

¡Buenos días!

Como una escoba
Cuando Bernardita Soubirous era religiosa de las Hermanas de la Caridad, una hermana de la comunidad le enseñó una foto de los lugares de Lourdes y manifestaba la grandeza de haber sido elegida para tan gran honor como es la visión de la Virgen. Bernardita se limitó a sonreír y, con aparente ingenuidad, preguntó:

— Hermana, ¿para qué sirve una escoba?
— Para barrer.
Bernardita siguió preguntando:
— ¿Y después?
— Se guarda en su sitio, detrás de la puerta.
— Así ha hecho la Virgen conmigo. Me usó y me ha vuelto a poner en mi sitio. Y yo estoy muy bien.

El humilde reconoce a Dios como autor de todo bien. De él proviene todo cuanto tenemos y somos. Y también cuanto tiene y es nuestro prójimo. Por eso no cabe el sentido competitivo de la vida, que está en el fondo de la actitud soberbia y envidiosa. El que quiere sobresalir no busca tanto alcanzar una meta, sino crear distancia respecto de los otros.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria acompañado de todos sus ángeles, entonces se sentará en su trono de gloria. Serán congregadas delante de Él todas las naciones, y Él separará a los unos de los otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos. Pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda.
»Entonces dirá el Rey a los de su derecha: ‘Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero, y me acogisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a verme’. Entonces los justos le responderán: ‘Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; o sediento, y te dimos de beber?’. ¿Cuándo te vimos forastero, y te acogimos; o desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y fuimos a verte?’. Y el Rey les dirá: ‘En verdad os digo que cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis’.
»Entonces dirá también a los de su izquierda: ‘Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; era forastero, y no me acogisteis; estaba desnudo, y no me vestisteis; enfermo y en la cárcel, y no me visitasteis’. Entonces dirán también éstos: ‘Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento o forastero o desnudo o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?’. Y Él entonces les responderá: ‘En verdad os digo que cuanto dejasteis de hacer con uno de estos más pequeños, también conmigo dejasteis de hacerlo’. E irán éstos a un castigo eterno, y los justos a una vida eterna». (Mt 25,31-46)

Comentario:
Hoy, Jesús nos habla del juicio definitivo. Y con esa ilustración metafórica de ovejas y cabras, nos hace ver que se tratará de un juicio de amor. «Seremos examinados sobre el amor», nos dice san Juan de la Cruz.
Como dice otro místico, san Ignacio de Loyola en su meditación Contemplación para alcanzar amor, hay que poner el amor más en las obras que en las palabras. Y el Evangelio de hoy es muy ilustrativo. Cada obra de caridad que hacemos, la hacemos al mismo Cristo: «(…) Porque tuve hambre, y me disteis de comer; era forastero, y me acogisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; en la cárcel, y vinisteis a verme» (Mt 25,34-36). Más todavía: «Cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis» (Mt 25,40).
Este pasaje evangélico, que nos hace tocar con los pies en el suelo, pone la fiesta del juicio de Cristo Rey en su sitio. La realeza de Cristo es una cosa bien distinta de la prepotencia, es simplemente la realidad fundamental de la existencia: el amor tendrá la última palabra.
Jesús nos muestra que el sentido de la realeza -o potestad- es el servicio a los demás. Él afirmó de sí mismo que era Maestro y Señor (cf. Jn 13,13), y también que era Rey (cf. Jn 18,37), pero ejerció su maestrazgo lavando los pies a los discípulos (cf. Jn 13,4 ss.), y reinó dando su vida. Jesucristo reina, primero, desde una humilde cuna (¡un pesebre!) y, después, desde un trono muy incómodo, es decir, la Cruz.
Encima de la cruz estaba el cartel que rezaba «Jesús Nazareno, Rey de los judíos» (Jn 19,19): lo que la apariencia negaba era confirmado por la realidad profunda del misterio de Dios, ya que Jesús reina en su Cruz y nos juzga en su amor. «Seremos examinados sobre el amor».
P. Antoni POU OSB Monje de Montserrat (Montserrat, Barcelona, España)

Palabras de San Juan Pablo II
Hoy la Iglesia da gracias al Padre por la realeza de Cristo y por su reino, en el que el hombre experimenta los frutos de la redención; reino de verdad y de vida, de santidad y de gracia, de justicia, de amor y de paz. Dios reveló su reino mediante la victoria sobre la muerte: “Él es también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia. Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, y así es el primero en todo” (Col 1, 18). Hoy damos gracias al Padre, porque nos ha hecho entrar en el reino de su Hijo amado.

Predicación del Evangelio:
Jesucristo Rey del Universo
Hoy celebramos la Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo. Muchos la conocemos simplemente como la “Fiesta de Cristo Rey”. Hablamos de Cristo como rey, pero significamos algo diferente de los reyes de la historia. Se puede demostrar esto con un cuento acerca del Rey Luís XIV de Francia. Una vez el rey Luís estaba cazando en el campo. Cuando lo vio un campesino, él comentó a su compañero que el rey no llevaba guantes. El segundo respondió que no era necesario que el rey llevara guantes. Pues –siguió- siempre tenía sus manos en los bolsillos de la gente. Jesús no es un rey así.  Jesús no exige impuestos de la gente. Tampoco pide que la gente luche en sus guerras. Jesús no tiene ejércitos ni palacios ni coches.

Más bien, Jesús se muestra como rey por cuidar a su pueblo. Siempre ha sido el papel de los reyes a defender a los pobres. Usualmente lo han hecho de largo, dentro de sus castillos comiendo chocolates. Jesús se distingue por quedarse muy cerca a la gente. Es pastor-rey que llama a sus ovejas por nombre. Habla a nuestros corazones diciendo que entiende nuestros deseos. Sabe que queremos ser bellos y dice que así estamos en sus ojos. Sabe también de nuestra lucha con la lujuria y la codicia. En lugar de pensar en placeres ilícitos, nos pide que aceptemos a él como el deseo del corazón. No sólo conversa con nuestros corazones sino actúa por nuestro bien. De hecho dio su vida para liberarnos de los prejuicios y los demás pecados que nos tienen presos. Nos trata con tanto cariño para que lo reconozcamos cuando venga.

El evangelio hoy nos habla de su venida. Al final de los tiempos Jesús llegará con sus ángeles para juzgar a las naciones. Pero no será la instancia única de su presencia en el pueblo. Habrá venido antes bajo la cara demacrada de un hambriento y la mira desesperada de un enfermo de cáncer. Como sus sujetos, nos llama a servirle por atender a los necesitados. Hemos entrado en el tiempo del año cuando es la moda llevar comidas a los desempleados y cantar villancicos en los asilos de ancianos. Son costumbres dignas, pero no suficientes. Los desempleados necesitan ayuda no sólo en el tiempo navideño sino también durante el verano. Asimismo los ancianos podrían beneficiar de ver a caras alegres en septiembre tanto como en diciembre.

Celebramos a Jesucristo como rey ahora porque este es el último domingo del año litúrgico. Estamos completando otro ciclo recordando la trayectoria de Jesucristo. Lo hemos revisado otra vez cómo los magos lo declararon como rey en la Epifanía y Pilato lo puso el título en la cruz en el Viernes Santo. Sobre todo hemos celebrado su Ascensión al cielo para tomar su lugar a la derecha de Dios Padre. Ya concluimos su historia festejando su Señorío. Queremos guardar en nuestras memorias cómo Jesús puede aliviarnos de cualquier tipo de lío en que nos encontremos.

La Fiesta de Cristo Rey tiene otro propósito. Nos prepara para la temporada santa de Adviento que comienza en ocho días. Nos recuerda que el que esperamos durante casi todo el mes de diciembre no es precisamente un bebé. No, tan cariñoso sea la imagen del pesebre, vemos al niño Jesús, al menos en parte, por lo que va a ser. Será el pastor-rey que nos guía a la felicidad. Será el rey-pastor que nos guía a la vida eterna.
© Padre Carmelo Mele O.P.

Mensaje de María Reina de la Paz 
Mensaje de María Reina de la Paz del 25 de Noviembre de 2017

“Queridos hijos, en este tiempo de gracia, los invito a orar. Oren y busquen la paz, hijitos. Él, que vino aquí a la Tierra, para darles su paz, sin importar quiénes son ni lo que son -Él, mi Hijo, su Hermano- a través de mí los invita a la conversión, porque sin Dios no tienen futuro ni vida eterna. Por eso, crean y oren, y vivan en gracia y en la espera de su encuentro personal con Él. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!”

Nuevo vídeo y artículo

Hay un nuevo vídeo subido al blog
de "Pequeñas Semillitas" en internet.
Para verlo tienes que ir al final de esta página

Hay nuevo material publicado en el blog
"Juan Pablo II inolvidable"
Puedes acceder en la dirección:

Ofrecimiento para sacerdotes y religiosas

Formulo el siguiente ofrecimiento únicamente para sacerdotes o religiosas que reciben diariamente "Pequeñas Semillitas" por e-mail: Si desean recibir el power point y los comentarios del Evangelio del domingo siguiente con dos o tres días de anticipación, para tener tiempo de preparar sus meditaciones, homilías o demás trabajos pastorales sobre la Palabra de Dios, pueden pedírmelo a feluzul@gmail.com 
Sólo deben indicar claramente su nombre, su correo electrónico, ciudad de residencia y a qué comunidad religiosa pertenecen.

Agradecimientos
Imaginemos que en el cielo hay dos oficinas diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por la cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos por las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas" pretendemos juntar una vez por semana (los domingos) todos los mensajes para la segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como respuesta a nuestros pedidos de oración.

Desde San Lorenzo, Santa Fe, Argentina, Exequiel y Pamela nos escriben y dicen: “Este 22 de noviembre juramos ante Dios y los presentes nuestro amor en el camino que Dios nos depare como sus hijos, dejando de ser dos para ser uno... y que nuestra huerta dé sus frutos... pues con ello quiero decir nuestros hijos... este 22 hemos cumplido 9 años de amor y entrega, ayudándonos mutuamente tanto en las buenas cosechas como las no tan buenas, pero siempre dejando todo en manos del Señor, nuestro creador... Muchas gracias queremos dar a Dios”.

Los cinco minutos de María
Noviembre 26
María en su adolescencia seguramente había trazado para sí un hermoso proyecto de vida, similar al de tantas jovencitas de su pueblo.
Pero Dios modificó ese proyecto y, conservando milagrosamente su virginidad, hizo que su vida y su misión personal se centraran en su maternidad divina.
María aceptó la voluntad de Dios que cambiaba sus planes personales, y se entregó plenamente a lo que Dios quería de ella.
Nuestra Señora de los que siguen a tu Hijo Jesús, que estemos dispuestos a ceder nuestros planes, para aceptar los planes de Dios.
* P. Alfonso Milagro

FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)

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