jueves, 23 de noviembre de 2017

Pequeñas Semillitas 3510

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 12 - Número 3510 ~ Jueves 23 de Noviembre de 2017
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Creo en mis sueños, hablo sobre mis sueños, pienso en mis sueños, hago planes para mis sueños, creo oportunidades para mis sueños y me veo ya en mis sueños.
La única manera de lograr que un sueño se haga realidad, es hablar acerca de él, creer en él, verse a uno mismo en él y crear oportunidades para él.
Hay un gran poder de voluntad que sigue a lo que imaginamos. Este poder de la voluntad nos permite seguir adelante a pesar de todos los obstáculos y los sueños que debieran tomarnos diez a veinte años en lograrlos, se cumplen en menos tiempo.
¡Los planes en papel no son suficientes para los sueños! Simplemente veámonos actuando en lo que nos hemos imaginado y para cuando estemos involucrados pensaremos que todavía estamos en el proceso de imaginárnoslo.
Lo que creemos es lo que logramos. Lo que imaginamos es lo que llegamos a ser. Lo que pensamos es lo que experimentamos.

¡Buenos días!

Hoy, un día especial
Cuando comienzas el día es muy efectivo repetirte consignas e ideales para fortalecer los propósitos de tu corazón. De esa manera logras que se fijen en tu interior, desde dónde seguirán a lo largo de la jornada marcándote el camino de bondad y fidelidad que tú has elegido. Aquí te ofrezco una buena síntesis de excelentes decisiones.

Con la ayuda de Dios, hoy invertiré el tiempo que me regala, en ser agradable a sus ojos. Cada minuto lo realizaré apasionadamente para hacer de hoy un día lleno de buenas obras. Hoy opondré resistencia a la desesperanza pensando que el Señor está a mi lado y me ama. Hoy haré de cada tarea ordinaria una expresión de amor a Dios y mis hermanos. Hoy tendré los pies en la tierra comprendiendo la realidad y la mirada en las promesas de Jesús a los que lo siguen. Hoy tendré tiempo de ser feliz y dejaré mi aroma y mi presencia en el corazón de los demás convirtiendo cada una de mis acciones en manifestaciones de bondad.

Responsabilidad, valor de las pequeñas tareas cotidianas, obras de bondad, superación del egoísmo, son líneas maestras de un serio programa espiritual que ayuda a crecer y madurar cada día. “Ser maduro es un aprendizaje constante y culmina cuando nos retiramos de esta fiesta que es la vida”. El Señor te acompañe con su bondad.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En aquel tiempo, Jesús, al acercarse a Jerusalén y ver la ciudad, lloró por ella, diciendo: «¡Si también tú conocieras en este día el mensaje de paz! Pero ahora ha quedado oculto a tus ojos. Porque vendrán días sobre ti, en que tus enemigos te rodearán de empalizadas, te cercarán y te apretarán por todas partes, y te estrellarán contra el suelo a ti y a tus hijos que estén dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, porque no has conocido el tiempo de tu visita». (Lc 19,41-44)

Comentario:
Hoy, la imagen que nos presenta el Evangelio es la de un Jesús que «lloró» (Lc 19,41) por la suerte de la ciudad escogida, que no ha reconocido la presencia de su Salvador. Conociendo las noticias que se han dado en los últimos tiempos, nos resultaría fácil aplicar esta lamentación a la ciudad que es —a la vez— santa y fuente de divisiones.
Pero mirando más allá, podemos identificar esta Jerusalén con el pueblo escogido, que es la Iglesia, y —por extensión— con el mundo en el que ésta ha de llevar a término su misión. Si así lo hacemos, nos encontraremos con una comunidad que, aunque ha alcanzado cimas altísimas en el campo de la tecnología y de la ciencia, gime y llora, porque vive rodeada por el egoísmo de sus miembros, porque ha levantado a su alrededor los muros de la violencia y del desorden moral, porque lanza por los suelos a sus hijos, arrastrándolos con las cadenas de un individualismo deshumanizante. En definitiva, lo que nos encontraremos es un pueblo que no ha sabido reconocer el Dios que la visitaba (cf. Lc 19,44).
Sin embargo, nosotros los cristianos, no podemos quedarnos en la pura lamentación, no hemos de ser profetas de desventuras, sino hombres de esperanza. Conocemos el final de la historia, sabemos que Cristo ha hecho caer los muros y ha roto las cadenas: las lágrimas que derrama en este Evangelio prefiguran la sangre con la cual nos ha salvado.
De hecho, Jesús está presente en su Iglesia, especialmente a través de aquellos más necesitados. Hemos de advertir esta presencia para entender la ternura que Cristo tiene por nosotros: es tan excelso su amor, nos dice san Ambrosio, que Él se ha hecho pequeño y humilde para que lleguemos a ser grandes; Él se ha dejado atar entre pañales como un niño para que nosotros seamos liberados de los lazos del pecado; Él se ha dejado clavar en la cruz para que nosotros seamos contados entre las estrellas del cielo... Por eso, hemos de dar gracias a Dios, y descubrir presente en medio de nosotros a aquel que nos visita y nos redime.
Rev. D. Blas RUIZ i López (Ascó, Tarragona, España)

Santoral Católico:
San Clemente I
Papa y Mártir
Testigo inmediato de la tradición de los apóstoles, había nacido en Roma y fue el tercer sucesor de San Pedro en el gobierno de la Iglesia del año 88 al 97/101. Reorganizó la comunidad de Roma, dividió la ciudad en siete sectores, encomendados a siete diáconos, y mandó redactar con cuidado las Actas de los Mártires. Escribió una importante carta a los cristianos de Corinto para restaurar entre ellos la paz y la concordia. Esta carta es el primer testimonio escrito que tenemos del ministerio papal como solicitud por la unidad en la fe y la caridad de todas las Iglesias. Selló con su sangre el testimonio de su fe. Según una antigua tradición, fue desterrado por el emperador Trajano a tierras del Ponto, concretamente al Quersoneso, actual península de Crimea, y condenado a trabajos forzados, picar piedra en las canteras de mármol, junto con muchos cristianos, a los que sirvió de guía y consuelo. Hoy se conmemora el sepelio de su cuerpo en Roma.
Oración: Dios todopoderoso y eterno, que te muestras admirable en la gloria de tus santos, concédenos celebrar con alegría la fiesta de san Clemente, sacerdote y mártir de tu Hijo, que dio testimonio con su muerte de los misterios que celebraba y confirmó con el ejemplo lo que predicó con su palabra. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano - Aciprensa    

Pensamiento del día

“La vida, para mí, no es una vela que se apaga.
Es más bien una espléndida antorcha
que sostengo en mis manos durante un momento,
y quiero que arda con la máxima claridad posible
antes de entregarla a futuras generaciones”
(Bernard Shaw)

Temas Médicos:
El secreto para vivir más
No se vive solo para morir sino para vivir más en la eternidad, y la muerte es su "a través".

Mi asistencia al sepelio era inevitable. Se trataba del esposo de mi amiga que había muerto en la flor de su vida por un fatal accidente. Al entrar al recinto, en mis primeros pasos, saludé con vaga atención a algunos de los asistentes mientras buscaba con mirada expectante a Martha, su viuda, a quien me acerqué a consolar con un nudo en la garganta.

Me correspondió con un afectuoso abrazo y una sonrisa agradecida, con la actitud serena de quien sufre humanamente pero que a la vez se sostiene en la esperanza. Martha siempre ha sido de vida interior, lo mismo que su esposo.

Fui a consolar, y con su testimonio salí consolada. También con la determinación de, al igual que Martha, transitar por este mundo sin miedo a la vida y sin miedo a la muerte.

Ahora, aun cuando veo lejos la ancianidad y gozo de salud, he decidido poner en orden mis documentos y ordenar mi vida de cara a la verdad, de cara a la verdad de que si bien todos aspiramos vivir una larga vida, lo cierto es que así como un día venimos a la vida, posiblemente de manera imprevista otro día nos iremos.

Recuerdo haber leído que “a la muerte, ni temerle, ni ignorarla”  y que así, como en una tarde triste de otoño caen las hojas muertas, así caen cada día las almas en la eternidad y que un día la hoja caída seremos nosotros. Y la eternidad es Dios.

Debo admitir que hubo un tiempo en que me parecía que solo se morían los demás, que la muerte o el dolor eran algo que podía relegarse al olvido mientras no nos visitara en algún familiar, amigo o simple conocido. Lo cierto era que en realidad le temía, así que evitaba en lo posible asistir a hospitales, funerales o leer las esquelas de los periódicos y en las redes sociales.

Apostando a la buena vida sobre la vida buena, había aprendido  a no pensar en que la vida humana es finita y contingente, lo hacía con buena intención pero con malos resultados, pues apostando a la buena vida, atendía solo lo sensible olvidando mi condición de ser espiritual y mi natural necesidad de interioridad.

Ahora, he entendido que es desde su interioridad, como el hombre logra no el éxito de una “plenitud” fabricada que la sociedad celebra, y en la que en realidad se está dejando de vivir, sino la plenitud de su ser por la que es capaz de vivir y morir con verdadero sentido personal.

Si comparamos un árbol de apariencia frondosa pero que nunca da frutos con otro que si los da podemos afirmar con veracidad que existe más vida en el segundo. Lo mismo sucede con las personas.

Están más vivos quienes:

- Poseen una correcta unidad de vida, quienes logran una estable armonía interior y no poseen doble o triple personalidad.
- Quienes no se dejan llevar por multitud de imprevistos externos, porque han entendido que cualquier motivo para perder la paz interior, es un mal motivo.
- Son fieles a Dios, a su esposa, a su familia, a sus amigos, a su trabajo, a las normas cívicas vigentes.
- Subordinan sus apetitos a su razón.
- Adquieren virtudes para convivir en familia.
- Por sus virtudes participan más en sociedad.
- Tienen una libertad responsable y comprometida por amor.
- Y muchas más actitudes en las que se elige la vida buena sobre la buena vida…

En definitiva, están más vivos quienes han descubierto su rico mundo interior y tienen facilidad para advertir la intimidad de los demás.

¿Cómo vivir la muerte? Aceptándola y edificando con nuestra vida personal. Y, como Martha mí querida amiga, viviendo con la virtud de la esperanza.

Aceptar algo es siempre respecto de alguien, y ese alguien no es sino quien ha querido nuestra vida y quien permite nuestra muerte, es decir, en manos de quien está la vida y la muerte de cada hombre: Dios.
© Orfa Astorga (Aleteia)

Meditaciones
Ecuador es un pequeño país montañoso muy mariano. Los exploradores y los conquistadores amaban participar en las manifestaciones populares en honor de la Virgen María. En la época de los conflictos territoriales y de las insurrecciones populares, la Virgen fue invocada para lograr la justicia y la paz.
El 25 de marzo de 1875, el presidente Gabriel García Moreno consagra la República de Ecuador al Sagrado Corazón de Jesús y al Purísimo Corazón de María.
El pueblo del Quinche está en las montañas a 50 kms de Quito (la capital). Su iglesia posee una estatua de la Virgen María del Siglo XVI. “Nuestra Señora de la Presentación” también llamada Nuestra Señora del Quinche. La tradición nos cuenta que los indígenas reconocieron en esta estatua a Aquella que un día se les apareció y a la que llamaron “La Pequeñita”.
En 1985, Nuestra Señora del Quinche fue declarada Patrona de Ecuador.

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Los cinco minutos de María
Noviembre 23
Los verdaderos devotos de la Virgen María cultivan en su corazón una confianza especial de llegar al cielo a contemplar el rostro de Dios y el rostro de la Madre. Los santos nos hablan de que la devoción a la Virgen María es prenda segura de salvación, que aquel por quien la Virgen interponga su favor, está seguro de su salvación.
María es el cielo de Dios; quien se acerca a María, se acerca al cielo.
Virgen Santa, renovamos nuestra confianza en tu intervención y en tu protección materna; guíanos en nuestra peregrinación a la casa de Dios.
* P. Alfonso Milagro
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)

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