domingo, 30 de octubre de 2016

Pequeñas Semillitas 3173

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 11 - Número 3173 ~ Domingo 30 de Octubre de 2016
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
En el relato del Evangelio de hoy, la salvación de Zaqueo fue su interés por Jesús. Para conocerlo superó dificultades. Como era bajito de estatura se subió a un árbol. Para un hombre de su categoría social, no debió ser agradable. Pero su interés por Jesús lo superó todo.
Hoy a muchos no les interesa la religión. Quieren ignorar el hecho religioso. Esta falta de interés por la religión lleva a una tremenda ignorancia religiosa.
En la televisión tiene más importancia informativa todo lo referido a los deportes, los cantantes, las comedias o los escándalos. Por ejemplo: una de las pocas cosas que suelo ver en la televisión son los programas de preguntas y respuestas. Y muchas veces me quedo sorprendido de la espantosa ignorancia religiosa. No comprendo que se sepa cuántos goles metió Fulanito en tal partido, y qué canción ganó en tal concurso, y no se sepa cuántos son los Evangelios, o cómo se llamaba el primer Papa.
A veces nos lamentamos de la falta de fe de algunas personas. Yo diría que esa falta de fe es consecuencia de su ignorancia religiosa. A nadie le puede convencer lo que no conoce. Yo aseguraría que quien estudia la religión católica, sin prejuicios interesados, con la ayuda de Dios, puede tener una fe muy firme y consecuente.
* Padre Jorge Loring S.J.

¡Buenos días!

La unión familiar
Las piedras de los cerros caen al lecho de los torrentes y allí rozándose entre sí, pulen sus aristas, se suavizan y se vuelven brillantes. La convivencia familiar nos ayuda a madurar y pulirnos. Es un taller donde se forma la personalidad y se arraigan virtudes fundamentales, como la paciencia, la humildad y la esperanza. Aprovéchalo. 

Un padre tenía siete hijos, que casi siempre estaban en desacuerdo. Algunos malvados pensaron aprovechar esta debilidad para apoderarse de la herencia al morir el viejo. Entonces el padre reunió a sus hijos, les mostró un atado de siete varas y les dijo: “Aquél que logra romper estos palos, recibirá la chacra en herencia.” Uno tras otro, usando todas las fuerzas, lo intentó inútilmente. Y dijeron: “¡Es imposible!”.  “Y sin embargo no hay nada más fácil”, replicó el padre. Desató las sogas, separó los palos, y sus gastadas fuerzas fueron suficientes para quebrarlos uno tras otro. “¡Claro!”, exclamaron los hijos, “así es fácil, ¡hasta un niño lo hace!” Pero el padre añadió: “Hijos míos, lo mismo sucederá con ustedes. Mientras estén unidos, nadie los podrá vencer”.

El amor que pide Jesús debe llevarte a evitar en tu familia las faltas de aceptación, incomprensiones, y malentendidos. El Señor te quiere ver bondadoso, pacífico, servicial… No es fácil, pero lo puedes, si lo pides cada día: “Señor, ayúdame a ser hoy comprensivo, compasivo y paciente en mi hogar”. Que tengas un día de buena convivencia.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En aquel tiempo, entró Jesús en Jericó y atravesaba la ciudad. Un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de distinguir quién era Jesús, pero la gente se lo impedía, porque era bajo de estatura. Corrió más adelante y se subió a una higuera, para verlo, porque tenía que pasar por allí. Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y dijo: «Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa».
El bajó en seguida, y lo recibió muy contento. Al ver esto, todos murmuraban diciendo: «Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador». Pero Zaqueo se puso en pie, y dijo al Señor: «Mira, la mitad de mis bienes, Señor, se la doy a los pobres; y si de alguno me he aprovechado, le restituiré cuatro veces más». Jesús le contestó: «Hoy ha sido la salvación de esta casa; también éste es hijo de Abrahán. Porque el Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido». (Lc 19,1-10)

Comentario:
Hoy, la narración evangélica parece como el cumplimiento de la parábola del fariseo y el publicano (cf. Lc 18,9-14). Humilde y sincero de corazón, el publicano oraba en su interior: «Oh Dios, ten compasión de mí, que soy un pecador» (Lc 18,13); y hoy contemplamos cómo Jesucristo perdona y rehabilita a Zaqueo, el jefe de publicanos de Jericó, un hombre rico e influyente, pero odiado y despreciado por sus vecinos, que se sentían extorsionados por él: «Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa» (Lc 19,5). El perdón divino lleva a Zaqueo a convertirse; he aquí una de las originalidades del Evangelio: el perdón de Dios es gratuito; no es tanto por causa de nuestra conversión que Dios nos perdona, sino que sucede al revés: la misericordia de Dios nos mueve al agradecimiento y a dar una respuesta.
Como en aquella ocasión Jesús, en su camino a Jerusalén, pasaba por Jericó. Hoy y cada día, Jesús pasa por nuestra vida y nos llama por nuestro nombre. Zaqueo no había visto nunca a Jesús, había oído hablar de Él y sentía curiosidad por saber quién era aquel maestro tan célebre. Jesús, en cambio, sí conocía a Zaqueo y las miserias de su vida. Jesús sabía cómo se había enriquecido y cómo era odiado y marginado por sus convecinos; por eso, pasó por Jericó para sacarle de ese pozo: «El Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido» (Lc 19,10).
El encuentro del Maestro con el publicano cambió radicalmente la vida de este último. Después de haber oído el Evangelio, piensa en la oportunidad que Dios te brinda hoy y que tú no debes desaprovechar: Jesucristo pasa por tu vida y te llama por tu nombre, porque te ama y quiere salvarte, ¿en qué pozo estás atrapado? Así como Zaqueo subió a un árbol para ver a Jesús, sube tú ahora con Jesús al árbol de la cruz y sabrás quien es Él, conocerás la inmensidad de su amor, ya que «elige a un jefe de publicanos: ¿quién desesperará de sí mismo cuando éste alcanza la gracia?» (San Ambrosio).
* Rev. D. Joaquim MESEGUER García (Sant Quirze del Vallès, Barcelona, España)

Palabras de San Juan Pablo II
La acogida, el amor, la estima, el servicio múltiple y unitario -material, afectivo, educativo, espiritual- a cada niño que viene a este mundo, debería constituir siempre una nota distintiva e irrenunciable de los cristianos, especialmente de las familias cristianas; así los niños, a la vez que crecen "en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres", serán una preciosa ayuda para la edificación de la comunidad familiar para la misma santificación de los padres. (Familiaris Consortio, 1981)

Predicación del Evangelio:
A buscar y salvar lo perdido
Lucas narra el episodio de Zaqueo para que sus lectores descubran mejor lo que pueden esperar de Jesús: el Señor al que invocan y siguen en las comunidades cristianas «ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido». No lo han de olvidar.

Al mismo tiempo, su relato de la actuación de Zaqueo ayuda a responder a la pregunta que no pocos llevan en su interior: ¿Todavía puedo cambiar? ¿No es ya demasiado tarde para rehacer una vida que, en buena parte, la he echado a perder? ¿Qué pasos puedo dar?

Zaqueo viene descrito con dos rasgos que definen con precisión su vida. Es «jefe de publicanos» y es «rico». En Jericó todos saben que es un pecador. Un hombre que no sirve a Dios sino al dinero. Su vida, como tantas otras, es poco humana.

Sin embargo, Zaqueo «busca ver a Jesús». No es mera curiosidad. Quiere saber quién es, qué se encierra en este Profeta que tanto atrae a la gente. No es tarea fácil para un hombre instalado en su mundo. Pero éste deseo de Jesús va a cambiar su vida.

El hombre tendrá que superar diferentes obstáculos. Es «bajo de estatura», sobre todo porque su vida no está motivada por ideales muy nobles. La gente es otro impedimento: tendrá que superar prejuicios sociales que le hacen difícil el encuentro personal y responsable con Jesús.

Pero Zaqueo prosigue su búsqueda con sencillez y sinceridad. Corre para adelantarse a la muchedumbre, y se sube a un árbol como un niño. No piensa en su dignidad de hombre importante. Sólo quiere encontrar el momento y el lugar adecuado para entrar en contacto con Jesús. Lo quiere ver.

Es entonces cuando descubre que también Jesús le está buscando a él pues llega hasta aquel lugar, lo busca con la mirada y le dice: "El encuentro será hoy mismo en tu casa de pecador". Zaqueo se baja y lo recibe en su casa lleno de alegría. Hay momentos decisivos en los que Jesús pasa por nuestra vida porque quiere salvar lo que nosotros estamos echando a perder. No los hemos de dejar escapar.

Lucas no describe el encuentro. Sólo habla de la transformación de Zaqueo. Cambia su manera de mirar la vida: ya no piensa sólo en su dinero sino en el sufrimiento de los demás. Cambia su estilo de vida: hará justicia a los que ha explotado y compartirá sus bienes con los pobres.

Tarde o temprano, todos corremos el riesgo de "instalarnos" en la vida renunciando a cualquier aspiración de vivir con más calidad humana. Los creyentes hemos de saber que un encuentro más auténtico con Jesús puede hacer nuestra vida más humana y, sobre todo, más solidaria.
* José Antonio Pagola

Nuevo vídeo

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Agradecimientos
Dicen que en el cielo hay dos oficinas diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por la cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos por las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas" pretendemos juntar una vez por semana (los domingos) todos los mensajes para la segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como respuesta a nuestros pedidos de oración.

Desde Guatemala ha llegado un agradecimiento a Dios y a todos los que hicieron oración para Michelle M. del C., quien, logró reconciliarse consigo misma, reconoció nuevamente el amor de Dios, y entró en su proceso de purificación y  conversión de su alma.

Desde Colombia Carlos agradece y ofrece a la Santísima Virgen la Maestría en Economía que recibió su hijo Carlos C. A., otorgada por la Universidad. Igualmente agradece a todas las personas que han orado por él y su familia, por sus proyectos de vida y por todas aquellas diligencias que, con plena confianza en la Santa Voluntad del Señor, se harán una realidad para beneficio de todos y de la Iglesia.

Desde México, Mariela T. nos agradece las oraciones por la salud de su esposo Pepe C., que salió bien de la operación. Sigamos orando por su pronta recuperación total y definitiva.

Los cinco minutos de Dios
Octubre 30
Son desesperados los esfuerzos que el hombre realiza para conseguir la felicidad; ¿por qué no llega nunca a alcanzarla de un modo pleno?
Es que un ser no será feliz hasta que no posea aquello para lo que fue creada su naturaleza.
El corazón humano ha sido creado solamente para Dios y, en consecuencia, será feliz en la medida en que se acerque a Dios, se haga poseer por Dios, viva para Dios.
Los pulmones no viven sin oxígeno, los ojos sin luz, la flor sin la caricia del sol, el pájaro sin los dilatados espacios... y el hombre no puede vivir sin Dios.
Dios para él es el oxígeno, la luz, el sol, el espacio, la vida; Dios es la apetencia más urgente de todo su ser.
“Señor, eres justo en todo lo que has hecho por nosotros, todas tus obras son verdaderas, tus caminos son rectos, y todos tus juicios, verdad” (Dn 3,27). Siempre está bien lo que Dios hace; siempre busca Él nuestro bien personal, por más que en determinadas ocasiones nosotros no alcancemos a comprender cómo todo eso contribuye a la gloria del Señor o a nuestro bien personal. Se impone un acto de fe, impulsado por el amor.
* P. Alfonso Milagro

Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

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