PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
11 - Número 3171 ~ Viernes 28 de Octubre de 2016
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
El
dolor puede conducir a una triste rebelión en las personas que no lo quieren
aceptar. Sin embargo, el dolor es siempre una oportunidad que el hombre tiene
para crecer interiormente. Todos nos habremos admirado alguna vez de la gran
altura de espíritu de las personas que sufren serenamente. De aquellos a
quienes los años de sufrimiento les han hecho madurar. De aquellos a quienes la
enfermedad ha producido tesoros de fortaleza y humildad. Se descubre en todos,
al final de su vida, una serie de rasgos que difícilmente habrían surgido si no
hubieran sufrido tanto.
La
vida de todos los hombres tiene unas cosas buenas y otras menos buenas. Lo que
no podemos pretender es que, por tener fe, nuestra vida tenga que ser como una
balsa de aceite, o disfrutar de la felicidad de un cuento de hadas, o vivir en
un perpetuo descanso físico, psíquico y afectivo. No podemos pretender que los
problemas tengan que desaparecer por sí solos por el mero hecho de creer en
Dios. O que los dolores de cabeza deban convertirse en efluvios místicos. O que
las preocupaciones tengan también que desvanecerse como por arte de magia. Es
verdad que la fe ayuda a afrontar esas situaciones y a estar alegre, pero no
las hace desaparecer. Las personas con fe no dejan de ser personas normales.
*
Alfonso Aguiló
¡Buenos días!
Nuestras madres
“Me
preguntas qué es la Madre. Junta el perfume de todas las flores y el arrullo de
todas las montañas y la inquietud de todos los ríos; la frescura de todos los
valles y la mirada de todas las estrellas; la caricia de todas las brisas y el
beso de todos los labios. Todo guardado por Dios en un corazón de mujer. Eso es
una madre” (A. Barbieri).
Iba un borracho caminando a su casa, cuando se detuvo
ante un letrero que le llamó la atención. Y comenzó a llorar desconsoladamente.
Pasó por casualidad su vecino que, al verlo tan afligido, le preguntó: —¿Por
qué llora, vecino? El borracho le contestó:
— A lo que hemos llegado en este mundo. Mira lo que
dice ese letrero: “Se vende madre sin sentimiento”. El vecino lee el letrero y
le contesta: — Pero, chico, tú no ves que allí dice: “Se vende madera, zinc y
cemento”.
La
primera mujer, Eva, salió de la costilla del hombre... No de los pies, para ser
pisoteada. No de la cabeza, para ser superior... Sino del lado, para ser igual.
Debajo del brazo, para ser protegida y al lado del corazón, para ser amada. Que
este símbolo ayude a los esposos a cultivar cada día una mejor convivencia,
hecha de respeto y tolerancia mutua.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquellos días, Jesús se fue al monte a orar, y se pasó la noche en oración con
Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, y eligió doce de entre
ellos, a los que llamó también apóstoles. A Simón, a quien llamó Pedro, y a su
hermano Andrés; a Santiago y Juan, a Felipe y Bartolomé, a Mateo y Tomás, a
Santiago de Alfeo y Simón, llamado Zelotes; a Judas de Santiago, y a Judas
Iscariote, que llegó a ser un traidor.
Bajando
con ellos se detuvo en un paraje llano; había una gran multitud de discípulos
suyos y gran muchedumbre del pueblo, de toda Judea, de Jerusalén y de la región
costera de Tiro y Sidón, que habían venido para oírle y ser curados de sus
enfermedades. Y los que eran molestados por espíritus inmundos quedaban
curados. Toda la gente procuraba tocarle, porque salía de Él una fuerza que
sanaba a todos. (Lc
6,12-19)
Comentario:
Hoy
contemplamos un día entero de la vida de Jesús. Una vida que tiene dos claras
vertientes: la oración y la acción. Si la vida del cristiano ha de imitar la
vida de Jesús, no podemos prescindir de ambas dimensiones. Todos los
cristianos, incluso aquellos que se han consagrado a la vida contemplativa,
hemos de dedicar unos momentos a la oración y otros a la acción, aunque varíe
el tiempo que dediquemos a cada una. Hasta los monjes y las monjas de clausura
dedican bastante tiempo de su jornada a un trabajo. Como contrapartida, los que
somos más “seculares”, si deseamos imitar a Jesús, no deberíamos movernos en
una acción desenfrenada sin ungirla con la oración. Nos enseña san Jerónimo:
«Aunque el Apóstol nos mandó que oráramos siempre, (…) conviene que destinemos
unas horas determinadas a este ejercicio».
¿Es
que Jesús necesitaba de largos ratos de oración en solitario cuando todos
dormían? Los teólogos estudian cuál era la psicología de Jesús hombre: hasta
qué punto tenía acceso directo a la divinidad y hasta qué punto era «hombre
semejante en todo a nosotros, menos en el pecado» (He 4,5). En la medida que lo
consideremos más cercano, su “práctica” de oración será un ejemplo evidente
para nosotros.
Asegurada
ya la oración, sólo nos queda imitarlo en la acción. En el fragmento de hoy, lo
vemos “organizando la Iglesia”, es decir, escogiendo a los que serán los
futuros evangelizadores, llamados a continuar su misión en el mundo. «Cuando se
hizo de día, llamó a sus discípulos, y eligió doce de entre ellos, a los que
llamó también apóstoles» (Lc 6,13). Después lo encontramos curando toda clase
de enfermedad. «Toda la gente procuraba tocarle, porque salía de Él una fuerza
que sanaba a todos» (Lc 6,19), nos dice el evangelista. Para que nuestra
identificación con Él sea total, únicamente nos falta que también de nosotros
salga una fuerza que sane a todos, lo cual sólo será posible si estamos
injertados en Él, para que demos mucho fruto (cf. Jn 15,4).
* Rev. D. Albert TAULÉ i Viñas (Barcelona, España)
Santoral Católico:
San Simón y San Judas
Apóstoles
Simón, nacido en Caná
y apodado el Cananeo o el Zelotes, figura en la lista de los doce apóstoles
elegidos por Jesús. Poco más se sabe de él. Judas, por sobrenombre Tadeo, también uno de los elegidos por
Jesús, es el apóstol que en la Última Cena preguntó al Señor por qué se
manifestaba sólo a sus discípulos y no al mundo (Jn 14,22). La tradición le
atribuye una carta, recogida en el canon del Nuevo Testamento, en la que se trata
de prevenir a los cristianos contra los falsos doctores y sus doctrinas
sectarias. Según san Fortunato (s. VI), estos dos apóstoles predicaron en
distintas regiones de Oriente Medio y murieron mártires en Persia.
Oración: Señor, Dios nuestro, que nos llevaste al
conocimiento de tu nombre por la predicación de los apóstoles, te rogamos que,
por intercesión de san Simón y san Judas, tu Iglesia siga siempre creciendo con
la conversión incesante de los pueblos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano
El pensamiento del día
“Lo
que logres de pie, agradécelo de rodillas.
Lo
que no consigas hablando, hazlo orando.
Lo
que tú no puedas hacer, deja que Dios lo haga por ti”.
Temas Médicos:
Hipertensión Arterial
La
Hipertensión Arterial (HTA) es la
más difundida de las enfermedades cardiovasculares, afectando a una de cada
cuatro personas en Argentina, de las cuales sólo la mitad conoce su condición
de hipertenso y de ellos menos del 40% realiza un tratamiento correcto.
De
acuerdo a su origen hay dos tipos de HTA: la PRIMARIA (llamada también esencial),
que corresponde al 90% de los casos, y en la cual no se conoce la causa de la
enfermedad, siendo entonces el objetivo del tratamiento mantenerla compensada
dentro de valores normales y evitar las complicaciones o secuelas; y la
SECUNDARIA, que comprende el 10% de los pacientes, en la cual se identifica la
causa (renal, vascular, suprarrenal, etc.) y que tiene mayores probabilidades
de poder llegar a ser curada.
Existen
"factores de riesgo" que son elementos o circunstancias
predisponentes para padecer HTA, tales como: herencia, edad, estrés, alcohol,
cigarrillo, vida sedentaria, colesterol elevado, obesidad, abuso de la sal, y
algún otro de menor trascendencia, siendo importante conocerlos para procurar
eliminarlos o neutralizarlos para de ese modo reducir el peligro de la
enfermedad.
En
la mayoría de las personas la HTA determina síntomas: cefaleas (sobre todo a
nivel de la nuca), mareos, zumbidos de oídos, sofocación, fatiga, palpitaciones
o dolor en el pecho, debilidad muscular, calambres u hormigueos en los
miembros, alteraciones de la visión, edemas en cara y manos (hipertensión
asociada a problemas renales); pero en ocasiones puede darse que la elevación
de la presión sanguínea curse sin síntomas, lo cual aumenta sus riesgos y
justifica la necesidad de controlarla periódicamente.
Las
consecuencias de la HTA sobre el organismo son potencialmente muy graves cuando
no existe un control adecuado de la misma, manifestándose sus daños a nivel de
los principales órganos nobles como ser: corazón: causa agrandamiento cardíaco
(hipertrofia), insuficiencia cardíaca, angor
o insuficiencia coronaria; cerebro: falta de irrigación (isquemia), daños
vasculares con posibilidad de hemorragia ("ataque cerebral"= muerte o
secuelas de parálisis); ojos: hemorragias en retina, daños por edema de papila;
riñones: alteraciones progresivas que pueden llegar hasta a la insuficiencia
renal (diálisis); vasos sanguíneos: engrosamiento, destrucción o ruptura
(hemorragias), obstrucciones (trombosis, gangrenas).
El
tratamiento de la HTA siempre debe ser determinado y controlado por médico
clínico o cardiólogo.
En
sus fundamentos se encuentran en primer lugar las "medidas higiénico
dietéticas" que se refieren básicamente a una dieta alimentaria con
reducción de la sal (restricción del sodio), la realización de actividad física
y recreativa, y el control de los factores de riesgo ya mencionados
precedentemente. Cuando con estas
medidas generales no se logra un control satisfactorio de la presión arterial,
el médico completa el tratamiento con la administración de medicamentos de
acción anti hipertensiva.
Los
tratamientos deben ser continuados y permanentes, siendo su objetivo mantener
compensado al paciente con cifras de presión arterial que no superen los
135 ó
140 mm de máxima o sistólica y los 85
ó 90 mm de mínima o
diastólica. El correcto tratamiento de
la hipertensión arterial reduce el riesgo de complicaciones o secuelas graves y
abre el camino a una mejor calidad de vida.
Pedidos de oración
Pedimos
oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo
místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como
Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por
las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado
Corazón de María; por la conversión de
todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por
los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente
por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo,
el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por
el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la
falta de libertad en muchos países del mundo; por la unión de las familias, la
fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este
sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por
las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos
oración por la comunidad de la iglesia St, Mary, y la escuela san Andrés, ambas
de Muskegon, USA, para que Dios las fortalezca en la fe.
Pedimos
oración para Carlos, del estado de
Michigan, USA, 30 años, depresivo y adicto al consumo de drogas, para que el
Señor lo libere de esas cadenas y pueda reencauzar su vida de manera normal.
Pedimos
oración por Facundo I., del Chaco,
Argentina, 23 años, con insuficiencia renal y en emergencia en espera de
trasplante. Que la Santísima Virgen de Lourdes interceda por él ante Jesús para
que pronto se encuentre un donante y pueda ser operado.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y
la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros
hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Los cinco minutos de Dios
Octubre 28
Compadecer
es padecer con otro; pero no se puede padecer con otro si antes no se ha
padecido solo.
Comprender
es aprender con otro; pero eso requiere que antes hayamos aprendido nosotros
solos.
Por
eso, no debes juzgar que estás perdiendo el tiempo ni los esfuerzos cuando
estás sufriendo solo; te estás capacitando para sufrir con los demás.
Quien
sabe sufrir, sabe hacer sufrir menos; quien sabe llorar, sabe comprender mejor
a los que lloran.
A
veces se sufre más de lo que Dios quiere, o porque se sufre como Dios no
quiere, o porque no se sufre con los demás.
No
se puede llegar a comprender lo que significa una lágrima si antes no se ha
gustado su sabor salado rodando por las propias mejillas y llegando a los
propios labios.
¡Qué
cosa llamativa! Las lágrimas propias saben a salado; las lágrimas de los demás
saben a dulce cuando se mezclan con las propias.
“Escucha, Señor, mi oración, presta oído a mi clamor,
no seas insensible a mi llanto, porque soy un huésped en tu casa, un peregrino
lo mismo que mis padres” (Sal 39,13). Dios siempre escucha nuestras súplicas,
si es que éstas se presentan con la debida humildad y confianza en su bondad
infinita.
* P. Alfonso Milagro
Jardinero de Dios
-el
más pequeñito de todos-
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