sábado, 15 de octubre de 2016

Pequeñas Semillitas 3158

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 11 - Número 3158 ~ Sábado 15 de Octubre de 2016
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Cuando faltan pocas horas para la canonización del Cura Brochero (José Gabriel del Rosario Brochero, 1840-1914) presbítero rural argentino de final del siglo XIX, completamos hoy en “Pequeñas Semillitas” la serie de notas evocativas de su personalidad y su gran apostolado espiritual y acción civilizadora por los más pobres de su tierra.
Y es así como hoy reflejamos los últimos días de su vida, cuando ya había contraído la lepra contagiándose de un enfermo al que visitaba para ayudarlo a bien morir y con el que compartía el mate sin temor a enfermarse, y también estaba ciego, de modo que sólo podía decir -de memoria- la misa de “la Purísima” (así llamaba Brochero a la Inmaculada Virgen María) y rezar constantemente hasta su muerte por todos los hombres del pasado, de su tiempo y los de los tiempos por venir (nosotros).
La vida de Brochero, sus últimos días y su pascua, es decir su paso al encuentro con Dios, son una enseñanza de cómo debemos asumir el dolor, la vejez y las limitaciones, aprendiendo a ofrecer el dolor y unirnos al sufrimiento de Jesús y del prójimo en la cruz.

¡Buenos días!

Antes de un examen
Antes de un examen permanece relajado y confiado Recuérdate a ti mismo que estás bien preparado y va a salir todo bien. No te permitas volverte ansioso; si sientes temor antes o durante un examen, realiza varias respiraciones profundas para relajarte. No hables con otros estudiantes antes del examen, porque la ansiedad es contagiosa.

Señor, voy a rendir un examen, dame tu paz y ven conmigo. Concédeme la alegría de cosechar el fruto de las semillas que sembré en largas horas de silencio y de estudio. Que este examen sea el amén de todo este esfuerzo de estudiar cada día, poniéndolo ante tus ojos como ofrenda y oración. Que no me enorgullezca el saber mucho, ni me paralice el terror de olvidar lo aprendido. Concédeme que los examinadores sean razonables y justos. Señor, mi único Maestro, escúchame y ven conmigo.

Trata de dormir bien la noche anterior al examen y de comer algo liviano pero reconfortante. Piensa en el examen como una oportunidad de recibir la recompensa de tu esfuerzo. Está preparado para sentir algo de ansiedad, pero que sea sólo señal de tu deseo de hacer lo mejor y desplegar toda tu capacidad. El Señor te ilumine y asista.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Yo os digo: Por todo el que se declare por mí ante los hombres, también el Hijo del hombre se declarará por él ante los ángeles de Dios. Pero el que me niegue delante de los hombres, será negado delante de los ángeles de Dios. A todo el que diga una palabra contra el Hijo del hombre, se le perdonará; pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo, no se le perdonará.
»Cuando os lleven a las sinagogas, ante los magistrados y las autoridades, no os preocupéis de cómo o con qué os defenderéis, o qué diréis, porque el Espíritu Santo os enseñará en aquel mismo momento lo que conviene decir». (Lc 12,8-12)

Comentario:
Hoy, el Señor despierta nuestra fe y esperanza en El. Jesús nos anticipa que tendremos que comparecer ante el ejército celestial para ser examinados. Y aquel que se haya pronunciado a favor de Jesús adhiriéndose a su misión «también el Hijo del hombre se declarará por él» (Lc 12,8). Dicha confesión pública se realiza en palabras, en actos y durante toda la vida.
Esta interpelación a la confesión es todavía más necesaria y urgente en nuestros tiempos, en los que hay gente que no quiere escuchar la voz de Dios ni seguir su camino de vida. Sin embargo, la confesión de nuestra fe tendrá un fuerte seguimiento. Por tanto, no seamos confesores ni por miedo de un castigo —que será más severo para los apóstatas— ni por la abundante recompensa reservada a los fieles. Nuestro testimonio es necesario y urgente para la vida del mundo, y Dios mismo nos lo pide, tal como dijo san Juan Crisóstomo: «Dios no se contenta con la fe interior; Él pide la confesión exterior y pública, y nos mueve así a una confianza y a un amor más grandes».
Nuestra confesión es sostenida por la fuerza y la garantía de su Espíritu que está activo dentro de nosotros y que nos defiende. El reconocimiento de Jesucristo ante sus ángeles es de vital importancia ya que este hecho nos permitirá verle cara a cara, vivir con Él y ser inundados de su luz. A la vez, lo contrario no será otra cosa que sufrir y perder la vida, quedar privado de la luz y desposeído de todos los bienes. Pidamos, pues, la gracia de evitar toda negación ni que sea por miedo al suplicio o por ignorancia; por las herejías, por la fe estéril y por la falta de responsabilidad; o porque queramos evitar el martirio. Seamos fuertes; ¡el Espíritu Santo está con nosotros! Y «con el Espíritu Santo está siempre María (…) y Ella ha hecho posible la explosión misionera producida en Pentecostés» (Papa Francisco).
* Fr. Alexis MANIRAGABA (Ruhengeri, Ruanda)

Santoral Católico:
Santa Teresa de Jesús (de Ávila)
Virgen Carmelita y Doctora de la Iglesia
Nació en Ávila (España) el año 1515. Mujer de excepcionales dotes de mente y de corazón, a los 18 años entró en el Carmelo. A los 45, para responder a las gracias extraordinarias del Señor, emprendió una vida cuya divisa sería: «O sufrir o morir», y en la que encontró el eficaz apoyo de san Pedro de Alcántara. Entonces fundó el convento de San José de Ávila, primero de los 15 Carmelos que establecería en España. Con san Juan de la Cruz, introdujo la gran reforma carmelitana. Sus escritos son un modelo seguro en los caminos de la plegaria y de la perfección. Supo conciliar el don de gentes con el trato íntimo con Cristo, el espíritu emprendedor con la oración contemplativa, la actividad incesante con la unión mística con Dios, que ella nos describe con el lenguaje llano del pueblo. Contribuyó a la renovación de la entera comunidad eclesial. Murió en Alba de Tormes (Salamanca) el año 1582, la noche del 4 de octubre, convertida en 15 de octubre por la reforma gregoriana del calendario. Pablo VI la declaró en 1970 Doctora de la Iglesia.
Oración: Señor, Dios nuestro, que por tu Espíritu has suscitado a santa Teresa de Jesús, para mostrar a tu Iglesia el camino de la perfección, concédenos vivir de su doctrina y enciende en nosotros el deseo de la verdadera santidad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano    

Palabras del Cura Brochero
"Dios es como los piojos,
está en todas partes,
pero prefiere a los pobres"

"El Señor me dio la salud, él me la quita;
bendita sea su santa voluntad.
Debemos estar siempre conformes
con los designios de Dios"

"Yo me felicitaría si Dios me saca de este planeta
sentado confesando y predicando el Evangelio"

Tema del día:
Cura Brochero, sus últimos días
“… esa mañana al abrir la puerta de vidrio… vio lo que hacía tiempo se negaba a ver… Celebró la misa solo. Esa mañana había en él… una oscura sensación de miedo, una angustia que se enroscaba en su espíritu sin que pudiera dominarla… La oración fue su refugio. El Cristo había ofrecido a Dios la vida en plena juventud… A él, José Gabriel, ¿qué le tocaba ofrecer? La gente ya no se acercaba como antes. Lo miraban con cierto recelo. ¿Qué le pedía Dios en la madurez de su vida?... En medio de su torturada soledad, se aferró con todo el ánimo a la vida y se empeñó en ocuparse de su gente hasta que las fuerzas se lo permitiesen”

“Su tormento interior aumentaba a cada hora… después de largos ratos de plegaria ante su Purísima, garabateó su renuncia… con sufrimientos, plegarias y silencios, José Gabriel preparó lentamente su último viaje…”

“Él, que había sido capaz de increíbles esfuerzos físicos, se sentía ahora tan sólo un montón de carne insensible, un cuerpo sin rumbo… Ya no era el líder religioso que arrastraba multitudes hacia la Casa de Ejercicios… ¿Qué era entonces? ¿Qué quería el Señor que fuese ahora, ciego y leproso como estaba?”

“… le gustaba ir hasta la orilla del río Panaholma… Sentado a la sombra de los sauces… Constantemente rezaba el Rosario. Fue allí, en uno de sus paseos silenciosos, cuando entendió que ahora podría salvar más almas que en sus audaces marchas a lomo de mula… Ahora, totalmente impedido como estaba, podía salvar más almas que nunca. Todo era cuestión de ofrecerle cada día a su Señor el sufrimiento de su cuerpo insensible y sus ojos sin luz”.

“…Un día no resistió el deseo de volver a entrar en esa iglesia donde más de treinta años antes había dicho la misa como cura recién llegado… Guiado por su lazarillo, el cura marchó lentamente hacia el templo… entró arrastrando los pies… se sentó trabajosamente y mirando si ver habló por última vez en aquel recinto donde había sembrado la palabra divina a lo largo de tantos años: “Hijos, no hagan pecados… y si los hacen, sepan que Dios está siempre dispuesto a perdonarlos, como yo los perdoné cuando los confesaba… el sacerdote que no tiene mucha lástima por los pecadores es medio sacerdote, y ni tanto. Estos trapos benditos que llevo encima no son lo que me hacen sacerdote; si no llevo en mi pecho la caridad, ni a cristiano llego…  Por eso digo: quiéranse mucho, vivan en paz con todos…”

“La emoción embargaba a todos los presentes… Salió arrastrándose, como había entrado, con una mezcla de pena y alegría en su alma… pero estaba cercano el momento de entrar a otro Templo mil veces mejor: el de la presencia viva y eterna de Dios…”

“Fue presintiendo lúcidamente que su fin se acercaba. Ahora debía soportar un sufrimiento atroz… estaba embichado… agusanado. Ya nadie venía a verlo. Su aislamiento era total… Brochero pasaba los días en el dolor y en la oración…” Escribió una carta al obispo de Santiago del Estero, monseñor Martín Yañiz, que había sido ordenado sacerdote el mismo día que él: “Recordarás que yo sabía decir de mí mismo que iba a ser un enérgico siempre, como el caballo chesche que se murió galopando; pero jamás tuve presente que Dios Nuestro Señor es y era quien vivifica y mortifica, y quien da las energías físicas y morales y quien las quita: pues bien, yo estoy ciego casi al remate… Además estoy sin tacto… ya ves el estado a que ha quedado reducido el chesche, el enérgico, el brioso… Pero es un grandísimo favor el que me ha hecho Dios Nuestro Señor en desocuparme por completo de la vida activa y dejarme con la vida pasiva. Quiero decir que Dios me da la ocupación de buscar mi último fin y de orar por los hombres pasados, por los presentes y por los que han de venir hasta el fin del mundo…”

“El 23 de enero pasó por el pueblo el padre Angulo… quien comprendió que el final estaba muy cerca… Brochero le pidió que lo ayudara a bien morir… La mañana del 26 de enero, cuando Angulo le llevó la comunión, Brochero murmuró: -Esta es la despedida… Con el correr de las horas su vida se fue apagando lentamente, como las velas que en el altar rinden su homenaje al Padre de todos…”

(Felgueras Esteban. El cura Brochero, más nuestro que el pan caliente. 1° edición. Buenos Aires. Bonum. 2010)

Poesía

Hermano Brochero, de las Cumbres Altas,
hoy quiero sanarme de mis males.
Baja con tu mula hasta mi propia casa,
cubre con tu poncho mi amor olvidado,
mi cuerpo en pedazos y el frío de mi alma.
Mi cabeza ardiente de amargos recuerdos
tu sombrero cubra, de luz y de calma.
Toma ya mis manos que yacen inertes,
vacías, sin vida, entre tus manos gauchas.
Tu sonrisa plena y tu mirada franca
devuelvan la luz a mis ojos huecos,
llorosos de tantas lágrimas sin tiempo.
Visítame pronto, con tu mula mansa,
la imagen sagrada coloca en mi pecho,
de Jesús tu Dios, y su Madre Santa.
Y con la promesa de su nueva vida,
plena de paz, amor y alegría,
por mí y por todos los que están sufriendo,
intercede tú, hermano Brochero,
venerable Cura que andás por mi tierra
bendiciendo a todos, cual fiel mensajero
de ayer y de hoy, por valles y sierras,
con tu mano en alto y tu poncho al viento!

Poema de Graciela Holsen

"Pequeñas Semillitas" por e-mail
Si lo deseas puedes recibir todos los días "Pequeñas Semillitas" por correo, más el agregado de un powerpoint. Las suscripciones son totalmente gratis y solo tienes que solicitarlas escribiendo a Rocío (moderadora del grupo) a: peque.semillitas.3@gmail.com  con el título: “Suscripción a Pequeñas Semillitas”.
Si ya estás suscripto y quieres cancelar tu suscripción debes escribir a la misma dirección con el título: “Baja”.

Los cinco minutos de Dios
Octubre 15
Hoy se habla mucho del amor; no siempre del verdadero amor. Es que el mundo solamente se salvará con amor y no con odio.
Pero, eso sí, hay que amar a todos sin excepción; aún a los propios enemigos, como lo pide Cristo en el Evangelio.
Hay que amar sin desfallecimientos ni descansos.
Lo mismo en las buenas que en las malas; en la primavera que en el verano; a la persona que nos resulta simpática y a la que nos es antipática; a la que nos hace bien como a la que nos persigue.
Hay que amar a todos sin excepción.
Se han estrenado muchos métodos para arreglar el mundo, y el mundo sigue desarreglado; ¿no será  porque no se ha probado el método del amor?
Las familias, las personas, ¿no serían más felices si en ellas reinara el amor, en lugar de la incomprensión?
Hay una sola bomba que al estallar no destruye sino que construye: es la bomba del amor.
“Conozcan el amor de Cristo que supera todo conocimiento, para ser colmados de la plenitud de Dios” (Ef 3,19). Cristo es la manifestación del amor del Padre, y el cristiano ha de constituirse en una manifestación de Cristo; así el mundo irá a Cristo por el cristiano, y al Padre por Cristo.
* P. Alfonso Milagro

Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Gracias por participar comentando! Por favor, no te olvides de incluir tu nombre y ciudad de residencia al finalizar tu comentario dentro del cuadro donde escribes.