PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
11 - Número 3148 ~ Miércoles 5 de Octubre de 2016
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
En
la introducción de la edición de ayer comentábamos acerca de lo importante que
resulta sembrar buenas semillas como un camino que nos lleve a generar mejores
relaciones humanas y hacer un mundo mejor. Hoy, y siguiendo al autor brasileño
Carlos Torres Pastorino, podemos reafirmar esas ideas diciendo:
“Si
quieres cosechar, acuérdate de que cosecharemos, infaliblemente, lo que hayamos
sembrado. Si sufrimos es que estamos cosechando los frutos amargos de los
errores que sembramos anteriormente. ¡Pon tu atención en el momento presente! Siembra
sólo semillas de optimismo y amor, y recogerás mañana los frutos maduros de la
alegría y la felicidad. Cada uno recoge, ni más ni menos, lo que sembró”
¡Buenos días!
Míreme la barba
Está
comprobado por la experiencia que los pensamientos que ocupan nuestra mente al
quedar dormidos son, por lo general, los primeros que encontramos al
despertarnos y, muchas veces, si son situaciones problemáticas, se presenta la
oportuna solución de las mismas. Esto puedes aplicarlo con regularidad para
aprovechar la actividad nocturna del subconsciente.
Antes de la operación el cirujano dijo a la paciente:
—Manténgase tranquila. Conozco perfectamente mi
oficio. Al ser anestesiada y caer en sueño profundo duérmase mirando mi barba.
Ella le dará confianza y cuando despierte, será lo primero que verán sus ojos.
La enferma se durmió profundamente. Cuando recobró la
conciencia, llena de alegría su mirada se encontró con la barba venerable.
—¡Oh, gracias profesor, no he sentido ningún dolor!
—¡No soy ningún profesor, soy san Pedro!
Bueno,
después de tu sonrisa, te reitero que utilices los últimos momentos de la
jornada para sembrar en tu subconsciente preguntas y planteos, con la segura
esperanza de encontrar al despertar sorprendentes pistas y aciertos. Acompaña
este ejercicio con una oración de súplica como la que hace el agricultor al
sembrar el campo. Que el Señor te bendiga.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
Sucedió
que, estando Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, le dijo uno de sus
discípulos: «Señor, enséñanos a orar, como enseñó Juan a sus discípulos». Él
les dijo: «Cuando oréis, decid: Padre, santificado sea tu Nombre, venga tu
Reino, danos cada día nuestro pan cotidiano, y perdónanos nuestros pecados
porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe, y no nos dejes caer
en tentación». (Lc
11,1-4)
Comentario:
Hoy
vemos cómo uno de los discípulos le dice a Jesús: «Señor, enséñanos a orar,
como enseñó Juan a sus discípulos» (Lc 11,1). La respuesta de Jesús: «Cuando
oréis, decid: Padre, santificado sea tu Nombre, venga tu Reino, danos cada día
nuestro pan cotidiano, y perdónanos nuestros pecados porque también nosotros
perdonamos a todo el que nos debe, y no nos dejes caer en tentación» (Lc
11,2-4), puede ser resumida con una frase: la correcta disposición para la
oración cristiana es la disposición de un niño delante de su padre.
Vemos
enseguida que la oración, según Jesús, es un trato del tipo “padre-hijo”. Es
decir, es un asunto familiar basado en una relación de familiaridad y amor. La
imagen de Dios como padre nos habla de una relación basada en el afecto y en la
intimidad, y no de poder y autoridad.
Rezar
como cristianos supone ponernos en una situación donde vemos a Dios como padre
y le hablamos como sus hijos: «Me has escrito: ‘Orar es hablar con Dios. Pero,
¿de qué?’. —¿De qué? De Él, de ti: alegrías, tristezas, éxitos y fracasos,
ambiciones nobles, preocupaciones diarias..., ¡flaquezas!: y hacimientos de
gracias y peticiones: y Amor y desagravio. En dos palabras: conocerle y
conocerte: ¡tratarse!’» (San Josemaría).
Cuando
los hijos hablan con sus padres se fijan en una cosa: transmitir en palabras y
lenguaje corporal lo que sienten en el corazón. Llegamos a ser mejores mujeres
y hombres de oración cuando nuestro trato con Dios se hace más íntimo, como el
de un padre con su hijo. De eso nos dejó ejemplo Jesús mismo. Él es el camino.
Y,
si acudes a la Virgen, maestra de oración, ¡qué fácil te será! De hecho, «la contemplación
de Cristo tiene en María su modelo insuperable. El rostro del Hijo le pertenece
de un modo especial (...). Nadie se ha dedicado con la asiduidad de María a la
contemplación del rostro de Cristo» (Juan Pablo II).
* Fr. Austin Chukwuemeka IHEKWEME (Ikenanzizi,
Nigeria)
Santoral Católico:
Santa Faustina Kowalska
Apóstol de la Divina Misericordia
Nació
en Glogowiec (Polonia) el año 1905, de familia campesina, numerosa, pobre y
religiosa. A los dieciséis años se fue a trabajar como sirvienta de familias
acomodadas. En 1925 entró en la congregación de la Bienaventurada Virgen María
de la Misericordia. Vivió en distintas casas del instituto, desempeñando las
funciones de cocinera, jardinera y portera. Su vida, en apariencia monótona,
ocultaba una extraordinaria profundidad de unión con Dios. En 1931 se le
apareció el Señor pidiéndole que hiciera pintar su imagen tal como lo veía en
ese momento: con túnica blanca, una mano elevada en gesto de bendición y la
otra señalando su corazón, desde donde parten dos rayos de luz, azul y rojo;
Jesús le explicó: el rayo azul representa el agua, que purifica las almas; y el
rojo, la sangre, que es la vida de las almas. El Señor le concedió gracias
extraordinarias: visiones, estigmas, etc., que iban unidas a grandes
sufrimientos. Jesús le encomendó la misión de difundir la devoción a la Divina
Misericordia. Murió en Cracovia el 5 de octubre de 1938. Juan Pablo II la
canonizó el año 2000.
© Directorio Franciscano
Pensamientos de Santa Faustina
“El
amor puro es capaz de grandes empresas y no lo destruyen ni las dificultades ni
las contrariedades, si el amor es fuerte a pesar de grandes dificultades,
también es perseverante en la vida cotidiana, gris, monótona. Sabe que para
agradar a Dios, una cosa es necesaria, es decir hacer las cosas más pequeñas
con gran amor, amor y siempre amor” (Diario 140)
“El
alma silenciosa es fuerte; ninguna contrariedad le hará daño si persevera en el
silencio. El alma silenciosa es capaz de la más profunda unión con Dios; vive
casi siempre bajo la inspiración del Espíritu Santo. En el alma silenciosa Dios
obra sin obstáculos” (Diario 477).
“El
sufrimiento es el tesoro más grande que hay en la tierra, purifica al alma. En
el sufrimiento conocemos quién es nuestro verdadero amigo. El amor verdadero se
mide con el termómetro del sufrimiento” (Diario 342). “Desde el momento en que
empecé a amar el sufrimiento, este mismo dejó de ser sufrimiento para mí. El
sufrimiento es el alimento continuo de mi alma” (Diario 276)
“Oh
Jesús mío, cada uno de Tus santos refleja en sí una de Tus virtudes, yo deseo
reflejar Tu Corazón compasivo y lleno de misericordia. Que Tu misericordia, oh
Jesús, quede impresa sobre mi corazón y mi alma como un sello y éste será mi
signo distintivo en esta vida y en la otra” (Diario 1242)
Biblioteca de archivos
Recuerda
que en la página (blog) de "Pequeñas Semillitas" y también en
"Juan Pablo II inolvidable", en la columna lateral derecha, hay un
enlace con la misma imagen que ves arriba de este escrito, desde donde se
ingresa a la Biblioteca de archivos. Ingresando allí encontrarás una selección
de los mejores artículos publicados en “Pequeñas Semillitas” que podrás leer o
descargar a tu computadora.
Entre
los archivos de texto (pdf) están en forma completa los documentos papales:
"Lumen Fidei", "Evangelii Gaudium", "Misericordiae Vultus" y "Laudato Si". También está el Diario
de Santa Faustina y hay enlaces para ver películas con la vida de grandes
santos de la Iglesia.
Biblioteca
de archivos clic acá.
Tema del día:
Todo es vanidad
1) Para saber
“Todas
las cosas, absolutamente todas, son vana ilusión”, son vanidad. Así lo dice la
Sagrada Escritura en el libro del Eclesiastés. Y el Papa Francisco, comentando
este pasaje, nos advierte que la vanidad “es como una osteoporosis del alma”,
en que se intenta enmascarar el exterior para ocultar el vacío interior, pues
los huesos desde afuera parecen buenos, pero dentro están todos corroídos. Y
esto enferma el alma, porque enmascara la propia vida para aparentar, para
fingir.
2) Para pensar
Samaniego,
escritor español, se inspiró en Esopo para escribir sus fábulas. A través de
ellas, quiso mostrar enseñanzas morales. Una de las más famosas es la del “Asno
disfrazado”.
En
ella nos relata cómo un asno encontró una piel de león y discurrió ponérsela
para impresionar a su alrededor. Efectivamente, su temible aspecto hacía que
todos le huyeran, en el bosque, el prado y en el pueblo. Contento iba el asno
creyéndose importante. Sin embargo, un molinero alcanzó a ver la punta de una oreja
que se le salía de la piel de león. Tomó entonces un garrote de fierro y a
fuerza de palos lo llevó a su casa. Al divulgarse lo que había sucedido,
llegaron todos en un instante, y al que habían temido como león reinante, ahora
se burlaron de él ferozmente. Y quien más le respetó, ahora más lo despreció.
Aprendiendo el asno la lección de conformarse con lo que es, sin pretender
engañar a nadie.
3) Para vivir
El
Santo Padre advirtió que en el alma pueden producirse dos tipos de inquietudes.
Una es “buena, la inquietud que nos da el Espíritu Santo y hace que el alma
esté inquieta para hacer cosas buenas. Sin embargo, existe también “la mala
inquietud”, la de quien hace el mal y tiene la conciencia sucia y no puede
vivir en paz, porque vive con una irritación continua, en una urticaria que no
lo deja en paz.
Francisco
recordó que “el mal tiene siempre la misma raíz: la codicia, la vanidad y el
orgullo. Y los tres no dejan la conciencia en paz, sino inquieta y con miedo.
El
Papa indicó que la vanidad “nos infla” y “no tiene larga vida, porque es como
una burbuja de jabón. ¿Qué ganancia obtiene el hombre por toda la fatiga con la
cual se abruma? Se preocupa por aparentar, por fingir, por parecer y, sin
embargo, al morir “serás alimento de los gusanos. Y todo este enmascarar la
vida es una mentira, porque te comerán los gusanos y no serás nada. Esta es la
vanidad”, señaló.
El
Santo Padre lamentó que muchas personas que conocemos viven aparentando. “¡Pero
qué buena persona! Da grandes ofrendas a la Iglesia. Esto es lo que se ve, pero
la osteoporosis es la corrupción que tienen dentro. ¿Dónde está nuestra fuerza
y la seguridad, nuestro refugio? El Señor es el camino, la verdad y la vida.
Esta es la verdad, no la máscara de la vanidad”, dijo.
Al
finalizar su homilía, el Santo Padre pidió “que el Señor nos libere de estas
tres raíces de todos los males: la codicia, la vanidad y el orgullo. Pero sobre
todo de la vanidad, que nos hace mucho mal”.
* Pbro. José Martínez Colín
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Los cinco minutos de Dios
Octubre 5
Un
día comenzó a dolerte la muela, se te hinchó la cara y sentías vergüenza de
salir al trabajo con la cara desfigurada; del mismo modo te avergonzaría salir
a la calle con el vestido desgarrado o los zapatos rotos...
Sin
embargo, deberías sentir mucha mayor vergüenza, no tanto por tu exterioridad,
cuanto por tu ser profundo. Si tu interior está desarreglado, desordenado,
trastornado, indudablemente tienes motivos más que suficientes para sentirte
molesto y avergonzado.
El
hombre es más interioridad que apariencia; tú debes tener mucho más empeño e
interés en que tu espíritu cultive las virtudes que te harán hombre y santo que
en que tu cabello se vea bien peinado o que luzca bien tu corbata.
“No nos desanimemos; aunque nuestro hombre exterior
se vaya destruyendo, el hombre interior se va renovando día a día” (2 Cor
4,16). Es normal sentir, de cuando en cuando, desfallecimientos, cansancios,
desalientos, y aun deseos de dejarlo todo y dedicarse a la vida cómoda y no
complicada; pero no debemos ceder a esas tentaciones, que ciertamente no
proceden del Espíritu de Dios.
* P. Alfonso Milagro
Jardinero de Dios
-el
más pequeñito de todos-
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