jueves, 6 de octubre de 2016

Pequeñas Semillitas 3149

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 11 - Número 3149 ~ Jueves 6 de Octubre de 2016
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Amado Jesús, Tú eres el verdadero Pan de vida entregado por el Padre, ese Pan especial que ha bajado del Cielo para darle vida en abundancia a todos cuantos quieran seguir tus caminos y vivir según tus designios. Tu milagro de amor supera en creces el maná con el que alimentaste a tu pueblo en el desierto, es tu misma Vida, en tu carne adorada, es manantial de vida, tu mismo Espíritu, tu mismo cuerpo que desea habitar en nosotros. Eres el alimento que necesito para atravesar los momentos de sequías que se me presenten en mi caminar. De ti saco la fuerza para continuar y luchar por mi salvación. Tu alimento eucarístico es el único que llena de gozo mi alma, es el motor que me da energía y pone a funcionar todo en mí para ser un testigo comprometido de tu reino. Enséñame a amar como Tú amas, a hacer lo que Tú haces y a obrar como Tú obras. Sólo en Ti, en tu Pan de vida, encontraré consuelo y bienestar, es sólo tu Pan de vida el que podrá sanar mis heridas y conducirme con seguridad a donde me tienes encomendado. Confío en tu amor hacia mí. Amén. (Píldoras de Fe)

¡Buenos días!

Rescatar el Padrenuestro
Por amor a Jesús que nos enseñó el Padrenuestro, éste debe ser la primera entre todas tus oraciones predilectas. Si el mismo Jesucristo ha querido dejarnos una fórmula para orar, es lógico que esa fórmula —el Padrenuestro— tenga un lugar preferencial en tus devociones. Pero es urgente meditarlo, venerarlo, profundizarlo y recrearlo. ¡Rescátalo de la rutina!

Sucede con el padrenuestro como con la casa donde nacimos: que de tanto verla no la hemos visto nunca. Es parte de nuestra retina, de nuestra sangre. Ya no nos dice nada. Como una moneda que, de tan usada, ha perdido completamente su relieve. El rostro que representaba es ya una superficie lisa imposible de adivinar. Así esta joya del Evangelio se ha convertido en la oración rutinaria de los cristianos de hoy. Tendríamos que rescatarla como quien descubre un continente o conquista en guerra una montaña. Tendríamos que volver a sentirnos como aquellos apóstoles que un día feliz oyeron de los labios de Jesús esas 58 palabras que son, en frase de Tertuliano, resumen de todo el evangelio (Martín Descalzo).

¿Cómo meditarlo? Te sugiero buscar otros textos bíblicos que iluminen cada frase. Por ej. Padre nuestro: “Como un padre siente ternura por sus hijos, así el Señor siente ternura por sus fieles”. Otro: Líbranos del mal: “El Señor te guarda a su sombra, está a tu derecha. El Señor te guarda de todo mal. Él guarda tu alma”. Anímate a hacer algo.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Si uno de vosotros tiene un amigo y, acudiendo a él a medianoche, le dice: ‘Amigo, préstame tres panes, porque ha llegado de viaje a mi casa un amigo mío y no tengo qué ofrecerle’, y aquél, desde dentro, le responde: ‘No me molestes; la puerta ya está cerrada, y mis hijos y yo estamos acostados; no puedo levantarme a dártelos’, os aseguro, que si no se levanta a dárselos por ser su amigo, al menos se levantará por su importunidad, y le dará cuanto necesite.
»Yo os digo: Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué padre hay entre vosotros que, si su hijo le pide un pez, en lugar de un pez le da una culebra; o, si pide un huevo, le da un escorpión? Si, pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan!». (Lc 11,5-13)

Comentario:
Hoy, el Evangelio es una catequesis de Jesús sobre la oración. Afirma solemnemente que el Padre siempre la escucha: «Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá» (Lc 11,9).
A veces podemos pensar que la práctica nos muestra que esto no siempre sucede, que no siempre “funciona” así. ¡Es que hay que rezar con las debidas actitudes!
La primera es la constancia, la perseverancia. Hemos de rezar sin desanimarnos nunca, aunque nos parezca que nuestra plegaria choca con un rechazo, o que no es escuchada enseguida. Es la actitud de aquel hombre inoportuno que a medianoche va a pedirle un favor a su amigo. Con su insistencia recibe los panes que necesita. Dios es el amigo que escucha desde dentro a quien es constante. Hemos de confiar en que terminará por darnos lo que pedimos, porque además de ser amigo, es Padre.
La segunda actitud que Jesús nos enseña es la confianza y el amor de hijos. La paternidad de Dios supera inmensamente a la humana, que es limitada e imperfecta: «Si, pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más el Padre del cielo...!» (Lc 11,13).
Tercera: hemos de pedir sobre todo el Espíritu Santo y no sólo cosas materiales. Jesús nos anima a pedirlo, asegurándonos que lo recibiremos: «...¡cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan!» (Lc 11,13). Esta petición siempre es escuchada. Es tanto como pedir la gracia de la oración, ya que el Espíritu Santo es su fuente y origen.
El beato fray Gil de Asís, compañero de san Francisco, resume la idea de este Evangelio cuando dice: «Reza con fidelidad y devoción, porque una gracia que Dios no te ha dado una vez, te la puede dar en otra ocasión. De tu cuenta pon humildemente toda la mente en Dios, y Dios pondrá en ti su gracia, según le plazca».

Santoral Católico:
San Bruno
Fundador de los Cartujos
Nació en Colonia (Alemania) hacia el año 1035. Formado y ordenado de sacerdote en Reims (Francia), el arzobispo le encargó la dirección de los estudios y escuelas de su diócesis. Fue maestro de Teología y sus comentarios de la Escritura fueron bien acogidos. Pero Bruno buscaba otra cosa y se fue a Molesme, donde estaba naciendo la reforma Cisterciense. Deseoso de mayor silencio y soledad, en 1084 fundó un pequeño eremitorio en el lugar salvaje y casi inaccesible del desierto de la Cartuja, cerca de Grenoble, que iba a servir de modelo para las Cartujas de todo el mundo. El año 1090 Urbano II le ordenó ir a Roma para el servicio de la Sede Apostólica. La vocación del Santo era otra. El Papa lo comprendió y le permitió retirarse al desierto, sin salir de Italia. Aquel mismo año marchó Bruno a la soledad de Squillace (Calabria), y allí se durmió en la paz del Señor, en el monasterio de La Torre, el 6 de octubre de 1101.
Oración: Señor, Dios nuestro, tú que llamaste a san Bruno para que te sirviera en la soledad, concédenos, por su intercesión, que, en medio de las vicisitudes de este mundo, vivamos entregados siempre a ti. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano    

El pensamiento del día

"Tus armas: la meditación, el sacrificio, 
los sacramentos, el Rosario, el retiro...
Tus aliados: la Virgen María, San José, 
los ángeles, tu santo patrono y tu padre espiritual.
Tu victoria está asegurada a menos que, poco a poco, 
depongas las armas y te alejes de tus aliados".
-Cardenal Nguyên Van Thuân-

Temas Médicos:
Células Madres, una visión ética
Las células madre (también llamadas troncales, o estaminales) abren horizontes de gran interés al mundo de la medicina. Sobre todo porque se espera, gracias a las investigaciones sobre ellas, curar y reparar a seres humanos afectados por enfermedades y daños más o menos graves.

Por lo mismo, numerosas investigaciones giran en torno a estas células madre, que se pueden dividir en dos grandes grupos según el modo de obtención y según sus potencialidades: células madre de adulto, y células madre embrionarias.

Las primeras se obtienen desde tejidos ofrecidos por seres humanos adultos. También se pueden obtener del cordón umbilical. En ambos casos no habría dificultades éticas sobre el modo de obtener tales células de adultos, siempre que se evite provocar daños en el donador.

Otras veces las células madre de adulto se obtienen a partir de fetos que han fallecido. Si la muerte de tales fetos es el resultado de un aborto clínico, salta a la vista la inmoralidad del “procedimiento”: un ser humano (un hijo) ha sido eliminado y luego usado en sus partes para la investigación.

Las segundas, las células madre embrionarias, se obtienen normalmente a partir de las técnicas de reproducción artificial (menos en el caso que mencionaremos en seguida). Para ello, se producen en laboratorio embriones a través de la FIV (fecundación in vitro) para ser usados luego por los investigadores; o se pide a los padres o a las clínicas de reproducción artificial que “donen” embriones “sobrantes” para experimentar con las células de los mismos. Los embriones usados, en el proceso de extracción de sus células madre, quedan destruidos, al menos tal y como actualmente se trabaja sobre ellos.

Existe, además, una investigación de frontera que busca obtener células madre desde la reprogramación de algunas células “normales” (de adulto) hasta rejuvenecerlas a diversos niveles, incluso hasta hacer que tengan propiedades similares a las de las células madre embrionarias.

Es fácil intuir que estas investigaciones suscitan grandes expectativas y fuertes intereses. Por un lado, miles y miles de enfermos y familiares de los mismos esperan de la medicina nuevos caminos de curación en enfermedades degenerativas (Parkinson, Alzheimer, etc.) o de otro tipo que podrían ser afrontadas o incluso curadas a través del uso y de las investigaciones con células madre.

Por otro lado, laboratorios, médicos y organismos nacionales o internacionales tienen gran interés por hacer progresar un campo de estudios lleno de promesas. No faltan quienes anhelan conseguir, en este ámbito, beneficios en dinero, o buscan patentar los nuevos descubrimientos, como si se tratase de una técnica más, cuando en realidad se está trabajando con células humanas.

Los intereses, sin embargo, no garantizan la bondad ética de los métodos usados. Un experimento que provoque intencionalmente daños a un adulto para obtener células madre es claramente injusto: sobre este punto el acuerdo es casi total. Un experimento que implique daños o la destrucción de un embrión o de un feto es también injusto, pero sobre este punto no existe igualdad de puntos de vista, aunque el criterio ético sigue siendo válido: nunca se puede destruir la vida de un ser humano inocente para beneficiar a otros seres humanos.

Desde que se ha generalizado el uso de técnicas de fecundación in vitro (a partir de 1978), ha habido y sigue habiendo mucha presión para rebajar el reconocimiento de la dignidad de los embriones obtenidos en las clínicas de reproducción artificial. El motivo ha sido sencillo: se busca dejar campo libre a la acción a los técnicos, pues se dice a las parejas y a la sociedad que los embriones precoces no son todavía seres humanos, sino simplemente “pre-embriones”. Negado su estatuto humano, esos embriones quedan a merced de sus “propietarios”, se trate de los padres que los encargaron o del mismo personal del laboratorio.

Desde esta perspectiva errónea, algunos promueven el uso de los embriones para obtener células madre embrionarias como si se usasen tejidos humanos.

Es patente el engaño: el embrión no es un simple tejido, ni un puñado de células, sino un individuo humano en sus primeras fases de desarrollo. Negarle su identidad para que pueda ser “usado” es un acto sumamente injusto. Los beneficios que se puedan obtener del mismo no justifican el esfuerzo técnico ni los daños que sufrirá si queda desprotegido. Nunca, se ha repetido cientos de veces, un experimento se convierte en bueno simplemente por los resultados alcanzados, sino que su bondad ética radica en el respeto hacia todos los seres humanos implicados, incluyendo los mismos embriones.

En un documento publicado a finales del año 2008, la Congregación para la doctrina de la fe recordaba que la obtención de células troncales (madre) a partir de la destrucción de embriones era “gravemente ilícita” (cf. Instrucción “Dignitas personae”, n. 32). En cambio, aclaraba el documento apenas citado, extraerlas de seres humanos adultos, sin dañarlos, o de fetos fallecidos de modo natural, es algo lícito, dentro del marco de las normales reglas de una buena investigación clínica.

Benedicto XVI explicaba, al respecto, que la obtención y uso de células madre procedentes de adultos, en el normal respeto de las personas implicadas, no conlleva problemas éticos. En cambio, sí hay graves problemas éticos en la experimentación con células madre embrionarias.

Las palabras del Papa fueron claras: “Quienes defienden la investigación con células madre embrionarias con la esperanza de alcanzar ese resultado cometen el grave error de negar el derecho inalienable a la vida de todos los seres humanos desde el momento de la concepción hasta su muerte natural. La destrucción incluso de una sola vida humana nunca se puede justificar por el beneficio que probablemente puede aportar a otra” (discurso a los participantes en la Conferencia internacional sobre células madre, 12-11-2011).

Una investigación ética sobre células madre no puede olvidar estos criterios. De este modo, la búsqueda de la salud de muchos seres humanos deseosos de ayudas técnicas se podrá realizar desde el respeto auténtico de todos, también de los seres humanos más pequeños e indefensos: los embriones.
* Fernando Pascual

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por el alma del sacerdote de Tucumán, Argentina, Padre Juan Viroche, de 46 años de edad, que apareció muerto ahorcado en su habitación, luego de haber denunciado en los últimos tiempos la actividad de bandas de narcotraficantes y haber recibido amenazas.

Pedimos oración para Félix, de la provincia de Santa Fe, Argentina, internado en grave estado en terapia intensiva, poniéndolo en manos de Jesús para que Él, con su infinito amor y misericordia, le conceda sus gracias de sanación.

Pedimos oración por María de los Ángeles, de Buenos Aires, Argentina, a quien están haciendo estudios relativos a su fertilidad, para que por la gracia de Dios los resultados sean favorables para lo que ella desea.

Pedimos oración por la salud de Gerardo, 43 años, de Olavarría, Buenos Aires, Argentina, que está afectado de diversas enfermedades que requieren atención por especialistas. Lo encomendamos a la Virgen de Lourdes para que ella interceda ante Jesús por su recuperación.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Los cinco minutos de Dios
Octubre 6
Quizá hoy te hayas sentido aplastado y abatido; te habrás ido arrastrando a ras de tierra, sin ánimo de levantar tu mirada. Sin embargo, cuenta la leyenda que Dios creó las aves para que, al oírlas cantar, el hombre levantara sus ojos al cielo.
Así las aves serían embajadoras de Dios; y ¡son tantas y tantas las cosas que pueden ser verdaderamente embajadoras de Dios!
Levanta tus ojos, eleva tu mirada, clávala en el cielo y sigue adelante.
Cuando mañana inicies tu actividad, iníciala con mayor optimismo, con redoblado entusiasmo, con alegría comunicativa y, si acaso vuelves a sentirte abatido, redobla tus esfuerzos para elevarte a las alturas.
De esta forma, sin hablar quizá, tu vida podrá ser un verdadero pregón de Dios.
“Alzo mis ojos a los montes; ¿de dónde vendrá el auxilio? Mi auxilio viene del Señor que hizo el cielo y la tierra… Te cuida el Señor de todo mal; Él cuida tu vida; el Señor cuida tu salida y tu entrada desde ahora y por siempre” (Is 43,10). Si confías en Dios, Él no te faltará; lo que a veces sucede no es que falte la ayuda de Dios, sino tu confianza en Él.
* P. Alfonso Milagro

Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

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