PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año 10 - Número 2655 ~
Miércoles 15 de Abril de 2015
Desde la ciudad de Córdoba
(Argentina)
Alabado sea
Jesucristo…
Víctor Manuel Arbeloa, escritor, sacerdote y político
español, ha escrito esta oración titulada “Padrenuestro de la Paz”:
Te pedimos la paz, que nos es tan necesaria como el agua
y el fuego y la tierra y el aire.
La paz, que es amnistía de presos y exiliados que quieren
un hogar más justo y estable.
La paz, que es libertad, la vida siempre abierta en la
casa y la fábrica, en la escuela y la calle.
La paz, que es el pan amasado cada día, que se rompe en
la mesa con júbilo y con hambre.
La paz, que es la flor de tu reino que esperamos y que
hacemos más bello y cercano cada tarde.
Te pedimos la paz, y a nosotros nos pedimos, que somos
hermanos y tú eres nuestro Padre.
¡Buenos días!
Qué es un niño
“Un niño es un
muchachito que tiene el apetito de un caballo, el estómago de un tragaespadas,
la energía de una carreta cargada de piedras, la curiosidad de un gato, los
pulmones de un dictador, la fantasía de un Julio Verne y, cuando se pone a
fabricar algo, tiene cinco martillos por mano” (Alan Beck). Los escritores nos
han dejado simpáticas semblanzas del niño. Aquí tienes otra, cuyo autor
desconozco.
Un niño es el regalo de Dios para tus días
tristes. Es el movimiento y el torbellino de la vida que se agita, que salta,
que corre, que sueña, que sonríe y se duerme. Un niño es siempre una esperanza,
un por qué vivimos y trabajamos sin dar lugar a la fatiga. Un niño es un
misterio impenetrable: ¿qué será de él en el futuro? Un niño es el interrogante
permanente sobre el mundo que hemos construido, sobre los valores que nos
movilizan, sobre el destino de nuestra humanidad... ¿Saldría el sol cada mañana
si ellos no iluminaran nuestras noches? ¿Podríamos vivir sin su bullicio, sin
sus sonrisas, sin la abismante profundidad de sus preguntas? Sí, un niño es un
hermoso regalo de Dios para tus días tristes.
“Un pequeñín vale
tanto que es nuestro carcelero, nuestro superior, nuestro mandamás: un
terremoto en miniatura con la cara manchada de chocolate y barro. Pero cuando
por la tarde vuelven padre y madre, cansados, disgustados y llenos de
preocupaciones, él es el único capaz de renovar las esperanzas y de colmar de
alegrías con sus mágicas palabras: "Hola, papá"; "Un besito,
mamá". (Alan Beck). Que este regalo de Dios renueve tu alma y tus energías
al comenzar un nuevo día.
Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo dijo Jesús a Nicodemo: «Tanto amó Dios al
mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en Él no perezca, sino
que tenga vida eterna. Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar
al mundo, sino para que el mundo se salve por Él. El que cree en Él, no es
juzgado; pero el que no cree, ya está juzgado, porque no ha creído en el Nombre
del Hijo único de Dios. Y el juicio está en que vino la luz al mundo, y los
hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Pues
todo el que obra el mal aborrece la luz y no va a la luz, para que no sean
censuradas sus obras. Pero el que obra la verdad, va a la luz, para que quede
de manifiesto que sus obras están hechas según Dios». (Jn 3,16-21)
Comentario
Hoy, ante la miríada de opiniones que plantea la vida
moderna, puede parecer que la verdad ya no existe —la verdad acerca de Dios, la
verdad sobre los temas relativos al género humano, la verdad sobre el
matrimonio, las verdades morales y, en última instancia, la verdad sobre mí
mismo.
El pasaje del Evangelio de hoy identifica a Jesucristo
como «el camino, la verdad y la vida» (Jn 14,6). Sin Jesús sólo encontramos
desolación, falsedad y muerte. Sólo hay un camino, y sólo uno que lleve al
Cielo,que se llama Jesucristo.
Cristo no es una opinión más. Jesucristo es la auténtica
Verdad. Negar la verdad es como insistir en cerrar los ojos ante la luz del
Sol. Tanto si le gusta como si no, el Sol siempre estará ahí; pero el infeliz
ha escogido libremente cerrar sus ojos ante el Sol de la verdad. De igual
forma, muchos se consumen en sus carreras con una tremenda fuerza de voluntad y
exigen emplear todo su potencial, olvidando que tan solo pueden alcanzar la
verdad acerca de sí mismos caminando junto a Jesucristo.
Por otra parte, según Benedicto XVI, «cada uno encuentra
su propio bien asumiendo el proyecto que Dios tiene sobre él, para realizarlo
plenamente: en efecto, encuentra en dicho proyecto su verdad y, aceptando esta
verdad, se hace libre (cf. Jn 8,32)» (Encíclica "Caritas in
Veritate"). La verdad de cada uno es una llamada a convertirse en el hijo
o la hija de Dios en la Casa Celestial: «Porque ésta es la voluntad de Dios: tu
santificación» (1Tes 4,3). Dios quiere hijos e hijas libres, no esclavos.
En realidad, el “yo” perfecto es un proyecto común entre
Dios y yo. Cuando buscamos la santidad, empezamos a reflejar la verdad de Dios
en nuestras vidas. El Papa lo dijo de una forma hermosísima: «Cada santo es
como un rayo de luz que sale de la Palabra de Dios» (Exhortación apostólica
"Verbum Domini").
Fr. Damien LIN Yuanheng
(Singapore, Singapur)
Santoral Católico:
San Damián de Molokai
Sacerdote
Nació en Tremenloo (Bélgica) el año 1840 en el seno de
una familia numerosa y cristiana. En su adolescencia trabajó en la granja
familiar, pero a los 19 años ingresó en la Congregación de los Sagrados
Corazones. Estudió en París y Lovaina. Antes de acabar la carrera pidió ir a
misiones y en 1864 llegó a Honolulu en las islas Hawai. Allí completó los
estudios y recibió la ordenación sacerdotal. Estuvo trabajando en la isla
principal hasta que, en 1873, el obispo pidió voluntarios para la leprosería de
la isla de Molokai, a la que el gobierno enviaba los enfermos. Él se ofreció y
aquella fue su misión definitiva. Su vida fue heroica. Tuvo que hacer de
sacerdote, médico, padre, cuidar las almas, limpiar las llagas, distribuir
medicinas, despertar la propia estima de los enfermos, que acabaron
organizándose, cultivando la tierra, creando instituciones. En 1884 él mismo
resultó contagiado de lepra, y a partir de entonces comenzó a ser conocido y
ponderado el ejemplo de su vida de radical entrega al servicio de los leprosos.
Murió en la localidad de Kalawao, isla de Molokai en Oceanía, el 15 de abril de
1889. Fue canonizado el año 2009.
Oración: Padre de misericordia, que en san Damián nos
has dado el sublime testimonio de su caridad a los más pobres y abandonados,
concédenos, por su intercesión, que también nosotros, impulsados por el amor al
Corazón de tu Hijo, seamos servidores de los hermanos más necesitados y
marginados. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano
La frase de hoy
“Quien no está preso de la necesidad, está preso del
miedo:
unos no duermen por la ansiedad de tener las cosas que no
tienen,
y otros no duermen por el pánico de perder las cosas que
tienen”
~ Eduardo Galeano ~
Tema del día:
El Jubileo de la Misericordia
La tarde del sábado 11 de abril, víspera del II Domingo
de Pascua, el Santo Padre Francisco convocó el Jubileo Extraordinario de la
Misericordia con la publicación de la Bula “Misericordiae
vultus”. El Año Santo se abrirá el 8
de diciembre de 2015, solemnidad de la Inmaculada Concepción y concluirá en la
solemnidad litúrgica de Jesucristo Rey del Universo, el 20 de noviembre de
2016.
Extractos de la
bula Misericordiae vultus, Papa
Francisco, Año de la Misericordia 2015-2016:
Jesucristo es el rostro de la misericordia del Padre. El
misterio de la fe cristiana parece encontrar su síntesis en esta palabra. Ella
se ha vuelto viva, visible y ha alcanzado su culmen en Jesús de Nazaret.
El Padre, «rico de misericordia» (Ef 2,4), después de
haber revelado su nombre a Moisés como «Dios compasivo y misericordioso, lento
a la ira, y pródigo en amor y fidelidad» (Ex 34,6) no ha cesado de dar a
conocer en varios modos y en tantos momentos de la historia su naturaleza
divina.
En la «plenitud del tiempo» (Gal 4,4), cuando todo estaba
dispuesto según su plan de salvación, Él envió a su Hijo nacido de la Virgen
María para revelarnos de manera definitiva su amor.
Quien lo ve a Él ve al Padre (Jn 14,9). Jesús de Nazaret
con su palabra, con sus gestos y con toda su persona revela la misericordia de
Dios.
Siempre tenemos necesidad de contemplar el misterio de la
misericordia. Es fuente de alegría, de serenidad y de paz. Es condición para
nuestra salvación.
Misericordia: es la palabra que revela el misterio de la
Santísima Trinidad.
Misericordia: es el acto último y supremo con el cual
Dios viene a nuestro encuentro.
Misericordia: es la vía que une Dios y el hombre, porque
abre el corazón a la esperanza de ser amados no obstante el límite de nuestro
pecado.
Hay momentos en los que de un modo mucho más intenso
estamos llamados a tener la mirada fija en la misericordia para poder ser
también nosotros mismos signo eficaz del obrar del Padre.
Con la mirada fija en Jesús y en su rostro misericordioso
podemos percibir el amor de la Santísima Trinidad. La misión que Jesús ha
recibido del Padre ha sido la de revelar el misterio del amor divino en
plenitud.
Su persona no es otra cosa sino amor. Un amor que se dona
y ofrece gratuitamente. Sus relaciones con las personas que se le acercan dejan
ver algo único e irrepetible. Los signos que realiza, sobre todo hacia los
pecadores, hacia las personas pobres, excluidas, enfermas y sufrientes llevan
consigo el distintivo de la misericordia. En él todo habla de misericordia.
Nada en Él es falto de compasión.
La misericordia es la viga maestra que sostiene la vida
de la Iglesia. Todo en su acción pastoral debería estar revestido por la
ternura con la que se dirige a los creyentes; nada en su anuncio y en su
testimonio hacia el mundo puede carecer de misericordia. Por tanto, donde la
Iglesia esté presente, allí debe ser evidente la misericordia del Padre.
En nuestras parroquias, en las comunidades, en las asociaciones
y movimientos, en fin, dondequiera que haya cristianos, cualquiera debería
poder encontrar un oasis de misericordia.
¡Cuántas situaciones de precariedad y sufrimiento existen
en el mundo hoy! Cuántas heridas sellan la carne de muchos que no tienen voz
porque su grito se ha debilitado y silenciado a causa de la indiferencia de los
pueblos ricos.
En este Jubileo la Iglesia será llamada a curar aún más
estas heridas, a aliviarlas con el óleo de la consolación, a vendarlas con la
misericordia y a curarlas con la solidaridad y la debida atención.
La palabra del perdón pueda llegar a todos y la llamada a
experimentar la misericordia no deje a ninguno indiferente. ¡Este es el tiempo
oportuno para cambiar de vida! Este es el tiempo para dejarse tocar el corazón.
Basta solamente que acojáis la llamada a la conversión y os sometáis a la
justicia mientras la Iglesia os ofrece misericordia.
Este Año Jubilar vivido en la misericordia pueda
favorecer el encuentro con estas religiones y con las otras nobles tradiciones
religiosas; nos haga más abiertos al diálogo para conocerlas y comprendernos
mejor; elimine toda forma de cerrazón y desprecio, y aleje cualquier forma de
violencia y de discriminación.
La dulzura de la mirada de la Madre de la Misericordia nos
acompañe, para que todos podamos redescubrir la alegría de la ternura de Dios.
Dirijamos a ella la antigua y siempre nueva oración del Salve Regina, para que
nunca se canse de volver a nosotros sus ojos misericordiosos y nos haga dignos
de contemplar el rostro de la misericordia, su Hijo Jesús.
(Recopilado por Rocío)
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el
Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo
místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como
Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por
las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón
de María; por la conversión de todos los
pueblos; por la Paz en el mundo; por los
cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente y en otros lugares; por
nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades,
el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la
pobreza; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del
mundo; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más
inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones
sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración por el eterno descanso del alma de Rodrigo, un soldado chileno de las
fuerzas de paz de las Naciones Unidas en Haití, que perdió trágicamente la vida
hace dos días en una patrulla, cuando le faltaba menos de una semana para
regresar a su país junto a su esposa y sus dos hijos de 8 y 5 años de edad. Que
el Señor, en su infinita Misericordia, guíe su Alma a la Luz que no tiene fin,
y de a su amada familia y a sus seres queridos, la fortaleza y la convicción
que a partir de ahora estará en un lugar de privilegio, en la casa del Padre,
velando por todos ellos. Amén.
Unidos a María
Nuestra Mamá del
Cielo, María Santísima, no nos deja solos ni por un instante, y está siempre
dispuesta a defendernos de los ataques del Maligno, porque Ella es nuestra
Guardiana y Protectora y está siempre atenta a nuestras dificultades y
problemas.
Para una madre no
hay nada de poca importancia en la vida de sus hijos, y así la Virgen, que es
nuestra Madre, atiende cada deseo y cada necesidad, por pequeño y común que
sea, porque Ella está pendiente de nosotros día y noche, noche y día, sin
dejarnos ni por un momento de cuidarnos y vigilarnos amorosamente.
María no quiere
que se pierdan las almas que fueron rescatadas a alto precio, con el valor de
la Sangre de su Hijo Jesucristo, y por ello hace todo lo que Dios le permite,
para cuidar a sus hijos en la tierra.
Si tuviéramos
esta confianza y esta convicción de que la Virgen está continuamente con
nosotros, entonces tomaríamos la vida de otra forma, hablaríamos más con Ella,
pasaríamos más tiempo escuchando sus consejos y dulces palabras, y sobre todo
estaríamos más felices, sabiendo que nada de lo que nos pase es ignorado por
María, e incluso Ella lo permite para nuestro bien y por amor a nosotros.
¡Qué diferente
viviríamos la vida! ¡La tristeza se iría de nosotros, y estaríamos siempre
contentos, suceda lo que suceda!
Comencemos hoy
mismo a meditar esta verdad, esta realidad, de que María Santísima, la Obra
Maestra del Altísimo, está constantemente a nuestro lado, y vivamos felices en
este mundo, porque donde está María no puede haber tristeza.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
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