jueves, 27 de mayo de 2010

Pequeñas Semillitas 1083

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 1083 ~ Jueves 27 de Mayo de 2010
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)


Hola !!!
El Espíritu no habla por su cuenta y al margen de Jesús; hace vivo, aquí y ahora, el mensaje que el Padre encomendó a Jesús.
Nosotros tampoco hemos de hablar por nuestra cuenta, sino estar atentos y abiertos a la vida, a la historia y a la voz del Espíritu que la interpreta. El Espíritu, memoria viva de Jesús, hace que seamos colaboradores del proyecto liberador de Dios, siempre a favor del ser humano.


La Palabra de Dios:
Evangelio del día


En aquel tiempo, cuando Jesús salía de Jericó, acompañado de sus discípulos y de una gran muchedumbre, el hijo de Timeo (Bartimeo), un mendigo ciego, estaba sentado junto al camino. Al enterarse de que era Jesús de Nazaret, se puso a gritar: «¡Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí!». Muchos le increpaban para que se callara. Pero él gritaba mucho más: «¡Hijo de David, ten compasión de mí!».
Jesús se detuvo y dijo: «Llamadle». Llaman al ciego, diciéndole: «¡Ánimo, levántate! Te llama». Y él, arrojando su manto, dio un brinco y vino donde Jesús. Jesús, dirigiéndose a él, le dijo: «¿Qué quieres que te haga?». El ciego le dijo: «Rabbuní, ¡que vea!». Jesús le dijo: «Vete, tu fe te ha salvado». Y al instante, recobró la vista y le seguía por el camino.
(Marcos 10, 46-52)

Comentario
Hoy, Cristo nos sale al encuentro. Todos somos Bartimeo: ese invidente a cuya vera pasó Jesús y saltó gritando hasta que éste le hiciese caso. Quizás tengamos un nombre un poco más agraciado... pero nuestra humana flaqueza (moral) es semejante a la ceguera que sufría nuestro protagonista. Tampoco nosotros logramos ver que Cristo vive en nuestros hermanos y, así, los tratamos como los tratamos. Quizás no alcanzamos a ver en las injusticias sociales, en las estructuras de pecado, una llamada hiriente a nuestros ojos para un compromiso social. Tal vez no vislumbramos que «hay más alegría en dar que en recibir», que «nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos» (Jn 15,13). Vemos borroso lo que es nítido: que los espejismos del mundo conducen a la frustración, y que las paradojas del Evangelio, tras la dificultad, producen fruto, realización y vida. Somos verdaderamente débiles visuales, no por eufemismo sino en realidad: nuestra voluntad debilitada por el pecado ofusca la verdad en nuestra inteligencia y escogemos lo que no nos conviene.
Solución: gritarle, es decir, orar humildemente «Jesús, ten compasión de mí» (Mc 10,48). Y gritar más cuanto más te increpen, te desanimen o te desanimes: «Muchos le increpaban para que se callara. Pero él gritaba mucho más…» (Mc 10,48). Gritar que es también pedir: «Maestro, que vea» (Mc 10,51). Solución: dar, como él, un brinco en la fe, creer más allá de nuestras certezas, fiarse de quien nos amó, nos creó, y vino a redimirnos y se quedó con nosotros, en la Eucaristía.
El Papa Juan Pablo II nos lo decía con su vida: sus largas horas de meditación —tantas que su Secretario decía que oraba “demasiado”— nos dicen a las claras que «el que ora cambia la historia».
P. Ramon LOYOLA Paternina LC (Barcelona, España)


Santoral Católico
San Agustín de Canterbury
Fundador de la Iglesia en Inglaterra


San Agustín de Canterbury es considerado uno de los más grandes evangelizadores, al lado de San Patricio de Irlanda y San Bonifacio en Alemania. Tiene el gran mérito de haber dirigido la evangelización de Inglaterra.

La Gran Bretaña, evangelizada desde los tiempos apostólicos (según la leyenda, el primer misionero que desembarcó en la isla fue José de Arimatea), había recaído en la idolatría después de la invasión de los sajones en el quinto y sexto siglo. Cuando el rey del Kent, Etelberto, se casó con la princesa cristiana Berta, hija del rey de París, éste le pidió que fuera erigida una iglesia y que algunos sacerdotes cristianos celebraran allí los ritos sagrados. Cuando el Papa san Gregorio Magno supo la noticia, juzgó que los tiempos estaban maduros para la evangelización de la isla. Le encomendó la misión al prior del monasterio benedictino de San Andrés, cuya principal cualidad no era la valentía, sino la humildad y la docilidad. Ese monje era Agustín.

En el año 597 salió de Roma encabezando un grupo de cuarenta monjes. Se detuvo en la isla de Lérins. Aquí le hablaron del temperamento belicoso de los sajones, y esto lo aterró hasta el punto de hacerlo regresar a Roma a pedirle al Papa que le cambiara de programa. Para animarlo, Gregorio lo nombró abad y poco después, casi para hacerle dar el paso definitivo, tan pronto llegó a Galia, lo hizo consagrar obispo. Continuó su viaje con breves etapas. Finalmente llegó a la isla británica de Thenet, a donde el rey fue personalmente a darle la bienvenida, por invitación de su piadosa esposa.

Los misioneros avanzaron hacia el cortejo real en procesión y cantando las letanías, según el rito recientemente introducido en Roma. Para todos fue una feliz sorpresa. El rey acompañó a los monjes hasta la residencia que le habían preparado en Canterbury, a mitad de camino entre Londres y el mar, en donde se levantó la célebre abadía que después llevará el nombre de Agustín, corazón y sagrario del cristianismo inglés. La obra de los monjes misioneros tuvo un éxito inesperado, pues el mismo rey pidió el bautismo, llevando con su ejemplo a miles de súbditos a abrazar la religión cristiana.

El Papa se alegró con la noticia que llegó a Roma, y expresó su satisfacción en las cartas escritas a Agustín y a la reina. El santo pontífice envió con un grupo de nuevos colaboradores el palio y el nombramiento a Agustín como arzobispo primado de Inglaterra, y al mismo tiempo lo amonestaba paternalmente para que no se enorgulleciera por los éxitos alcanzados y por el honor del alto cargo que se le confería. Siguiendo las indicaciones del Papa para la repartición en territorios eclesiásticos, Agustín erigió otras sedes episcopales, la de Londres y la Rochester, consagrando obispos a Melito y a Justo.

El santo misionero murió el 26 de mayo del 604 y fue enterrado en Canterbury en la iglesia que lleva su nombre.


Pensamiento


"Hay hombres y mujeres que hacen un mundo mejor solo por ser el tipo de personas que son. Tienen el don de la bondad, o el coraje, o la lealtad, o la integridad. Realmente importa muy poco si están detrás de un volante de camión, dirigiendo una empresa o criando una familia... Enseñan la verdad viviéndola"
James A. Garfield


Tema del día:
Carta de un hombre a Jesús... y Su respuesta


Cuentan que cierta vez un hombre joven, decidió escribirle una carta a Jesús porque no comprendía el motivo por el cual cada vez que pasaba por la puerta de la Iglesia, o escuchaba el tañir de las campanas, sentía la necesidad de entrar, pero como no creía mucho -según él- en Dios, pasaba de largo...

• Este es el texto de la carta del joven a Jesús:

Señor Jesús... te pregunto ¿qué has visto en mí que te interesa tanto?, ¿por qué me buscas?
Si es verdad que Tú lo ves todo, dime ¿no me has visto ir a Misa sólo de vez en cuando?
Las cosas me van mal, estoy triste, me encuentro dentro de un laberinto, sin hallar la salida... soy cobarde, te hago reproches y nunca tengo tiempo para vos. Me pregunto, ¿dónde estás?, cuestiono tu existencia, tus palabras, te analizo, quiero creer, pero me cuesta, además siempre necesito una respuesta que me haga sentir tu presencia.
Pues bien ahora ¿qué me dices?... a pesar de todo, ¿me seguirás buscando?

• Respuesta de Jesús:

Amado hijo mío, te contesto sentado en tu pensamiento y escondido en tu corazón
Dime ¿cómo te diste cuenta que te estoy buscando?... es porque sientes mi presencia.
Te he visto desesperado, buscando la salida del laberinto; ibas tan apurado que no percibiste que estaba a tu lado.
Los domingos en la misa mientras todos cantan, busco tu rostro y sigo esperando. Veo que las cosas te van mal, es cierto, tienes muchos problemas, pero hay otros que tienen muchos más; compréndeme hijo, no es mi culpa.
Las dificultades de la tierra fueron hechas por el hombre que eligió el consejo equivocado... todos tienen la libertad de elección.
Así entonces, todos llevarán su cruz, algunos soportarán el peso de grandes cruces, otras más pequeñas... todas cruces al fin.
Cada uno tendrá la cruz que podrá cargar, te lo aseguro. Yo te daré la fuerza para que lo puedas lograr.
Sé que a veces temes por el pan de tu familia, créeme, haré lo posible para que no te falte.
Cierto es que hay misterios no revelados, pues jamás comprenderás. No cuestiones, no analices, solo vive y vivirás.
Mas bien pregúntate ¿cuál es el mensaje que me quieres dar? eso es lo que debes "interiorizar"
Ahora dime; ¿no he padecido angustia, golpes, dolor, abandono, agonía? ¿No he sido yo el que pidió perdón a mi Padre por ti?... ¿no he expirado mi último aliento de humano, en la cruz por tus pecados?... Si sufrí por amor y en Pascua he resucitado... ¿por qué piensas que te dejaré en el camino?
Amado hijo, te seguiré buscando hasta el último aliento de tu vida...
Te amo... Jesús

Enviado por Chary


Mayo: Mes de María


Día 27

En cierta ocasión, cuando estaban rezando por un chaval endemoniado, ocurrió lo siguiente, según cuenta un testigo presencial: que "el demonio multiplicaba sus gritos con más fuerza y confusión, diciendo: "¿Por qué he de salir?", entonces, una religiosa allí presente exclamó con fervor: "¡Santa Madre de Dios, rogad por nosotros! ¡María, Madre de Jesús, venid en ayuda nuestra!". Al oír estas palabras, el espíritu infernal redobló sus horribles alaridos: "¡María! ¡María! ¡Para mí no hay María! No pronunciéis ese nombre, que me hace estremecer. ¡Si hubiese una María para mí, como la hay para vosotros, yo no sería un demonio! Pero para mí no hay María." Todos los presentes lloraban. Repitió el demonio: "¡Si yo tuviese un solo instante de los muchos que vosotros perdéis! ¡Un sólo instante y una María y yo no sería un demonio!”

¡Qué fuerte! Satanás es un ángel que se separó de Dios; y dice que si tuviera a María no sería demonio. Esto es, porque no contó con Ella ha caído tan bajo. Con qué alegría puedo gritar, en momentos de bajón, de dificultad, de vacas flacas: ¡Tengo a María! Eso es lo importante; lo demás cambia.

Ahora puedes seguir hablando a María con tus palabras, comentándole algo de lo que has leído. Después termina con una oración final.

Texto escrito por José Pedro Manglano Castellary (Sacerdote)
Tomado del Web Católico de Javier
http://webcatolicodejavier.org/


Pedidos de oración


Pedimos oración por las necesidades físicas, espirituales y materiales de nuestra lectora y amiga María del Carmen, de Buenos Aires, Argentina.


Pedimos oración por Erick J. C. que a los 57 años ha partido imprevistamente a la casa del Padre, cuando estaba viajando a conocer Huaraz, Perú. Que el Señor Misericordioso le dé a su mamá Maruja y a su hermana Dagma la gracia de la paz y la aceptación ante lo sucedido.


Pedimos oración por Porfirio Augusto O. D. que vive en Managua, Nicaragua, agobiado por muchos problemas laborales y económicos y objeto de situaciones persecutarias hacia su persona. Que el Señor de todas las naciones, lo ayude, lo acompañe y soluciones sus problemas.


Pedimos oración por nuestra lectora Grace M. H. que vive en El Salvador y ha tenido algunos problemas y momentos difíciles en su trabajo, rogando a la Santísima Virgen María que la cubra con su manto, la proteja de todo mal y dirija sus palabras y sus acciones para obrar siempre con caridad cristiana.


Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia; escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos, y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu Hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.


Ven Espíritu Santo...!


Dame Espíritu Santo el meditar constantemente el modelo que pusiste desde el principio delante de nuestros ojos para que lo imitemos; Cristo nuestro Señor por quien nos concedes día y noche todos los bienes, grabándolo a fuego en nuestro ser. Así sea.
P. Florentín Brusa cmf


Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-


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