viernes, 21 de mayo de 2010

Pequeñas Semillitas 1077

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 1077 ~ Viernes 21 de Mayo de 2010
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)


Hola !!!
El encuentro con Jesús es fuente de la mayor de alegría. Paz es la primera palabra, el primer deseo de Jesús resucitado.
Jesús nos ofrece su paz: integridad de vida, búsqueda de la justicia, confianza, armonía personal y social.
Renueva el don de la paz para subrayar que ha comenzado un tiempo nuevo. El tiempo del Espíritu.
“No habéis recibido un espíritu de esclavos, para recaer en el temor, sino un espíritu de hijos que nos hace clamar ¡Abbá, Padre!” (Rm 8, 15)


La Palabra de Dios:
Evangelio del día


Habiéndose aparecido Jesús a sus discípulos y comiendo con ellos, dice Jesús a Simón Pedro: «Simón de Juan, ¿me amas más que éstos?» Le dice él: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero». Le dice Jesús: «Apacienta mis corderos». Vuelve a decirle por segunda vez: «Simón de Juan, ¿me amas?». Le dice él: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero». Le dice Jesús: «Apacienta mis ovejas». Le dice por tercera vez: «Simón de Juan, ¿me quieres?». Se entristeció Pedro de que le preguntase por tercera vez: «¿Me quieres?» y le dijo: «Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero». Le dice Jesús: «Apacienta mis ovejas. En verdad, en verdad te digo: cuando eras joven, tú mismo te ceñías, e ibas a donde querías; pero cuando llegues a viejo, extenderás tus manos y otro te ceñirá y te llevará a donde tú no quieras». Con esto indicaba la clase de muerte con que iba a glorificar a Dios. Dicho esto, añadió: «Sígueme».
(Juan 21, 15-19)

Comentario
Hoy hemos de agradecer a san Juan que nos deje constancia de la íntima conversación entre Jesús y Pedro: «‘Simón de Juan, ¿me amas más que éstos?’ Le dice él: ‘Sí, Señor, tú sabes que te quiero’. Le dice Jesús: ‘Apacienta mis corderos’» (Jn 21,15). —Desde los más pequeños, recién nacidos a la Vida de la Gracia... has de tener cuidado, como si fueras Yo mismo... Cuando por segunda vez... «le dice Jesús: ‘Apacienta mis ovejas’», Él le está diciendo a Simón Pedro: —A todos los que me sigan, tú los has de presidir en mi Amor, debes procurar que tengan la caridad ordenada. Así, todos conocerán por ti que me siguen a Mí; que mi voluntad es que pases por delante siempre, administrando los méritos que —para cada uno— Yo he ganado.
«Se entristeció Pedro de que le preguntase por tercera vez: ‘¿Me quieres?’ y le dijo: ‘Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero’» (Jn 21,17). Le hace rectificar su triple negación y, solamente recordarla, le entristece. —Te amo totalmente, aunque te he negado..., ya sabes cómo he llorado mi traición, ya sabes cómo he encontrado consuelo solamente estando con tu Madre y con los hermanos.
Encontramos consuelo al recordar que el Señor estableció el poder de borrar el pecado que separa, mucho o poco, de su Amor y del amor a los hermanos. —Encuentro consuelo al admitir la verdad de mi alejamiento respecto de Ti y al sentir de tus labios sacerdotales el «Yo te absuelvo» “a modo de juicio”.
Encontramos consuelo en este poder de las llaves que Jesucristo otorga a todos sus sacerdotes-ministros, para volver a abrir las puertas de su amistad. —Señor, veo que un desamor se arregla con un acto de amor inmenso. Todo ello, nos conduce a valorar la joya inmensa del sacramento del perdón para confesar nuestros pecados, que realmente son “des-amor”.
Rev. D. Joaquim MONRÓS i Guitart (Tarragona, España)


Santoral Católico
Santa María Magdalena de Pazzi, Religiosa



Nació en Florencia, Italia, en el año 1556. Perteneció a la familia de los Pazzi, familia que dio a la nación famosos políticos y militares y a la Iglesia Católica una de sus más grandes santas. Mostró desde muy niña inclinación por la vida religiosa por lo que ingresó al convento de las Carmelitas. Hizo sus tres votos o juramentos de pobreza, castidad y obediencia antes que las demás novicias, porque le llegó una grave enfermedad que la llevó casi a la muerte.

Cuando la transportaban a la enfermería después de hacer sus tres votos, Magdalena tuvo su primer éxtasis que le duró más de una hora. Su rostro apareció ardiente, y deshecha en lágrimas sollozaba y repetía: "Oh amor de Dios que no eres conocido ni amado: ¡cuán ofendido estás!". En los siguientes cuarenta días tuvo inmensas consolaciones espirituales y recibió gracias extraordinarias.

Desde entonces fue creciendo sin cesar su deseo de sufrir por Cristo y por la conversión de los pecadores. A una religiosa que le preguntaba cómo podía soportar sus dolores sin proferir ni una sola palabra de impaciencia, le respondió: "Pensando y meditando en los sufrimientos que Jesucristo padeció en su santísima Pasión y muerte. Quien mira las heridas de Jesús crucificado y medita en sus dolores, adquiere un gran valor para sufrir sin impacientarse y todo por amor a Dios".

En medio de su éxtasis, abrazando su crucifijo, con rostro brillante exclamaba: "Oh Jesús mío, concédeme palabras eficaces para convencer al mundo de que tu amor es grande y verdadero y que nuestro egoísmo es engañoso y tramposo".

Le aparecieron en las manos y en los pies, los estigmas o heridas de Cristo Crucificado. Le producían dolores muy intensos, pero ella se entusiasmaba al poder sufrir más y más por hacer que Cristo fuera más amado y más obedecido y por obtener que más almas se salvarán.

Tres religiosas, encargadas por el director espiritual, escribían lo que la santa iba diciendo, especialmente durante sus éxtasis. Estas revelaciones se publicaron en un libro titulado "Contemplaciones", el cual llegó a ser un verdadero tratado de teología mística..

Además de los dolores físicos le llegó lo que los santos llaman "La noche oscura del alma". Una cantidad impresionante de tentaciones impuras, sentimientos de tristeza y desgano espiritual, falta de confianza y de alegría. Sufría de violentos dolores de cabeza y se paralizaba frecuentemente. La piel se le volvía tan sensible que el más leve contacto le producía una verdadera tortura.

El 25 de mayo del año 1607, al morir quedó bella y sonrosada. Tenía apenas 41 años. Su cuerpo se conserva todavía incorrupto en el convento carmelita de Florencia donde vivió.


Pensamiento


"La propia personalidad no se forma sino con el dominio de sí mismo y con el acero de la voluntad, que sabe negarse muchas cosas y ser fiel a otras"
Alfonso Milagro


Tema del día:
Argentina hacia el bicentenario


Faltan pocos días para que toda Argentina, a través de los diversos actos programados a nivel nacional y de los gestos particulares organizados por instituciones educativas, sociedades de fomento, comunas, ONGs y otras fuerzas vivas de la sociedad, se exprese en la celebración del nacimiento de la Patria.

Es el momento de pensar en aquellos que fueron artífices de la Revolución de Mayo, de la constitución del primer gobierno patrio y de los pasos que se fueron dando para llegar a ser el pueblo que somos.

Es un tiempo de gratitud. Ciertamente también se puede aprovechar para la crítica constructiva y el discernimiento de cara al futuro, sin que nada de eso opaque lo positivo que debe tenerse en cuenta y evaluarse. Dicho de otra manera, sin dejar de ver lo que falta por llenar de nuestra copa, veamos la parte que está llena para brindar por eso.

Crecer necesita de las críticas, pero también de las actitudes positivas y de la gratitud hacia quienes construyeron el pasado para que podamos disfrutar el presente.

En particular evocamos a los jóvenes que, desde su lugar, como estudiantes, trabajadores o profesionales, hicieron de esta tierra nuestra casa y dieron sus mejores años buscando una vida digna.

Juan Carlos Pisano
Ed. San Pablo



Poesía


¡Soy Patria!


Patria:
¡Cómo no te voy a querer!
Si tus sueños son los míos.
Yo soy cardo de estas pampas
y soy arena de tus ríos.

Estoy hecho de vos, Patria
por que aquí he nacido.
Como el hornero del campo
soy pichón de tu nido.

De tu trigo, comí el pan.
Tus frescas aguas he bebido.
¡Cómo no te voy a querer!
si te llevo dentro mío.

Aquí están mis raíces
en estas tierras he crecido.
Soy un trozo de Patria
que se alegra de estar vivo.

¡Cómo no te voy a querer!
Si en el aire que respiro,
está tu aliento embriagado
de nuestro ser argentino.

Desde el vientre de mi madre,
¡Soy Patria! Y lo digo.
¡Cómo no te voy a querer!
Si vos también me has parido.


Osvaldo Arena


Mayo: Mes de María


Día 21

En 1808 el ejército napoleónico entró en la pequeña localidad de Guadix. Alarcón relata algunos sucesos ocurridos en su pueblo. Éste entre otros:

"El general recibe noticias de boca del jefe de la expedición.
- ¿Cuántos prisioneros traéis? -Le pregunta-. ¡Necesitamos ahorcarlos para que escarmienten los demás pueblos del partido!
- Sólo traigo dos: ¡un viejo y un muchacho! ¡En toda la villa no encontré más enemigos!-responde el jefe bajando los ojos.
Entonces el general no puede menos de admirar la actitud verdaderamente antigua, clásica, espartana de aquellos montañeses. Pero con todo, insiste en que sean ahorcados los dos débiles prisioneros... Nuestros padres nos han referido muchas veces de aquella ejecución... Pero nosotros la contaremos rápidamente... Son de índole demasiado feroz para que la pluma se detenga en su relato. Ataron una soga al cuello del niño, y lo arrojaron desde un mirador de la casa del ayuntamiento a la plaza mayor del pueblo. Rompióse la soga, que sin duda era vieja, y el niño cayó contra el empedrado. Anudaron la parte rota, tornaron a subir a la pobre criatura, colgáronlo de nuevo, y la soga se volvió a romper.
El niño quedó en el suelo sin poder moverse. No había muerto pero todas sus costillas se habían roto. Entonces un oficial de dragones, conmovido al mirar que se pensaba en colgarlo por tercera vez, llegóse al infeliz... y le deshizo la cabeza de un pistoletazo. Saciada de este modo, al menos por aquel día, la ferocidad de los vencedores, dignáronse perdonar al anciano enfermo, el cual había presenciado toda la anterior escena acurrucado al pie de una columna, esperando a que le llegase su vez de ser ahorcado.
Diéronle, pues libertad, y el pobre viejo salió de la plaza corriendo y tambaleándose, y tomó el camino de su pueblo, donde murió de tristeza aquella misma noche.
¡El niño asesinado... era su hijo!"

¡Pobre niño y pobre viejo! Quizá nos podamos haber acostumbrado al drama de la cruz ¡Pobre Jesucristo y pobre María!

Madre mía, que no me acostumbre a ver crucifijos; que no me acostumbre a vivir la Misa como si allí no ocurriese nada, como si nadie sufriese en ella. Ayúdame a ser generoso e ir a Misa con toda la frecuencia que me sea posible: ¡qué necesite la Misa!

Continúa hablándole con tus palabras un rato.

Texto escrito por José Pedro Manglano Castellary (Sacerdote)
Tomado del Web Católico de Javier
http://webcatolicodejavier.org/



Pedidos de oración


Pedimos oración por Fati, la niñita de Córdoba, Argentina, de 6 años de edad, que está en tratamiento de quimioterapia por leucemia, y que está internada nuevamente por fiebre; hoy tiene nuevos controles para evaluar la marcha de su tratamiento. Que María, nuestra Madre, la acompañe para que todo salga bien y sin complicaciones, a la vez que le dé fuerzas junto a toda la familia para seguir adelante en este tratamiento que deberá llevarla a recuperar su plena salud.


Pedimos oración por Guadalupe A. que es de Olavarría, Argentina, está en el octavo mes de gestación de una bebita llamada Alma y presenta picos de hipertensión por lo que debe guardar reposo. Que la Santísima Virgen la acompañe como cuidó y acompañó a su prima Isabel, para garantizar un feliz nacimiento.


Pedimos oración por Uma, una pequeña de tres años internada en La Plata, Argentina, con neumonía. Que el Buen Jesús, mediante la intercesión de la Virgen de Lourdes, le conceda la gracia de curarse.


Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia; escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos, y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu Hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.


Ven Espíritu Santo...!


Espíritu Santo que siempre sepa guardar el secreto del rey como dicen las Escrituras y comunicar mis asuntos interiores tan solo los que Tú pusiste en mi camino, para que me aproveche espiritualmente. Así sea.
P. Florentín Brusa cmf


Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-


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