domingo, 25 de noviembre de 2007

Pequeñas Semillitas 0257

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 0257 ~ Domingo 25 de Noviembre de 2007
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)






Hola !!!
¿A quién le gusta la gente agria, criticona, chismosa, antipática y dura?
Aprende a comportarte de manera simple, simpática, atenta y gentil, y te sentirás mucho más feliz. Si eres cordial allanarás los caminos del amor y de la buena voluntad.
Muéstrate alegre y positivo. Escucha con interés a tus interlocutores, valora sus buenas ideas y respalda sus iniciativas valiosas.
Admira a tus amigos y declárales tu aprecio.
La simpatía te hace atractivo y aceptable para los demás.
¡Feliz Domingo!




Evangelio de hoy


En aquel tiempo, los magistrados hacían muecas a Jesús diciendo: «A otros salvó; que se salve a sí mismo si él es el Cristo de Dios, el Elegido». También los soldados se burlaban de Él y, acercándose, le ofrecían vinagre y le decían: «Si tú eres el Rey de los judíos, ¡sálvate!». Había encima de él una inscripción: «Éste es el Rey de los judíos».
Uno de los malhechores colgados le insultaba: «¿No eres tú el Cristo? Pues ¡sálvate a ti y a nosotros!». Pero el otro le respondió diciendo: «¿Es que no temes a Dios, tú que sufres la misma condena? Y nosotros con razón, porque nos lo hemos merecido con nuestros hechos; en cambio, éste nada malo ha hecho». Y decía: «Jesús, acuérdate de mí cuando vengas con tu Reino». Jesús le dijo: «Yo te aseguro: hoy estarás conmigo en el Paraíso».
(Lucas 23, 35-43)

Comentario
Hoy, el Evangelio nos hace elevar los ojos hacia la cruz donde Cristo agoniza en el Calvario. Ahí vemos al Buen Pastor que da la vida por las ovejas. Y, encima de todo hay un letrero en el que se lee: «Éste es el Rey de los judíos» (Lc 23,38). Este que sufre horrorosamente y que está tan desfigurado en su rostro, ¿es el Rey? ¿Es posible? Lo comprende perfectamente el buen ladrón, uno de los dos ajusticiados a un lado y otro de Jesús. Le dice con fe suplicante: «Jesús, acuérdate de mí cuando vengas con tu Reino» (Lc 23,42). La respuesta de Jesús es consoladora y cierta: «Yo te aseguro: hoy estarás conmigo en el Paraíso» (Lc 23,43).
Sí, confesemos que Jesús es Rey. “Rey” con mayúscula. Nadie estará nunca a la altura de su realeza. El Reino de Jesús no es de este mundo. Es un Reino en el que se entra por la conversión cristiana. Un Reino de verdad y de vida, Reino de santidad y de gracia, Reino de justicia, de amor y de paz. Un Reino que sale de la Sangre y el agua que brotaron del costado de Jesucristo.
El Reino de Dios fue un tema primordial en la predicación del Señor. No cesaba de invitar a todos a entrar en él. Un día, en el Sermón de la montaña, proclamó bienaventurados a los pobres en el espíritu, porque ellos son los que poseerán el Reino.
Orígenes, comentando la sentencia de Jesús «El Reino de Dios ya está entre vosotros» (Lc 17,21), explica que quien suplica que el Reino de Dios venga, lo pide rectamente de aquel Reino de Dios que tiene dentro de él, para que nazca, fructifique y madure. Añade que «el Reino de Dios que hay dentro de nosotros, si avanzamos continuamente, llegará a su plenitud cuando se haya cumplido aquello que dice el Apóstol: que Cristo, una vez sometidos quienes le son enemigos, pondrá el Reino en manos de Dios el Padre, y así Dios será todo en todos». El escritor exhorta a que digamos siempre «Sea santificado tu nombre, venga a nosotros tu Reino».
Vivamos ya ahora el Reino con la santidad, y demos testimonio de él con la caridad que autentifica a la fe y a la esperanza
Rev. D. Joan Guiteras i Vilanova (Barcelona, España)




Santoral y Efemérides



En el Santoral Católico hoy se conmemora la Festividad de Cristo Rey.

Además es el día de Santa Catalina de Alejandria, Mártir.

Algunos de los hechos más importantes ocurridos en un día como hoy en la Historia fueron:
1500 - Regresa Colón a España luego de su tercer viaje por el nuevo continente.
1562 - Nace Félix Lope de Vega y Carpio, autor español.
1844 - Nace Karl Benz, industrial alemán.
1870 - Juramento de la Constitución de la República de Paraguay.
1881 - Nace Angelo Giuseppe Roncalli, el Papa Juan XXIII.
1885 - Muere Alfonso XII, rey de España.
1911 - El Gobierno británico difunde el tratado con Francia por el que Egipto queda en zona de influencia inglesa y Marruecos en la francesa.
1922 - Benito Mussolini, primer ministro del nuevo Gobierno de coalición de Italia, recibe plenos poderes del Parlamento.
1936 - Conceden al argentino Carlos Saavedra Lamas el Premio Nobel de la Paz.
1975 - Surinam -ex Guayana Holandesa- se declara independiente.
1979 - Egipto recupera los pozos petrolíferos del Sinaí, tras los acuerdos de Camp David con Israel.
1987 - El novelista mexicano Carlos Fuentes recibe el premio Cervantes.
1990 - Japón se adelanta al resto del mundo y comienza a emitir la programación regular de TV en alta definición (HDTV).




Para pensar...


"Es un deber para los creyentes, cualquiera sea su religión, proclamar que nunca podremos ser felices unos contra otros; nunca el futuro de la humanidad podrá ser asegurado con el terrorismo y la lógica de la guerra".
Juan Pablo II



Puedes salvar la Navidad


Estamos a un mes exacto de que llegue la Navidad, bastante rápido como todos los años. Sin embargo, ya en la calle se empieza a ver como las personas empiezan a correr y a preocupar por comprar regalos, salir a vacaciones, terminar las lecciones o ir a las fiestas de la época.

Es raro como muy pocos piensan en recordar como Dios inició su promesa de salvar al mundo enviando a su hijo único a nacer humildemente.

Cada uno de nosotros puede salvar la Navidad.

Salvarla del consumismo, la indiferencia, el despilfarro y la gula. Podemos salvar la Navidad enseñando a nuestros hijos que Navidad no es tomarse fotos con un hombre vestido de rojo, sino recordar el nacimiento de quien dió su sangre para salvarnos.

Podemos salvar la Navidad de las desiluciones y tristezas por "no tener dinero" sabiendo que lo que verdaderamente importa es que Cristo nazca en nuestros corazones, y que es los hogares más humildes donde Él nacerá.

No importa que compremos, no importa que compartamos lo social. Lo que verdaderamente destruye la Navidad es cuando olvidamos lo que verdaderamente significa, cuando tomamos en cuenta todo menos el verdadero y único ideal de la Navidad: Cristo que nace para salvarnos.

¡Salva la Navidad!





Consignas


La luz hace brotar la vida de las plantas y las dirige hacia el foco solar, que las vivifica. La gracia santificante hace germinar en nuestras almas la vida divina y las vuelve hacia el Sol divino, que es Cristo Jesús, que de esta forma ilumnia toda nuestra vida espiritual.




Biografías : Albert Einstein



Albert Einstein sigue siendo una figura mítica de nuestro tiempo; más, incluso, de lo que llegó a serlo en vida, si se tiene en cuenta que su imagen, en condición de póster y exhibiendo un insólito gesto de burla, se ha visto elevada a la dignidad de icono doméstico, junto a los ídolos de la canción y los astros de Hollywood.

Sin embargo, no son su genio científico ni su talla humana los que mejor lo explican como mito, sino, quizás, el cúmulo de paradojas que encierra su propia biografía, acentuadas con la perspectiva histórica. Al Einstein campeón del pacifismo se le recuerda aún como al «padre de la bomba»; y todavía es corriente que se le atribuya la demostración del principio de que «todo es relativo» a él, que luchó encarnizadamente contra la posibilidad de que conocer la realidad significara jugar con ella a la gallina ciega.

Albert Einstein nació en la ciudad bávara de Ulm el 14 de marzo de 1879. Fue el hijo primogénito de Hermann Einstein y de Pauline Koch, judíos ambos, cuyas familias procedían de Suabia. Al siguiente año se trasladaron a Munich, en donde el padre se estableció, junto con su hermano Jakob, como comerciante en las novedades electrotécnicas de la época.

El pequeño Albert fue un niño quieto y ensimismado, que tuvo un desarrollo intelectual lento. El propio Einstein atribuyó a esa lentitud el hecho de haber sido la única persona que elaborase una teoría como la de la relatividad: «un adulto normal no se inquieta por los problemas que plantean el espacio y el tiempo, pues considera que todo lo que hay que saber al respecto lo conoce ya desde su primera infancia. Yo, por el contrario, he tenido un desarrollo tan lento que no he empezado a plantearme preguntas sobre el espacio y el tiempo hasta que he sido mayor».

En 1894, las dificultades económicas hicieron que la familia (aumentada desde 1881, por el nacimiento de una hija, Maya) se trasladara a Milán; Einstein permaneció en Munich para terminar sus estudios secundarios, reuniéndose con sus padres al año siguiente. En el otoño de 1896, inició sus estudios superiores en la Eidgenossische Technische Hochschule de Zurich, en donde fue alumno del matemático Hermann Minkowski, quien posteriormente generalizó el formalismo cuatridimensional introducido por las teorías de su antiguo alumno. El 23 de junio de 1902, empezó a prestar sus servicios en la Oficina Confederal de la Propiedad Intelectual de Berna, donde trabajó hasta 1909. En 1903, contrajo matrimonio con Mileva Maric, antigua compañera de estudios en Zurich, con quien tuvo dos hijos: Hans Albert y Eduard, nacidos respectivamente en 1904 y en 1910. En 1919 se divorciaron, y Einstein se casó de nuevo con su prima Elsa.

Durante 1905, publicó cinco trabajos en los Annalen der Physik: el primero de ellos le valió el grado de doctor por la Universidad de Zurich, y los cuatro restantes acabaron por imponer un cambio radical en la imagen que la ciencia ofrece del universo. De éstos, el primero proporcionaba una explicación teórica, en términos estadísticos, del movimiento browniano, y el segundo daba una interpretación del efecto fotoeléctrico basada en la hipótesis de que la luz está integrada por cuantos individuales, más tarde denominados fotones; los dos trabajos restantes sentaban las bases de la teoría restringida de la relatividad, estableciendo la equivalencia entre la energía E de una cierta cantidad de materia y su masa m, en términos de la famosa ecuación E = mc², donde c es la velocidad de la luz, que se supone constante.

El esfuerzo de Einstein lo situó inmediatamente entre los más eminentes de los físicos europeos, pero el reconocimiento público del verdadero alcance de sus teorías tardó en llegar; el Premio Nobel de Física, que se le concedió en 1921 lo fue exclusivamente «por sus trabajos sobre el movimiento browniano y su interpretación del efecto fotoeléctrico». En 1909, inició su carrera de docente universitario en Zurich, pasando luego a Praga y regresando de nuevo a Zurich en 1912 para ser profesor del Politécnico, en donde había realizado sus estudios. En 1914 pasó a Berlín como miembro de la Academia de Ciencias prusiana. El estallido de la Primera Guerra Mundial le forzó a separarse de su familia, por entonces de vacaciones en Suiza y que ya no volvió a reunirse con él.

Contra el sentir generalizado de la comunidad académica berlinesa, Einstein se manifestó por entonces abiertamente antibelicista, influido en sus actitudes por las doctrinas pacifistas de Romain Rolland. En el plano científico, su actividad se centró, entre 1914 y 1916, en el perfeccionamiento de la teoría general de la relatividad, basada en el postulado de que la gravedad no es una fuerza sino un campo creado por la presencia de una masa en el continuum espacio-tiempo. La confirmación de sus previsiones llegó en 1919, al fotografiarse el eclipse solar del 29 de mayo; The Times lo presentó como el nuevo Newton y su fama internacional creció, forzándole a multiplicar sus conferencias de divulgación por todo el mundo y popularizando su imagen de viajero de la tercera clase de ferrocarril, con un estuche de violín bajo el brazo.

Durante la siguiente década, Einstein concentró sus esfuerzos en hallar una relación matemática entre el electromagnetismo y la atracción gravitatoria, empeñado en avanzar hacia el que, para él, debía ser el objetivo último de la física: descubrir las leyes comunes que, supuestamente, habían de regir el comportamiento de todos los objetos del universo, desde las partículas subatómicas hasta los cuerpos estelares. Tal investigación, que ocupó el resto de su vida, resultó infructuosa y acabó por acarrearle el extrañamiento respecto del resto de la comunidad científica.

A partir de 1933, con el acceso de Hitler al poder, su soledad se vio agravada por la necesidad de renunciar a la ciudadanía alemana y trasladarse a Estados Unidos, en donde pasó los últimos veinticinco años de su vida en el Instituto de Estudios Superiores de Princeton, ciudad en la que murió el 18 de abril de 1955.

Einstein dijo una vez que la política poseía un valor pasajero, mientras que una ecuación valía para toda la eternidad. En los últimos años de su vida, la amargura por no hallar la fórmula que revelase el secreto de la unidad del mundo hubo de acentuarse por la necesidad en que se sintió de intervenir dramáticamente en la esfera de lo político. En 1939, a instancias de los físicos Leo Szilard y Paul Wigner, y convencido de la posibilidad de que los alemanes estuvieran en condiciones de fabricar una bomba atómica, se dirigió al presidente Roosevelt instándole a emprender un programa de investigación sobre la energía atómica.

Luego de las explosiones de Hiroshima y Nagasaki, se unió a los científicos que buscaban la manera de impedir el uso futuro de la bomba y propuso la formación de un gobierno mundial a partir del embrión constituido por las Naciones Unidas. Pero sus propuestas en pro de que la humanidad evitara las amenazas de destrucción individual y colectiva, formuladas en nombre de una singular amalgama de ciencia, religión y socialismo, recibieron de los políticos un rechazo comparable a las críticas respetuosas que suscitaron entre los científicos sus sucesivas versiones de la idea de un campo unificado.




Meditación breve


Si hoy tú estás triste, perdido, con miedo, sin solución... ¡Haz una oración!
Si estás enfermo, carente, sin esperanza en el corazón… ¡Haz una oración!
¡Dios te oye a ti!
La línea está siempre libre, ni necesita conexión... La llamada es gratuita, ni precisa suscripción.
Basta que te abras, que abras bien tu corazón. Él está siempre presente y extiende siempre Su mano.
Pero... Cuando estuvieres contento, sin poder contar tus horas de alegría, queda un poco en silencio y... ¡haz una oración!
Dejo aquí una verdad: Aquel que merece oír tus lamentaciones, también merece oír tus horas de felicidad.
Leticia Thompson




Pedido de oración


Nuestra lectora Elda Alvarez Mondelo nos hace un pedido de oración por un amigo de Murcia, España, llamado Armando Giménez, que se encuentra sometido a un tratamiento oncológico.



Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia; escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos, y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu Hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.






Los cinco minutos de Dios - por Alfonso Milagro


¿Qué importa que el ave esté atada por una cadena o por un hilo, si al fin está atada y no puede volar por los espacios?
Piensa que tú puedes sentirte atado. No te tranquilices si ves que tu atadura es solamente un hilo; preocúpate por el hecho de sentirte atado, de no sentirte libre.
Tus defectos no serán muy graves, muy serios, muy escandalosos para los demás, pero son defectos, y por ello te impiden volar a la altura de la perfección.
Son defectos y, por lo tanto, no hacen que seas malo, pero impiden que seas mejor; y, si es muy bueno no ser malo, es muy malo no ser mejor.
No sabe cuánto bien hace el que no hace el mal; pero tampoco sabe cuánto mal hace el que no hace el bien.
Rompe todas tus cadenas, pero desata también –o corta- todos tus hilos; siéntete libre y lánzate a las alturas, hacia Dios.


Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-


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