martes, 20 de noviembre de 2007

Pequeñas Semillitas 0252

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 0252 ~ Martes 20 de Noviembre de 2007
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)






Hola !!!
Y aunque no nos hayamos dado cuenta, estamos a cuarenta días del final del año...
Encaremos la actividad con optimismo y alegría... y si de algo ayuda, copio a continuación un dicho mapuche cargado de belleza y de alegría por la vida... Dice lo siguiente:
"Los pájaros no cantan cuando amanece... los pájaros cantan para que amanezca".
Para los que no estén suficientemente informados, los Mapuches, son una población aborígen, natural de la parte sur de América, concretamente de la región central de Chile y de las provincias argentinas de Neuquén y Río Negro y el significado de su nombre es "gente de la tiera" (Mapu=Tierra ; Che=Gente).
Hace pocos días celebrábamos gozosos la beatificación del indiecito mapuche Ceferino Namuncurá.
Puedes saber algo más de los Mapuches en esta página: http://www.argentour.com/mapu.htm




Evangelio de hoy


En aquel tiempo, habiendo entrado Jesús en Jericó, atravesaba la ciudad. Había un hombre llamado Zaqueo, que era jefe de publicanos, y rico. Trataba de ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la gente, porque era de pequeña estatura. Se adelantó corriendo y se subió a un sicómoro para verle, pues iba a pasar por allí. Y cuando Jesús llegó a aquel sitio, alzando la vista, le dijo: «Zaqueo, baja pronto; porque conviene que hoy me quede yo en tu casa». Se apresuró a bajar y le recibió con alegría.
Al verlo, todos murmuraban diciendo: «Ha ido a hospedarse a casa de un hombre pecador». Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: «Daré, Señor, la mitad de mis bienes a los pobres; y si en algo defraudé a alguien, le devolveré el cuádruplo». Jesús le dijo: «Hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque también éste es hijo de Abraham, pues el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido».
(Lucas 19, 1-10)

Comentario
Hoy, Zaqueo soy yo. Este personaje era rico y jefe de publicanos; yo tengo más de lo que necesito y quizás muchas veces actúo como un publicano y me olvido de Cristo. Jesús, entre la multitud, busca a Zaqueo; hoy, en medio de este mundo, me busca a mí precisamente: «Baja pronto; porque conviene que hoy me quede yo en tu casa» (Lc 19,5).
Zaqueo desea ver a Jesús; no lo conseguirá si no se esfuerza y sube al árbol. ¡Quisiera yo ver tantas veces la acción de Dios!, pero no sé si verdaderamente estoy dispuesto a hacer el ridículo obrando como Zaqueo. La disposición del jefe de publicanos de Jericó es necesaria para que Jesús pueda actuar; y, si no se apremia, quizás pierda la única oportunidad de ser tocado por Dios y, así, ser salvado. Quizás yo he tenido muchas ocasiones de encontrarme con Jesús y quizás ya va siendo hora de ser valiente, de salir de casa, de encontrarme con Él y de invitarle a entrar en mi interior, para que Él pueda decir también de mí: «Hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque también éste es hijo de Abraham, pues el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido» (Lc 19,9-10).
Zaqueo deja entrar a Jesús en su casa y en su corazón, aunque no se sienta muy digno de tal visita. En él, la conversión es total: empieza con la renuncia a la ambición de riquezas, continúa con el propósito de compartir sus bienes y acaba con la resolución de hacer justicia, corrigiendo los pecados que ha cometido. Quizás Jesús me está pidiendo algo similar desde hace tiempo, pero yo no quiero escucharle y hago oídos sordos; necesito convertirme.
Decía san Máximo: «Nada hay más querido y agradable a Dios como que los hombres se conviertan a Él con un arrepentimiento sincero». Que Él me ayude hoy a hacerlo realidad.
Rev. D. Enric Ribas i Baciana (Barcelona, España)




Santoral y Efemérides


En el Santoral Católico hoy se conmemora a San Felix de Valois y a San Gelasio I, Papa.

Otros santos del día: San Edmundo, San Octaviano y Beata María Fortunata Vitti.

Puedes leer sobre sus vidas en: http://es.catholic.net/santoral/resultado.php?mes=11

Un cordial saludo para las amigas y amigos que llevan esos nombres.

Algunos de los hechos más importantes ocurridos en un día como hoy en la Historia fueron:
1520 - La expedición marítima de Fernando de Magallanes atraviesa el estrecho que llevará su nombre.
1542 - Promulgación de las Nuevas Leyes de Indias.
1845 - Combate de la Vuelta de Obligado (Argentina): el General Lucio Mansilla repele a la escuadra anglo-francesa.
1852 - Inauguración del Congreso Constituyente argentino, en el histórico cabildo de Santa Fe.
1859 - Nace Cecilia Grierson, la primera médica argentina, higienista y educadora.
1910 - Estalla en México un movimiento de rebeldía dirigido por Francisco Madero contra el presidente Porfirio Díaz, comienzo de la revolución mexicana.
1910 - Fallece Leon Tolstoi, escritor ruso.
1911 - Nace Jorge Negrete, cantante y actor mexicano.
1919 - Muere Francisco P. Moreno, perito, geógrafo, antropólogo y naturalista argentino.
1925 - Nace Maya Plisetskaya, bailarina y coreógrafa rusa.
1927 - Los guerrilleros de César Augusto Sandino, contrario a los acuerdos de los políticos nicaragüenses con EEUU, conquistan la localidad de Ciudad Antigua.
1929 - Primera exposición del pintor español Salvador Dalí en París.
1945 - Comienza el proceso de Nüremberg contra acusados de crímenes de guerra.
1951 - Nace León Gieco, músico argentino.
1956 - Nace Bo Derek, actriz estadounidense.
1959 - Las Naciones Unidas adoptan la Declaración de los Derechos del Niño.
1975 - Muere el general Francisco Franco, Jefe del Estado Español.
1991 - Mueren más de 80 personas al descarrilar un tren en Tehuacán, la mayor tragedia ferroviaria en México.



Para pensar...


“El verdadero poder es el servicio”
Cardenal Jorge Bergoglio




Descalzarse para entrar en el otro


Una mañana, meditando un anuncio me encontré con una expresión que resonó de una manera muy especial en mi corazón: “Descalzarse para entrar en el otro”

Le pregunté al Señor qué significaba esto. Se me ocurrían palabras como respeto, delicadeza, cuidado, prudencia.

Me sentí impulsado a leer las palabras del Exodo 3,5: “No te acerques más, sácate tus sandalias porque lo que pisas es un lugar sagrado” Fueron las palabras de Yahvé a Moisés ante la zarza que ardía sin consumirse, y pensé: “Si Dios habla al interior de mi hermano, su corazón es un lugar sagrado”.

No tardé en ponerme en oración. Jesús me presentaba uno a uno a mis amigos y conocidos y luego a otros.
Y descubrí cómo habitualmente entro en el interior de cada uno sin descalzarme, simplemente entro: sin fijarme en el modo, entro. Experimenté una fuerte necesidad de pedir perdón al Señor y a mis hermanos.

Sentí que el Señor me invitaba a descalzarme y luego a caminar. Inmediatamente experimenté una resistencia: “no quería ensuciarme”. Me resultaba más seguro andar calzado en los otros: la comodidad y el temor. Vencido este primer momento comencé a caminar y el Señor a cada paso iba mostrándome algo nuevo. Advertí como descalzo podía descubrir las alternativas del terreno que pisaba, distinguir lo húmedo y lo seco del pasto de la tierra.

Necesitaba mirar a cada paso lo que pisaba, estar atento al lugar donde iba a poner mi pie. Me di cuenta de cuántas cosas del interior de mis hermanos se me pasan por alto, las desconozco, no las tengo en cuenta por entrar calzado, con la mirada puesta en mi o disperso en múltiples cosas. Pude ver también cómo descalzo, caminaba más lentamente; no usaba mi ritmo habitual, sino tratando de pisar suavemente.

Donde mis zapatos habían dejado marcas, mi pie no las dejaba. Pensé entonces cuántas marcas habré dejado en el corazón de mis hermanos a lo largo del camino y experimenté un gran deseo de entrar en los otros sin dejar un cartel que diga: “aquí estuve yo”.

Por último, fui atravesando distintos terrenos, primero de pasto, luego un camino de tierra hasta llegar a una subida y con piedras. Sentí ya deseos de detenerme y volver a calzarme, pero el Señor me invitó a caminar descalzo un poquito más. Advertí que no todos los terrenos son iguales y no todos mis hermanos son iguales. Por tanto, no puedo entrar en todos de la misma manera. Esta subida me exigía aún más lentitud y cuando más suavemente pisaba, el dolor de mis pies era menor. Esto me decía: “Cuanto más difícil sea el terreno del interior de mi hermano, más suavidad y más cuidado debo tener para entrar” Después de este recorrido con el Señor pude ver claramente que puedo descalzarme para entrar sin prejuicios ... atento a la necesidad de mi hermano, sin esperar una respuesta determinada, es entrar sin intereses, despojado de mi alma.

Porque creo, Señor, que estás vivo y presente en el corazón de mis hermanos, es que me comprometo a detenerme, a descalzarme y entrar en cada uno como en un lugar sagrado... Que Dios les bendiga hoy y siempre, y comienza a descalzarte para entrar en el corazón de tus seres queridos y en el corazón de aquellos que no te caen bien, para poder purificarte a ti mismo, tomando como ejemplo a Jesús que tomo la cruz para que todo aquel que crea en Él tenga vida y vida en abundancia.

Comienza hoy ..tu tienes la decisión en tu vida nadie te obliga, no te va pasar nada si no lo haces…ni te vas a ganar un premio material si lo haces…pero si te aseguro que vas a ver a las personas de una forma diferente.. y vas a llenar tu corazón de amor.



Consignas


¿Sabes qué es la gracia divina? Es un fermento divino, arrojado en la masa de tu humanidad, que la penetra, la levanta y la deifica, para hacer de ella un pan celestial y una hostia espiritual.




Historias : Juan Pablo II y el mendigo


En un programa de televisión de la Madre Angélica, en Estados Unidos (EWTN), relataron un episodio poco conocido de la vida Juan Pablo II.

Un sacerdote norteamericano de la diócesis de Nueva York se disponía a rezar en una de las parroquias de Roma cuando, al entrar, se encontró con un mendigo. Después de observarlo durante un momento, el sacerdote se dio cuenta de que conocía a aquel hombre. ¡Era un compañero del seminario, ordenado sacerdote el mismo día que él!. Ahora mendigaba por las calles.

El sacerdote, tras identificarse y saludarle, escuchó de labios del mendigo cómo había perdido su fe y su vocación. Quedó profundamente estremecido.

Al día siguiente el sacerdote llegado de Nueva York tenía la oportunidad de asistir a la Misa privada del Papa al que podría saludar al final de la celebración, como suele ser la costumbre. Al llegar su turno sintió el impulso de arrodillarse ante el santo Padre y pedir que rezara por su antiguo compañero de seminario, y describió brevemente la situación al Papa.

Un día después recibió la invitación del Vaticano para cenar con el Papa, en la que solicitaba llevara consigo al mendigo de la parroquia. El sacerdote volvió a la parroquia y le comentó a su amigo el deseo del Papa. Una vez convencido el mendigo, le llevó a su lugar de hospedaje, le ofreció ropa y la oportunidad de asearse.

El Pontífice, después de la cena, indicó al sacerdote de Nueva York que los dejara solos, y pidió al mendigo que escuchara su confesión. El hombre, impresionado, respondió que ya no era sacerdote, a lo que el Papa contestó: "una vez sacerdote, sacerdote siempre". "Pero estoy fuera de mis facultades de presbítero", insistió el mendigo. "Yo soy el obispo de Roma, me puedo encargar de eso", dijo el Papa.

El hombre escuchó la confesión del Santo Padre y le pidió a su vez que escuchara su propia confesión. Después de ella lloró amargamente. Al final Juan Pablo II le preguntó en qué parroquia había estado mendigando, y le designó asistente del párroco de la misma, y encargado de la atención a los mendigos.



Meditación breve


Existe en mí una alegría que va y viene en respuesta a lo que me sucede y a lo que acontece a mi alrededor. Pero también existe una alegría que está más allá de mis reacciones ante las personas y las circunstancias, la fuente de esa alegría verdadera es el espíritu de Dios dentro de mí.
Sin duda, puedo pasar por experiencias que me dejen triste y confusa durante un tiempo. Pero la alegría del Espíritu es una llama eterna que ilumina mi trayecto de regreso al amor, la comprensión y el consuelo de la divina presencia de mi ser.
En presencia de la alegría divina, me siento alentada a tener conciencia del amor, la paz y la fuerza que existen en mí, en los demás y en el mundo entero. Conozco la alegría verdadera, la inextinguible alegría del Espíritu.
Gra Baq


Pedido de oración


Nuestro lector Enrique Narváez nos escribe y nos dice: pido oracion para la señora Margarita Terrasas Duran, quien está internada en el Hospital 20 de Noviembre de la Ciudad de Mexico, por un problema de salud, en espera de su pronta recuperación; ella es hermana de una amiga personal.


Claudia Pacella, de Buenos Aires, Argentina, nos pide oraciones por su papá Rodolfo Angel Pacella, que deberá ser operado por tener obstrucciones arteriales en la piernas y también una hernia, aunque sus estudios prequirúrgicos no dan nada bien debido a deficiencias renales que ponen en duda la posibilidad de su intervención.


Manolita Jiménez Vargas, lectora de esta página, nos pide oración por su compañera de trabajo Cecilia Fuentes Leiva, que vive en Cartago, Costa Rica, y que se encuentra hospitalizada en grave estado.



Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia; escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos, y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu Hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.





Los cinco minutos de Dios - por Alfonso Milagro


Si abrimos la Biblia en su primera página, encontramos aquella afirmación sobre el origen del hombre: “Dios sopló en su nariz un aliento de vida”.
Eso es el hombre, nada más que eso, pero nada menos que eso: un aliento de Dios, un algo de Dios, algo vital como es el aliento.
El hombre lleva en sí un poco del calor de Dios, de ese calor que es fecundo y que da vida.
Pero si es calor de Dios, ¿por qué no se convierte en llama que encienda cuanto se halle alrededor suyo? Si es calor de Dios, ¿por qué va esparciendo frío en sus relaciones, frío de resentimientos, frío de hostilidades, frío de egoísmo?
No está llamado a ser témpano sino fuego; donde hay témpanos, hay frío; donde hay frío, no hay vida. En cambio donde hay fuego, hay calor, y donde hay calor surge en el acto la vida.


Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-


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