jueves, 22 de noviembre de 2007

Pequeñas Semillitas 0254

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 0254 ~ Jueves 22 de Noviembre de 2007
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)





Hola !!!
En este nuevo día… y sólo por hoy: elijo reír… en lugar de llorar. Elijo cantar… en lugar de quejarme. Elijo perdonar… en lugar de ser rencoroso. Elijo amar… en lugar de odiar.
Sólo por hoy voy a aplaudir… en lugar de criticar. Voy a acariciar… en lugar de golpear. Voy a bendecir… en lugar de maldecir. Voy a orar… Voy a trabajar… en lugar de inventar disculpas.
Hoy voy a mejorar mi calidad de vida, en lugar de resignarme a la mediocridad.




Evangelio de hoy


En aquel tiempo, Jesús, al acercarse a Jerusalén y ver la ciudad, lloró por ella, diciendo: «¡Si también tú conocieras en este día el mensaje de paz! Pero ahora ha quedado oculto a tus ojos. Porque vendrán días sobre ti, en que tus enemigos te rodearán de empalizadas, te cercarán y te apretarán por todas partes, y te estrellarán contra el suelo a ti y a tus hijos que estén dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, porque no has conocido el tiempo de tu visita».
(Lucas 19, 41-44)

Comentario
Hoy, la imagen que nos presenta el Evangelio es la de un Jesús que «lloró» (Lc 19,41) por la suerte de la ciudad escogida, que no ha reconocido la presencia de su Salvador. Conociendo las noticias que se han dado en los últimos tiempos, nos resultaría fácil aplicar esta lamentación a la ciudad que es —a la vez— santa y fuente de divisiones.
Pero mirando más allá, podemos identificar esta Jerusalén con el pueblo escogido, que es la Iglesia, y —por extensión— con el mundo en el que ésta ha de llevar a término su misión. Si así lo hacemos, nos encontraremos con una comunidad que, aunque ha alcanzado cimas altísimas en el campo de la tecnología y de la ciencia, gime y llora, porque vive rodeada por el egoísmo de sus miembros, porque ha levantado a su alrededor los muros de la violencia y del desorden moral, porque lanza por los suelos a sus hijos, arrastrándolos con las cadenas de un individualismo deshumanizante. En definitiva, lo que nos encontraremos es un pueblo que no ha sabido reconocer el Dios que la visitaba (cf. Lc 19,44).
Sin embargo, nosotros los cristianos, no podemos quedarnos en la pura lamentación, no hemos de ser profetas de desventuras, sino hombres de esperanza. Conocemos el final de la historia, sabemos que Cristo ha hecho caer los muros y ha roto las cadenas: las lágrimas que derrama en este Evangelio prefiguran la sangre con la cual nos ha salvado.
De hecho, Jesús está presente en su Iglesia, especialmente a través de aquellos más necesitados. Hemos de advertir esta presencia para entender la ternura que Cristo tiene por nosotros: es tan excelso su amor, nos dice san Ambrosio, que Él se ha hecho pequeño y humilde para que lleguemos a ser grandes; Él se ha dejado atar entre pañales como un niño para que nosotros seamos liberados de los lazos del pecado; Él se ha dejado clavar en la cruz para que nosotros seamos contados entre las estrellas del cielo... Por eso, hemos de dar gracias a Dios, y descubrir presente en medio de nosotros a aquel que nos visita y nos redime.
Rev. D. Blas Ruiz i López (Ascó-Tarragona, España)




Santoral y Efemérides



En el Santoral Católico hoy se conmemora a Santa Cecilia, Virgen y Mártir patrona de la música y de los músicos.

Un cordial saludo para las Cecilias, Cecis y Chechus que nos leen cada día..

Algunos de los hechos más importantes ocurridos en un día como hoy en la Historia fueron:
- Día del Ceibo, la flor nacional argentina.
1497 - Vasco da Gama dobla el Cabo de Buena Esperanza.
1542 - Creación del Virreinato del Perú.
1824 - Guatemala, El Salvador, Honduras, Costa Rica y Nicaragua promulgan la Constitución que une a los cinco países en una Federación.
1859 - Nace Cecilia Grierson, la primera médica argentina, higienista y educadora.
1890 - Nace Charles De Gaulle, militar y estadista francés.
1956 - Inauguración en Melbourne (Australia) de los XVI Juegos Olímpicos.
1963 - Asesinan al presidente de los EE.UU. John Fitzgerald Kennedy, en Dallas.
1975 - Juan Carlos I de Borbón jura como Rey de España.
1977 - Primer vuelo París-Nueva York del Concorde, uniendo ambas capitales en tres horas y media.
1990 - Margaret Thatcher renuncia a su cargo de Primera Ministra. Es sustituida por John Major.
1995 - Simón Peres se convierte en el jefe del XII Gobierno de Israel.



Para pensar...


"Es muy frecuente buscar la felicidad como se buscan los anteojos cuando se tienen sobre las narices".
G. Droz



Se necesitan locos


¡Dios mío!

Envíanos algunos locos, de aquellos que se comprometen a fondo, de aquellos que se olvidan de sí mismos, de aquellos que saben amar con fuerza y no con palabras, de aquellos que se entregan verdaderamente de cuerpo y alma.

Nos hacen falta locos, desafinados, apasionados, personas capaces de dar el salto en el vacío inseguro, cuando alguien o algo los motiva, aquellos que saben aceptar la masa anónima, aquellos que no utilizan para su servicio al prójimo, aquellos que acompañan e inspiran a los cuerdos...

Nos hacen falta locos, ¡Dios mío..!

Locos en el presente, enamorados de una forma de vida sencilla, enamorados del amor, liberadores de angustias, amantes de la paz, libres de compromisos, decididos a no hacer nunca exclusión, despreciando su propia comodidad, o su vida, capaces de aceptar toda clase de desafíos, al mismo tiempo libres y obedientes, espontáneos y tenaces, alegres, dulces y fuertes, y en busca de los sueños que desean hacer realidad...

Enviado por Silvana



Consignas


La gracia no es en nosotros algo, sino que es Alguien, el mismo Dios, vivo como uno de los que nos rodean. Todavía más vivo, ¿sabes por qué? Por dos razones: porque Él no está rodeándonos, es decir fuera de nosotros, sino que está dentro de nosotros y porque Él es la Vida.





Historias : La bolsa de agua caliente


Una noche yo había trabajado mucho ayudando a una madre en su parto; pero a pesar de todo lo que hicimos, murió dejándonos un bebé prematuro y una hija de dos años. Nos iba a resultar difícil mantener el bebé con vida porque no teníamos incubadora (¡no había electricidad para hacerla funcionar!), ni facilidades especiales para alimentarlo

Aunque vivíamos en el ecuador africano, las noches frecuentemente eran frías y con vientos traicioneros. Una estudiante de partera fue a buscar una cuna que teníamos para tales bebés, y la manta de lana con la que lo arroparíamos.
Otra fue a llenar la bolsa de agua caliente. Volvió enseguida diciéndome irritada que al llenar la bolsa, había reventado. La goma se deteriora fácilmente en el clima tropical. "¡Y era la última bolsa que nos quedaba!", exclamó, y no hay farmacias en los senderos del bosque".

"Muy bien", dije, "pongan al bebé lo más cerca posible del fuego y duerman entre él y el viento para protegerlo de éste. Su trabajo es mantener al bebé abrigado".

Al mediodía siguiente, como hago muchas veces, fui a orar con los niños del orfanato que se querían reunir conmigo. Les hice a los niños varias sugerencias de motivos para orar y les conté lo del bebé prematuro.
Les dije el problema que teníamos para mantenerlo abrigado y les mencioné que se había roto la bolsa de agua caliente y el bebé se podía morir fácilmente si tomaba frío. También les dije que su hermanita de dos años estaba llorando porque su mamá había muerto.

Durante el tiempo de oración, Ruth, una niña de 10 años oró con la acostumbrada seguridad consciente de los niños africanos:

"Por favor Dios", oró, "mándanos una bolsa de agua caliente. Mañana no servirá porque el bebé ya estará muerto. Por eso, Dios, mándala esta tarde".

Mientras yo contenía el aliento por la audacia de su oración la niña agregó:

"Y mientras te encargas de ello, ¿podrías mandar una muñeca para la pequeña, y así pueda ver que Tú le amas realmente?"

Frecuentemente las oraciones de los chicos me ponen en evidencia. ¿Podría decir honestamente "Amén" a esa oración? No creía que Dios pudiese hacerlo.
Sí, claro, sé que Él puede hacer cualquier cosa. Pero hay límites, ¿no? Y yo tenía algunos grandes "peros".
La única forma en la que Dios podía contestar esta oración en particular, era enviándome un paquete de mi tierra natal. Había ya estado en África casi cuatro años y nunca jamás recibí un paquete de mi casa.
De todas maneras, si alguien llegara a mandar alguno, ¿quién iba a poner una bolsa de agua caliente?

A media tarde cuando estaba enseñando en la escuela de enfermeras, me avisaron que había llegado un auto en la puerta de mi casa. Cuando llegué el auto ya se había ido, pero en la puerta había un enorme paquete de once kilos. Se me llenaron los ojos de lágrimas.
Por supuesto no iba abrir el paquete yo sola, así que invité a los chicos del orfanato a que juntos lo abriéramos.
La emoción iba en aumento. Treinta o cuarenta pares de ojos estaban enfocados en la gran caja.

Había vendas para los pacientes del leprosario. Luego saqué una caja con pasas de uvas variadas, lo que serviría para hacer una buena tanda de panecitos el fin de semana.
Volví a meter la mano y sentí... ¿sería posible? La agarré y la saqué... ¡Sí, era una bolsa de agua caliente nueva!
Lloré... Yo no le había pedido a Dios que mandase una bolsa de agua caliente, ni siquiera creía que Él podía hacerlo. Ruth estaba sentada en la primera fila, y se abalanzó gritando:

"¡Si Dios mandó la bolsa, también tuvo que mandar la muñeca!"

Escarbé el fondo de la caja y saqué una hermosa muñequita. A Ruth le brillaban los ojos.
Ella nunca había dudado. Me miró y dijo: "¿Puedo ir contigo a entregarle la muñeca a la niñita para que sepa que Dios la ama en verdad?

Ese paquete había estado en camino por cinco meses. La había preparado mi antigua profesora de religión, quien había escuchado y obedecido la voz de Dios que la impulsó a mandarme la bolsa de agua caliente, a pesar de estar en el ecuador africano.

Y una de las niñas había puesto una muñequita para alguna niñita africana cinco meses antes en respuesta a la oración de fe de una niña de diez años que la había pedido para esa misma tarde.

Esto nos habla de la fuerza que tiene la oración que se hace con fe y confianza.



Meditación breve


Nos ponemos en tu presencia, Dios bondadoso y Padre nuestro.
Te agradecemos que nos hayas dejado empezar el presente día pues despertamos, una vez más, al conocimiento de nuestra propia existencia... que tu amor nos concede y sostiene.
El saber que existimos es el don más grande de tu bondad.
¿De que nos serviría existir, ante tu presencia, si no estuviéramos conscientes de ello?
Además, nuestra vida está profundamente unida a la tuya, por el gran amor del cual nos has hecho participar... De tu amor no podemos dudar.
Es el nuestro hacia ti...el que falla con mucha frecuencia.
Nos disponemos, ante la grandeza de tu majestad, a los Cinco Minutos de Oración.
Te pedimos que des fuerza a la debilidad de nuestra mente y enciendas el fuego de tu amor en nuestros corazones.
Padre nuestro...




Pedido de oración


Nuestro hermano Germán Gómez Lozano, de Bogotá, Colombia, nos pide oraciones por su hogar y su familia. El próximo 25 de Noviembre cumplen 24 años de casados y tienen dos hermosas hijas de 22 y 14 años de edad. También nos dice que pasan por una apretada situación económica pero tienen mucha fe en el Señor y confían en que van a salir adelante....



Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia; escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos, y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu Hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.





Los cinco minutos de Dios - por Alfonso Milagro


¡El silencio! Hoy nos cuesta bastante aceptar el silencio.; estamos rodeados por todas partes de ruido ensordecedor. Ese ruido puede impedir que nos oigamos a nosotros mismos y que oigamos la voz de Dios que nos habla en nuestro interior.
¡Silencio! Cuesta a veces callar en los momentos difíciles, en las penas amargas y en los goces íntimos, en las calumnias mordaces y en las alabanzas excesivas, en los pareceres hirientes y en los vaivenes de un corazón que se aleja.
Silencios que traen como consecuencia la inmersión en el Dios que portamos en nuestra intimidad.
Si miramos el bosque, lo veremos lleno de vida; pero la flor que abre sus pétalos lo hace en silencio; la violeta que esparce su perfume, la enredadera que trepa a lo alto, la gramilla que alfombra, las ramas que se extienden, el agua que se desliza… todo eso es silencio; y todo eso es vida y da la vida.


Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-



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