martes, 14 de mayo de 2024

Pequeñas Semillitas 5635

PEQUEÑAS SEMILLITAS
 
Año 19 - Número 5635 ~ Martes 14 de Mayo de 2024
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
¡Alabado sea Jesucristo!
Pedimos a Jesús muchas cosas. La mayoría de nuestras oraciones están armadas para pedir, implorar o rogar. Es cierto que Jesús nos dice que pidamos, y si pedimos en su nombre al Padre, Él nos lo concederá. Pero no hemos advertido lo suficiente que en la dinámica de la oración tenemos que estar dispuestos a abrir las manos y soltar. A veces pedimos a Dios agarrados de las cosas que queremos que nos conceda. Pedimos de manera caprichosa, sujetos a lo que deseamos conseguir. Decimos en el Padrenuestro "Hágase tu voluntad" pero queremos que se cumpla la nuestra. Pedir, en la dinámica de la oración, exige estar dispuestos a soltar, a entregar, a dejar en las manos de Dios lo que le pedimos para que su voluntad se cumpla. Debemos ofrecer al Padre lo que le pedimos para que sea su voluntad, y no la nuestra, la que se cumpla. (P. Javier Rojas S.J.)
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Hch 1, 15-17. 20-26
 
Salmo: Sal 112, 1-2. 3-4. 5-6. 7-8
 
Santo Evangelio: Jn 15,9-17
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor.
»Os he dicho esto, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea colmado. Este es el mandamiento mío: que os améis los unos a los otros como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. No os llamo ya siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a vosotros os he llamado amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer.
»No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto permanezca; de modo que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo conceda. Lo que os mando es que os améis los unos a los otros».
 
Comentario:
Hoy la Iglesia recuerda el día en el que los Apóstoles escogieron a aquel discípulo de Jesús que tenía que sustituir a Judas Iscariote. Como nos dice acertadamente san Juan Crisóstomo en una de sus homilías, a la hora de elegir personas que gozarán de una cierta responsabilidad se pueden dar ciertas rivalidades o discusiones. Por esto, san Pedro «se desentiende de la envidia que habría podido surgir», lo deja a la suerte, a la inspiración divina y evita así tal posibilidad. Continúa diciendo este Padre de la Iglesia: «Y es que las decisiones importantes muchas veces suelen engendrar disgustos».
En el Evangelio del día, el Señor habla a los Apóstoles acerca de la alegría que han de tener: «Que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea colmado» (Jn 15,11). En efecto, el cristiano, como Matías, vivirá feliz y con una serena alegría si asume los diversos acontecimientos de la vida desde la gracia de la filiación divina. De otro modo, acabaría dejándose llevar por falsos disgustos, por necias envidias o por prejuicios de cualquier tipo. La alegría y la paz son siempre frutos de la exuberancia de la entrega apostólica y de la lucha para llegar a ser santos. Es el resultado lógico y sobrenatural del amor a Dios y del espíritu de servicio al prójimo.
Romano Guardini escribía: «La fuente de la alegría se encuentra en lo más profundo del interior de la persona (...). Ahí reside Dios. Entonces, la alegría se dilata y nos hace luminosos. Y todo aquello que es bello es percibido con todo su resplandor». Cuando no estemos contentos hemos de saber rezar como santo Tomás Moro: «Dios mío, concédeme el sentido del humor para que saboree felicidad en la vida y pueda transmitirla a los otros». No olvidemos aquello que santa Teresa de Jesús también pedía: «Dios, líbrame de los santos con cara triste, ya que un santo triste es un triste santo».
* Rev. D. Josep VALL i Mundó (Barcelona, España)
 
Santoral Católico:
San Matías
Después de la Ascensión del Señor, Pedro propuso a los hermanos: «Hace falta que se asocie a nosotros como testigo de la resurrección de Jesús, uno de los que nos acompañaron mientras convivió con nosotros el Señor». Propusieron dos nombres: José, llamado Barsabás, y Matías. Rezaron al Señor diciendo: «Tú penetras el corazón de todos; muéstranos a cuál de los dos has elegido para que, en este servicio apostólico, ocupe el puesto que dejó Judas». Echaron suertes, le tocó a Matías y lo asociaron a los once apóstoles (Hch 1,15-26). Nada más sabemos de cierto sobre su vida.
Oración: Oh Dios, que quisiste agregar a san Matías al colegio de los apóstoles, concédenos, por sus ruegos, que podamos alegrarnos de tu predilección al ser contados entre tus elegidos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
(Directorio Franciscano – ACI Prensa – Catholic.net)
 
Palabras de Benedicto XVI
«Ahora en este mes de Mayo no debe cesar esta buena costumbre de rezar el Rosario, es más, debe proseguir todavía más con mayor compromiso de manera que, en la escuela de María, la lámpara de la fe brille cada vez más en el corazón de los cristianos y en sus casas»
 
Tema del día:
La “noche oscura del alma”
¡Claro que sí, amigo! Hablar de la “noche oscura del alma” es adentrarnos en un terreno profundo y misterioso de la vida espiritual. Este concepto, tan poético como espiritual, ha sido explorado por numerosos santos y místicos a lo largo de la historia de la Iglesia Católica.
 
¿Sabías que esta expresión fue acuñada por el gran místico español San Juan de la Cruz? Él la utilizó para describir una etapa particularmente difícil en el camino de la unión del alma con Dios. Pero, ¿qué significa realmente?
 
Imagina que estás caminando en la oscuridad de la noche, sin luna ni estrellas para guiarte. No ves el camino claramente y todo parece confuso y desorientador. Bueno, así es como se siente la noche oscura del alma en el ámbito espiritual. Es un período en el que uno se siente lejos de Dios, como si hubiera perdido la conexión con Él. Es una experiencia de aridez espiritual, de sequedad interior, donde las consolaciones y las experiencias de la presencia de Dios parecen desvanecerse.
 
Pero, ¿por qué sucede esto? ¿Acaso Dios nos abandona en esos momentos? ¡Para nada! De hecho, lo que sucede en la noche oscura del alma es que Dios está obrando de manera especial en nosotros. Es como si estuviéramos pasando por un proceso de purificación espiritual en el que Dios nos está llevando a una unión más profunda con Él.
 
San Juan de la Cruz enseña que esta experiencia de la noche oscura del alma es necesaria para el crecimiento espiritual. Es como el fuego que purifica el oro, eliminando todas las impurezas para que brille con mayor resplandor. En este sentido, la noche oscura del alma nos purifica de todo apego desordenado a las cosas del mundo, de todo orgullo espiritual y de toda autosuficiencia. Nos hace más humildes, más dependientes de la gracia de Dios.
 
Pero, ¿cómo podemos atravesar esta noche oscura del alma sin perder la esperanza? Aquí es donde la fe y la confianza en Dios juegan un papel fundamental. Es importante recordar que, aunque no sintamos la presencia de Dios, Él siempre está con nosotros, obrando en lo más profundo de nuestro ser. Como dice la Carta a los Hebreos: “La fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” (Hebreos 11,1). Es en esos momentos de oscuridad cuando nuestra fe es puesta a prueba, pero también se fortalece.
 
Además, es importante buscar apoyo espiritual durante la noche oscura del alma. Un buen director espiritual, un amigo de confianza o un grupo de oración pueden ser de gran ayuda para atravesar este período difícil. No estamos solos en nuestro camino espiritual, sino que formamos parte de la comunidad de creyentes que nos sostiene y nos acompaña en nuestro viaje hacia Dios.
 
Finalmente, es importante recordar que la noche oscura del alma no es el final del camino, sino más bien un paso en el proceso de transformación espiritual. Después de la noche oscura, viene el amanecer, la luz del día. Dios nos espera al final del camino con los brazos abiertos, listo para darnos una experiencia más profunda de su amor y su gracia.
 
Así que, querido amigo, no temas la noche oscura del alma, sino acéptala como parte del proceso de crecimiento espiritual. Confía en la presencia amorosa de Dios en medio de la oscuridad y permite que Él te guíe hacia una unión más profunda con Él.
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(Padre Ignacio Andrade – Imagen Evangelio Verdadero)
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Al administrador de educación del condado le hacía falta emplear un conductor de autobús escolar, y tenía tres candidatos para la vacante.
Para seleccionar el hombre más capacitado ideó la siguiente prueba:
-Llevó al primer candidato por cierto camino a un lugar donde había una curva cerrada en una subida fuerte, y le preguntó: “¿Cuánto puede usted acercar el autobús a la orilla del camino en esta curva sin precipitarse, con todo y niños, por el precipicio”? El conductor echó un vistazo, replicando: “Creo que hasta seis centímetros de la orilla, sin arriesgar la seguridad”.
-Al segundo candidato para el trabajo se le planteó la misma situación. Examinó la curva y dijo al oficial del condado: “Creo que puedo llevar el autobús hasta dos centímetros de la orilla, sin caer sobre el precipicio”
-El administrador llevó al tercer candidato al mismo escenario, haciéndole la misma proposición. De inmediato, este respondió: “¿Me tiene por loco? A mi no me preocupa lo cerca pueda llevar el autobús a la orilla. Más bien, trataré de alejarme lo más posible de la línea de peligro”. Este fue contratado.
Para el cristiano, hay una “línea de peligro” Quien procura permanecer pegado lo más posible al mundo de pecado mientras sigue a Cristo, tiene una actitud mala. Según el tercer conductor, cada individuo debe mantenerse tan distante posible de la zona de peligro. El apóstol Pablo escribió: “Aborreced lo malo, seguid lo bueno”.
🌸
Los cristianos somos seguidores de Cristo, imitadores suyos. Pero muchas veces no imitamos al Señor, sino que obramos en forma diametralmente opuesta a lo que obraría el Señor. Si no a qué se debe que busquemos con tanta fiebre el dinero y los bienes materiales, y que nos preocupemos tanto por el qué dirán. Jesús no obró así, y nos dijo que buscáramos primero el Reino de Dios, pues todo lo demás nos vendría como añadidura. En cambio nosotros a veces buscamos la añadidura primero, y no pocas veces nos olvidamos del Reino de Dios, de anunciarlo.
Si el mundo está como está, es en gran parte porque los cristianos hemos venido a menos, no tanto en número, sino más bien en fervor, en convicción; porque la cobardía de los buenos fomenta la audacia de los malos.
Es tiempo de despertar de este sueño en que nos tiene como narcotizados el demonio a través del materialismo que es como su encarnación. Tenemos que comprender de una vez por todas que las cosas materiales no nos pueden hacer felices, porque no estamos hechos para la Tierra, sino para el Cielo, y la tierra es un lugar de exilio y de paso, preparación y antesala del Cielo.
Si hacemos así, entonces poco a poco irá cambiando el ambiente donde nos movemos, al menos en nuestra familia, porque los demás, al ver nuestra coherencia de vida, y que no seguimos a la mayoría, también se convertirán y se entusiasmarán por la vida cristiana, que siempre es diferente a la vida mundana. Si así no lo fuera, entonces no es vida cristiana la que llevamos.
 
Extractos de cartas del Padre Pío
(Recopilación: P. Gianluigi Pasquale en “365 días con el Padre Pío”)
14 de mayo
Sospecha de todos aquellos deseos que, a juicio de las almas prudentes y piadosas, no pueden alcanzar sus objetivos. Entre ellos hay que colocar los deseos de aquella perfección cristiana, que puede ser perfectamente imaginada pero nunca practicada, y sobre la que muchos dan buenas lecciones pero nadie la lleva a la práctica. Y, del mismo modo, abandona también la duda que me manifestaste en relación con lo que dices que has leído en los libros. Reflexiona seriamente en la vanidad del espíritu humano, propenso a equivocarse y turbarse en sí mismo; porque te aseguro que de esta consideración deducirás fácilmente lo que tantas veces te he dicho: que los trabajos internos que has tolerado y de los que aún queda en ti algún residuo han sido provocados en ti por una multitud de consideraciones y deseos producidos por esa gran ansiedad de llegar cuanto antes a aquella perfección imaginada, que tú equivocadamente te habías formado. Tu imaginación había formado en tu espíritu una idea de perfección absoluta, a la que tu voluntad quería llegar. Pero, ¿qué sucedió? Tú bien lo sabes. La voluntad, asustada ante la gran dificultad e imposibilidad, quedó embarazada pero sin poder dar a luz; y por eso iba multiplicando los deseos inútiles, que, como moscones, devoraron la miel del panal; y los buenos y verdaderos deseos permanecieron hambrientos de consuelo. Fue estupendo para ti que el buen Dios tuviera compasión de tu alma y te liberara de ellos a tiempo y por medio del guía al que te confió.
(25 de noviembre de 1917, a Luigi Bozzuto, Ep. IV, 403)
 
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
 
 
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