PEQUEÑAS SEMILLITAS Año
17 - Número 5133 ~ Domingo 23 de Octubre de 2022Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina) ¡Alabado sea Jesucristo!
Como en los domingos anteriores, Jesús, a través de parábolas, continúa
sus enseñanzas sobre la oración. El relato de hoy nos presenta a dos hombres
que fueron a orar al Templo de Jerusalén; uno de ellos era fariseo y el otro
era publicano.
El fariseo, que se consideraba salvado por el cumplimiento de los
numerosísimos preceptos, dice a Dios: “Te doy gracias porque no soy como los
demás: ladrones, injustos, adúlteros; ni como ese publicano.
La oración del publicano es completamente distinta: “Se quedó atrás y no
se atrevía ni a levantar los ojos al cielo; solo se golpeaba el pecho diciendo:
Dios, ten compasión de este pobre pecador”.
Dios siempre está dispuesto a acoger a quienes se acercan en actitud de
humildad, reconociendo sus fallas y equivocaciones. Pero cierra sus oídos a
aquellos cuyo orgullo les hace creer que son tan buenos que no necesitan de la
gracia de Dios y se convierten en jueces implacables de sus hermanos.
(P. Jorge Peláez SJ)
La Palabra de Dios Lecturas del día ♡ Primera Lectura: Eclo 35,12-14.16-18
♡ Salmo: Sal 33,2-3.17-18.19.23
♡ Segunda Lectura: 2Tim 4,6-8.16-18
♡ Santo Evangelio: Lc 18,9-14
En aquel tiempo, a algunos que se tenían por justos y despreciaban a los demás,
Jesús les dijo esta parábola: «Dos hombres subieron al templo a orar; uno
fariseo, otro publicano.
»El fariseo, de pie, oraba en su interior de esta manera: ‘¡Oh Dios! Te
doy gracias porque no soy como los demás hombres, rapaces, injustos, adúlteros,
ni tampoco como este publicano. Ayuno dos veces por semana, doy el diezmo de
todas mis ganancias’.
»En cambio el publicano, manteniéndose a distancia, no se atrevía ni a
alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: ‘¡Oh Dios! ¡Ten
compasión de mí, que soy pecador!’. Os digo que éste bajó a su casa justificado
y aquél no. Porque todo el que se ensalce, será humillado; y el que se humille,
será ensalzado».
♡ Comentario:
Hoy leemos con atención y novedad el Evangelio de san Lucas. Una parábola
dirigida a nuestros corazones. Unas palabras de vida para desvelar nuestra
autenticidad humana y cristiana, que se fundamenta en la humildad de sabernos
pecadores («¡Oh Dios! ¡Ten compasión de mí, que soy pecador!»: Lc 18,13), y en
la misericordia y bondad de nuestro Dios («Todo el que se ensalce, será
humillado; y el que se humille, será ensalzado»: Lc 18,14).
La autenticidad es, ¡hoy más que nunca!, una necesidad para descubrirnos a
nosotros mismos y resaltar la realidad liberadora de Dios en nuestras vidas y
en nuestra sociedad. Es la actitud adecuada para que la Verdad de nuestra fe
llegue, con toda su fuerza, al hombre y a la mujer de ahora. Tres ejes
vertebran a esta autenticidad evangélica: la firmeza, el amor y la sensatez
(cf. 2Tim 1,7).
La firmeza, para conocer la Palabra de Dios y mantenerla en nuestras
vidas, a pesar de las dificultades. Especialmente en nuestros días, hay que
poner atención en este punto, porque hay mucho auto engaño en el ambiente que
nos rodea. San Vicente de Lerins nos advertía: «Apenas comienza a extenderse la
podredumbre de un nuevo error y éste, para justificarse, se apodera de algunos
versículos de la Escritura, que además interpreta con falsedad y fraude».
El amor, para mirar con ojos de ternura —es decir, con la mirada de Dios—
a la persona o al acontecimiento que tenemos delante. San Juan Pablo II nos
anima a «promover una espiritualidad de la comunión», que —entre otras cosas—
significa «una mirada del corazón sobre todo hacia el misterio de la Trinidad que
habita en nosotros, y cuya luz ha de ser reconocida también en el rostro de los
hermanos que están a nuestro lado».
Y, finalmente, sensatez, para transmitir esta Verdad con el lenguaje de
hoy, encarnando realmente la Palabra de Dios en nuestra vida: «Creerán a
nuestras obras más que a cualquier otro discurso» (San Juan Crisóstomo).
* Rev. D. Joan Pere PULIDO i Gutiérrez Secretario del obispo de Sant Feliu
(Sant Feliu de Llobregat, España)
Palabras del San Pablo VI «En nuestro tiempo algunas personas consideran
al niño como un peso y una limitación de la libertad, más que como expresión
viviente del amor de los padres. Otros niegan al niño el derecho fundamental a
tener una madre y un padre unidos en matrimonio. Sin embargo, toda la sociedad
debe responder con firmeza que sin duda alguna el niño tiene el derecho dado
por Dios de nacer, el derecho de una madre y un padre unidos en matrimonio, el
derecho de nacer en una familia normal».
Predicación del Evangelio: Desconcertante Fue una de las parábolas más desconcertantes de Jesús. Un piadoso fariseo
y un recaudador de impuestos suben al templo a orar. ¿Cómo reaccionará Dios
ante dos personas de vida moral y religiosa tan diferente y opuesta?
El fariseo ora de pie, seguro y sin temor alguno. Su conciencia no le
acusa de nada. No es hipócrita. Lo que dice es verdad. Cumple fielmente la Ley,
e incluso la sobrepasa. No se atribuye a sí mismo mérito alguno, sino que todo
lo agradece a Dios: «¡Oh, Dios!, te doy gracias». Si este hombre no es santo,
¿quién lo va a ser? Seguro que puede contar con la bendición de Dios.
El recaudador, por el contrario, se retira a un rincón. No se siente
cómodo en aquel lugar santo. No es su sitio. Ni siquiera se atreve a levantar
sus ojos del suelo. Se golpea el pecho y reconoce su pecado. No promete nada.
No puede dejar su trabajo ni devolver lo que ha robado. No puede cambiar de
vida. Solo le queda abandonarse a la misericordia de Dios: «¡Oh Dios!, ten
compasión de mí, que soy pecador». Nadie querría estar en su lugar. Dios no
puede aprobar su conducta.
De pronto, Jesús concluye su parábola con una afirmación desconcertante:
«Yo os digo que este recaudador bajó a su casa justificado, y aquel fariseo
no». A los oyentes se les rompen todos sus esquemas. ¿Cómo puede decir que Dios
no reconoce al piadoso y, por el contrario, concede su gracia al pecador? ¿No
está Jesús jugando con fuego? ¿Será verdad que, al final, lo decisivo no es la
vida religiosa de uno, sino la misericordia insondable de Dios?
Si es verdad lo que dice Jesús, ante Dios no hay seguridad para nadie, por
muy santo que se crea. Todos hemos de recurrir a su misericordia. Cuando uno se
siente bien consigo mismo, apela a su propia vida y no siente necesidad de más.
Cuando uno se ve acusado por su conciencia y sin capacidad para cambiar, solo
siente necesidad de acogerse a la compasión de Dios, y solo a la compasión.
Hay algo fascinante en Jesús. Es tan desconcertante su fe en la
misericordia de Dios que no es fácil creer en él. Probablemente los que mejor
le pueden entender son quienes no tienen fuerzas para salir de su vida inmoral.
.
(P. José Antonio Pagola)
Poesía Como dice el poetaComo dice en sus versos el poeta, un día,al cruzar el oscuro camino de la muerte,he de llevar conmigo hacia lo ignotoestas ansias infinitas de quererte. Y no por eso dejará la vidade pasar y pasar sin detenerse,ni las rosas perderán su aromani su brillo la estrella del oriente. Sólo yo, sin saber cómo ni cuandodejaré de existir, y en esa hora,tú sentirás cual beso de la auroraposarse mis labios en tu frente. Y si entonces recuerdas mi sonrisa,mi pobre amor y mi existencia triste,con esos tus labios que fueron tan míos,pide un poco de piedad para la ausente..-GLADYS MARSANS-(antigua amiga de "Pequeñas Semillitas") Nuevo vídeo y artículo Hay un nuevo vídeo
subido al blogde "Pequeñas Semillitas" en internet.Para verlo tienes que ir
al final de esta página Hay nuevo material
publicado en el blog"Juan Pablo II inolvidable"(Misterios Luminosos del
Rosario)Puedes acceder en la
dirección: Agradecimientos Imaginemos que en el cielo hay dos oficinas diferentes para
tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí
los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por la
cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos por las
gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque
prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para
dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas"
pretendemos juntar una vez por semana (los domingos) todos los mensajes para la
segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como
respuesta a nuestros pedidos de oración.
💕 Desde España se agradece a Dios por
los resultados favorables de los estudios más específicos y profundos
realizados a Magalí, embarazada de cuatro meses, y a su bebé en
gestación.
💕 Desde Córdoba, Argentina, se agradece a Dios y a las personas
que rezaron por Malena, la bebita prematura nacida en agosto con bajo
peso y con difícil pronóstico en ese momento, que ha ido evolucionando
favorablemente hasta recibir el alta y pasar a su domicilio, donde sigue con
estrictos cuidados.
Bendito seas, Dios mío, porque a
pesar de ser yo indigno de toda ayuda, tu generosidad e infinita bondad nunca
dejan de otorgar el bien aún a los ingratos y a los que se han apartado de ti.
Conviértenos a ti, para que seamos agradecidos, humildes y piadosos, pues Tú
eres nuestra salud, nuestra fortaleza y nuestra salvación.
Un minuto para volar Octubre 23
Para expulsar el mal humor de tu vida, el primer
paso es que quieras sanarte, que no te guste vivir enojado. Pregúntate: ¿Por
qué estoy irritado realmente? Posiblemente descubrirás que no vale la pena, que
no tiene sentido dejarse envenenar y enfermar por dentro. De ese modo,
renunciando a la ira y pidiendo la ayuda de Dios, irás expulsando poco a poco
esa irritación venenosa. A lo largo del día piensa en Dios y repite por dentro:
“Nada es absoluto, solo Dios”. Y cuando puedas detenerte un minuto, imagina al
Espíritu Santo que pasa por todo tu interior con su fuego sanador, y repite:
“Calma, calma, calma”.
(Mons. Víctor
M. Fernández)
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