sábado, 22 de octubre de 2022

Pequeñas Semillitas 5132

PEQUEÑAS SEMILLITAS
 
Año 17 - Número 5132 ~ Sábado 22 de Octubre de 2022
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
¡Alabado sea Jesucristo!
En el día en que recordamos a San Juan Pablo II, lo invocamos con esta oración:
"¡Oh San Juan Pablo, desde la ventana del Cielo dónanos tu bendición!
Bendice a la Iglesia, que tú has amado, servido, y guiado, animándola a caminar con coraje por los senderos del mundo para llevar a Jesús a todos y a todos a Jesús.
Bendice a los jóvenes, que han sido tu gran pasión. Concédeles volver a soñar, volver a mirar hacia lo alto para encontrar la luz, que ilumina los caminos de la vida en la tierra.
Bendice las familias ¡Bendice cada familia!
Tú advertiste el asalto de satanás contra esta preciosa e indispensable chispita de Cielo, que Dios encendió sobre la tierra. San Juan Pablo, con tu oración protege las familias y cada vida que brota en la familia.
Ruega por el mundo entero, todavía marcado por tensiones, guerras e injusticias. Tú te opusiste a la guerra invocando el diálogo y sembrando el amor: ruega por nosotros, para que seamos incansables sembradores de paz.
Oh San Juan Pablo, desde la ventana del Cielo, donde te vemos junto a María, haz descender sobre todos nosotros la bendición de Dios. Amén"
(Cardenal Angelo Comastri)
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Ef 4,7-16
 
Salmo: Sal 121,1-2.3-4a.4b-5
 
Santo Evangelio: Lc 13,1-9
En aquel tiempo, llegaron algunos que le contaron lo de los galileos, cuya sangre había mezclado Pilato con la de sus sacrificios. Les respondió Jesús: «¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que todos los demás galileos, porque han padecido estas cosas? No, os lo aseguro; y si no os convertís, todos pereceréis del mismo modo. O aquellos dieciocho sobre los que se desplomó la torre de Siloé matándolos, ¿pensáis que eran más culpables que los demás hombres que habitaban en Jerusalén? No, os lo aseguro; y si no os convertís, todos pereceréis del mismo modo».
Les dijo esta parábola: «Un hombre tenía plantada una higuera en su viña, y fue a buscar fruto en ella y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: ‘Ya hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro; córtala; ¿para qué va a cansar la tierra?’. Pero él le respondió: ‘Señor, déjala por este año todavía y mientras tanto cavaré a su alrededor y echaré abono, por si da fruto en adelante; y si no da, la cortas’».
 
Comentario:
Hoy, las palabras de Jesús nos invitan a meditar sobre el inconveniente de la hipocresía: «Un hombre tenía plantada una higuera en su viña, y fue a buscar fruto en ella y no lo encontró» (Lc 13,6). El hipócrita aparenta ser lo que no es. Esta mentira llega a su cima al fingir virtud (aspecto moral) siendo vicioso, o devoción (aspecto religioso) al buscarse uno mismo y sus propios intereses y no a Dios. La hipocresía moral abunda en el mundo, la religiosa perjudica a la Iglesia.
Las invectivas de Jesús contra los escribas y fariseos —más claras y directas en otros pasajes evangélicos— son terribles. No podemos leer o escuchar lo que acabamos de leer o escuchar sin que estas palabras nos lleguen al fondo del corazón, si realmente las hemos escuchado y entendido.
Lo diré en plural personal, ya que todos experimentamos la distancia entre lo que aparentamos ser y lo que somos de veras. Lo somos los políticos cuando nos aprovechamos del país proclamando que estamos a su servicio; los cuerpos de seguridad cuando protegemos a grupos corruptos en nombre del orden público; el personal sanitario cuando suprimimos vidas incipientes o terminales en nombre de la medicina; los medios de comunicación social cuando falseamos las noticias y pervertimos al personal diciendo que lo estamos divirtiendo; los administradores de los fondos públicos cuando desviamos una parte de ellos hacia nuestros bolsillos (individuales o de partido) y alardeamos de honestidad pública; los laicistas cuando impedimos la dimensión pública de la religión en nombre de la libertad de conciencia; los religiosos cuando vivimos de nuestras instituciones con infidelidad al espíritu y a las exigencias de los fundadores; los sacerdotes cuando vivimos del altar pero no servimos abnegadamente a nuestros feligreses con espíritu evangélico; etc.
¡Ah!: y tú y yo también, en la medida en que nuestra conciencia nos dice lo que tenemos que hacer y dejamos de hacerlo para dedicarnos únicamente a ver la paja en el ojo ajeno sin querer darnos cuenta siquiera de la viga que ciega el nuestro. ¿O no?
—Jesús, Salvador del mundo, ¡sálvanos de nuestras pequeñas, medianas y grandes hipocresías!
* Rev. D. Antoni ORIOL i Tataret (Vic, Barcelona, España)
 
Santoral Católico:
San Juan Pablo II
Papa desde 1978 a 2005
Karol Józef Wojtyla nació en Wadowice (Polonia) el año 1920. Durante la ocupación nazi tuvo que trabajar en una cantera y luego en una fábrica química. Estudió en las universidades de Cracovia, Roma y Lublin. Se ordenó de sacerdote en 1946 y en 1964 fue nombrado Arzobispo de Cracovia. Participó en el Concilio Vaticano II. Elegido papa el 16 de octubre de 1978, tomó el nombre de Juan Pablo II. Ejerció su ministerio petrino con incansable espíritu misionero. Realizó muchos viajes apostólicos. Celebró innumerables encuentros con el pueblo de Dios y con los responsables de las naciones. Su amor a los jóvenes le impulsó a iniciar en 1985 las Jornadas Mundiales de la Juventud. Su atención hacia la familia se puso de manifiesto con los encuentros mundiales de las familias, inaugurados por él en 1994. Promovió el diálogo con los judíos y con los representantes de las demás religiones. Para mostrar al pueblo ejemplos de santidad de hoy, declaró 1338 beatos y 482 santos. Publicó incontables documentos, reformó el Código de Derecho Canónico. Falleció el 2 de abril de 2005 y fue canonizado el 27 de Abril de 2014. Su memoria se celebra el 22 de octubre.
Oración: Oh Dios, rico en misericordia, que has querido que san Juan Pablo II, papa, guiara toda tu Iglesia, te pedimos que, instruidos por sus enseñanzas, nos concedas abrir confiadamente nuestros corazones a la gracia salvadora de Cristo, único redentor del hombre. Él que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
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© Directorio Franciscano – ACI Prensa – Catholic.net
 
Palabras de San Juan Pablo II
«Vale la pena dedicarse a la causa de Cristo, que quiere corazones valientes y decididos. Vale la pena dedicarse a ayudar al hombre en el camino hacia la eternidad. Vale la pena hacer la opción por un ideal que proporciona grandes alegrías, aunque exija no pocos sacrificios».
 
Tema del día:
El trabajo expresión del amor
Expresión cotidiana de este amor en la vida de la Familia de Nazaret es el trabajo. El texto evangélico precisa el tipo de trabajo con el que José trataba de asegurar el mantenimiento de la Familia: el de carpintero.
 
Esta simple palabra abarca toda la vida de José. Para Jesús estos son los años de la vida escondida, de la que habla el evangelista tras el episodio ocurrido en el templo: “Bajó con ellos y vino a Nazaret, y vivía sujeto a ellos” (Lc 2, 51).
 
Esta “sumisión”, es decir, la obediencia de Jesús en la casa de Nazaret, es entendida también como participación en el trabajo de José. El que era llamado el “hijo del carpintero” había aprendido el trabajo el trabajo de su “padre” putativo.
 
Si la familia de Nazaret en el orden de la salvación y de la santidad es ejemplo y modelo para las familias humanas, lo es también análogamente el trabajo de Jesús al lado de José, el carpintero.
 
En nuestra época la Iglesia ha puesto también esto de relieve con la fiesta litúrgica de San José Obrero, el 1° de mayo. El trabajo humano y, en particular, el trabajo manual, tienen en el Evangelio un significado especial.
 
Junto con la humanidad del Hijo de Dios, el trabajo ha formado parte del misterio de la encarnación, y también ha sido redimido de modo particular. Gracias a su banco de trabajo, sobre el que ejercía su profesión con Jesús, José acercó el trabajo humano al misterio de la redención.
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San Juan  Pablo II
Redemptoris Cusos, n° 22
 
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Humor de sábados
Partido de golf
Moisés, Jesús y un viejito decidieron disputar un juego de golf, y el campo se llenó de fanáticos antes del partido especialmente en el hoyo considerado como el más difícil porque tenía un lago en las inmediaciones.
 
> Moisés tiró primero. La pelota salió disparada, cayó en el medio del lago y se hundió. Moisés caminó hasta el borde, alzó su palo, hizo que  se abrieran las aguas, bajó caminando hasta donde estaba la pelota y, de un golpe, la sacó del fondo. Con sólo otro golpe, la metió en el hoyo, y la gente aplaudió emocionada.
 
> Luego fue el turno de Jesús. La pelota salió igualmente disparada, e igualmente fue derecho al lago, pero de repente se detuvo y quedó suspendida a escasos centímetros de la superficie. Jesús caminó entonces sobre las aguas y con un golpe preciso, mandó la pelota directamente al hoyo. La  ovación de la gente fue ensordecedora.
 
> Por último, le tocó el turno al viejito. La pelota, una vez más, cayó en el lago y se hundió, y el público hizo un respetuoso silencio preguntándose qué podría hacer el pobre viejo.  De pronto, del agua saltó un pez con la pelota en la boca y, justo en ese momento, pasó un águila que lo pescó al vuelo. El águila se alejó volando por el límpido cielo llevando el pez en su pico, mientras éste sostenía aún la pelota. Entonces, como salida de la nada, apareció una nube negra, y de ella brotó un rayo que, pegando certeramente en la cabeza del águila, la hizo caer. En su descenso, el ave soltó al pez, el pez soltó la  pelota y ésta cayó exactamente en el hoyo.
 
Primero se hizo un silencio dramático y luego la gente, enloquecida, irrumpió en cerrado aplauso para el viejito. Jesús se acercó entonces al viejito, que sonreía  tímidamente, y le dijo:
- Papá... ¡dejate de joder!
 
Un minuto para volar
Octubre 22
Un amigo comparte su intimidad, pierde tiempo con el otro, destaca las cosas buenas del otro y disimula sus defectos y caídas. ¿Tienes un amigo pobre? Si uno realmente reconoce el valor de una persona necesitada, entonces es capaz no solo de darle cosas, sino de “hacerse amigo”. Quizás entre su forma de vivir y la mía haya grandes diferencias, quizás no me reconozco en él y me siento de otra especie. Pero en realidad somos humanos los dos y poco a poco podremos encontrar puntos de contacto. Trata de tener con él la actitud y la mirada de Cristo. Es una aventura que puede abrirte nuevos horizontes en la vida.
(Mons. Víctor M. Fernández)

FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
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