PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año
14 - Número 4091 ~ Jueves 22 de Agosto de 2019
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Apenas
te levantes todas las mañanas, haz afirmaciones positivas de alegría y triunfo,
intentando crear en tus ambientes un clima de tranquilidad y armonía.
Aprende
a sonreír a todos con el corazón: familiares, amigos, conocidos... de modo que
tu presencia baste para que la alegría entre en el corazón de los que se te
acercan.
Y
siente la felicidad que todo esto te reporta.
(A.T. Pastorino)
¡Buenos días!
Valora lo que tienes
Si te
acostumbras a ver siempre el lado
positivo de las cosas, en las dificultades, te superarás con más facilidad; en
los desaciertos, te sobrepondrás con voluntad; en las dudas, sabrás discernir
con mayor seguridad; en los momentos de soledad, el pesimismo no te doblegará; en
la enfermedad, sabrás luchar con la fe puesta en los bienes invisibles
prometidos por Dios.
A pesar de que eran ricos, Napoleón y George
Washington nunca contaron con una pastilla para el dolor de cabeza. Simón
Bolívar, San Martín y Pancho Villa jamás pudieron tomar un taxi cuando
necesitaban llegar pronto a algún lugar. Ni Cervantes, ni Dante, ni Shakespeare
tuvieron una máquina de escribir. Los vikingos viajaron sin brújulas y Colón no
pudo llevar alimentos enlatados ni un refrigerador. Julio César y Cario Magno jamás disfrutaron
del cine o la televisión. Mozart ni Beethoven pudieron grabar sus
composiciones. Y nosotros hoy nos quejamos de que no tenemos todo lo que
queremos, y de que esta vida es insufrible. Así somos. ¿Por qué seremos así?
No
digas nunca: "Es imposible". Propón soluciones concretas. No digas
nunca: "No soy capaz de lograrlo". Busca cómo dar pequeños pasos. No
digas nunca "No me acompaña la suerte". La suerte la haces tú, no
ella a ti. No digas nunca: "Lo dejaré para mañana". Recuerda que el
hoy es lo que importa. Valora lo que tienes y, ¡adelante!, hacia las metas que
sueñas.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios
Lecturas del día
♥ Primera Lectura: Jc 11, 29-39a
♥ Salmo: Sal 39, 5. 7-10
♥ Santo Evangelio: Mt 22,1-14
En aquel tiempo, Jesús propuso esta otra parábola a los
grandes sacerdotes y a los notables del pueblo: «El Reino de los Cielos es
semejante a un rey que celebró el banquete de bodas de su hijo. Envió a sus
siervos a llamar a los invitados a la boda, pero no quisieron venir. Envió
todavía a otros siervos, con este encargo: ‘Decid a los invitados: Mirad, mi
banquete está preparado, se han matado ya mis novillos y animales cebados, y
todo está a punto; venid a la boda’. Pero ellos, sin hacer caso, se fueron el
uno a su campo, el otro a su negocio; y los demás agarraron a los siervos, los
escarnecieron y los mataron. Se airó el rey y, enviando sus tropas, dio muerte
a aquellos homicidas y prendió fuego a su ciudad.
»Entonces dice a sus siervos: ‘La boda está
preparada, pero los invitados no eran dignos. Id, pues, a los cruces de los
caminos y, a cuantos encontréis, invitadlos a la boda’. Los siervos salieron a
los caminos, reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos, y la sala
de bodas se llenó de comensales. Entró el rey a ver a los comensales, y al notar
que había allí uno que no tenía traje de boda, le dice: ‘Amigo, ¿cómo has
entrado aquí sin traje de boda?’. Él se quedó callado. Entonces el rey dijo a
los sirvientes: ‘Atadle de pies y manos, y echadle a las tinieblas de fuera;
allí será el llanto y el rechinar de dientes’. Porque muchos son llamados, mas
pocos escogidos».
♥ Comentario:
Hoy, la parábola evangélica nos habla del banquete
del Reino. Es una figura recurrente en la predicación de Jesús. Se trata de esa
fiesta de bodas que sucederá al final de los tiempos y que será la unión de
Jesús con su Iglesia. Ella es la esposa de Cristo que camina en el mundo, pero
que se unirá finalmente a su Amado para siempre. Dios Padre ha preparado esa
fiesta y quiere que todos los hombres asistan a ella. Por eso dice a todos los
hombres: «Venid a la boda» (Mt 22,4).
La parábola, sin embargo, tiene un desarrollo
trágico, pues muchos, «sin hacer caso, se fueron el uno a su campo, el otro a
su negocio...» (Mt 22,5). Por eso, la misericordia de Dios va dirigiéndose a
personas cada vez más lejanas. Es como un novio que va a casarse e invita a sus
familiares y amigos, pero éstos no quieren ir; llama después a conocidos y
compañeros de trabajo y a vecinos, pero ponen excusas; finalmente se dirige a
cualquier persona que encuentra, porque tiene preparado un banquete y quiere
que haya invitados a la mesa. Algo semejante ocurre con Dios.
Pero, también, los distintos personajes que aparecen
en la parábola pueden ser imagen de los estados de nuestra alma. Por la gracia
bautismal somos amigos de Dios y coherederos con Cristo: tenemos un lugar
reservado en el banquete. Si olvidamos nuestra condición de hijos, Dios pasa a
tratarnos como conocidos y sigue invitándonos. Si dejamos morir en nosotros la
gracia, nos convertimos en gente del camino, transeúntes sin oficio ni
beneficio en las cosas del Reino. Pero Dios sigue llamando.
La llamada llega en cualquier momento. Es por
invitación. Nadie tiene derecho. Es Dios quien se fija en nosotros y nos dice:
«¡Venid a la boda!». Y la invitación hay que acogerla con palabras y hechos.
Por eso aquel invitado mal vestido es expulsado: «Amigo, ¿cómo has entrado aquí
sin traje de boda?» (Mt 22,12).
Rev. D. David AMADO i Fernández (Barcelona, España)
Santoral Católico:
Santa María Reina
Fiesta
Celebramos hoy a María, la madre de Jesucristo y
madre nuestra, glorificada por el Padre como Reina junto a su Hijo. Aunque el
título de Reina se atribuye a María desde antiguo -recuérdese la Salve Regina,
el Regina coeli o las letanías
lauretanas- su fiesta fue instituida por Pío XII en 1954. Desde el año
siguiente, la Iglesia la celebraba el 31 de mayo, como coronación del mes
mariano, mientras la Familia franciscana, por especial concesión pontificia, la
celebraba, con misa y oficio propios y bajo el título de «María Virgen, Reina
de la Orden de los Menores», el 15 de diciembre, octava de la Inmaculada. En la
última reforma litúrgica, la celebración se ha trasladado al 22 de agosto,
octava de la Asunción, para subrayar el vínculo de la realeza de María con su
participación especial en la obra de la redención y en el misterio de la
Asunción. Dice el Concilio Vaticano II en su Constitución dogmática: «María fue
asunta a la gloria celestial y fue ensalzada por el Señor como Reina universal
con el fin de que se asemeje de forma más plena a su Hijo».
Oración: Dios
todopoderoso, que nos has dado como Madre y como Reina a la Madre de tu
Unigénito, concédenos que, protegidos por su intercesión, alcancemos la gloria
de tus hijos en el reino de los cielos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
© Directorio Franciscano – Aciprensa –
Catholic.net
Pensamiento del día
“¿Qué significa María Reina?
¿Es solo un título junto a los otros? La corona... ¿Es un ornamento como los
demás? ¿Qué quiere decir? ¿Qué es esa realeza? Como ya se ha indicado, es una
consecuencia de su Ser unida al Hijo, de su estar en el Cielo, es decir, en
comunión con Dios; Ella participa en la responsabilidad de Dios por el mundo y
del Amor de Dios por el mundo.” (Benedicto XVI)
Tema del día:
Santa María Virgen Reina
“La Virgen Inmaculada…
asunta en cuerpo y alma a la gloria celestial fue ensalzada por el Señor como
Reina universal, con el fin de que se asemejase de forma más plenaa su Hijo,
Señor de señores y vencedor del pecado y de la muerte”
(Conc. Vat. II, Const. dogm. Lumen
gentium, n. 59)
El pueblo cristiano, movido de un certero instinto
sobrenatural, siempre reconoció la regia dignidad de la Madre del “Rey de reyes
y Señor de señores”. Padre y Doctores, Papas y teólogos se hicieron eco de ese
reconocimiento y la misma halla sublime expresión en los esplendores del arte y
en la elocuente catequesis de la liturgia.
Al ser Madre de Dios, María se vio adornada por Él
con todas las gracias y títulos más nobles. Fue constituida Reina y Señora de
todo lo creado, de los hombres y aún de los ángeles. Es tan Reina poderosa como
Madre cariñosa, asociada como se halla en la obra redentora y a la consiguiente
mediación y distribución de las gracias.
Quiere la Iglesia que oigamos la voz de María
pregonando agradecida a Dios los singulares privilegios de que la colmó. El
Evangelio anuncia el Reino de Cristo, de donde fluye también el reinado
universal de María.
Esta fiesta litúrgica fue instituida por Pío XII, y
se celebra ahora en la octava de la Asunción, para manifestar claramente la
conexión que existe entre la realeza de María y su asunción a los cielos. La
piedad del medioevo fue la que comenzó en Occidente a saludar con el título de
Reina a la Santísima Virgen Madre de Dios, invocándola con las palabras: Salve, Reina caelorum; Reina caeli, laetare.
Dios todopoderoso, que nos has dado como Madre y como
Reina a la Madre de tu Unigénito, concédenos que, protegidos por su
intercesión, alcancemos la gloria de tus hijos en el reino de los cielos. Por
nuestro Señor Jesucristo. Amén.
Salve
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A Ti llamamos los desterrados
hijos de Eva; a Ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos;
y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre.
¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María!
V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas
de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
Nuevo vídeo
Hay
un nuevo vídeo subido al blog
de
"Pequeñas Semillitas" en
internet.
Para
verlo tienes que ir al final de esta página
Meditaciones de
“Pequeñas Semillitas”
Esta breve historia narrada por el Padre Nicolas
Buttet en la revista Familia Cristiana, es un testimonio del cuidado de la
Santísima Virgen a todos sus hijos:
La Virgen María se mantiene de pie, portadora de
esperanzas, para todos quienes que comparten la cruz de su Hijo.
Rafael a los 6 años tiene una enfermedad congénita
que le conduce a la muerte. En el momento de darle las buenas noches a sus
padres inquietos de dejarlo solo, él les explica:
“-Todas las noches la Virgen Maria viene a verme. Yo
me siento muy bien con ella.
-¿Y esta noche ella está aquí contigo?
-Ah, no, en este momento está visitando a todos los
que sufren, hace un largo viaje. Después, vendrá a verme a mi cama.”
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el
Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, monjas, religiosas, novicias, catequistas y todos los
que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para
que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto
con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de
Jesús y del Inmaculado Corazón de María;
por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los
cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente
por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo,
el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras patologías graves; por
el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la
falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes
naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por
más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las
vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración para Susana Beatriz, de San Francisco, Córdoba, Argentina, afectada de
talasemia (enfermedad de la sangre), rogando la mediación de la Santísima
Virgen para que Jesús le conceda la gracia de la curación.
Continuamos unidos en oración por medio del rezo del
Santo Rosario poniendo en Manos de Nuestra Madre Bendita todas nuestras
preocupaciones, alegrías y necesidades, poniendo al mundo entero en Manos de
nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para el mundo. Al rezar por la paz,
rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los corazones, porque la violencia
sea desterrada, por la paz para los niños que están en peligro de ser
abortados. Paz para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los
deprimidos. Paz para los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin rezamos
por la paz, y sigamos haciéndolo.
Cinco minutos con Jesús
Agosto 22
En estos tiempos como en los tiempos de Jesucristo
hay una muchedumbre incontable, que tiene hambre de pan, de comida para su
sustento, para su vida; Jesús sintió compasión de aquellos hambrientos y los
socorrió milagrosamente.
Tú debes sentir compasión de los hombres que están
hambrientos, de toda esa multitud de hombres que no tienen pan para llevar a su
boca, alimento para calmar su hambre, vestido decente para cubrir y defender su
cuerpo, habitación o casa para poder vivir humanamente.
Ciertamente tú no podrás recurrir a medios milagrosos
y nadie te pide eso, pero sí se te exige que hagas lo que puedas hacer, que si
al menos puedes calmar el hambre de uno solo, lo hagas.
Cuanta más justicia pongas en tu vida, menos
injusticia habrá en el mundo.
(Padre Alfonso Milagro)
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
🌸
”PEQUEÑAS SEMILLITAS”
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Gracias por participar comentando! Por favor, no te olvides de incluir tu nombre y ciudad de residencia al finalizar tu comentario dentro del cuadro donde escribes.