domingo, 11 de agosto de 2019

Pequeñas Semillitas 4080

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 14 - Número 4080 ~ Domingo 11 de Agosto de 2019
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
 
Alabado sea Jesucristo…
El Evangelio de hoy insiste en la idea del domingo pasado: podemos morir de repente. Y si esto es así, lo razonable es vivir siempre vigilantes y en gracia de Dios para estar seguros de la salvación.
Pero en este punto es frecuente una enorme falta de coherencia. Nadie que quiere ir a un sitio elige un camino que le lleva a otro distinto, y esto que no lo hace nadie con sentido común, se hace con frecuencia tratándose de la salvación eterna. Queremos ir al cielo y tomamos el camino del descuido, del pecado, del amor a las riquezas y placeres, porque nos apetece más, aunque sea el camino del infierno.
La llamada de Jesús a la vigilancia nos debe ayudar a los cristianos a despertar de la indiferencia, la pasividad y el descuido con que vivimos con frecuencia nuestra fe. Para vivirla de manera lúcida, necesitamos redescubrirla constantemente, conocerla con más profundidad, confrontarla con otras actitudes posibles ante la vida, agradecerla y tratar de vivirla con todas sus consecuencias.
Entonces la fe es luz que inspira nuestros criterios de actuación, fuerza que impulsa nuestro compromiso de construir una sociedad más humana, esperanza que anima todo nuestro vivir diario.

¡Buenos días!
Nuestro amigo
“Para poder comprender lo mucho que Dios nos ama, contemplemos, extasiados, el sol de cada mañana. Recorramos los jardines, las flores también nos hablan. ¿Quién pudo darles tanta belleza, de aroma, color y gala? Sólo el artista divino, nuestro Padre que nos ama. La naturaleza nos habla al corazón para decirnos, dulcemente, ¡cómo nos ama Dios!”.

Cuando se abre un camino ante nosotros, hay que seguirlo. Cuando nos dan un libro, hay que leerlo. Cuando un amigo habla, hay que escucharlo. Ahora bien, Dios viene constantemente a nuestro encuentro como un camino, como un libro y como un amigo. El camino que conduce hasta él, es la naturaleza. El libro que habla de él, es la Biblia El amigo que nos habla confidencialmente en la intimidad, es: Jesucristo.

Jesús es el modelo perfecto del hombre nuevo. Dios nuestro Padre nos invita a transformarnos en él, haciendo nuestros, sus sentimientos y actitudes. Para lograrlo nada mejor que meditar e interiorizar sus palabras y ejemplos cada día, con el Evangelio en la mano. Ojalá que como san Pablo puedas decir: “Ya no soy yo quien vive, sino que es Cristo quien vive en mí”.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Sab 18, 5-9

Salmo: Sal 32, 1. 12. 18-20. 22

Segunda Lectura: Heb 11, 1-2. 8-19

Santo Evangelio: Lc 12,32-48
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «No temas, pequeño rebaño, porque a vuestro Padre le ha parecido bien daros a vosotros el Reino. Vended vuestros bienes y dad limosna. Haceos bolsas que no se deterioran, un tesoro inagotable en los cielos, donde no llega el ladrón, ni la polilla; porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón. Estén ceñidos vuestros lomos y las lámparas encendidas, y sed como hombres que esperan a que su señor vuelva de la boda, para que, en cuanto llegue y llame, al instante le abran. Dichosos los siervos, que el señor al venir encuentre despiertos: yo os aseguro que se ceñirá, los hará ponerse a la mesa y, yendo de uno a otro, les servirá. Que venga en la segunda vigilia o en la tercera, si los encuentra así, ¡dichosos de ellos! Entendedlo bien: si el dueño de casa supiese a qué hora iba a venir el ladrón, no dejaría que le horadasen su casa. También vosotros estad preparados, porque en el momento que no penséis, vendrá el Hijo del hombre».
Dijo Pedro: «Señor, ¿dices esta parábola para nosotros o para todos?». Respondió el Señor: «¿Quién es, pues, el administrador fiel y prudente a quien el señor pondrá al frente de su servidumbre para darles a su tiempo su ración conveniente? Dichoso aquel siervo a quien su señor, al llegar, encuentre haciéndolo así. De verdad os digo que le pondrá al frente de toda su hacienda. Pero si aquel siervo se dice en su corazón: ‘Mi señor tarda en venir’, y se pone a golpear a los criados y a las criadas, a comer y a beber y a emborracharse, vendrá el señor de aquel siervo el día que no espera y en el momento que no sabe, le separará y le señalará su suerte entre los infieles. Aquel siervo que, conociendo la voluntad de su señor, no ha preparado nada ni ha obrado conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes; el que no la conoce y hace cosas dignas de azotes, recibirá pocos; a quien se le dio mucho, se le reclamará mucho; y a quien se confió mucho, se le pedirá más».

Comentario:
Hoy, el Evangelio nos recuerda y nos exige que estemos en actitud de vigilia «porque en el momento que no penséis, vendrá el Hijo del hombre» (Lc 12,40). Hay que vigilar siempre, debemos vivir en tensión, “desinstalados”, somos peregrinos en un mundo que pasa, nuestra verdadera patria la tenemos en el cielo. Hacia allí se dirige nuestra vida; queramos o no, nuestra existencia terrenal es proyecto de cara al encuentro definitivo con el Señor, y en este encuentro «a quien se le dio mucho, se le reclamará mucho; y a quien se confió mucho, se le pedirá más» (Lc 12,48). ¿No es, acaso, éste el momento culminante de nuestra vida? ¡Vivamos la vida de manera inteligente, démonos cuenta de cuál es el verdadero tesoro! No vayamos tras los tesoros de este mundo, como tanta gente hace. ¡No tengamos su mentalidad!
Según la mentalidad del mundo: ¡tanto tienes, tanto vales! Las personas son valoradas por el dinero que poseen, por su clase y categoría social, por su prestigio, por su poder. ¡Todo eso, a los ojos de Dios, no vale nada! Supón que hoy te descubren una enfermedad incurable, y que te dan como máximo un mes de vida,... ¿qué harás con tu dinero?, ¿de qué te servirán tu poder, tu prestigio, tu clase social? ¡No te servirá para nada! ¿Te das cuenta de que todo eso que el mundo tanto valora, en el momento de la verdad, no vale nada? Y, entonces, echas una mirada hacia atrás, a tu entorno, y los valores cambian totalmente: la relación con las personas que te rodean, el amor, aquella mirada de paz y de comprensión, pasan a ser verdaderos valores, auténticos tesoros que tú —tras los dioses de este mundo— siempre habías menospreciado.
¡Ten la inteligencia evangélica para discernir cuál es el verdadero tesoro! Que las riquezas de tu corazón no sean los dioses de este mundo, sino el amor, la verdadera paz, la sabiduría y todos los dones que Dios concede a sus hijos predilectos.
Rev. D. Melcior QUEROL i Solà (Ribes de Freser, Girona, España)

Palabras de San Juan Pablo II
"La enseñanza social de la Iglesia ofrece orientaciones para la promoción de los derechos humanos, para la tutela de la familia, para el desarrollo de instituciones políticas auténticamente democráticas y participativas, para una economía al servicio del hombre, para un nuevo orden internacional que garantice la justicia y la paz y para una actitud responsable hacia la creación."

Predicación del Evangelio:
Estar vigilantes
Había estado Jesús hablando sobre los que buscan almacenar tesoros para la tierra, exhortándonos a almacenar tesoros para la vida eterna. Y nos decía que busquemos sobre todo el Reino de Dios y todo lo demás se nos dará por añadidura. Ahora va a ir a lo práctico para poderlo realizar. Lo primero es poner el corazón en lo que vale la pena. Para ello es saber distinguir entre diferentes finalidades o ideales. Hay muchas cosas que nos inducen a los goces temporales; pero hay algunas que nos apartan del fin principal, que es nuestra salvación eterna. Por eso debemos examinar dónde ponemos el corazón, porque allí estará nuestro verdadero tesoro.

Comienza hoy Jesús poniendo paz en el pequeño grupo que le sigue. Esto es porque a veces las palabras anteriores nos pueden quitar la paz, sea por lo duras que nos pueden parecer o porque nos sentimos débiles para poner el tesoro en algo que es contrario a lo que vemos continuamente en el ambiente. Muchas veces vemos a Jesús dando paz antes y después de la resurrección. En medio de la dificultad en seguirle, debemos reconocer que Dios es bueno y siempre nos acompaña en la vida.

Para conseguir que nuestro tesoro sea lo que nos puede llevar más directamente a la vida eterna y feliz, necesitamos dos grandes virtudes: desprendimiento y vigilancia. Del desprendimiento nos habla Jesús en varias ocasiones. Con el desprendimiento va junto siempre el compartir, el ser compasivos con los necesitados, comenzando por ser justos en nuestras cosas y muy solidarios y servidores de los demás.

Pero hoy se insiste más en la vigilancia. Jesús ha insistido en no tener miedo aunque haya muchas cosas que nos induzcan a poner nuestro tesoro en las cosas de la tierra. Por eso hay que vigilar, que significa estar despierto para ver bien cuáles son las cosas que nos pueden ayudar o nos pueden perturbar para lo más necesario, que es conseguir la salvación eterna. Y no sólo conseguirla, sino adelantar cada día más en la gracia, que nos dará esa salvación. Vigilar es caminar siempre hacia lo positivo.

Hoy Jesús nos dice que debemos estar vigilantes por medio de tres parábolas o ejemplos: Nos dice que debemos estar atentos como los criados, cuando esperan a su amo, que se ha ido de viaje y no saben la hora de la vuelta. O debemos cuidar la casa por si viene un ladrón. Por eso solemos cerrar bien las puertas. O también debemos tener nuestra vida en regla, como un buen administrador que tiene las cuentas al día, por si su amo en cualquier momento se las pide. Así debemos tener el alma preparada, por si nuestro Señor viene a pedirnos cuentas. Esto no es para que vivamos con miedo como temiendo al castigo. Dios, más que amo, es nuestro Padre bueno. Lo que quiere es que estemos siempre “con las lámparas encendidas”, que es la fe y las buenas obras. Si así lo hacemos, debemos llenarnos de alegría ante la venida del Señor.

Algo que debemos tener en cuenta es que nuestra vida es de paso; que, como a veces cantamos, somos “pueblo peregrino” que vamos hacia Dios. Vigilar, por lo tanto, es no vivir como “instalados”. Esto lo creemos, pero es difícil vivirlo. Debemos ser consecuentes con nuestras creencias, de que venimos de Dios y vamos hacia él.

La vigilancia va unida a la esperanza de poseer un día más ampliamente a Dios, que es la totalidad de la felicidad. Esa esperanza debe ir acompañada con la fidelidad y responsabilidad en los trabajos de cada día. No es que neguemos el valor de los trabajos materiales, sino que sabemos tienen un valor mayor cuando están hechos en medio del amor hacia nuestro Padre Dios y nuestros hermanos. Vigilar es esperar, cumpliendo siempre la voluntad de Dios, manifestada por sus mandamientos y enseñanzas de Jesús en el Evangelio. San Pedro le pregunta a Jesús si eso que está diciendo es para todos o sólo para ellos. Es para todos; pero aquel que ha recibido más luces de enseñanza debe tener más responsabilidad. Si no lo cumple, tendrá más castigo; pero si lo cumple, su premio eterno será mucho mayor.

Nuevo vídeo y artículo

Hay un nuevo vídeo subido al blog
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"Juan Pablo II inolvidable"
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Ofrecimiento para sacerdotes y religiosas
  
Formulo el siguiente ofrecimiento únicamente para sacerdotes o religiosas que reciben diariamente "Pequeñas Semillitas" por e-mail: Si desean recibir los comentarios del Evangelio del domingo siguiente con dos o tres días de anticipación, para tener tiempo de preparar sus meditaciones, homilías o demás trabajos pastorales sobre la Palabra de Dios, pueden pedírmelo a info@pequesemillitas.com
Sólo deben indicar claramente su nombre, su correo electrónico, ciudad de residencia y a qué comunidad religiosa pertenecen.
  
Agradecimientos
Imaginemos que en el cielo hay dos oficinas diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por la cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos por las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas" pretendemos juntar una vez por semana (los domingos) todos los mensajes para la segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como respuesta a nuestros pedidos de oración.

  Quiero expresar mi profundo agradecimiento, en primerísimo lugar a Jesús y a la Santísima Virgen María, que en los días de mi enfermedad e internación estuvieron en todo momento protegiéndome y acompañándome, y nunca soltaron mi mano. También agradezco a tantas y tantas personas que rezaron: sacerdotes, religiosas, amigos personales, y muchísimos lectores de mi página -algunos conocidos y otros no- que sumaron sus plegarias, todas las cuales fueron escuchadas. Felipe.

Oración por la Patria 
Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos.
Nos sentimos heridos y agobiados.
Precisamos tu alivio y fortaleza.
Queremos ser nación, una nación cuya identidad
sea la pasión por la verdad y el compromiso por el bien común.
Danos la valentía de la libertad de los hijos de Dios
para amar a todos sin excluir a nadie,
privilegiando a los pobres y perdonando a los que nos ofenden,
aborreciendo el odio y construyendo la paz.
Concédenos la sabiduría del diálogo
y la alegría de la esperanza que no defrauda.
Tú nos convocas. Aquí estamos, Señor,
cercanos a María, que desde Luján nos dice:
¡Argentina! ¡Canta y camina!
Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos.
Amén.

Un minuto con María
Cuando tengo que orar por la persona que me ha herido y a quien debo perdonar, le rezo a María para conseguirlo.
Le pido implícitamente a la Santísima Virgen que proteja a mi enemigo tan bien como yo, incluso si soy demasiado débil para pedir explícitamente por la protección de mi enemigo. Sé que María formulará la oración porque yo estaba demasiado preocupado o resentido para expresarme. Es una manera de aceptar poco a poco esta oración. Al ponerme bajo su protección, le pido que fortalezca mi alma para que finalmente pueda repetir la oración de todo corazón.
Por momentos, sin embargo, incluso este camino particular hacia la gracia es demasiado difícil de seguir. Cuando no puedo pedirle sinceramente a María que me guíe, aún puedo decirle al Señor que me gustaría recibir la fuerza y pedírsela sinceramente, incluso si en ese momento no puedo decirlo.
Si Dios me concede esta segunda petición, entonces puedo contar con María para deshacer el nudo inicial.

Cinco minutos con Jesús
Agosto 11
Jesús ha venido al mundo para que tengamos vida: Yo he venido para que tenga Vida (Jn 10,10); la vida de Dios en nosotros; la vida eterna que ya comienza en el tiempo con la vida de la gracia.
Jesús da la Vida como la da el Padre. Nosotros no podemos comunicar la Vida a las almas, pero podemos ser instrumentos de Dios para comunicarla.
Con nuestras buenas obras, hechas en estado de gracia, podemos merecer la gracia para otras personas; con nuestro apostolado podemos prepararlas para que reciban la vida sobrenatural de la gracia.
Acércate pues a Jesús para tener vida y no te alejes nunca de él, para permanecer en la Vida.
(Padre Alfonso Milagro)
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)


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