sábado, 10 de agosto de 2019

Pequeñas Semillitas 4079

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 14 - Número 4079 ~ Sábado 10 de Agosto de 2019
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina) 
Alabado sea Jesucristo…
Hoy, con mucha alegría y dando gracias a Dios, estamos regresando luego de un tiempo en que tuvimos varios problemas.
Primero fueron cuestiones técnicas en la distribución de los correos electrónicos a las personas que están suscriptas para ello, y que estamos solucionando poco a poco con los servicios de una empresa de marketing y otros recursos adicionales.
Y más recientemente mi situación de salud que me obligó a permanecer breves días internado, siendo que ahora estoy ya en mi casa, todavía un poco “a media máquina”, pero a partir de hoy retomando el ritmo de publicación diaria de este boletín católico que viene desde el año 2006.
Por las cosas vividas, parece ser que al maligno no le agrada lo que hacemos y pone obstáculos y trabas para impedirlo. ¡Pero no le voy a dar el gusto! Es mi propósito levantarme de cada caída que él me provoque, y seguir con entusiasmo la siembra de la Palabra de Jesús a través de internet y las redes sociales. Porque puede ser que al demonio no le agrade... pero siento que tengo el sostenimiento de Jesús, de la Santísima Virgen, de San José y de San Juan Pablo II, mis amados inspiradores, y con ellos, más la fuerza de la oración de todos, somos invencibles.
A seguir entonces con estas Semillitas que traen cada día el mensaje de Jesús...

¡Buenos días!
El espejo que embellece
En el antiguo templo de Apolo en la isla de Delos, había una inscripción que decía: “Conócete a ti mismo”. Los filósofos griegos afirmaron que quien se conoce es un sabio porque, al descubrir esa mezcla extraña de grandeza y miseria que hay en cada uno, sabe ubicarse y relacionarse adecuadamente con todo su entorno.

El horrible ogro odiado por todos compró en la tienda un gran espejo y lo fijó en una pared de su castillo. Podía verse en él de cuerpo entero. El vendedor le había asegurado: “Este espejo lo embellecerá, mi buen señor, se verá usted en él como siempre quiso verse”. Pasaba horas el repulsivo señor frente al espejo, comprobando sus bondades. Podía verse allí como siempre había soñado ser. Cambió el ogro su mirada sobre sí mismo y consiguió que todos lo vieran distinto, aunque su cuerpo no se había transformado. Ya no era tan horrible ni odiado por todos, porque había aprendido a apreciarse y quererse frente al espejo.

La moraleja de esta parábola es muy sabia: “Conócete a ti mismo con amor, para que los demás comiencen a quererte”. El conocimiento de tus fortalezas y debilidades es básico: con un ojo en tus virtudes para conservarlas y darles brillo, y con el otro en tus debilidades para neutralizarlas, ponte a realizar el proyecto de Dios sobre tu vida.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: 2 Cor 9, 6-10

Salmo: Sal 111, 1-2. 5-9

Santo Evangelio: Jn 12,24-26
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «En verdad, en verdad os digo: si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él solo; pero si muere, da mucho fruto. El que ama su vida, la pierde; y el que odia su vida en este mundo, la guardará para una vida eterna. Si alguno me sirve, que me siga, y donde yo esté, allí estará también mi servidor. Si alguno me sirve, el Padre le honrará».

Comentario:
Hoy, a Iglesia —mediante la liturgia eucarística que celebra al mártir romano san Lorenzo— nos recuerda que «existe un testimonio de coherencia que todos los cristianos deben estar dispuestos a dar cada día, incluso a costa de sufrimientos y de grandes sacrificios» (San Juan Pablo II).
La ley moral es santa e inviolable. Esta afirmación, ciertamente, contrasta con el ambiente relativista que impera en nuestros días, donde con facilidad uno adapta las exigencias éticas a su personal comodidad o a sus propias debilidades. No encontraremos a nadie que nos diga: —Yo soy inmoral; —Yo soy inconsciente; —Yo soy una persona sin verdad... Cualquiera que dijera eso se descalificaría a sí mismo inmediatamente.
Pero la pregunta definitiva sería: ¿de qué moral, de qué conciencia y de qué verdad estamos hablando? Es evidente que la paz y la sana convivencia sociales no pueden basarse en una “moral a la carta”, donde cada uno tira por donde le parece, sin tener en cuenta las inclinaciones y las aspiraciones que el Creador ha dispuesto para nuestra naturaleza. Esta “moral”, lejos de conducirnos por «caminos seguros» hacia las «verdes praderas» que el Buen Pastor desea para nosotros (cf. Sal 23,1-3), nos abocaría irremediablemente a las arenas movedizas del “relativismo moral”, donde absolutamente todo se puede pactar y justificar.
Los mártires son testimonios inapelables de la santidad de la ley moral: hay exigencias de amor básicas que no admiten nunca excepciones ni adaptaciones. De hecho, «en la Nueva Alianza se encuentran numerosos testimonios de seguidores de Cristo que (...) aceptaron las persecuciones y la muerte antes que hacer el gesto idolátrico de quemar incienso ante la estatua del Emperador» (San Juan Pablo II).
En el ambiente de la Roma del emperador Valeriano, el diácono «san Lorenzo amó a Cristo en la vida, imitó a Cristo en la muerte» (San Agustín). Y, una vez más, se ha cumplido que «el que odia su vida en este mundo, la guardará para una vida eterna» (Jn 12,25). La memoria de san Lorenzo, afortunadamente para nosotros, quedará perpetuamente como señal de que el seguimiento de Cristo merece dar la vida, antes que admitir frívolas interpretaciones de su camino.
Rev. D. Antoni CAROL i Hostench (Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España)

Santoral Católico:
San Lorenzo
Diácono y Mártir
Según la tradición, era de origen español, concretamente de Huesca. Sufrió el martirio durante la persecución del emperador Valeriano el 10 de agosto del año 258, cuatro días después que el papa Sixto II y sus otros diáconos. Acusado de administrar incalculables bienes, declaró ante los jueces que la única riqueza de la Iglesia eran los pobres, atendidos solícitamente con las limosnas de la comunidad cristiana. Fue condenado a morir a fuego lento en la parrilla, y hasta el último momento puso de manifiesto su entereza y buen humor. Su sepulcro y la basílica a él dedicada se hallan en el Campo Verano de Roma, en el cementerio que luego tomó su nombre, y su culto se difundió pronto en toda la Iglesia.
Oración: Señor Dios nuestro, encendido en tu amor, san Lorenzo se mantuvo fiel a tu servicio y alcanzó la gloria en el martirio; concédenos, por su intercesión, amar lo que él amó y practicar sinceramente lo que nos enseñó. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
© Directorio Franciscano – Aciprensa – Catholic.net

Palabras del Santo Padre Pío 
"El demonio es como un perro rabioso atado a la cadena;
no puede herir a nadie más allá de lo que le permite la cadena.
Mantente, pues, lejos. Si te acercas demasiado, te atrapará"

Tema del día:
Cómo asistir a Misa
¿Qué cosas son necesarias para participar bien y con fruto en la santa Misa?
Para participar bien y con fruto en la santa Misa son necesarias dos cosas: 1) modestia en el exterior de la persona; 2) devoción del corazón.

¿En qué consiste la modestia de la persona?
La modestia de la persona consiste de un modo especial en ir modestamente vestido, en guardar silencio y recogimiento y en estar cuanto sea posible arrodillado, excepto el tiempo de los evangelios, que se oyen en pie.

¿Cuál es la mejor manera de practicar la devoción del corazón mientras se oye la santa Misa?
La mejor manera de practicar la devoción del corazón mientras se oye la santa Misa, es la siguiente:

1. Unir desde el principio nuestra intención con la del sacerdote, ofreciendo a Dios el santo sacrificio por los fines para que fue instituido.
2. Acompañar al sacerdote en todas las oraciones y acciones del sacrificio.
3. Meditar la pasión y muerte de Jesucristo y aborrecer de corazón los pecados que fueron causa de ella.
4. Hacer la comunión sacramental o, a lo menos, la espiritual, al tiempo que comulga el sacerdote.

¿Qué es comunión espiritual?
Comunión espiritual es un gran deseo de unirse sacramentalmente a Jesucristo, diciendo, por ejemplo: “Señor mío Jesucristo, deseo con todo mi corazón unirme a Vos ahora y por toda la eternidad”, y haciendo los mismos actos que preceden y siguen a la comunión sacramental.

¿Estorba oír la Misa con fruto el rezo del Rosario y de otras preces durante la misma?
El rezo de esas preces no estorba oír con fruto la Misa, con tal que se procure buenamente seguir las ceremonias del santo sacrificio.

¿Es loable rogar también por otros mientras se asiste a la santa Misa?
Es loable rogar también por otros mientras se asiste a la santa Misa; antes bien, el tiempo de la santa Misa es el más oportuno para rogar a Dios por los vivos y por los difuntos.

¿Qué se debe hacer acabada la Misa?
Acabada la Misa debemos dar gracias a Dios por habernos concedido asistir a tan gran sacrificio y pedir perdón por las faltas que hubiésemos cometido al participar de ella.

Humor de sábados:
Oración del buen humor
Concédeme, Señor, la gracia del buen humor
Los santos fueron santos, pero también fueron alegres.
Santa Teresa de Jesús decía: "Un santo triste es un triste santo".
No me imagino a Jesús serio, ni a María.
Hubo mucha seriedad en mi vida, demasiada formalidad.
Muchas cosas me robaron la alegría, fueron ladrones de mi buen humor.
El buen humor no es sólo reír ante un chiste, no es la carcajada fácil, aunque reír ayuda.
El buen humor es una actitud frente a la vida, es reconocer el lado alegre de los hechos y de las circunstancias.
El buen humor ayuda a aliviar las congojas y las culpas.
El buen humor transforma nuestros melodramas en comedias.
La ironía es la caricatura del buen humor.
La ironía hiere, el buen humor cura.
La ironía ridiculiza, el buen humor crea puentes.
Humor es espíritu, actitud, ingenio, alivio, sonrisa, esperanza.
Tú eres, Señor, la causa de mi alegría.
Si los Apóstoles se sentían tan bien contigo, no creo que haya sido por tu severidad, sino por tu buen carácter, por tu buen humor.
Que sepa reírme de mí mismo, el primer peldaño del buen humor.
Que nunca me ría de los demás, el primer peldaño de la tristeza.
Ante la seriedad, un poco de soltura.
Ante la rigidez, un poco de flexibilidad interior.
Que sepa tener buen humor hará de mi vejez un camino de luz; sabré entusiasmar a otros, sabré reírme con otros.
Amén.
(Del libro "Oraciones para las personas mayores" del P. Ernesto Giobando S.J.)

Un minuto con María
Según la tradición, fue desde el siglo IV que la Virgen misma inspiró la construcción de la Basílica de Santa María la Mayor en Roma: se apareció en un sueño al patricio Juan y al papa Liberio (†366), y pidió que se construyera una iglesia en su honor, en un lugar que ella indicó milagrosamente.
La mañana del 5 de agosto, en pleno verano, la colina del Esquilino en Roma apareció cubierta de nieve. El Papa dibujó el perímetro de la nueva iglesia y Juan se encargó de financiarla. El papa Sixto III celebró su consagración en 435, justo después del Concilio de Éfeso (431), que reconoció a la Virgen como Theotokos, "Madre de Dios".
La Basílica de Santa María la Mayor, que es la primera de las basílicas marianas de Occidente y la más importante de las iglesias en Roma dedicada a la Madre de Dios, es también la única de las cuatro basílicas patriarcales de Roma que ha conservado las estructuras cristianas primitivas. Todos los años, el 5 de agosto, se veneran el icono milagroso "Salus Populi Romani" y las reliquias de la escena del nacimiento. El "Milagro de la nieve" es recordado con una celebración solemne, durante la cual se lanza desde el techo una lluvia de pétalos blancos sobre los asistentes.

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, monjas, religiosas, novicias, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los pacientes internados en la Casa de la Bondad en  Córdoba (Argentina); por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Continuamos unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades, poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para el mundo. Al rezar por la paz, rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que están en peligro de ser abortados. Paz para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz para los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.

Cinco minutos con Jesús
Agosto 10
Al Evangelio no se le pueden subrayar páginas o frases; es todo el Evangelio el que ha de ser subrayado, porque todo él ha de ser vivido en su plenitud, en toda su dimensión, en todas sus variadas vertientes y aplicaciones vitales.
Si nos ponemos a vivirlo en toda su plenitud, el Evangelio es molesto, por la sencilla razón de que, para cumplirlo debemos esforzarnos, negarnos y siempre resulta molesto negarse a sí mismo, a los propios gustos y conveniencias.
El Evangelio no pasó “en aquel tiempo”, sino que debe pasar “en este tiempo”; no se predicó “para aquellas gentes”, sino que se predica “para nosotros”.
El Evangelio no se puede caer de las manos; hay que hacer de él “una constante revisión de vida”, hasta llegar a “ver, juzgar y actuar” según sus normas y su espíritu.
(Padre Alfonso Milagro)
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)


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