martes, 19 de mayo de 2015

Pequeñas Semillitas 2681

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 10 - Número 2681 ~ Martes 19 de Mayo de 2015
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
El cielo que esperamos no es un lugar fuera del mundo, ni la vida eterna una vida extraterrestre. Este mundo es ya el camino que conduce al cielo, a la Vida.
Creemos en el mundo futuro cuando nos tomamos en serio esta vida, aquí y ahora, cuando construimos el presente, cuestionando y combatiendo la ambición, la explotación, la insolidaridad, la prepotencia, la injusticia…, tratando de mejorar las condiciones de vida para todos. Como hace Jesús.
Como Jesús, tengamos los ojos siempre alzados al cielo, pisando fuerte la tierra y arrimando el hombro a la tarea que nos dejó: la construcción del Reino, que es promesa... y realidad gozosa.
Jesús nos deja el encargo de mostrar, con nuestras palabras y nuestra vida, el modelo que nos dejó: su humanidad profunda, su personalidad sensible, su mirada misericordiosa, su capacidad de servir con libertad y solidaridad y la coherencia que ha de existir entre lo que se anuncia y lo que se practica. Es la misión de todos sus seguidores, sin excepción: hacer presente su presencia en el mundo, comunicar la Buena Noticia, ser Buena Noticia.
Jesús sigue cooperando con nosotros y lo dice: “sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo” (Última frase del evangelio de Mateo). © A. Gutiérrez

¡Buenos días!

Vivir la Palabra
En la Palabra de Dios encuentras alimento cotidiano y orientación en tu camino, consuelo y fortaleza en tus penas, semillas de vida nueva, promesas de alegría sin fin, normas de vida inocente y pura, maravillosos ejemplos de fe. La Reina de la Paz te pide que pongas el Libro Sagrado en un lugar visible de tu casa y vivas con amor sus mensajes.

“¡Queridos hijos! También hoy los invito a ser portadores del Evangelio en sus familias. Hijitos, no olviden leer la Sagrada Escritura. Pónganla en un lugar visible y testimonien con su vida que creen y viven la Palabra de Dios. Yo estoy cerca de ustedes con mi amor, e intercedo ante mi Hijo por cada uno de ustedes. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado! ”

Antes de leer la Palabra puedes orar así: “Concédeme, Señor, escucharte cada día con humildad, en un ambiente de silencio interior. Ayúdame a liberarme de las palabras inútiles que distraen mi espíritu. Haz que, meditando tu Palabra como María en mi corazón, pueda hacerla fructificar en mi vida. Gracias, Jesús, porque tus palabras son espíritu y vida”. 
Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús, alzando los ojos al cielo, dijo: «Padre, ha llegado la hora; glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo te glorifique a ti. Y que según el poder que le has dado sobre toda carne, dé también vida eterna a todos los que tú le has dado. Ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y al que tú has enviado, Jesucristo. Yo te he glorificado en la tierra, llevando a cabo la obra que me encomendaste realizar.
»Ahora, Padre, glorifícame tú, junto a ti, con la gloria que tenía a tu lado antes que el mundo fuese. He manifestado tu Nombre a los hombres que tú me has dado tomándolos del mundo. Tuyos eran y tú me los has dado; y han guardado tu Palabra. Ahora ya saben que todo lo que me has dado viene de ti; porque las palabras que tú me diste se las he dado a ellos, y ellos las han aceptado y han reconocido verdaderamente que vengo de ti, y han creído que tú me has enviado.
»Por ellos ruego; no ruego por el mundo, sino por los que tú me has dado, porque son tuyos; y todo lo mío es tuyo y todo lo tuyo es mío; y yo he sido glorificado en ellos. Yo ya no estoy en el mundo, pero ellos sí están en el mundo, y yo voy a ti». (Jn 17,1-11a)

Comentario
Hoy, el Evangelio de san Juan —que hace días estamos leyendo— comienza hablándonos de la “hora”: «Padre, ha llegado la hora» (Jn 17,1). El momento culminante, la glorificación de todas las cosas, la donación máxima de Cristo que se entrega por todos... “La hora” es todavía una realidad escondida a los hombres; se revelará a medida que la trama de la vida de Jesús nos abra la perspectiva de la cruz.
¿Ha llegado la hora? ¿La hora de qué? Pues ha llegado la hora en que los hombres conozcamos el nombre de Dios, o sea, su acción, la manera de dirigirse a la Humanidad, la manera de hablarnos en el Hijo, en Cristo que ama.
Los hombres y las mujeres de hoy, conociendo a Dios por Jesús («las palabras que tú me diste se las he dado a ellos»: Jn 17,8), llegamos a ser testigos de la vida, de la vida divina que se desarrolla en nosotros por el sacramento bautismal. En Él vivimos, nos movemos y somos; en Él encontramos palabras que alimentan y que nos hacen crecer; en Él descubrimos qué quiere Dios de nosotros: la plenitud, la realización humana, una existencia que no vive de vanagloria personal sino de una actitud existencial que se apoya en Dios mismo y en su gloria. Como nos recuerda san Ireneo, «la gloria de Dios es que el hombre viva». ¡Alabemos a Dios y su gloria para que la persona humana llegue a su plenitud!
Estamos marcados por el Evangelio de Jesucristo; trabajamos para la gloria de Dios, tarea que se traduce en un mayor servicio a la vida de los hombres y mujeres de hoy. Esto quiere decir: trabajar por la verdadera comunicación humana, la felicidad verdadera de la persona, fomentar el gozo de los tristes, ejercer la compasión con los débiles... En definitiva: abiertos a la Vida (en mayúscula).
Por el espíritu, Dios trabaja en el interior de cada ser humano y habita en lo más profundo de la persona y no deja de estimular a todos a vivir de los valores del Evangelio. La Buena Nueva es expresión de la felicidad liberadora que Él quiere darnos.
Rev. D. Pere OLIVA i March (Sant Feliu de Torelló, Barcelona, España)

Santoral Católico:
San Ivón (o Yves) de Bretaña
Sacerdote franciscano
Sacerdote secular, terciario franciscano. Ivón Hélory de Kermartin nació en su casa solariega próxima a Tréguier (Bretaña, Francia) el año 1253. Estudió teología en París, en la escuela de San Buenaventura, y derecho en Orleáns. En cuanto jurista, trabajó como juez en tribunales eclesiásticos y aplicó la justicia sin distinción de personas y favoreciendo la concordia; pero se consagró sobre todo, como abogado, a la defensa de las causas de los huérfanos, de las viudas y de los pobres y marginados de su tiempo. Acogía en su casa a los indigentes. Ordenado de sacerdote, regentó algunas parroquias y se dedicó a la predicación y formación cristiana del pueblo. Ya mayor, se retiró a su casa solariega donde vivió entregado a la oración, hasta su muerte acaecida el 19 de mayo de 1303. Santo patrón de los juristas.
© Directorio Franciscano    

Palabras del Papa Francisco

"La familia está en la cima de todos los índices de agrado entre los jóvenes; pero, por miedo de equivocarse, muchos no quieren ni siquiera pensar en ella; no obstante ser cristianos, no piensan en el matrimonio sacramental, signo único e irrepetible de la alianza, que se transforma en testimonio de la fe. Quizás, precisamente este miedo de fracasar es el más grande obstáculo para acoger la palabra de Cristo, que promete su gracia a la unión conyugal y a la familia. Los cristianos, cuando se desposan ‘en el Señor’ son transformados en un signo eficaz del amor de Dios. Los cristianos no se desposan sólo por sí mismos: se desposan en el Señor en favor de toda la comunidad, de la entera sociedad"

Biblioteca de archivos
Recuerda que en la página (blog) de "Pequeñas Semillitas" y también en "Juan Pablo II inolvidable", en la columna lateral derecha, hay un enlace con la misma imagen que ves arriba de este escrito, desde donde se ingresa a la Biblioteca de archivos. Allí se van agregando algunos de los powerpoint que se comparten con los suscriptores de "Pequeñas Semillitas" y también archivos de texto en formato PDF; todo lo cual puede ser visto online o bien puede descargarse a la computadora del usuario.
Biblioteca de archivos: hacer clic acá

Tema del día:
Valor del apellido
En muchos pueblos y culturas los apellidos recogen una historia familiar. Sirven para saber quiénes fueron nuestros padres, abuelos, bisabuelos, y una larga lista de antepasados. Nos sitúan dentro de un camino de generaciones humanas.

En el pasado de cada uno hay hombres y mujeres ilustres o desconocidos, ejemplares o delincuentes, santos o pecadores. La lista es inmodificable: nadie puede destruir lo que ha sido su historia. Sin aquel eslabón, hermoso u oscuro, no sería posible caminar hoy entre los vivos.

Por eso el apellido encierra un significado rico y misterioso. A través del mismo evocamos un pasado en el que se conjugan aspectos sorprendentes, también aquellos que pueden desconcertarnos. Quisiéramos que todo hubiera sido brillante y hermoso, pero las manchas oscuras dejan una extraña sensación de pena. ¿No pudimos haber tenido una historia diferente y más hermosa?

Cada apellido encierra, por lo tanto, un misterio. Hombres y mujeres amaron y odiaron, brillaron por sus virtudes o fueron tristemente famosos por sus defectos. En la lista de generaciones, un día se produjo el nacimiento de cada uno de nosotros.

Por eso al acoger un apellido asumimos una historia. No somos culpables de la misma, si hay, y casi siempre los habrá, antepasados llenos de miserias. Ni somos merecedores de sus cualidades, si hay, y casi siempre los habrá, antepasados que brillaron por sus virtudes.

De ahí nace un sano respeto por el propio apellido y por el apellido de otros. Porque una persona concreta no es ni mala ni buena por los apellidos que tenga, ni merece ser aplaudida o ridiculizada por la belleza o la extrañeza de esas palabras que la conectan con su pasado.

Todo apellido merece, por lo mismo, nuestro respeto. En la larga cadena de las generaciones humanas, nos permite entrever ese misterio insondable de la libertad. Con ella algunos han llegado a cometer delitos inconfesables, mientras que otros han escrito páginas muy hermosas de la historia humana. ¿Qué página podemos escribir los hombres y mujeres de nuestra generación?
© Fernando Pascual

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los inmigrantes del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por las siguientes personas, todas de Guatemala: por el eterno descanso del alma de Allan Felipe Díaz y por fortaleza para su familia; por César A. que está enfermo de los riñones y ya le están haciendo diálisis; por Marco Antonio P. L., que está en intensiva desde hace varias semanas con muchas complicaciones; y por la salud de José René B. e Irma R. Oramos por todos ellos.

Pedimos oración para M.A.R., de México, para que tenga éxito en la junta médica que tiene prevista para la tarde de hoy.

Pedimos oración por Juan Manuel G. M., de México, que tiene una diabetes muy avanzada, para que su familia acepte verlo enfermo y con su salud deteriorada y él tenga resistencia para vivirlo y si es designio de Dios logre recuperar su salud a través de un milagro.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Mes de María
Flor del 19 de Mayo: Estrella de la mañana
Meditación: María, como el lucero del alba, nos anuncia el Nacimiento de Jesús, Sol de Justicia. Ella, la puerta del Cielo, nos sube peldaño a peldaño hacia su Hijo Amado, pidiéndonos con amor que tengamos humildad de corazón, viviendo las virtudes que en Ella destellan, como verdaderos discípulos y dignos hijos. Seamos sinceros y de corazón recto para subir de su mano al Cielo.
Oración: ¡Estrella de la mañana, nuestra soberana!, marca nuestro camino que es el mismo Cristo, para que no caigamos en ningún desvío y estemos siempre contigo. Amén.
Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).
Florecilla para este día: Dar testimonio a alguien cercano sobre las virtudes de María, y su importancia como el más fácil y corto camino a Cristo. Recomendar también la lectura del libro de San Luis Grignon de Montfort: “Tratado sobre la verdadera devoción a María”.
Fuente: www.reinadelcielo.org

Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

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