PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año 10 - Número 2679
~ Domingo 17 de Mayo de 2015
Desde la ciudad de
Córdoba (Argentina)
Alabado
sea Jesucristo…
Al evangelio original de Marcos se le
añadió en algún momento un apéndice donde se recoge este mandato final de
Jesús: «Id al mundo entero y proclamad el
Evangelio a toda la creación». El Evangelio no ha de quedar en el interior
del pequeño grupo de sus discípulos. Han de salir y desplazarse para alcanzar
al «mundo entero» y llevar la Buena Noticia a todas las gentes, a «toda la
creación».
Sin duda, estas palabras eran escuchadas
con entusiasmo cuando los cristianos estaban en plena expansión y sus
comunidades se multiplicaban por todo el Imperio, pero ¿cómo escucharlas hoy
cuando nos vemos impotentes para retener a quienes abandonan nuestras iglesias
porque no sienten ya necesidad de nuestra religión?
Lo primero es vivir desde la confianza
absoluta en la acción de Dios. Nos lo ha enseñado Jesús. Hemos de empezar a
hacernos nuevas preguntas: ¿Por qué caminos anda buscando Dios a los hombres y
mujeres de la cultura moderna? ¿Cómo quiere hacer presente al hombre y a la
mujer de nuestros días la Buena Noticia de Jesús?
Hemos de preguntarnos todavía algo más:
¿Qué llamadas nos está haciendo Dios para transformar nuestra forma tradicional
de pensar, expresar, celebrar y encarnar la fe cristiana de manera que
propiciemos la acción de Dios en el interior de la cultura moderna? ¿No
corremos el riesgo de convertirnos, con nuestra inercia e inmovilismo, en freno
y obstáculo cultural para que el Evangelio se encarne en la sociedad
contemporánea?
Nadie sabe cómo será la fe cristiana en
el mundo nuevo que está emergiendo, pero, difícilmente será «clonación» del
pasado. El Evangelio tiene fuerza para inaugurar un cristianismo nuevo.
José Antonio Pagola
¡Buenos días!
Las moscas en la miel
Hay
tres frentes que asechan a la rectitud moral del hombre: tener más cosas
(codicia), disponer de más poder (orgullo), disfrutar más satisfacciones de los
sentidos (sensualidad). Por ejemplo: comer es necesario, pero comer en exceso
es gula. El elemento común de las tres tentaciones es el egoísmo, el amor
desordenado por uno mismo, que nos lleva al orgullo, a la codicia y a la
sensualidad, y nos impide amar de verdad. Una fábula para aclarar.
De un panal se derramó su deliciosa miel, y
las moscas acudieron ansiosas a devorarla. Y era tan dulce que no podían
dejarla. Pero sus patas se fueron prendiendo en la miel y no pudieron alzar el
vuelo de nuevo. Ya a punto de ahogarse en su tesoro, exclamaron: -¡Nos morimos,
desgraciadas nosotras, por quererlo tomar todo en un instante de placer!
(Esopo).
A tu
alrededor y dentro de ti mismo hay seducciones que pueden arrastrarte fuera del
recto camino. Jesús te recomienda estar atento, pensar bien lo que haces, tener
control sobre tus apetencias; y además recurrir a la oración para fortalecer tu
decisión de llevar una vida en la presencia de Dios que sea agradable a sus
ojos. Este es el combate del cristiano.
Enviado por el P. Natalio
La Palabra de
Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús se apareció a los
once y les dijo: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la
creación. El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se
condenará. Estas son las señales que acompañarán a los que crean: en mi nombre
expulsarán demonios, hablarán en lenguas nuevas, agarrarán serpientes en sus
manos y aunque beban veneno no les hará daño; impondrán las manos sobre los
enfermos y se pondrán bien».
Con esto, el Señor Jesús, después de
hablarles, fue elevado al cielo y se sentó a la diestra de Dios. Ellos salieron
a predicar por todas partes, colaborando el Señor con ellos y confirmando la
Palabra con las señales que la acompañaban. (Mc 16,15-20)
Comentario
Hoy en esta solemnidad, se nos ofrece
una palabra de salvación como nunca la hayamos podido imaginar. El Señor Jesús
no solamente ha resucitado, venciendo a la muerte y al pecado, sino que,
además, ¡ha sido llevado a la gloria de Dios! Por esto, el camino de retorno al
Padre, aquel camino que habíamos perdido y que se nos daba en el misterio de
Navidad, ha quedado irrevocablemente ofrecido en el día de hoy, después que
Cristo se haya dado totalmente al Padre en la Cruz.
¿Ofrecido? Ofrecido, sí. Porque el Señor
Jesucristo, antes de ser llevado al cielo, ha enviado a sus discípulos amados,
los Apóstoles, a invitar a todos los hombres a creer en Él, para poder llegar
allá donde Él está. «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la
creación. El que crea y sea bautizado, se salvará» (Mc 16,15-16).
Esta salvación que se nos da consiste,
finalmente, en vivir la vida misma de Dios, como nos dice el Evangelio según
san Juan: «Ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios
verdadero, y al que tú has enviado, Jesucristo» (Jn 17,3).
Pero aquello que se da por amor ha de
ser aceptado en el amor para poder ser recibido como don. Jesucristo, pues, a
quien no hemos visto, quiere que le ofrezcamos nuestro amor a través de nuestra
fe, que recibimos escuchando la palabra de sus ministros, a quienes sí podemos
ver y sentir. «Nosotros creemos en aquel que no hemos visto. Lo han anunciado
aquellos que le han visto. (...) Quien ha prometido es fiel y no engaña: no
faltes en tu confianza, sino espera en su promesa. (...) ¡Conserva la fe!» (San
Agustín). Si la fe es una oferta de amor a Jesucristo, conservarla y hacerla
crecer hace que aumente en nosotros la caridad.
¡Ofrezcamos, pues, al Señor nuestra fe!
Fray Lluc TORCAL Monje del Monasterio de Sta. Mª de
Poblet (Santa Maria de Poblet, Tarragona, España)
Palabras de San
Juan Pablo II
“Nos hallamos reunidos en torno al altar
del Señor para celebrar su Ascensión al cielo. Hemos escuchado sus palabras: ‘Cuando el Espíritu Santo descienda sobre vosotros,
recibiréis fuerza para ser mis testigos (...) hasta los confines del mundo’
(Hch 1, 8). Desde hace dos mil años estas palabras del Señor resucitado
impulsan a la Iglesia a adentrarse en el mar de la historia, la hacen
contemporánea de todas las generaciones, la transforman en levadura de todas
las culturas del mundo”
Tema del día:
La Ascensión del
Señor
En la primera lectura de este día todos
los años nos cuenta san Lucas en los Hechos de los Apóstoles la subida de Jesús
al cielo: un hecho contemplado por testigos, pero que no deja de ser un
misterio. Es un suceso querido por Jesús para que sirva de enseñanza simbólica
y visual de la verdadera Ascensión que para Jesús fue en el momento de la
Resurrección. Por el hecho de resucitar, ya Jesús vuelve al Padre y “está
sentado a su derecha”. Esto significa que ya goza de toda la grandeza y gloria
de Dios. Hoy es el día de la expresión de esa glorificación total de Jesús.
Durante 40 días Jesús se fue apareciendo
a los apóstoles instruyéndoles más sobre las cosas que ya les había enseñado.
No es que estuviera en un lugar determinado escondido. Estaba ya con su Padre
en el cielo, pero se hacía presente durante un tiempo para reafirmar la fe de
los suyos. Al final les envía a predicar por todo el mundo. La Ascensión de
Jesús al cielo y el envío de los apóstoles son inseparables. Allí no sólo
estaban los apóstoles, sino varios sucesores y simbólicamente toda la Iglesia.
Hay una unión total entre la misión evangelizadora de Jesús y la continuación
de esa misión en la Iglesia. Para el apostolado nosotros nos apoyamos en Jesús,
vencedor de la muerte, que se fue al cielo, pero permanece con nosotros. Él es
nuestra esperanza, pero es también nuestra seguridad de que nos acompaña con su
Espíritu.
En particular para cada uno la Ascensión
nos enseña que en la vida hay que mirar a la realidad de la vida, como los
ángeles dijeron a los apóstoles; pero hay que mirar también al cielo. La
realidad nos dice que muchos miran demasiado sólo a las cosas terrenas y por
ello se pueden marear. Nos puede pasar como a aquel joven marinero que debía
arreglar algo en el mástil del barco en un día de tormenta. Según iba subiendo
se mareaba viendo el agitar de las olas. El capitán se dio cuenta y le gritó:
“Mira hacia arriba, siempre hacia arriba”. Así pudo realizar con éxito su
trabajo. En nuestra vida encontramos muchas dificultades y situaciones, a las
que no vemos sentido. Tenemos que mirar más hacia arriba, donde está Cristo
esperándonos.
En este año, ciclo B, el evangelio es de
san Marcos. Es el final. Nos dice cómo Jesús se fue al cielo y los apóstoles
cumplieron su mandato de ir predicando por el mundo. Jesús les había prometido
que harían muchos prodigios. Y así fue. Desde siempre ha habido prodigios
externos; pero muchos más son los prodigios internos, en lo interior del
corazón. Dice san Agustín que en un tiempo la Iglesia necesitaba más de estos
prodigios externos, como un “arbolito” necesita el riego externo. Cuando ese
arbolito se hace corpulento ya no necesita el riego. Comparado con la Iglesia
podemos decir que el hecho mismo histórico de la Iglesia ya es un prodigio.
Nosotros debemos seguir a Jesús
“creyendo” en su Evangelio. Hoy les habla Jesús a los apóstoles de la
importancia de la fe: si creemos en sus enseñanzas, estaremos salvados; pero si
le damos la espalda, estaremos perdidos. Creer es seguirle y amarle. A veces
podemos ver señales externas; pero sobre todo le debemos ver en el corazón.
Hoy es un día para crecer en la
esperanza de una felicidad eterna, usando con rectitud los medios que tenemos
en la tierra. Debemos buscar el bien aquí, pero siempre sabiendo que la
felicidad plena sólo se encuentra con Cristo en el cielo. Sólo Él puede dar
pleno sentido a la vida. Por eso no nos dejemos aprisionar por la materia. Hay
algo más que la historia, que la materia y el tiempo. Nuestra meta está donde
está Dios. Sólo Dios puede llenar el alma. En la oración principal de la misa
de este día se pide y espera que donde está Cristo, que es nuestra Cabeza,
estemos también nosotros que somos miembros de su cuerpo.
El triunfo de Jesús debe ser también
nuestro triunfo; pero sabiendo que es diferente del triunfo material y humano;
porque aquí se triunfa cuando otros pierden, mientras que cuando triunfa Jesús,
todos salimos ganando.
© P. Slverio Velasco (España)
Nuevo vídeo y
artículo
Hay un nuevo vídeo subido a este blog.
Para verlo tienes que ir al final de la
página.
Hay nuevo material publicado en el blog
"Juan
Pablo II inolvidable"
Puedes acceder en la dirección:
Agradecimientos
Dicen que en el cielo hay dos oficinas
diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la
tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas
gracias, y allí los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin
descanso por la cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los
agradecimientos por las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles
aburridos porque prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde
la tierra para dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas
Semillitas" pretendemos juntar una vez por semana (los domingos) todos los
mensajes para la segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias
concedidas como respuesta a nuestros pedidos de oración.
Damos gracias a Dios por estar regresando hoy con las ediciones normales de "Pequeñas Semillitas".
Mes de María
Flor del 17 de
Mayo: Modelo de entrega a Dios
♥Meditación: “He aquí la Esclava del Señor” (Lucas 1,38). “Después de
esto salió y vio un publicano…y le dijo: sígueme, él, dejándolo todo se levantó
y lo siguió” (Lucas 5,27). Todos somos sus discípulos, ¿pero realmente lo
somos?. ¿Dejamos todo y lo seguimos?. ¿O hipócritamente queremos llamarnos
cristianos de acuerdo a nuestras comodidades y conveniencias, siguiendo con las
pompas y obras de este mundo, y no con un corazón verdadero y único?. No se
puede servir a dos señores, somos legítimos apóstoles y no falsos profetas que
repetimos con la boca la Santa Palabra y hacemos con las obras lo que a
nosotros nos apetece y no el Querer de Dios.
♥Oración: ¡Oh María la elegida, la prometida de Dios!. Pon en nuestro
corazón el ser servidores de Dios como lo fuiste Vos, con humildad y dejando
todo acá para caminar hacia la Verdad. Amén.
♥Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).
♥Florecilla para este día: Ayuno de algo que sea muy personal y
apetecible, ofreciendo a Dios esta pequeña mortificación.
Fuente: www.reinadelcielo.org
Jardinero de Dios
-el más
pequeñito de todos-
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