domingo, 3 de mayo de 2015

Pequeñas Semillitas 2673

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 10 - Número 2673 ~ Domingo 3 de Mayo de 2015
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
El mensaje del Evangelio de este Domingo es muy claro: sin Jesús nada. Si nos soltamos de Él, nuestros frutos, serán risorios, diminutos o incluso invisibles. Es imposible permanecer como testigos de su amor si no nos dejamos entrenar, aconsejar y movilizar por Él.
Quien persevera junto a Jesús sabe que, el amor, es algo que brota espontáneamente y sin recompensa alguna. En definitiva, como sarmientos fundidos a la vid que es Jesús, estamos llamados a dar frutos que sean reflejo de nuestra comunión íntima con Cristo.
Como cristianos no estamos llamados a deslumbrar por los grandes dones y carismas que el Señor nos ha regalado. Y, por el contrario, sí que somos urgidos a dar razón de nuestra fe y de nuestra esperanza poniéndolos en práctica.
Que nuestra alianza con Jesús nos aporte esa fuerza que anhelamos para seguir compartiendo, viviendo y proclamando los ideales cristianos.
P. Javier Leoz

¡Buenos días!

Bernardo y los ladrones
Nuestra sexualidad es una parte central de nuestro ser y tiene que ver con cómo canalizamos nuestros deseos. La castidad no oprime nuestra sexualidad, más bien, la está verdaderamente orientando como Dios quiere. “Castidad significa tener la fuerza de usar nuestra sexualidad de acuerdo con el plan de Dios” (Jason Evert).

Antes de entrar al convento, san Bernardo siendo muy joven y de porte elegante, iba cabalgando lejos de su casa con varios amigos. La noche los sorprendió, por lo que buscaron hospitalidad en una casa. La dueña los recibió bien, e insistió en que Bernardo, como jefe del grupo, ocupase una habitación separada. Durante la noche, la mujer se presentó en la habitación con intenciones deshonestas. Bernardo, en cuanto se dio cuenta de lo que ocurría, fingió con gran presencia de ánimo creer que se trataba de un intento de robo, y con toda su fuerza empezó a gritar: —¡Ladrones, ladrones! La intrusa se alejó rápidamente. Al día siguiente, cuando el grupo se marchaba, sus amigos empezaron a bromear sobre el imaginario ladrón, pero Bernardo, contestó con calma: —No fue ningún sueño. El ladrón entró sin duda en la habitación, pero no para robarme el oro y la plata, sino algo de mucho más valor.

La castidad es un estilo de vida que ordena nuestros deseos para el bien y protege nuestro corazón, nuestra alma y nuestro cuerpo. Es reconocer que estamos hechos “a imagen y semejanza de Dios” y que debemos defender esa dignidad. “La castidad es una virtud moral. Es también un don de Dios, una gracia, un fruto del trabajo espiritual. El Espíritu Santo concede, al que ha sido regenerado por el agua del Bautismo, imitar la pureza de Cristo” (CIC 2345).
Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús habló así a sus discípulos: «Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador. Todo sarmiento que en mí no da fruto, lo corta, y todo el que da fruto, lo limpia, para que dé más fruto. Vosotros estáis ya limpios gracias a la Palabra que os he anunciado. Permaneced en mí, como yo en vosotros. Lo mismo que el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid; así tampoco vosotros si no permanecéis en mí.
»Yo soy la vid; vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada. Si alguno no permanece en mí, es arrojado fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen, los echan al fuego y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y lo conseguiréis. La gloria de mi Padre está en que deis mucho fruto, y seáis mis discípulos». (Jn 15,1-8)

Comentario
Hoy, el Evangelio presenta la alegoría de la vid y los sarmientos. Cristo es la verdadera vid, nosotros somos los sarmientos y el Padre es el viñador.
El Padre quiere que demos mucho fruto. Es lógico. Un viñador planta la viña y la cultiva para que produzca fruto abundante. Si nosotros montamos una empresa, querremos que rinda. Jesús insiste: «Yo os he elegido a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto» (Jn 15,16).
Eres un elegido. Dios se ha fijado en ti. Por el bautismo te ha injertado en la viña que es Cristo. Tienes la vida de Cristo, la vida cristiana. Posees el elemento principal para dar fruto: la unión con Cristo, porque «el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid» (Jn 15,4). Jesús lo dice taxativamente: «Separados de mí no podéis hacer nada» (Jn 15,5). «Su fuerza no es sino suavidad; nada hay tan blando como esto, y nada como esto tan firme» (San Francisco de Sales). ¿Cuántas cosas has querido hacer sin Cristo? El fruto que el Padre espera de nosotros es el de las buenas obras, el de la práctica de las virtudes. ¿Cuál es la unión con Cristo que nos hace capaces de dar este fruto? La fe y la caridad, es decir, permanecer en gracia de Dios.
Cuando vives en gracia, todos los actos de virtud son frutos agradables al Padre. Son obras que Jesucristo hace a través tuyo. Son obras de Cristo que dan gloria al Padre y se convierten en cielo para ti. ¡Vale la pena vivir siempre en gracia de Dios! «Si alguno no permanece en mí [por el pecado], es arrojado fuera, como el sarmiento, y se seca; luego (...) los echan al fuego y arden» (Jn 15,6). Es una clara alusión al infierno. ¿Eres como un sarmiento lleno de vida?
Que la Virgen María nos ayude a aumentar la gracia para que produzcamos frutos en abundancia que den gloria al Padre.
Rev. D. Joan MARQUÉS i Suriñach (Vilamarí, Girona, España)

Palabras de San Juan Pablo II

"Queremos amar como Tú,
que das la vida y te comunicas con todo lo que eres.
Quisiéramos decir como San Pablo:
«Mi vida es Cristo» (Flp. 1,21).
Nuestra vida no tiene sentido sin ti"

Tema del día:
No desviarnos de Jesús
La imagen es sencilla y de gran fuerza expresiva. Jesús es la «vid verdadera», llena de vida; los discípulos son «sarmientos» que viven de la savia que les llega de Jesús; el Padre es el «viñador» que cuida personalmente la viña para que dé fruto abundante. Lo único importante es que se vaya haciendo realidad su proyecto de un mundo más humano y feliz para todos.

La imagen pone de relieve dónde está el problema. Hay sarmientos secos por los que no circula la savia de Jesús. Discípulos que no dan frutos porque no corre por sus venas el Espíritu del Resucitado. Comunidades cristianas que languidecen desconectadas de su persona.

Por eso se hace una afirmación cargada de intensidad: «el sarmiento no puede dar fruto si no permanece en la vid»: la vida de los discípulos es estéril «si no permanecen» en Jesús. Sus palabras son categóricas: «Sin mí no podéis hacer nada». ¿No se nos está desvelando aquí la verdadera raíz de la crisis de nuestro cristianismo, el factor interno que resquebraja sus cimientos como ningún otro?

La forma en que viven su religión muchos cristianos, sin una unión vital con Jesucristo, no subsistirá por mucho tiempo: quedará reducida a «folklore» anacrónico que no aportará a nadie la Buena Noticia del Evangelio. La Iglesia no podrá llevar a cabo su misión en el mundo contemporáneo, si los que nos decimos «cristianos» no nos convertimos en discípulos de Jesús, animados por su espíritu y su pasión por un mundo más humano.

Ser cristiano exige hoy una experiencia vital de Jesucristo, un conocimiento interior de su persona y una pasión por su proyecto, que no se requerían para ser practicante dentro de una sociedad de cristiandad. Si no aprendemos a vivir de un contacto más inmediato y apasionado con Jesús, la decadencia de nuestro cristianismo se puede convertir en una enfermedad mortal.

Los cristianos vivimos hoy preocupados y distraídos por muchas cuestiones. No puede ser de otra manera. Pero no hemos de olvidar lo esencial. Todos somos «sarmientos». Sólo Jesús es «la verdadera vid». Lo decisivo en estos momentos es «permanecer en él»: aplicar toda nuestra atención al Evangelio; alimentar en nuestros grupos, redes, comunidades y parroquias el contacto vivo con él; no desviarnos de su proyecto.
© José A. Pagola

Mensaje de María Reina de la Paz 
Mensaje de María Reina de la Paz del 2 de mayo de 2015

«Queridos hijos, abran sus corazones y traten de sentir cuánto los amo y cuánto deseo que amen a mi Hijo. Deseo que lo conozcan lo más posible, porque es imposible conocerlo y no amarlo, porque Él es amor. Hijos míos, yo los conozco. Conozco sus dolores y sus sufrimientos porque los he vivido. Río con ustedes en sus alegrías. Lloro con ustedes en sus dolores. Nunca los abandonaré. Siempre les hablaré maternal y dulcemente. Y yo como Madre, necesito sus corazones abiertos, para que con sabiduría y sencillez difundan el amor de mi Hijo. Les necesito abiertos y sensibles al bien y a la misericordia. Les necesito unidos a mi Hijo, porque deseo que sean felices y me ayuden a llevar la felicidad a todos mis hijos. Apóstoles míos, les necesito para que a todos les enseñen la verdad de Dios, a fin de que mi Corazón, que ha sufrido y también hoy padece tanto sufrimiento, pueda triunfar en el amor. Oren por la santidad de sus pastores, para que en el Nombre de mi Hijo puedan hacer milagros, porque la santidad hacer milagros. ¡Les agradezco!»

Nuevo vídeo

Hay un nuevo vídeo subido a este blog.
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Agradecimientos
Dicen que en el cielo hay dos oficinas diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por la cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos por las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas" pretendemos juntar una vez por semana (los domingos) todos los mensajes para la segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como respuesta a nuestros pedidos de oración.

Desde Villa Gésell, Argentina, llega el agradecimiento a Dios y a todos los que rezaron por la operación de corazón de Humberto M., que se resolvió de manera exitosa y ya está en su casa recuperándose.

Agradezco a Dios y a la Santísima Virgen de Lourdes, por tantos favores y gracias que me han concedido a lo largo de mi vida, a pesar de mis debilidades, miserias y pecados. Felipe.

Mes de María
Meditación: “Por ser su Hijo Dios, María es Madre de Dios” (Lucas 1,3-5). Dios nos amó tanto que no sólo nos entregó a Su Hijo sino que nos dio a Su Madre. “Cuando llegó la plenitud del tiempo, Dios envió a Su Hijo nacido de Mujer…para que recibiésemos la adopción de Hijos de Dios” (Gálatas 4,5). Este es el maravilloso final del Plan del Padre y el sublime oficio de María, hacernos hijos de Dios, uno en Dios.
Oración: ¡Oh María, te agradecemos el regalo que nos ha hecho nuestro Dios amado, ponernos en tus hermosas manos para hacernos santos. Amén.
Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).
Florecilla para este día: Examinar mi devoción a la Virgen y cómo la practico.
Fuente: www.reinadelcielo.org

Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

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