martes, 30 de septiembre de 2014

Pequeñas Semillitas 2479

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 9 - Número 2479 ~ Martes 30 de Setiembre de 2014
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
En la Biblia y en la historia de los santos encontramos cómo Dios llama al hombre, de maneras muy diversas y desde distintas situaciones, a colaborar con él en un proyecto de salvación. A veces hay una sola llamada. Otras veces estas invitaciones se van especificando como en etapas que disponen a la persona a una fidelidad mayor. Aquí tienes unos ejemplos.
María Magdalena era una pecadora, antes de entregarse plenamente al amor de Dios. Agustín de Tagaste vivía atrapado por sus amoríos, antes de dedicarse al servicio del Señor. Camilo de Lelis era un jugador empedernido, antes de servir a Cristo en los enfermos.
Tomás Beckett no era un modelo de virtudes cuando el rey Enrique II lo nombró Arzobispo de Cantórbery en el año 1162, pensando que, con el nombramiento de este viejo amigo suyo, podría manejarlo a su antojo y, con él, a toda la Iglesia. Es entonces cuando Tomás descubre su llamado a defender el honor de Dios y aceptó ese querer divino hasta morir mártir por orden del nefasto rey.
Todos podemos ser llamados a servir a Dios sin importar “nuestros antecedentes”. Bien dicen que el Señor no elige a los capaces sino que capacita a los elegidos….

¡Buenos días!

Madurando…
Madurar es responsabilizarse de los propios actos. Es no disfrazar un sí o un no. Es saber decir sí cuando tengo deseos de hacerlo y decir no cuando mis ganas quieren decir no. Ser maduro es hacer lo más adecuado. Es poner límites porque el límite también es amor. Ser maduro no es sólo crecer en edad, sino sobre todo en experiencia y sabiduría.

De la vehemencia y el entusiasmo deben surgir la paz y la serenidad. Del optimismo, la esperanza. De la risa fácil y de la alegría ruidosa, el apacible y agudo sentido del humor. De la capacidad de asimilación ha de nacer la riqueza interior. El ímpetu y el vigor deben producir la paciencia y la dulzura. La búsqueda inquieta de la felicidad ha de concluir en el aprecio y la armonía con todo lo que nos rodea. De la fe en los demás hemos de llegar a la indulgencia y la comprensión de todos. De la alegría de vivir hay que sacar el gozo de haber vivido. De la necesidad de amar y ser amado tiene que surgir la derrota de todos los egoísmos y un amor, al fin, plenamente desprendido.  -José Martín Descalzo-.

Un signo de madurez es aceptar la realidad  y poseer suficiente solidez y equilibrio para vivirla. La persona madura es objetiva: sabe valorarse a sí mismo sin dejar de valorar a los demás. Es capaz de tomar una decisión y sostenerla. Madurez es el arte de vivir en paz con lo que no se puede cambiar. Ejercítate en la sabiduría de “poner los pies sobre la tierra”.
Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Sucedió que como se iban cumpliendo los días de su asunción, Él se afirmó en su voluntad de ir a Jerusalén, y envió mensajeros delante de sí, que fueron y entraron en un pueblo de samaritanos para prepararle posada; pero no le recibieron porque tenía intención de ir a Jerusalén. Al verlo sus discípulos Santiago y Juan, dijeron: «Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo y los consuma?». Pero volviéndose, les reprendió; y se fueron a otro pueblo. (Lc 9,51-56)

Comentario
Hoy, en el Evangelio, contemplamos cómo «Santiago y Juan, dijeron: ‘Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo y los consuma?’. Pero volviéndose, les reprendió» (Lc 9,54-55). Son defectos de los Apóstoles, que el Señor corrige.
Cuenta la historia de un aguador de la India que, en los extremos de un palo que colgaba en sus espaldas, llevaba dos vasijas: una era perfecta y la otra estaba agrietada, y perdía agua. Ésta —triste— miraba a la otra tan perfecta, y avergonzada un día dijo al amo que se sentía miserable porque a causa de sus grietas le daba sólo la mitad del agua que podía ganar con su venta. El trajinante le contestó: —Cuando volvamos a casa mira las flores que crecen a lo largo del camino. Y se fijó: eran flores bellísimas, pero viendo que volvía a perder la mitad del agua, repitió: —No sirvo, lo hago todo mal. El cargador le respondió: —¿Te has fijado en que las flores sólo crecen a tu lado del camino? Yo ya conocía tus fisuras y quise sacar a relucir el lado positivo de ellas, sembrando semilla de flores por donde pasas y regándolas puedo recoger estas flores para el altar de la Virgen María. Si no fueses como eres, no habría sido posible crear esta belleza.
Todos, de alguna manera, somos vasijas agrietadas, pero Dios conoce bien a sus hijos y nos da la posibilidad de aprovechar las fisuras-defectos para alguna cosa buena. Y así el apóstol Juan —que hoy quiere destruir—, con la corrección del Señor se convierte en el apóstol del amor en sus cartas. No se desanimó con las correcciones, sino que aprovechó el lado positivo de su carácter fogoso —el apasionamiento— para ponerlo al servicio del amor. Que nosotros también sepamos aprovechar las correcciones, las contrariedades —sufrimiento, fracaso, limitaciones— para “comenzar y recomenzar”, tal como san Josemaría definía la santidad: dóciles al Espíritu Santo para convertirnos a Dios y ser instrumentos suyos.
Rev. D. Llucià POU i Sabater (Granada, España)

Santoral Católico:
San Jerónimo
Doctor de la Iglesia
Memoria de san Jerónimo, presbítero y doctor de la Iglesia, que, nacido en Dalmacia, estudió en Roma, cultivando con esmero todos los saberes, y allí recibió el bautismo cristiano. Después, captado por el valor de la vida contemplativa, se entregó a la existencia ascética yendo a Oriente, donde se ordenó de presbítero. Vuelto a Roma, fue secretario del papa Dámaso, hasta que, fijando su residencia en Belén de Judea vivió una vida monástica dedicado a traducir y explicar las Sagradas Escrituras, revelándose como insigne doctor. De modo admirable fue partícipe de muchas necesidades de la Iglesia y, finalmente, llegando a una edad provecta, descansó en la paz del Señor (420).
Información amplia haciendo clic acá.
Fuente: Catholic.net    

La frase de hoy

“Por nosotros mismos nunca podemos leer la Escritura.
Encontramos demasiadas puertas cerradas y caemos en errores.
La Biblia fue escrita por el Pueblo de Dios y para el Pueblo de Dios,
bajo la inspiración del Espíritu Santo”
-San Jerónimo-

Tema del día:
Los ángeles del cielo
¿Qué son los ángeles? Espíritus que contemplan a Dios y que viven en medio del misterio. Espíritus que participan de la alegría divina y colaboran en sus planes sobre los hombres débiles y necesitados de ayuda y protección.

Por eso los ángeles sufrirán, de algún modo que no podemos imaginar, al ver que hay corazones que se cierran al amor o pierden la esperanza. O se alegrarán profundamente cuando vean que otros corazones lloran por sus pecados e inician el camino del regreso al Amor de Dios.

El Evangelio nos habla de fiestas y gozo entre los ángeles por cada pecador convertido. Cada vida es importante para Dios, es observada por los ángeles, es bendecida de mil formas por compañeros celestes que nos invitan a soñar en el cielo que nos espera.

Dios desea que algunos ángeles intervengan en nuestras vidas. Por eso en la Biblia encontramos la narración de presencias angélicas. Especialmente bella resulta la salida de san Pedro de la cárcel, guiado por un ángel. Ya en la calle exclama fuera de sí: "Ahora me doy cuenta realmente de que el Señor ha enviado su ángel y me ha arrancado de las manos de Herodes y de todo lo que esperaba el pueblo de los judíos" (Hch 12,11).

Es muy conmovedora la historia de Tobit y de su hijo Tobías, a los que Dios envió el arcángel Rafael. Sólo al final, cuando Tobías ha podido contraer matrimonio con Sarra, y cuando Tobit ha recuperado la vista, los dos descubren que habían sido ayudados por un ángel.

El mismo Rafael les explica cómo había intervenido en sus vidas:

"Cuando tú y Sarra hacíais oración, era yo el que presentaba y leía ante la Gloria del Señor el memorial de vuestras peticiones. Y lo mismo hacía cuando enterrabas a los muertos. Cuando te levantabas de la mesa sin tardanza, dejando la comida, para esconder un cadáver, era yo enviado para someterte a prueba. También ahora me ha enviado Dios para curarte a ti y a tu nuera Sarra. Yo soy Rafael, uno de los siete ángeles que están siempre presentes y tienen entrada a la Gloria del Señor" (Tb 12,12-15).

Rafael añade inmediatamente, para tranquilizar a sus amigos, estas palabras llenas de afecto: "No temáis. La paz sea con vosotros. Bendecid a Dios por siempre. Si he estado con vosotros no ha sido por pura benevolencia mía hacia vosotros, sino por voluntad de Dios. A él debéis bendecir todos los días, a él debéis cantar. Os ha parecido que yo comía, pero sólo era apariencia. Y ahora bendecid al Señor sobre la tierra y confesad a Dios" (Tb 12,17-20).

Servidores de Dios y amigos de los hombres: así son los ángeles. Las palabras de Rafael nos llenan de alegría y esperanza. Con la ayuda angélica podemos descubrir el amor de Dios y recibir una fuerza concreta, oportuna, en tantas pruebas de la vida.

Por eso hemos de sentirnos invitados a dar gracias a Dios, porque no deja sin recompensa ningún gesto de amor que podamos ofrecer a los hermanos nuestros más necesitados. Porque nos envía, en ocasiones totalmente inesperadas, un ángel que rompa nuestras cadenas y nos lleve a descubrir lo inmensamente bello que es el Amor del Padre de los cielos.
Autor: P. Fernando Pascual LC / Fuente: Catholic.net / Imagen: Google

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Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pido oración para mi hija Stefanía Lourdes, radicada en Alemania, para que el Señor Misericordioso, por la intercesión de la Santísima Virgen cuyo nombre lleva, le concedan las gracias personales y laborales que está necesitando.

Pedimos oración por la recuperación de la salud de Jorge R. A., de Córdoba, Argentina, sobrino de una querida colaborada de esta página (Cleo),que lucha contra la leucemia y tal vez tenga que ir a trasplante. Nos unimos a su familia y a toda la gente que lo aprecia para rogar a Jesús que lo sane.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Un estímulo todos los días
Setiembre 30
Podemos construir nuestra vida con la mentira o con la verdad. Si la construimos con la mentira estamos haciendo una torre de papel que no podrá perdurar mucho tiempo. Pronto se destrozará.
Sólo los valientes, que se atreven a enfrentar siempre la verdad, pueden vivir en serio, con intensidad y profundidad. A veces pretendemos que todo esté siempre bien, que nada cambie, que nada nos sorprenda, que nada nos desafíe. Pero eso es imposible. Si hablamos con un hijo o con un amigo, quisiéramos que siempre nos diga que está todo bien. Cuando le preguntamos a alguien “¿cómo estás?”, esperamos que nos diga, como de costumbre, que no hay problemas. A veces sospechamos que hay alguna dificultad, pero esperamos que esa persona no tome muy en serio nuestra pregunta y nos diga que todo está bien. Así podemos patear todos los problemas para adelante, hasta que puede ser muy tarde para resolverlos. Además, nuestras relaciones con los demás estarán construidas sobre el ocultamiento, y entonces no serán auténticas ni satisfactorias.
No hay nada mejor que estar siempre abiertos a la verdad, dispuestos a mirar la realidad de frente, sea como fuere. Esa es la única manera de llevar una vida en serio y de no escondernos detrás de apariencias. Si nos hacemos fuertes en la oración, podremos ayudar a los que están a nuestro alrededor para que enfrenten siempre la verdad y, tarde o temprano, nos agradecerán esa valentía.
Mons. Víctor Manuel Fernández
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

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