PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año 9 - Número 2461 ~ Viernes
12 de Setiembre de 2014
Desde la ciudad de Córdoba
(Argentina)
Alabado sea
Jesucristo…
Cuando las cosas empeoran y el momento es de crisis, no
pienses que todos tus esfuerzos han sido en vano, sigue... Tal vez todo haya
sido para mejor. Sonríe y experimenta otra vez. Puede ser que tu aparente
fracaso sea la puerta mágica que te conducirá a una nueva felicidad, que
todavía no has conocido.
Tú puedes estar debilitado por la lucha, pero no te
consideres vencido. Eso no quiere decir derrota. No vale la pena gastar tu
precioso tiempo en lágrimas y desesperación. Levántate. Y sigue adelante... Y,
si guardas en mente el objetivo de tus aspiraciones, tus sueños se realizarán.
Aprende con los errores. Cosecha experiencia de tus
dolores. Y un día llegará, que dirás: “¡Gracias a Dios! Yo intenté una vez más
y reencontré la paz, el amor y la felicidad”
¡Buenos días!
Oración de protección
Te ofrezco una
oración de protección, compuesta por el Papa León XIII (1878-1903), quien
ordenó rezarla al final de la Misa. Así se hizo hasta la reforma del Misal de
san Pío V (1570), sustituido por el actual misal posconciliar del Papa Pablo VI
(1969). En la oración pedimos el amparo de san Miguel Arcángel contra las
insidias del Maligno.
San Miguel Arcángel, defiéndenos en la
batalla: sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del Demonio.
“Reprímale Dios”, pedimos suplicantes: y tú, Príncipe de la milicia celestial,
arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los otros espíritus malignos
que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Así sea.
“El evangelio es
el primer texto de la antigüedad en el que el demonio se presenta como un
enemigo al que se puede vencer. Uno de los grandes éxitos del cristianismo, en
su primera difusión, se basó en el poder de los exorcistas cristianos sobre el
demonio. La iglesia primitiva vivió esa certeza de vencer al “fuerte”, en
nombre del “más fuerte”, Cristo”.
Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta
parábola: «¿Podrá un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo?
No está el discípulo por encima del maestro. Todo discípulo que esté bien
formado, será como su maestro. ¿Cómo es que miras la brizna que hay en el ojo
de tu hermano, y no reparas en la viga que hay en tu propio ojo? ¿Cómo puedes
decir a tu hermano: ‘Hermano, deja que saque la brizna que hay en tu ojo’, no
viendo tú mismo la viga que hay en el tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de
tu ojo, y entonces podrás ver para sacar la brizna que hay en el ojo de tu
hermano». (Lc
6,39-42)
Comentario
Hoy, las palabras del Evangelio nos hacen reflexionar
sobre la importancia del ejemplo y de procurar para los otros una vida
ejemplar. En efecto, el dicho popular dice que «“Fray Ejemplo” es el mejor
predicador», u otro que afirma que «más vale una imagen que mil palabras». No
olvidemos que, en el cristianismo, todos —¡sin excepción!— somos guías, ya que
el Bautismo nos confiere una participación en el sacerdocio (mediación
salvadora) de Cristo: en efecto, todos los bautizados hemos recibido el
sacerdocio bautismal. Y todo sacerdocio, además de las misiones de santificar y
de enseñar a los demás, incorpora también el munus —la función— de regir o dirigir.
Sí, todos —queramos o no— con nuestra conducta tenemos la
oportunidad de llegar a ser un modelo estimulante para aquellos que nos rodean.
Pensemos, por ejemplo, en la ascendencia que unos padres tienen sobre sus
hijos, los profesores sobre los alumnos, las autoridades sobre los ciudadanos,
etc. El cristiano, sin embargo, debe tener una conciencia particularmente viva
acerca de todo esto. Pero..., «¿podrá un ciego guiar a otro ciego?» (Lc 6,39).
Para nosotros, cristianos, es como una llamada de atención
aquello que los judíos y las primeras generaciones de cristianos decían de
Jesucristo: «Todo lo ha hecho bien» (Mc 7,37); «El Señor comenzó a hacer y
enseñar» (Hch 1,1).
Debemos procurar traducir en obras aquello que creemos y
profesamos de palabra. En una ocasión, el Papa Benedicto XVI, cuando todavía
era el Cardenal Ratzinger, afirmaba que «el peligro más amenazador son los
cristianismos adaptados», es decir, el caso de aquellas personas que de palabra
se profesan católicas pero que, en la práctica, con su conducta, no manifiestan
el “radicalismo” propio del Evangelio.
Ser radicales no equivale a fanáticos (ya que la caridad
es paciente y tolerante) ni a exagerados (pues en cuestiones de amor no es
posible exagerar). Como ha afirmado Juan Pablo II, «el Señor crucificado es un
testimonio insuperable de amor paciente y de humilde mansedumbre»: no se trata
ni de un fanático ni de un exagerado. Pero sí que es radical, tanto que nos
hace decir con el centurión que asistió a su muerte: «Verdaderamente este
hombre era justo» (Lc 23,47).
Rev. D. Antoni CAROL i Hostench (Sant Cugat del Vallès,
Barcelona, España)
Santoral Católico:
El Santo Nombre de María
El hecho de que la Santísima Virgen lleve el nombre de
María es el motivo de esta festividad, instituida con el objeto de que los
fieles encomienden a Dios, a través de la intercesión de la Santa Madre, las
necesidades de la Iglesia, le den gracias por su omnipotente protección y sus
innumerables beneficios, en especial los que reciben por las gracias y la
mediación de la Virgen María.
Por primera vez, se autorizó la celebración de esta
fiesta en 1513, en la ciudad española de Cuenca; desde ahí se extendió por toda
España y en 1683, el Papa Inocencio XI la admitió en la iglesia de occidente
como una acción de gracias por el levantamiento del sitio a Viena y la derrota
de los turcos por las fuerzas de Juan Sobieski, rey de Polonia.
Esta conmemoración es probablemente algo más antigua que
el año 1513, aunque no se tienen pruebas concretas sobre ello. Todo lo que
podemos decir es que la gran devoción al Santo Nombre de Jesús, que se debe en
parte a las predicaciones de San Bernardino de Siena, abrió naturalmente el
camino para una conmemoración similar del Santo Nombre de María.
Fuente: aciprensa
La frase de hoy
“Deja de tratar de cambiar al mundo,
es una batalla de nunca acabar.
Comienza por amar al mundo tal y como es
y eso empezará a cambiarlo todo.
Hay una luz que nunca se apaga…
y esa luz eres tú”
-Jeff Foster-
Tema del día:
El camino al Cielo
Cuando los primeros discípulos se encontraron con Jesús,
le preguntaron: “Señor, ¿dónde vives?”, y Él les respondió: “Vengan y lo
verán”.
Y así es la vida cristiana, porque para llegar al Cielo
hay que vivir según Cristo nos enseña, y al principio hay que entrar por el
camino arduo del cumplimiento de los Diez Mandamientos, pero luego, a medida
que vamos transitando por el camino, comenzamos a descubrir cosas maravillosas,
como el amor de Dios por nosotros y se nos hace feliz la vida. Pero primero hay
que pasar por el camino del esfuerzo, de la renuncia y lanzarnos adelante con
la ayuda de Dios.
Muchos, al comenzar a caminar por el camino del
cumplimiento de los Mandamientos, lo abandonan porque lo consideran difícil, y
así nunca llegan a saber los grandes tesoros que el Señor les tenía reservados
en este camino regio.
Quienes se mantienen fieles a Dios, cuando van
descubriendo todas las hermosuras que Dios les preparó en dicho camino,
quisieran comentarlas con los demás, con todos los hombres. Pero es necesario
que cada uno ingrese por el camino escarpado de los Diez Mandamientos, y que en
los primeros tiempos sufra para tratar de ser bueno y vivir en gracia de Dios.
Entonces, llegado el momento, la persona comienza a gustar las delicias que
Dios le ha preparado desde toda la eternidad, y que en el Cielo serán poco
menos que infinitas.
Así que hagamos el intento, como el alpinista, que se
esfuerza durante todo el camino de subida al monte, pero al final descubre una
vista panorámica que premia todo el trabajo realizado.
Las tentaciones son muchas, pero con la gracia de Dios y
sus ayudas, que las debemos pedir en la oración, podemos y debemos entrar por
el camino de la conversión, del cumplimiento de la Ley de Dios, para saborear
dentro de un tiempo, las delicias del amor de Dios.
Hay que ir tras el Señor, dejar todo el pasado y entrar
por la puerta estrecha y el camino angosto, que el Señor recorrió primero.
Tendremos tentaciones de salirnos del camino, de entregarnos al pecado y
“disfrutar de la vida”, pero si para ello incumplimos los Mandamientos,
entonces estaremos siendo engañados miserablemente y ese camino, a pesar de ser
dulce al principio, se va haciendo cada vez más amargo, y termina, al final, en
el fondo del Infierno eterno.
En cambio, el camino bueno, comienza siendo difícil y
amargo al principio, pero luego se va endulzando sobremanera, y al final
termina en el Corazón de Dios, en el Cielo bendito y eterno para el que fuimos
creados por Dios, y donde seremos para siempre felices con una felicidad
imposible de imaginar.
Fuente: www.santisimavirgen.com.ar
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el
Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo
místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como
Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por
las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón
de María; por la conversión de todos los
pueblos; por la Paz en el mundo; por nuestros hermanos sufrientes por diversos
motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto,
la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la
falta de libertad en muchos países del mundo; por la unión de las familias, la
fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este
sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por
las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración por el eterno descanso junto al Padre, del alma de Roberto, que falleció ayer en Miami (USA). Paz para él y consuelo para su familia.
Pedimos oración por el eterno descanso junto al Padre, del alma de Roberto, que falleció ayer en Miami (USA). Paz para él y consuelo para su familia.
Tú quisiste,
Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de
manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora
las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a
cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de
sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse
unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos
por Cristo nuestro Señor.
Amén
Un estímulo todos los días
Setiembre 12
“Alabado y glorificado seas, mi Dios, magnífico y
precioso.
Porque yo soy pequeño y tú eres el grande.
Porque yo soy débil y tú eres el fuerte.
Porque yo soy la sed y tú eres el agua.
Porque yo soy el capullo y tú eres el sol.
Porque yo soy el frío y tú eres el fuego.
Porque yo soy tierra seca y tú eres la lluvia.
Porque yo soy manos abiertas y tú eres la vida que las
llena.
Porque yo soy tu creatura y tú eres mi único Dios.
Amén.”
Mons. Víctor Manuel Fernández
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
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