domingo, 25 de julio de 2010

Pequeñas Semillitas 1135

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 1135 ~ Domingo 25 de Julio de 2010
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)



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Hola !!!
El camino de Jesús es un camino de oración. También debe serlo el nuestro. Lucas muestra a Jesús orando solo, en grupo, en momentos de alegría y de crisis.
Como siempre, Jesús va mucho más allá de lo que piden sus discípulos. Ante la petición de una forma ritual de orar, Jesús ofrece un estilo de oración-vida que implica la confianza absoluta en Dios y el compromiso personal y comunitario.


La Palabra de Dios:
Evangelio del día


Un día que Jesús estaba en oración, en cierto lugar, cuando hubo terminado, uno de sus discípulos le dijo: «Señor, enséñanos a orar, como Juan lo enseñó a sus discípulos». Les dijo: «Cuando oráis, decid: ‘Padre, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Danos cada día el pan que necesitamos. Perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos todos los que nos han ofendido. Y no nos expongas a la tentación’».
También les dijo Jesús: «Supongamos que uno de vosotros tiene un amigo, y que a medianoche va a su casa y le dice: ‘Amigo, préstame tres panes, porque otro amigo mío acaba de llegar de viaje a mi casa y no tengo nada que ofrecerle’. Sin duda, aquel le contestará desde dentro: ‘¡No me molestes! La puerta está cerrada y mis hijos y yo estamos acostados. No puedo levantarme a darte nada’. Pues bien, os digo que aunque no se levante a dárselo por ser su amigo, se levantará por serle importuno y le dará cuanto necesite. Por esto os digo: Pedid y Dios os dará, buscad y encontraréis, llamad a la puerta y se os abrirá. Porque el que pide, recibe; el que busca, encuentra y al que llama a la puerta, se le abre. ¿Acaso algún padre entre vosotros sería capaz de darle a su hijo una culebra cuando le pide pescado? ¿O de darle un alacrán cuando le pide un huevo? Pues si vosotros, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más el Padre que está en el cielo dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan!».
(Lucas 11, 1-13)

Comentario
Hoy, Jesús en oración nos enseña a orar. Fijémonos bien en lo que su actitud nos enseña. Jesucristo experimenta en muchas ocasiones la necesidad de encontrarse cara a cara con su Padre. Lucas, en su Evangelio, insiste sobre este punto.
¿De qué hablaban aquel día? No lo sabemos. En cambio, en otra ocasión, nos ha llegado un fragmento de conversación entre su Padre y Él. En el momento en que fue bautizado en el Jordán, cuando estaba orando, «y vino una voz del cielo: ‘Tú eres mi hijo; mi amado, en quien he puesto mi complacencia’» (Lc 3,22). Es el paréntesis de un diálogo tiernamente afectuoso.
Cuando, en el Evangelio de hoy, uno de los discípulos, al observar su recogimiento, le ruega que les enseñe a hablar con Dios, Jesús responde: «Cuando oráis, decid: ‘Padre, santificado sea tu nombre…’» (Lc 11,2). La oración consiste en una conversación filial con ese Padre que nos ama con locura. ¿No definía Teresa de Ávila la oración como “una íntima relación de amistad”: «estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos que nos ama»?
Benedicto XVI encuentra «significativo que Lucas sitúe el Padrenuestro en el contexto de la oración personal del mismo Jesús. De esta forma, Él nos hace participar de su oración; nos conduce al interior del diálogo íntimo del amor trinitario; por decirlo así, levanta nuestras miserias humanas hasta el corazón de Dios».
Es significativo que, en el lenguaje corriente, la oración que Jesucristo nos ha enseñado se resuma en estas dos únicas palabras: «Padre Nuestro». La oración cristiana es eminentemente filial.
La liturgia católica pone esta oración en nuestros labios en el momento en que nos preparamos para recibir el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo. Las siete peticiones que comporta y el orden en el que están formuladas nos dan una idea de la conducta que hemos de mantener cuando recibamos la Comunión Eucarística.
Abbé Jean GOTTIGNY (Bruselas, Bélgica)


Santoral Católico
Santiago el Mayor, Apóstol


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Santiago era hermano de San Juan el Evangelista e hijo de Zebedeo. Era originario de Galilea. Un día, cuando Jesús paseaba por la orilla del lago de Genezaret, vio a Pedro y a Andrés que pescaban y los llamó para convertirlos en pescadores de hombres. También llamó entonces a otros dos jóvenes, Santiago y Juan. Ambos, abandonaron inmediatamente la tarea, dejaron a su padre y lo siguieron.

Santiago presenció, junto con Juan y Pedro, la curación milagrosa de la suegra del Príncipe de los Apóstoles y la resurrección de la hija de Jairo. En ese mismo año, Jesús fundó el colegio apostólico, del que formaron parte Santiago y Juan. El Mesías les dio el nombre de "Boanerges" o "Hijos del trueno", probablemente a causa del temperamento impetuoso de los dos apóstoles.

Pedro, Santiago y Juan fueron elegidos por Cristo para que le acompañasen en los momentos más duros de su vida. Fueron los únicos testigos de la Transfiguración y los que le acompañaron de cerca durante su agonía y el sudor de sangre en Getsemaní.

El apóstol Santiago murió por Cristo en la persecución que el rey Herodes Agripa I desencadenó en Jerusalén contra los cristianos para congraciarse con los judíos. Fue sepultado en Jerusalén, pero, según otra tradición española que data del 830, el cuerpo de Santiago fue trasladado a Compostela. Las reliquias del apóstol se hallan todavía en dicho santuario. El Papa León XIII, en 1884, las calificó de auténticas en una bula.


Palabras de Juan Pablo II


"A la contemplación del rostro de Cristo tan sólo se llega escuchando en el Espíritu la voz del Padre, ya que nadie conoce al Hijo fuera del Padre (cf. Mt 11,27). Así, pues, se necesita la revelación del Altísimo. Pero, para acogerla, es indispensable ponerse en actitud de escuchar"


Tema del día:
La historia del bambú y del helecho


Se cuenta que una persona cansada de luchar decidió darse por vencida. Renunció a su trabajo, a sus relaciones, incluso a su espiritualidad. Quería renunciar a su vida. Se fue al bosque para tener una última charla con Dios.

Llegando le preguntó a Dios: “¿Podrías darme una buena razón, para no darme por vencido?”
La respuesta le sorprendió: “Mira a tu alrededor: ¿Ves el helecho y el bambú?” Respondió que sí.

“Cuando sembré las semillas del helecho y el bambú, las cuidé muy bien. Les di luz, les di agua. El helecho rápidamente creció. Su verde brillante cubría el suelo. Pero nada salió de la semilla del bambú. Sin embargo no renuncié al bambú. En el segundo año, el helecho creció más brillante y abundante. Y nuevamente, nada creció de la semilla de bambú. Pero no renuncié al bambú. En el tercer y cuarto año, aún nada brotó de la semilla de bambú. Pero no renuncié. En el quinto año, nuevamente, nada salió de la semilla de bambú. No renuncié. Luego en el sexto nada, hasta el séptimo año, un pequeño brote salió de la tierra. En comparación con el helecho, era aparentemente muy pequeño e insignificante. Pero sólo seis meses después, el bambú creció, más de 100 pies de altura.

¿Tardó seis meses en crecer? No. La verdad es que se tomó siete años y seis meses en desarrollarse. Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces que le permitirían sostener el crecimiento que iba a tener después. Aquellas raíces lo hicieron fuerte y le dieron lo que necesitaba para sobrevivir.

Dios le dijo: “No le daría a ninguna de mis creaciones un reto que no pudiera sobrellevar. ¿Sabías que todo este tiempo, que has estado luchando, realmente has estado echando raíces? Si no renuncié al bambú, nunca renunciaré a ti. No te compares con otros: El bambú tenía un propósito diferente al del helecho, sin embargo ambos eran necesarios y hacen del bosque un lugar hermoso. Tu tiempo vendrá, ¡crecerás muy alto!” Entonces preguntó al final: “¿Y qué tan alto debo crecer?” En respuesta Dios le hizo otra pregunta: “¿Qué tan alto crecerá el bambú?”. Contestó: “Supongo que tan alto como pueda”.

Dios nunca renunciará a nosotros. Quien cultiva la tierra no se para impaciente frente a la semilla sembrada y le grita: "¡Crece!". El bambú japonés crece más de 30 metros y algunos llegan a crecer un metro diario.

En la vida cotidiana, muchas personas tratan de encontrar soluciones rápidas, triunfos apresurados sin entender que el éxito es simplemente resultado del crecimiento interno y que éste requiere tiempo. Quizás por la misma impaciencia, muchos de aquellos que aspiran a resultados a corto plazo, abandonan súbitamente, justo cuando ya estaban a punto de conquistar la meta. Aunque resulte arduo o frustrante, quienes no se dan por vencidos, van gradual e imperceptiblemente creando los hábitos y el temple que les permitirá sostener el éxito, cuando éste al fin se materialice. El triunfo no es más que un proceso que lleva tiempo y dedicación.

Y el mayor triunfo es, después de haber luchado pacientemente por amarle más en esta vida, gozar plenamente a Dios y con Dios al final por una eternidad.

Pbro. José Martínez Colín


Nuevos videos
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Meditación breve
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“Se cazan más moscas con una gota de miel que con un barril de vinagre”, decía San Francisco de Sales, el santo de la dulzura. Él tenía un carácter muy difícil, pero a fuerza de penitencia y dominio de sí, logró pasar a la fama con esta cualidad: la dulzura.
Y nosotros debemos proceder también así, porque a los hombres se los atrae al camino de Dios con delicadeza, nunca con malos tratos y malos modos, porque la fe no se impone, sino que se propone, y una sonrisa, un buen gesto, siempre atraen y conquistan los corazones más duros y fríos.
Imitemos a Jesús. Imaginemos cómo sería el Señor en el trato con los hombres, pues Él mismo dice que aprendamos de Él que es manso y humilde de Corazón. Y la mansedumbre va de la mano con la dulzura y el buen trato. ¡Qué delicadeza tendría Jesús con los hombres! ¡Pues bien, nosotros debemos imitar a Jesús también en esto, en el buen trato con todos, y muy especialmente con los de nuestra propia casa y familia, que es a veces con los que más nos cuesta!


Nunca nos olvidemos de agradecer


Alguna vez leí que en el cielo hay dos oficinas diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por la cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos por las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas" pretendemos juntar una vez por semana los mensajes para la segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como respuesta a nuestros pedidos de oración.


Nuestra amiga Mary de Carlos Paz, Argentina, agradece especialmente a la Virgen de los Cerrillos, de Salta, Argentina, por la mejoría de la salud de su esposo Roberto, y también a todas las personas que rezaron por él; a la vez que seguimos pidiendo oraciones porque el proceso de este hermano nuestro es prolongado y difícil.


Desde Guatemala nos escribe Lucky para recordarnos que en junio pidió oraciones por su hermana, su esposo y el quinto bebé de ellos que nació con Sindrome de Down, y ahora a un mes y una semana de ese nacimiento quiere dar gracias a Dios porque ese bebé está obrando milagros en las vidas de todos los miembros de la familia mientras el Señor Misericordioso también les está proveyendo lo necesario en lo material. Gracias también a todos los que elevaron oraciones por esta familia.


María Mercedes nos escribe desde El Salvador para informar que Santiago, el bebé que nació prematuro, de seis meses de gestación, y por quien pedimos oraciones hace algunas semanas, ha evolucionado muy bien por la gracia de Dios y ya ha sido entregado a sus padres. Agradece al amor de Dios y a todas las personas que respondieron en ese momento al pedido de oraciones.


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Felipe de Urca
pequesemillitas@gmail.com


Oración por la Patria


Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos. Nos sentimos heridos y agobiados. Precisamos tu alivio y fortaleza. Queremos ser nación, una nación cuya identidad sea la pasión por la verdad y el compromiso por el bien común. Danos la valentía de la libertad de los hijos de Dios para amar a todos sin excluir a nadie, privilegiando a los pobres y perdonando a los que nos ofenden, aborreciendo el odio y construyendo la paz. Concédenos la sabiduría del diálogo y la alegría de la esperanza que no defrauda. Tú nos convocas. Aquí estamos, Señor, cercanos a María, que desde Luján nos dice: ¡Argentina! ¡Canta y camina! Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos. Amén.


Ven Espíritu Santo...!


Espíritu Santo, Tú nos hablas permanentemente en la Biblia de tu amor por cada uno de nosotros, porque cada uno de nosotros es obra de tus manos y criatura amada: “Tú eres precioso a mis ojos y yo te amo”. Y nos hablas de un amor eterno. De manera que aunque nadie esperaba nuestro nacimiento, Tú desde siempre nos imaginaste para darnos la vida; porque amas las obras de tu amor, danos a todos amor a tus obras. Así sea.
P. Florentín Brusa cmf


Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-


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