domingo, 11 de julio de 2010

Pequeñas Semillitas 1121

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 1121 ~ Domingo 11 de Julio de 2010
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)

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Hola !!!
Estamos regresando con “Pequeñas Semillitas” luego de unos días de ausencia motivados por cuestiones técnicas (actualización de equipos y programas). Y por la gracia de Dios este día del regreso a Internet coincide con el día en que sembramos la primera de estas semillitas y que fue el 11 de julio de 2006.
Lo hacemos con la alegría de siempre, con las ganas de siempre, y con la ayuda que siempre nos han brindado nuestros “asesores de redacción” que son Jesús de Nazaret, María de Lourdes, San José y Juan Pablo II.
Y siguiendo el texto del Evangelio de hoy, iniciamos esta edición con palabras que firma Juanjo Elezkano:
"Seguirte hoy es hacerse uno con los pobres, mancharse las manos trabajando con ellos y apostar por su dignidad. Ser uno de ellos. Seguirte a Ti, es haberte descubierto en los rostros necesitados, en los que lloran de miedo. Es hacerse solidario de su destino incierto".


La Palabra de Dios:
Evangelio del día


En aquel tiempo, se levantó un maestro de la Ley, y para poner a prueba a Jesús, le preguntó: «Maestro, ¿que he de hacer para tener en herencia la vida eterna?». Él le dijo: «¿Qué está escrito en la Ley? ¿Cómo lees?». Respondió: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo». Díjole entonces: «Bien has respondido. Haz eso y vivirás».
Pero él, queriendo justificarse, dijo a Jesús: «Y ¿quién es mi prójimo?». Jesús respondió: «Bajaba un hombre de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de salteadores, que, después de despojarle y golpearle, se fueron dejándole medio muerto. Casualmente, bajaba por aquel camino un sacerdote y, al verle, dio un rodeo. De igual modo, un levita que pasaba por aquel sitio le vio y dio un rodeo. Pero un samaritano que iba de camino llegó junto a él, y al verle tuvo compasión; y, acercándose, vendó sus heridas, echando en ellas aceite y vino; y montándole sobre su propia cabalgadura, le llevó a una posada y cuidó de él. Al día siguiente, sacando dos denarios, se los dio al posadero y dijo: ‘Cuida de él y, si gastas algo más, te lo pagaré cuando vuelva’.
»¿Quién de estos tres te parece que fue prójimo del que cayó en manos de los salteadores?». Él dijo: «El que practicó la misericordia con él».
Díjole Jesús: «Vete y haz tú lo mismo».
(Lucas 10, 25-37)

Comentario
Hoy, nos preguntamos: «Y, ¿quién es mi prójimo?» (Lc 10,29). Cuentan de unos judíos que sentían curiosidad al ver desaparecer su rabino en la vigilia del sábado. Sospecharon que tenía un secreto, quizá con Dios, y confiaron a uno el encargo de seguirlo... Y así lo hizo, lleno de emoción, hasta una barriada miserable, donde vio al rabino cuidando y barriendo la casa de una mujer: era paralítica, y la servía y le preparaba una comida especial para la fiesta. Cuando volvió, le preguntaron al espía: «¿Dónde ha ido?; ¿al cielo, entre las nubes y las estrellas?». Y éste contestó: «¡No!, ha subido mucho más arriba».
Amar a los otros con obras es lo más alto; es donde se manifiesta el amor. ¡No pasar de largo!: «Es el propio Cristo quien alza su voz en los pobres para despertar la caridad de sus discípulos», afirma el Concilio Vaticano II en un documento.
Hacer de buen samaritano significa cambiar los planes («llegó junto a él»), dedicar tiempo («cuidó de él»)... Esto nos lleva a contemplar también la figura del posadero, como dijo Juan Pablo II: «¡Qué habría podido hacer sin él? De hecho, el posadero, permaneciendo en el anonimato, realizó la mayor parte de la tarea. Todos podemos actuar como él cumpliendo las propias tareas con espíritu de servicio. Toda ocupación ofrece la oportunidad, más o menos directa, de ayudar a quien lo necesita (...). El cumplimiento fiel de los propios deberes profesionales ya es practicar el amor por las personas y la sociedad».
Dejarlo todo para acoger a quien lo necesita (el buen samaritano) y hacer bien el trabajo por amor (el posadero), son las dos formas de amar que nos corresponden: «‘¿Quién (...) te parece que fue prójimo?’. ‘El que practicó la misericordia con él’. Díjole Jesús: ‘Vete y haz tú lo mismo’» (Lc 10,36-37).
Acudimos a la Virgen María y Ella —que es modelo— nos ayude a descubrir las necesidades de los otros, materiales y espirituales.
Rev. D. Llucià POU i Sabater (Vic, Barcelona, España)


Santoral Católico
San Benito, Abad

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Padre del monasticismo occidental, decidió abandonar Roma y el mundo para evitar la vida licenciosa de dicha ciudad. Vivió como ermitaño por muchos años en una región rocosa y agreste de Italia. En Vicovaro, en Tívoli y en Subiaco, sobre la cumbre de un farallón que domina Anio, residía por aquél tiempo, una comunidad de monjes, cuyo abad había muerto. Decidieron pedirle a San Benito que ocupara su lugar. Al principio se negó, pero luego cedió ante la insistencia. Pronto se puso en evidencia que las estrictas nociones de disciplina monástica que San Benito observaba, no se ajustaban a ellos, porque quería que todos vivieran en celdas horadadas en las rocas. El mismo día retornó a Subiaco, no para seguir llevando una vida de retiro, sino con el propósito de empezar la gran obra para la que Dios lo había preparado durante esos tres años de vida oculta. No tardaron en reunirse a su alrededor los discípulos atraídos por su santidad y por sus poderes milagrosos.

San Benito se encontró entonces, en posición de empezar aquél gran plan de "reunir en aquél lugar a muchas y diferentes familias de santos monjes dispersos en varios monasterios y regiones, a fin de hacer de ellos un sólo rebaño según su propio corazón, para unirlos en una casa de Dios bajo una observancia regular y en permanente alabanza al nombre de Dios" Por lo tanto, colocó a todos los que deseaban obedecerle en los 12 monasterios de madera, cada uno con su prior. El tenía la suprema dirección sobre todos y vivía con algunos escogidos, a los que deseaba formar con especial cuidado.

A causa de algunos problemas con el sacerdote Florencio, se trasladó a Monte Cassino. En esta región, sobre las ruinas del templo de Apolo, - al que los habitantes de este lugar rendían culto antes de su llegada - construyó dos capillas y la abadía de Monte Cassino, alrededor del año 530. De aquí partió la influencia que iba a jugar un papel tan importante en la cristianización y civilización de la Europa post-romana. Fue tal vez durante este periodo que empezó a concretizar su "Regla", la que está dirigida a todos aquellos que, renunciando a su propia voluntad, tomen sobre sí "la fuerte y brillante armadura de la obediencia para luchar bajo las banderas de Cristo, nuestro verdadero Rey". Prescribe una vida de oración litúrgica, estudio, y trabajo, llevado socialmente, en una comunidad y con un padre común.

San Benito vaticinó el día de su muerte; el último día recibió el Cuerpo y la Sangre del Señor. Fue enterrado junto a santa Escolástica, su hermana, en el sitio donde antes se levantaba el altar de Apolo que él mismo destruyó, en Monte Cassino.


Palabras de Juan Pablo II
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"La libertad, en todos sus aspectos, debe de estar basada en la verdad. Deseo repetir aquí las palabras de Jesús: "Y la verdad os librará" (Jn 8:32). Es, pues, mi deseo que vuestro sentido de la libertad pueda siempre ir de la mano con un profundo sentido de verdad y honestidad acerca de vosotros mismos y de las realidades de vuestra sociedad"


Tema del día:
Haz tú lo mismo


Para no salir malparado de una conversación con Jesús, un maestro de la ley termina preguntándole: «Y ¿quién es mi prójimo?». Es la pregunta de quien sólo se preocupa de cumplir la ley. Le interesa saber a quién debe amar y a quién puede excluir de su amor. No piensa en los sufrimientos de la gente.

Jesús, que vive aliviando el sufrimiento de quienes encuentra en su camino, rompiendo si hace falta la ley del sábado o las normas de pureza, le responde con un relato que denuncia de manera provocativa todo legalismo religioso que ignore el amor al necesitado.

En el camino que baja de Jerusalén a Jericó, un hombre ha sido asaltado por unos bandidos. Agredido y despojado de todo, queda en la cuneta medio muerto, abandonado a su suerte. No sabemos quién es. Sólo que es un «hombre». Podría ser cualquiera de nosotros. Cualquier ser humano abatido por la violencia, la enfermedad, la desgracia o la desesperanza.

«Por casualidad» aparece por el camino un sacerdote. El texto indica que es por azar, como si nada tuviera que ver allí un hombre dedicado al culto. Lo suyo no es bajar hasta los heridos que están en las cunetas. Su lugar es el templo. Su ocupación, las celebraciones sagradas. Cuando llega a la altura del herido, «lo ve, da un rodeo y pasa de largo».

Su falta de compasión no es sólo una reacción personal, pues también un levita del templo que pasa junto al herido «hace lo mismo». Es más bien una actitud y un peligro que acecha a quienes se dedican al mundo de lo sagrado: vivir lejos del mundo real donde la gente lucha, trabaja y sufre.

Cuando la religión no está centrada en un Dios, Amigo de la vida y Padre de los que sufren, el culto sagrado puede convertirse en una experiencia que distancia de la vida profana, preserva del contacto directo con el sufrimiento de las gentes y nos hace caminar sin reaccionar ante los heridos que vemos en las cunetas. Según Jesús, no son los hombres del culto los que mejor nos pueden indicar cómo hemos de tratar a los que sufren, sino las personas que tienen corazón.

Por el camino llega un samaritano. No viene del templo. No pertenece siquiera al pueblo elegido de Israel. Vive dedicado a algo tan poco sagrado como su pequeño negocio de comerciante. Pero, cuando ve al herido, no se pregunta si es prójimo o no. Se conmueve y hace por él todo lo que puede. Es a éste a quien hemos de imitar. Así dice Jesús al legista: «Vete y haz tú lo mismo». ¿A quién imitaremos al encontrarnos en nuestro camino con las víctimas más golpeadas por la crisis económica de nuestros días?

José Antonio Pagola


Poesía


Trabaja y reza


Recuerdo que de niño, de muy niño,
de la edad de los mimos de la abuela,
de la edad en que todos esperamos
una vida feliz, de encantos llena,
de la edad de esperanzas y de ensueños,
de los cuentos de hadas y princesas,
de esa edad que es la flor de las edades,
edad feliz en que la vida empieza;
recuerdo, sí, una frase cariñosa
que me diera mi padre como lema:
"Si quieres ser un hombre en esta vida,
un hombre de verdad, trabaja y reza".

Bulléndome esta frase a cada paso,
empecé a ver el mundo más de cerca.
Entré en la juventud, dejé la infancia,
olvidé el cuento de hadas y princesas.
Estudiante, pensé que ya era un hombre,
mil ideas llenaron mi cabeza,
y esas "mil" ocuparon tanto espacio
que acallaron el eco de otra idea.
Seguí vagando ciego por el mundo
y una tarde feliz, en una iglesia,
como si la voz fuera de mi padre,
en el púlpito oí: "trabaja y reza".

Hoy, ya hombre, recuerdo con nostalgia
aquellos años que viví sin pena,
y he vuelto a recordar el cuento de hadas
y los mimos y besos de la abuela.
A mi memoria traigo aquellos tiempos
que felices vivimos en la escuela,
y me enternece el ver que aún los niños,
como aquellos de ayer, ríen y juegan.
Y me acerco y les digo, uno por uno,
como mi padre un día me dijera:
Si quieres ser un hombre en esta vida,
un hombre de verdad, "trabaja y reza".


José María de Horna
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Meditación breve


Jesucristo será nuestro Juez. ¿Por qué entonces no vamos anticipando el juicio con una vida acorde a lo que Dios quiere de nosotros? Porque el juicio lo vamos escribiendo nosotros, cada día, con nuestras obras y palabras. Anticipemos, entonces, el juicio, con una vida intachable, para que nuestros nombres estén escritos en el Cielo, estén escritos en el Libro de la Vida.
Pero si tenemos la desgracia de caer en pecado, ¡a no desanimarnos!, porque Jesucristo ha venido al mundo por los pecadores. Y cuanto más pecadores somos, tanto más tenemos derecho a la misericordia y benevolencia de Dios. Porque Jesús no es malo con los pobres pecadores, sino que es todo Piedad y Bondad. Jesús solo es severo con el que persiste en el mal y hace el mal fingiendo hacer el bien, con el que tiene mala voluntad y es torcido, con esos sí el Señor será muy justo. Pero con los pecadores, los que pecan por debilidad, e incluso los que son malos pero se arrepienten de serlo, el Señor será toda misericordia y compasión.
Vayamos confiados a Jesús, arrodillémonos ante el sacerdote y hagamos una sincera confesión, ya que es su representante en la tierra, y nuestra alma quedará repleta de paz y viviremos contentos con la conciencia limpia, y siempre listos y preparados para partir a la eternidad cuando el Señor nos llame, viviendo así sin miedo a la muerte.


Nuevos videos y artículos
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Hay un nuevo video subido a este blog
Para verlo debes ir al final de la página

Hay nuevo material publicado en el blog
"Juan Pablo II inolvidable"
Puedes acceder en la dirección:
http://juanpabloinolvidable.blogspot.com/


Nunca nos olvidemos de agradecer
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Alguna vez leí que en el cielo hay dos oficinas diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por la cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos por las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas" pretendemos juntar una vez por semana los mensajes para la segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como respuesta a nuestros pedidos de oración.


Agradezco especialmente a Jesús, a la Santísima Virgen de Lourdes, a San José, el manso, y a Juan Pablo II, el grande, por la posibilidad de continuar sembrando estas “Pequeñas Semillitas”, tal como lo hice por primera vez el día 11 de julio de 2006, igual que hoy y coincidiendo con la fecha de cumpleaños de mi hijo Franco.
Que el Señor, María de Lourdes, San José y Juan Pablo II me sigan ayudando a difundir la Buena Nueva a todo el mundo a través de este medio, matizada con mensajes, noticias y temas de interés y de actualidad general, siempre bajo la orientación cristiana que es mi objetivo principal.
Felipe.


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Felipe de Urca
pequesemillitas@gmail.com


Ven Espíritu Santo...!
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Espíritu Santo, concédeme la gracia de que nunca siga los consejos de este mundo corrompido y corruptor. Ilumina mi mente para que en todo agrade siempre al Padre que está en los cielos, siguiendo sus mandatos e inspiraciones. Así sea.
P. Florentín Brusa cmf


Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-



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