domingo, 28 de mayo de 2023

Pequeñas Semillitas 5326

PEQUEÑAS SEMILLITAS
 
Año 18 - Número 5326 ~ Domingo 28 de Mayo de 2023
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
¡Alabado sea Jesucristo!
Hoy, Domingo de Pentecostés, celebramos al Espíritu Santo, es cierto. Pero también celebramos la Iglesia porque hoy es el día en que la Iglesia nació.
Esta palabra ‘Pentecostés’ quiere decir: cincuenta días. Era una de las tres principales fiestas de los judíos. A los cincuenta días de la Pascua celebraban en cuanto a lo material el hecho de que la cosecha estaba ya crecida, por lo que daban gracias a Dios, y en cuanto a la historia celebraban el recuerdo de la llegada de los israelitas al monte Sinaí y la entrega de las tablas de la Ley a Moisés entre truenos y relámpagos. Con ese motivo tocaban fuertemente las trompetas del templo.
La venida del Espíritu Santo sobre los apóstoles no se narra en los evangelios sino en otro libro del nuevo testamento, ‘Los Hechos de los Apóstoles’, escrito por uno de los evangelistas, san Lucas. Aquel día se cumplió, como Jesús había prometido, el descenso del Paráclito, la segunda Persona de la Santísima Trinidad, sobre los que estaban reunidos en aquel lugar. «Yo rogaré al Padre -les había dicho- y os dará otro Paráclito para que esté con vosotros siempre: el Espíritu de la verdad, al que el mundo no puede recibir porque no le ve ni le conoce».
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Hch 2,1-11
 
Salmo: Sal 103,1ab.24ac.29bc-30.31.34
 
Segunda Lectura: 1Cor 12,3b-7.12-13
 
Secuencia:
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo, tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre, si tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado, cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma el espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones, según la fe de tus siervos; por tu bondad y tu gracia, dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno.
 
Santo Evangelio: Jn 20,19-23
Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, estando cerradas, por miedo a los judíos, las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: «La paz con vosotros». Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron de ver al Señor. Jesús les dijo otra vez: «La paz con vosotros. Como el Padre me envió, también yo os envío». Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos».
 
Comentario:
Hoy, en el día de Pentecostés se realiza el cumplimiento de la promesa que Cristo había hecho a los Apóstoles. En la tarde del día de Pascua sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo» (Jn 20,22). La venida del Espíritu Santo el día de Pentecostés renueva y lleva a plenitud ese don de un modo solemne y con manifestaciones externas. Así culmina el misterio pascual.
El Espíritu que Jesús comunica, crea en el discípulo una nueva condición humana, y produce unidad. Cuando el orgullo del hombre le lleva a desafiar a Dios construyendo la torre de Babel, Dios confunde sus lenguas y no pueden entenderse. En Pentecostés sucede lo contrario: por gracia del Espíritu Santo, los Apóstoles son entendidos por gentes de las más diversas procedencias y lenguas.
El Espíritu Santo es el Maestro interior que guía al discípulo hacia la verdad, que le mueve a obrar el bien, que lo consuela en el dolor, que lo transforma interiormente, dándole una fuerza, y unas capacidades nuevas.
El primer día de Pentecostés de la era cristiana, los Apóstoles estaban reunidos en compañía de María, y estaban en oración. El recogimiento, la actitud orante es imprescindible para recibir el Espíritu. «De repente, un ruido del cielo, como de un viento recio, resonó en toda la casa donde se encontraban. Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se repartían, posándose encima de cada uno» (Hch 2,2-3).
Todos quedaron llenos del Espíritu Santo, y se pusieron a predicar valientemente. Aquellos hombres atemorizados habían sido transformados en valientes predicadores que no temían la cárcel, ni la tortura, ni el martirio. No es extraño; la fuerza del Espíritu estaba en ellos.
El Espíritu Santo, Tercera Persona de la Santísima Trinidad, es el alma de mi alma, la vida de mi vida, el ser de mi ser; es mi santificador, el huésped de mi interior más profundo. Para llegar a la madurez en la vida de fe es preciso que la relación con Él sea cada vez más consciente, más personal. En esta celebración de Pentecostés abramos las puertas de nuestro interior de par en par.
* Mons. José Ángel SAIZ Meneses, Arzobispo de Sevilla (Sevilla, España)
 
Palabras de San Juan Pablo II
«El Espíritu Santo vive, ora y obra en el sagrario del alma, y nos hace entrar cada vez más en la perspectiva del fin último, que es Dios, conformando toda nuestra vida a su plan salvífico. Por eso, él mismo, orando en nosotros, nos hace orar con sentimientos y palabras de hijos de Dios (…) El fuego que Jesús ha traído es el fuego del Espíritu Santo, que quema todas las miserias humanas, todo el egoísmo miserable, todo pensamiento mezquino. Dejad que ese fuego arda en vuestros corazones»
 
Predicación del Evangelio:
Del miedo a la alegría, luego a la misión
Era la tarde Pascua, según la espléndida narración dejado por san Juan. Tras los acontecimientos turbadores de los últimos días, en los que Jesús es detenido, condenado y crucificado, y resucitado , los discípulos siguen todavía con el shock. A la caída de la primera noche, encontraron refugio juntos tras sus puertas cerradas, cuidadosamente cerradas con cerrojos.
 
Es la primera etapa de la narración de Pentecostés. El Soplo poderoso del Creador está a punto de hacer interrupción una vez más en el mundo, pero la amenaza que planea en los discípulos no tiene nada que ver con la aparición de Yahvé a Moisés, en el Sinaí, mientras que “la llama se elevaba como de un horno y toda la montaña temblaba violentamente” (Éxodo 19, 24).
 
Jesús está allí. Ahora glorificado, se hace presente y cuando quiere, andando como en la tempestad (Marc 6, 47-50). Reafirma a sus discípulos mediante su Palabra: “La paz esté con vosotros.” La paz se logra al instante, como la calma en medio de la borrasca en el lago (Marc 4, 39).
 
Desaparecido el miedo, se da a conocer. “Les mostró sus manos y su costado.” El Mesías sufriente anunciado por los profetas, el Mesías humillado, rechazado y ultrajado por los hombres, es este mismo Jesús que ha conocido y que da ahora su vida en abundancia desde que Dios lo ha glorificado y resucitado.
 
Es la segunda etapa de la narración: “Los discípulos se llenaron de alegría” en la fe. Pero no hay que detenerse ahí. Le dice de nuevo: “¡La paz sea con vosotros! Lo mismo que el Padre me ha enviado, así os envío yo.”
 
La tercera etapa es el envío en misión. Esta prolonga la misión de juicio que Jesús ha recibido del Padre (5, 22) para la remisión de los pecados. Extiende su soplo sobre sus discípulos diciendo: “Recibid el Espíritu Santo! A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados y a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.” El texto refleja una práctica de exclusión según las faltas cometidas en la comunidad de Juan. Este papel de juicio está en el corazón de la misión confiada hoy a los discípulos.
(P. Felipe Santos SDB)
 
Poesía
Ven Espíritu Santo
Ven Espíritu a nosotros
y envíanos por el mundo
haciéndolo más hermoso.
 
Ven Espíritu a mi vida
que cuente yo la Palabra
que quien te busque me siga.
 
Ven Espíritu  tus fieles,
que sea enamorar al mundo
el mayor de mis deberes.
 
Ven Espíritu sin prisas
que saboree cada segundo
que yo como catequista
iré andando por el mundo
llevando la Buena Noticia.
 
Quédate siempre conmigo
Inspira mi testimonio
que no caiga en el olvido.
 
Pues muchas personas buenas
hallamos en el camino
un camino que ahora empieza
de nuevo lo hago contigo.
-
(Arantxa Toledo Mira)
 
Nuevo vídeo y artículo
 
Hay un nuevo vídeo subido al blog
de "Pequeñas Semillitas" en internet
referido al Evangelio de este Domingo.
Para verlo tienes que ir al final de esta página:
 
Hay nuevo material publicado en el blog
"Juan Pablo II inolvidable"
sobre el tema: Pentecostés
Puedes acceder en la dirección:
 
Agradecimientos
Imaginemos que en el cielo hay dos oficinas diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por la cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos por las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas" pretendemos juntar una vez por semana (los domingos) todos los mensajes para la segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como respuesta a nuestros pedidos de oración.
 
💕 Desde esta página (“Pequeñas Semillitas”) damos gracias a María Auxiliadora que nos ayudó a superar el problema técnico que impidió la publicación el pasado martes 23, siendo de destacar que el problema de colapso en la computadora desde la que se edita nuestra página, se solucionó en forma espontánea, antes de la llegada del técnico… ¡Cosas de Mamá!
 
💕 Desde Córdoba, Argentina, se agradece a Dios por la buena evolución de Isabella, niña de 4 años, con leucemia, que está respondiendo bien al tratamiento de quimioterapia, sin fiebre, con apetito, duerme bien. Vamos a seguir rezando por su total recuperación.
 
💕 Desde el sur de la provincia de Córdoba, llega el agradecimiento a Dios por Candelaria (Cande), de un año de vida, que estuvo internada en terapia intensiva por bronquiolitis severa, y está siendo dada de alta.
 
Bendito seas, Dios mío, porque a pesar de ser yo indigno de toda ayuda, tu generosidad e infinita bondad nunca dejan de otorgar el bien aún a los ingratos y a los que se han apartado de ti. Conviértenos a ti, para que seamos agradecidos, humildes y piadosos, pues Tú eres nuestra salud, nuestra fortaleza y nuestra salvación.
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Con relación al Espíritu Santo que se derrama sobre la Iglesia en Pentecostés, contemplemos estas meditaciones breves:
“No penséis, hijas mías, que la oración sea obra del espíritu humano, es un don especial del Espíritu Santo, que eleva las potencias del alma sobre las fuerzas naturales, para unirse a Dios por sentimientos y comunicaciones de que son incapaces el raciocinio y la sabiduría de los hombres.” (San Francisco de Sales)
“El consuelo es la alegría que envuelve al dolor, es la alegría que brota de las entrañas mismas del dolor; por eso el Espíritu Santo se llama «el Paráclito el Consolador», porque derrama en las almas esa alegría del destierro, esa alegría que no es incompatible con el dolor, antes bien en cierta manera lo supone [...] “¡Si comprendiéramos esto, si nos diéramos cuenta de que llevamos al Espíritu Santo en nuestras almas, cómo se transformaría nuestra vida! ¿Por qué quejarnos de la soledad cuando nos acompaña el Espíritu Santo? ¿Por qué sentir pena e inquietud cuando llevamos en nuestra alma al Paráclito? ¿Por qué andar suspirando por la felicidad de los bienaventurados? ¡Oh!, ¡Si tuviéramos una fe viva! ¡Si nos diéramos cuenta del misterio que se realiza en nuestras almas! Como dijo Jesús a la Samaritana en el brocal del pozo de Jacob: “Si scires donum Dei — ¡Si conocieras el don de Dios…!”
 
Recordando al Padre Natalio
¡Ven Espíritu Santo!
“Frente a la aguda crisis actual, que es la pérdida del sentido de lo invisible, la crisis del sentido de Dios, el  Espíritu está jugando en lo pequeño e invisible su partido victorioso”. En esta solemnidad de Pentecostés abre tu corazón al Divino Espíritu que anhela comunicarte sus dones admirables. Esta oración te ayudará a entrar en su presencia.
 
Ven a mí, Espíritu Santo, Espíritu de sabiduría: dame mirada y oído interior, para que no me apegue a las cosas materiales, sino que busque siempre las realidades del espíritu. Ven a mí, Espíritu Santo, Espíritu de amor: haz que mi corazón siempre sea capaz de más caridad. Ven a mí, Espíritu Santo, Espíritu de verdad: concédeme llegar al conocimiento de la verdad en toda su plenitud. Ven a mí, Espíritu Santo, agua viva que salta hasta la vida eterna: concédeme la gracia de llegar a contemplar el rostro del Padre en la vida y en la alegría sin fin. Amén.
 
“El Espíritu Santo está presente tanto hoy como en tiempos de Jesús y los Apóstoles... está y actúa, llega antes que nosotros, trabaja más y mejor que nosotros. A nosotros no nos toca ni sembrarlo, ni despertarlo, sino ante todo reconocerlo, recibirlo, secundarlo, abrirle camino, seguirlo” (Carlos Martín). Que el Espíritu Santo te haga gozar la nueva vida.
(P. Natalio)
 
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
 
 
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