domingo, 31 de enero de 2016

Pequeñas Semillitas 2925

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 11 - Número 2925 ~ Domingo 31 de Enero de 2016
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Don Bosco
Alabado sea Jesucristo…
Siguiendo la narración de Lucas, el domingo pasado nos quedábamos con la sensación del éxito de Jesús: ¡Todos los ojos puestos en Él! Hoy, por el contrario, todas las manos parecen estar sobre Él para empujarlo y despeñarlo por una ladera.
La vida, en todos los estados y en variadas situaciones, nos trae a la memoria esta cruda realidad: tan pronto te aplauden como te critican. Pero, aquel que es o quiera ser profeta, ha de saber (hemos de saber) que no ha venido al mundo para ser elogiado, ni tampoco con el ánimo de ser impopular, sino para sentirse tan en las manos de Dios que, cumplir su voluntad, es la ocupación y la preocupación de todo apostolado. Lo demás… queda en segundo plano. Agarrarse a Dios, y estar menos pendiente de la imagen, da fuerza al apostolado. Lo contrario…lo debilita.
Hemos de prepararnos ante unos tiempos que, según estamos percibiendo, nos traen nuevos retos y no pocas dificultades. Pero… ¡No temamos! El Señor va por delante. Que seamos capaces de abrirnos paso en medio de una turba que, más que airada, está despistada y sin control.
*P. Javier Leoz

¡Buenos días!

San Juan Bosco
Hoy la Iglesia celebra a san Juan Bosco. A los dos años quedó huérfano de padre. Pero se constituyó en padre de numerosos huérfanos. Y millares de jóvenes de toda raza y nación, lo aclaman como “Padre y maestro de la juventud”. Nació en un hogar pobre. Su vida transcurrió en la pobreza. Dedicó sus mejores energías a la juventud indigente y necesitada.

Padre y Maestro de la juventud, san Juan Bosco, que, dócil a los dones del Espíritu Santo y abierto a las realidades de tu tiempo, fuiste para los jóvenes signo de la predilección amorosa de Dios. Enséñanos a ser amigos del Señor, para descubrir, en él y en su Evangelio, el sentido de la vida y de la verdadera felicidad. Ayúdanos a responder con generosidad a la vocación recibida de Dios, para ser constructores de comunión y, unidos a la Iglesia, promover en nuestro ambiente la cultura del amor. Concédenos perseverar en la vivencia intensa de la vida cristiana, según el espíritu de las Bienaventuranzas, y así, guiados por Maria Auxiliadora, nos encontremos un día contigo en el cielo. Amén.

Don Bosco revitalizó el “sistema preventivo” para la educación cristiana de niños y jóvenes, basado en la doctrina evangélica asimilada por su vigorosa y original personalidad. Cimentó su método educativo en la razón, la religión y el amor. Don Bosco figura entre los grandes educadores de la humanidad. Honremos a este “gigante de la santidad” (Pío XI).
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús comenzó a decir en la sinagoga: «Esta Escritura, que acabáis de oír, se ha cumplido hoy». Y todos daban testimonio de Él y estaban admirados de las palabras llenas de gracia que salían de su boca. Y decían: «¿No es éste el hijo de José?». Él les dijo: «Seguramente me vais a decir el refrán: ‘Médico, cúrate a ti mismo’. Todo lo que hemos oído que ha sucedido en Cafarnaúm, hazlo también aquí en tu patria». Y añadió: «En verdad os digo que ningún profeta es bien recibido en su patria. Os digo de verdad: Muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando se cerró el cielo por tres años y seis meses, y hubo gran hambre en todo el país; y a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda de Sarepta de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, y ninguno de ellos fue purificado sino Naamán, el sirio».
Oyendo estas cosas, todos los de la sinagoga se llenaron de ira; y, levantándose, le arrojaron fuera de la ciudad, y le llevaron a una altura escarpada del monte sobre el cual estaba edificada su ciudad, para despeñarle. Pero Él, pasando por medio de ellos, se marchó. (Lc 4,21-30)

Comentario
Hoy, en este domingo cuarto del tiempo ordinario, la liturgia continúa presentándonos a Jesús hablando en la sinagoga de Nazaret. Empalma con el Evangelio del domingo pasado, en el que Jesús leía en la sinagoga la profecía de Isaías: «El Espíritu del Señor sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos (...)» (Lc 4,18-19). Jesús, al acabar la lectura, afirma sin tapujos que esta profecía se cumple en Él.
El Evangelio comenta que los de Nazaret se extrañaban que de sus labios salieran aquellas palabras de gracia. El hecho de que Jesús fuese bien conocido por los nazarenos, ya que había sido su vecino durante la infancia y juventud, no facilitaba su predisposición para aceptar que era un profeta. Recordemos la frase de Natanael: «¿De Nazaret puede salir algo bueno?» (Jn 1,46). Jesús les reprocha su incredulidad, recordando aquello: «Ningún profeta es bien recibido en su patria» (Lc 4,24). Y les pone el ejemplo de Elías y de Eliseo, que hicieron milagros para los forasteros, pero no para los conciudadanos.
Por lo demás, la reacción de los nazarenos fue violenta. Querían despeñarlo. ¡Cuántas veces pensamos que Dios tiene que realizar sus acciones salvadoras acoplándose a nuestros grandilocuentes criterios! Nos ofende que se valga de lo que nosotros consideramos poca cosa. Quisiéramos un Dios espectacular. Pero esto es propio del tentador, desde el pináculo: «Si eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo» (Lc 4,9). Jesucristo se ha revelado como un Dios humilde: el Hijo del hombre «no ha venido a ser servido, sino a servir» (Mc 10,45). Imitémosle. No es necesario, para salvar a las almas, ser grande como san Javier. La humilde Teresa del Niño Jesús es su compañera, como patrona de las misiones.
* P. Pere SUÑER i Puig SJ (Barcelona, España)

Santoral Católico:
San Juan Bosco
Presbítero y Fundador
Nació junto a Castelnuovo, en la diócesis de Turín, el año 1815. Su niñez fue dura. Ordenado sacerdote, dedicó sus energías y sus admirables dones carismáticos a la educación de los jóvenes, a los que enseñaba diversos oficios y formaba en la vida cristiana, en aquel momento histórico de la naciente industrialización y de la aparición del movimiento obrero. Escribió también algunos opúsculos en defensa de la religión. Promovió la devoción a María Auxiliadora. Destacó entre los santos de su tiempo, especialmente en el apostolado de la juventud, en el que usó y enseñó el método basado en el amor y la confianza en los jóvenes, la persuasión, la religiosidad auténtica, el amor atento a prevenir más que a reprimir. Fue terciario franciscano y muy devoto de san Francisco. Fundó la Sociedad de San Francisco de Sales, los salesianos, y de la Congregación de Hijas de María Auxiliadora. Murió en Turín el 31 de enero de 1888.
Oración: Señor, tú que has suscitado en san Juan Bosco un padre y un maestro para la juventud, danos también a nosotros un celo infatigable y un amor ardiente, que nos impulse a entregarnos al bien de los hermanos y a servirte a ti en ellos con fidelidad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano    

Palabras de San Juan Pablo II
 
"Queridos jóvenes, ya lo sabéis:
el cristianismo no es una opinión
y no consiste en palabras vanas.
¡El cristianismo es Cristo!
¡Es una Persona, es el Viviente!
Encontrar a Jesús, amarlo y hacerlo amar:
he aquí la vocación cristiana"

Predicación del Evangelio
¿No necesitamos profetas?
«Un gran profeta ha surgido entre nosotros». Así gritaban en las aldeas de Galilea, sorprendidos por las palabras y los gestos de Jesús. Sin embargo, no es esto lo que sucede en Nazaret cuando se presenta ante sus vecinos como ungido como Profeta de los pobres.

Jesús observa primero su admiración y luego su rechazo. No se sorprende. Les recuerda un conocido refrán: «Os aseguro que ningún profeta es bien acogido en su tierra». Luego, cuando lo expulsan fuera del pueblo e intentan acabar con él, Jesús los abandona. El narrador dice que «se abrió paso entre ellos y se fue alejando». Nazaret se quedó sin el Profeta Jesús.

Jesús es y actúa como profeta. No es un sacerdote del templo ni un maestro de la ley. Su vida se enmarca en la tradición profética de Israel. A diferencia de los reyes y sacerdotes, el profeta no es nombrado ni ungido por nadie. Su autoridad proviene de Dios, empeñado en alentar y guiar con su Espíritu a su pueblo querido cuando los dirigentes políticos y religiosos no saben hacerlo. No es casual que los cristianos confiesen a Dios encarnado en un profeta.

Los rasgos del profeta son inconfundibles. En medio de una sociedad injusta donde los poderosos buscan su bienestar silenciando el sufrimiento de los que lloran, el profeta se atreve a leer y a vivir la realidad desde la compasión de Dios por los últimos. Su vida entera se convierte en "presencia alternativa" que critica las injusticias y llama a la conversión y el cambio.

Por otra parte, cuando la misma religión se acomoda a un orden de cosas injusto y sus intereses ya no responden a los de Dios,  el profeta sacude la indiferencia y el autoengaño, critica la ilusión de eternidad y absoluto que amenaza a toda religión y recuerda a todos que sólo Dios salva. Su presencia introduce una esperanza nueva pues invita a pensar el futuro desde la libertad y el amor de Dios.

Una Iglesia que ignora la dimensión profética de Jesús y de sus seguidores, corre el riesgo de quedarse sin profetas.

Nos preocupa mucho la escasez de sacerdotes y pedimos vocaciones para el servicio presbiteral. ¿Por qué no pedimos que Dios suscite profetas? ¿No los necesitamos? ¿No sentimos necesidad de suscitar el espíritu profético en nuestras comunidades?

Una Iglesia sin profetas, ¿no corre el riesgo de caminar sorda a las llamadas de Dios a la conversión y el cambio?
Un cristianismo sin espíritu profético, ¿no tiene el peligro de quedar controlado por el orden, la tradición o el miedo a la novedad de Dios?
* José Antonio Pagola
        
Nuevo vídeo y artículo

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"Juan Pablo II inolvidable"
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Agradecimientos
Dicen que en el cielo hay dos oficinas diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por la cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos por las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas" pretendemos juntar una vez por semana (los domingos) todos los mensajes para la segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como respuesta a nuestros pedidos de oración.

De Argentina, María Angélica G. escribe y dice: “Damos gracias a Jesús y a María por la recuperación de la Hermana Patricia I., de Corrientes. Que la Virgen de Lourdes la fortalezca para afrontar el tratamiento oncológico”. Que así sea.

En este día en que hacemos memoria de Don Bosco, quiero agradecer a Dios los excelentes amigos salesianos que me ha dado: sacerdotes y damas de esa congregación que me enriquecen con su amistad y a los que hoy particularmente tengo presente en mis oraciones y siempre en mi corazón.

Los cinco minutos de Dios
Enero 31
Hay una vida alegre; una vida en la que todo sale bien y en la que gozamos de todos y de todo.
Una vida llena de optimismo, de éxitos, de nuevos planes que se llevan a cabo; una vida de ilusiones realizadas; una vida de paz y de comprensión con los propios y los ajenos.
Y también una vida de dolor; una vida en la que la enfermedad muerde nuestros cuerpos; una vida en la que la enfermedad de algunos de los nuestros aprieta nuestro corazón; una vida de dificultades y de fracasos, de pobreza y de falta de trabajo, de incomprensiones y dificultades, de lágrimas y angustias, de sentida soledad.
Pero también puede haber una vida que sea la suma de las dos anteriores, vale decir: una vida que no sea solamente de alegría o de dolor, sino que llegue a ser de alegría en el dolor; la alegría y el dolor probablemente no dependen de tu deseo, pero el hacer de tu vida una vida de alegría en el dolor dependerá exclusivamente de ti.
Pero eso no lo lograrás si no miras el dolor en la cruz; la cruz sin Cristo se torna insoportable; el Cristo en la cruz la hace llevadera. “Estoy crucificado con Cristo, y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mi” (Gal 2,19-20). “Yo sólo me gloriaré en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo está crucificado para mí, como yo lo estoy para el mundo” (Gal 6,14)
* P. Alfonso Milagro

Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

sábado, 30 de enero de 2016

Pequeñas Semillitas 2924

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 11 - Número 2924 ~ Sábado 30 de Enero de 2016
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Cuentan que San Medardo tenía unas colmenas que le producían una  miel excelente, y las abejas eran muy mansas y buenas. Sucedió que un día llegó un ratero a llevarse la miel; pero, las abejas lo persiguieron tan terriblemente que no le quedó otro remedio que meterse en la casa del santo a pedirle que rezara por él. San Medardo echó una bendición a las abejas y éstas se fueron obedientes, y él, vuelto hacia el ladrón, le dijo:
—Esto es señal de los castigos que te pueden llegar si sigues robando. Ahora son unas sencillas abejas, pero después los que te picarán serán tus remordimientos eternamente.
Los santos vivían con el pensamiento en Cielo. Con esta luz orientaron sus pasos por la vida. Sabían que obrar mal desagrada y ofende a Dios y nos perjudica seriamente. Sabían también que no dar importancia a las transgresiones pequeñas, arrastra a graves pecados, porque adormecen la conciencia… Cuida no lesionar el amor a Dios y a los hermanos.

¡Buenos días!

Desacelera el ritmo
“Si el nadador levanta la cabeza es para «recobrar aliento». Si el automovilista se detiene frente a un surtidor, es para «cargar nafta». Si te detienes es para tomar conciencia de ti mismo, para unificar todas tus potencias, ordenarlas y dirigirlas para comprometerte por entero en tu vida” (M. Quoist). Decídete a vivir intensamente el momento presente, con serena sabiduría.

Desacelera el ritmo de tu corazón silenciando tu mente. Resuelve sólo una cosa por vez.  Rompe la tensión de tus nervios y músculos con la dulce música de los arroyos que viven en tu memoria. Vive intensamente la paz del sueño. Aprende a tomar vacaciones de un minuto, al detenerte a mirar una flor, al conversar con un amigo, al contemplar un amanecer o al leer algunas líneas de un buen libro. Recuerda que una vida más intensa no quiere decir una vida más rápida. Mira las ramas del roble que florece y comprende que creció grande y fuerte porque creció despacio y bien. Ten calma, desacelera el paso y echa tus raíces en la buena tierra de lo que realmente vale, para así crecer hacia las estrellas. Cada mañana, al despertar, pide a Dios que te dé serenidad y fortaleza para enfrentar las luchas cotidianas.

“Si vas siempre a velocidades muy altas, cansarás el motor del auto. Si vives siempre «bajo presión», tu cuerpo y tu espíritu se gastarán muy pronto. Si corres tanto no encontrarás a nadie y, lo que es más grave, no te encontrarás ni a ti mismo. Si quieres captar lo más profundo que hay en ti, has de saber detenerte y reflexionar”(M. Quoist). ¡Excelente consejo!
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Un día, al atardecer, dijo Jesús a sus discípulos: «Pasemos a la otra orilla». Despiden a la gente y le llevan en la barca, como estaba; e iban otras barcas con Él. En esto, se levantó una fuerte borrasca y las olas irrumpían en la barca, de suerte que ya se anegaba la barca. Él estaba en popa, durmiendo sobre un cabezal. Le despiertan y le dicen: «Maestro, ¿no te importa que perezcamos?».
Él, habiéndose despertado, increpó al viento y dijo al mar: «¡Calla, enmudece!» El viento se calmó y sobrevino una gran bonanza. Y les dijo: «¿Por qué estáis con tanto miedo? ¿Cómo no tenéis fe?». Ellos se llenaron de gran temor y se decían unos a otros: «Pues ¿quién es éste que hasta el viento y el mar le obedecen?». (Mc 4,35-41)

Comentario
Hoy, el Señor riñe a los discípulos por su falta de fe: «¿Cómo no tenéis fe?» (Mc 4,40). Jesucristo ya había dado suficientes muestras de ser el Enviado y todavía no creen. No se dan cuenta de que, teniendo con ellos al mismo Señor, nada han de temer. Jesús hace un paralelismo claro entre “fe” y “valentía”.
En otro lugar del Evangelio, ante una situación en la que los Apóstoles dudan, se dice que todavía no podían creer porque no habían recibido el Espíritu Santo. Mucha paciencia le será necesaria al Señor para continuar enseñando a los primeros aquello que ellos mismos nos mostrarán después, y de lo que serán firmes y valientes testigos.
Estaría muy bien que nosotros también nos sintiéramos “reñidos”. ¡Con más motivo aun!: hemos recibido el Espíritu Santo que nos hace capaces de entender cómo realmente el Señor está con nosotros en el camino de la vida, si de verdad buscamos hacer siempre la voluntad del Padre. Objetivamente, no tenemos ningún motivo para la cobardía. Él es el único Señor del Universo, porque «hasta el viento y el mar le obedecen» (Mc 4,41), como afirman admirados los discípulos.
Entonces, ¿qué es lo que me da miedo? ¿Son motivos tan graves como para poner en entredicho el poder infinitamente grande como es el del Amor que el Señor nos tiene? Ésta es la pregunta que nuestros hermanos mártires supieron responder, no ya con palabras, sino con su propia vida. Como tantos hermanos nuestros que, con la gracia de Dios, cada día hacen de cada contradicción un paso más en el crecimiento de la fe y de la esperanza. Nosotros, ¿por qué no? ¿Es que no sentimos dentro de nosotros el deseo de amar al Señor con todo el pensamiento, con todas las fuerzas, con toda el alma?
Uno de los grandes ejemplos de valentía y de fe, lo tenemos en María, Auxilio de los cristianos, Reina de los confesores. Al pie de la Cruz supo mantener en pie la luz de la fe... ¡que se hizo resplandeciente en el día de la Resurrección!
Rev. D. Joaquim FLURIACH i Domínguez (St. Esteve de P., Barcelona, España)

Santoral Católico:
Santa Jacinta Mariscotti
Virgen
Nació en Vignanello, cerca de Viterbo (Italia), en 1585, de familia noble. Sus padres la enviaron a las clarisas, que pronto abandonó. A los 20 años ingresó en el monasterio de las Franciscanas de la Tercera Orden Regular de Viterbo. Tanto en el siglo como en el claustro llevó una vida ligera y disipada hasta que, a los treinta años y a raíz de una grave enfermedad, se convirtió del todo al Señor. A partir de entonces llevó una vida de gran austeridad y penitencia, y se afanó en obras de caridad; fundó cofradías para la adoración de la Eucaristía y para atender a los pobres, enfermos y ancianos. Dios adornó su intensa oración y contemplación con carismas extraordinarios. Murió en Viterbo el 30 de enero de 1640.
Oración: Oh Dios, que nos has dejado en santa Jacinta un ejemplo vivo de mortificación y amor a ti, concédenos, por su intercesión, reconocer nuestros pecados, llorarlos y permanecer en tu amistad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano    

Palabras del Papa Francisco
"No existe familia perfecta. No tenemos padres perfectos, no somos perfectos, no nos casamos con una persona perfecta, ni tenemos hijos perfectos. Tenemos quejas de unos a otros. Nos decepcionamos los unos a los otros. Por lo tanto, no existe un matrimonio saludable ni familia saludable sin el ejercicio del perdón.
El perdón es vital para nuestra salud emocional y sobrevivencia espiritual. Sin perdón la familia se convierte en un escenario de conflictos y un bastión de agravios. Sin el perdón la familia se enferma. El perdón es la esterilización del alma, la limpieza de la mente y la liberación del corazón. Quien no perdona no tiene paz del alma ni comunión con Dios.
El dolor es un veneno que intoxica y mata. Guardar una herida del corazón es un gesto autodestructivo. Es autofagia. Quien no perdona enferma físicamente, emocionalmente y espiritualmente. Es por eso que la familia tiene que ser un lugar de vida y no de muerte; territorio de curación y no de enfermedad; etapa de perdón y no de culpa. El perdón trae alegría donde un dolor produjo tristeza; y curación, donde el dolor ha causado enfermedad".

Tema del día:
Cuando arrecia la tormenta
Estaba tan tranquilo mi Señor, que pensaba que ya nada malo me podía volver a ocurrir. Tenía una alegría sincera, y no era la felicidad de tener todo bajo control, sino la extraña sensación de haber sido capaz de llegar a un puerto seguro. Como un barco que logra lanzar el ancla en una bahía abrigada de los vientos del mar abierto, para poder poner el pie en tierra y buscar el calor de una casa acompañada de buena comida y amigos. Amigos que me hagan sentir seguro, amado y esperado.

Y de repente, mi Señor, la tormenta se echó sobre mí con toda su fuerza, una vez más. Imprevistamente me encontré en mar abierto, arrancado del calor del hogar para sentir nuevamente la confusión de haber perdido la seguridad, la paz, el cobijante calor del hogar. No quiero pasar por esto, no estoy preparado, porque la herida que sufrí la vez anterior todavía no ha sanado, aun me duele y ya estoy nuevamente expuesto a una nueva herida, quizás peor que las anteriores.

La tormenta arrecia, por fuera y dentro mío también, aquí mismo. Los golpes se suceden uno tras otro, es difícil de explicar lo difícil que es sentir que me has abandonado Señor. A pesar de que te he visto a mi lado tantas veces, ahora estás tan lejos que ni siquiera tengo certeza de que pueda volverte a oír, y hasta me asaltan dudas de que realmente existas.

En el vacío del abandono, en medio de la noche más negra de mi alma, la tormenta hace destrozos y arranca sentimientos de enojo, de furia, que rápidamente se disipan para dar lugar al miedo, a la desesperación, a la muerte de la fe. El viento destructor es tan frio que mata todo lo que toca, deja una sensación de vacío y silencio interior semejante a una roca cubierta de escarcha y hielo. Toco y busco vida, pero el vacío en mi pecho parece decirme que todo está perdido, que ya no hay esperanza. Un corazón muerto, yermo.

En ese punto límite cuestiono todo lo que siempre me has enseñado, Señor. Hasta dudo de mis diálogos contigo, quizás fueron pérdida de tiempo y signo de locura. Si, empiezo a creer que Tus Caminos fueron un engaño, una falsa idea instalada en mi mente. Quizás Tu Palabra fue un espejismo de mi imaginación, porque aquí ya no hay nada, solo esta tormenta tremenda que arranca y rompe todo lo que me dio seguridad en el pasado.

Y justamente cuando más arrecia la tormenta, cuando he decidido solo confiar en mis propias fuerzas, es que veo el engaño al que he sido arrojado, una vez más. Ya no esperaba nada, solo me dejaba mecer por los golpes que una y otra vez me sacudían como una hoja muerta. Y sin embargo algo se encendió dentro de mí, una pequeña luz, una chispa en medio de la oscuridad. Creí que  era solo mi imaginación, pero no, allí estaba nuevamente. Un anhelo de seguir, una repentina ilusión de levantarme y hacer frente al viento arrasador. El hielo que cubre mi alma empieza a transformarse en agua, quiere derretirse ante el calor que asoma por debajo de la carne de mi corazón, que quiere volver a latir.

Esa luz repentina que pones en medio de la tormenta, ese calor casi imperceptible que hace latir nuevamente a mi corazón, ese renacer de la esperanza cuando todo está perdido. ¡Debes ser Tú, mi Señor! No hay otro que pueda hacer eso, nadie puede imponerse a la desesperanza como Tú, porque Tú eres la Esperanza misma. No es que no arrecie la tormenta, es solo que sé bien que Tú eres el Dios de las tormentas, Tú las haces y las deshaces y no hay fuerza o contrariedad que pueda superar a Tu Voluntad.

¡Señor, aquí está Tu siervo, Tu siervo Te escucha mi Señor, rescátame de este pozo de desesperación!

Y suavemente te digo al oído, cuando te pones a mi lado: Una Palabra tuya bastará para sanarme, Señor. No hace falta que entres a mi casa, porque mi fe se ha restablecido y ya no confiaré. Ancla en mis fuerzas, sino solo en Tu Poder, mi Dios. Mi alma canta, se alegra por todas Tus maravillas, porque iluminaste mi noche y te impusiste a mis miedos. ¡Ya no temo a la tormenta que ruge a mi alrededor! Sé que nada ocurre sin que Tú así lo permitas, o lo desees. Por eso confío en que nada me puede pasar, a mí que soy Tu siervo, Tu hermano, Tu hijo.

Mi Señor, cuando más arrecia la tormenta, más feliz me siento de ser capaz de confiar en Tu Presencia, en Tu cuidado. Los vientos arrasadores solo alimentan mi alegría de saberme amado por Ti, de saberme Tu hermano, de poder compartir el dolor del Dios del Dolor. Dame Señor de lo que necesito, Tú me conoces en lo más profundo de mi corazón, hurga en mi alma ennegrecida y pon allí el brillo de Tu Amor para que la aurora me encuentre aferrado a Ti.
* Oscar Schmidt

Humor
Se encuentra el paciente tendido en la cama. En el mismo cuarto se están su médico, abogado, esposa, y sus hijos, todos ellos esperando el suspiro final, cuando de repente el paciente se sienta, mira a su  alrededor y dice:
- Asesinos, ladrones, mal agradecidos y sinvergüenzas, y vuelve a desmayarse.
El doctor un poco confundido dice:
- Creo que está mejorando...
- ¿Por qué lo dice doctor?, pregunta la esposa.
- Porque nos ha reconocido a todos.

"Pequeñas Semillitas" por e-mail
Si lo deseas puedes recibir todos los días "Pequeñas Semillitas" por correo, más el agregado de un powerpoint. Las suscripciones son gratis y solo tienes que solicitarlas escribiendo a Rocío (moderadora de los grupos) a: peque.semillitas.3@gmail.com  con el título: “Suscripción a Pequeñas Semillitas”.
Si ya estás suscripto y quieres cancelar tu suscripción debes escribir a la misma dirección con el título: “Baja”.

Los cinco minutos de Dios
Enero 30
Nada dura mucho, si tiene fin. Nada es absoluto, si tiene límites.
Los días de dolor parecieran no tener fin; las noches de insomnio, los días de duro trajinar, la enfermedad molesta y dolorosa, el problema angustioso, la pena que se aferra al espíritu con garra lacerante... todo parece que durará siempre, que nunca acabará.
Sin embargo, todo pasa, todo perece, todo termina, todo desaparece y todo se olvida; por eso decimos que nada dura mucho si tiene fin, pues una vez llegado a ese fin, ya no se puede hablar de mucho: ya estamos en la nada.
En cambio, el Absoluto, el que no tiene ni principio ni fin, el que es eterno e inmutable: Dios, es el que nunca pasa, el que por lo mismo no solo es mucho, sino que es Todo.
Por eso en tu vida Dios no puede ocupar un segundo lugar; nada puede ser superior a Dios; ni tampoco puede ocupar un “primer” lugar, sino que ha de ocupar “todo” lugar. “Yo soy el alfa y la omega, dice el Señor Dios. El que es, el que era y el que bien, el Todopoderoso” (Ap 1,8)
* P. Alfonso Milagro

Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

viernes, 29 de enero de 2016

Pequeñas Semillitas 2923

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 11 - Número 2923 ~ Viernes 29 de Enero de 2016
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
La vida es un don maravilloso e inapreciable. Tengo constantemente en cuenta a Quien me lo dio y le estoy eternamente agradecido, porque ese don de vida es mío y puedo vivirlo.
¿Qué decido hacer con la vida que Dios me ha dado? La vivo plena y libremente, siendo tan bueno como me sea posible. Hablo y actúo con amor y compasión.  Centro mi atención en el amor de Dios para mí y dentro de mí. Impregno de amor cuanto pienso, digo y hago.
La vida de Dios resuena en mí cada día con más claridad, según la honro y permito que se exprese a través de mí. Descubro que cada momento de mi existencia tiene un significado y una finalidad.
Con el corazón agradecido, digo: "Gracias, Dios, por Tu vida perfecta, que está dentro de mí ahora y siempre. Acepto el don de la vida y lo aprovecho al máximo".

¡Buenos días!

Enciente tu vela
El P. James Keller fundó una asociación cuyo objetivo es ayudar al ser humano a usar los talentos que Dios le ha dado, para mejorar el mundo en que vive, comunicando sus ideas en forma efectiva. Con este fin en 1945 comenzó a imprimir “Ecos Cristóforos”, hoja mensual para animar a quienes simpatizan con los valores de la bondad, la paz y la solidaridad.

En Norteamérica existe un movimiento que se llama "Los Cristóforos", es decir "Portadores de Cristo". Una noche más de 100.000 de ellos estaban reunidos en un gigantesco estadio. De repente se apagaron todas las luces y se hizo una oscuridad impenetrable. Todo el mundo se puso tenso. El fundador del movimiento, de pie en medio del estadio, encendió una velita. Era una luz pequeñísima pero todos pudieron verla. Levantó la vela y dijo: "Es mejor encender una luz que maldecir las tinieblas". Tomando lumbre de esta velita se encendieron todas las velas de los 100 000 presentes y se hizo una luz esplendorosa en el amplio recinto deportivo.

De este modo se demostró objetivamente que la acción y la palabra que irradian bondad y paz, por pequeñas que sean, no dejan de tener influencia real en el ambiente, tanto más si se unen a otros con el mismo ideal de solidaridad. “Grano no hace granero, pero ayuda al compañero”. Tú también, hermano/a, puedes aportar tu luz para que haya menos oscuridad.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús decía a la gente: «El Reino de Dios es como un hombre que echa el grano en la tierra; duerma o se levante, de noche o de día, el grano brota y crece, sin que él sepa cómo. La tierra da el fruto por sí misma; primero hierba, luego espiga, después trigo abundante en la espiga. Y cuando el fruto lo admite, en seguida se le mete la hoz, porque ha llegado la siega».
Decía también: «¿Con qué compararemos el Reino de Dios o con qué parábola lo expondremos? Es como un grano de mostaza que, cuando se siembra en la tierra, es más pequeña que cualquier semilla que se siembra en la tierra; pero una vez sembrada, crece y se hace mayor que todas las hortalizas y echa ramas tan grandes que las aves del cielo anidan a su sombra». Y les anunciaba la Palabra con muchas parábolas como éstas, según podían entenderle; no les hablaba sin parábolas; pero a sus propios discípulos se lo explicaba todo en privado. (Mc 4,26-34)

Comentario
Hoy Jesús habla a la gente de una experiencia muy cercana a sus vidas: «Un hombre echa el grano en la tierra (...); el grano brota y crece (...). La tierra da el fruto por sí misma; primero hierba, luego espiga, después trigo abundante en la espiga» (Mc 4,26-28). Con estas palabras se refiere al Reino de Dios, que consiste en «la santidad y la gracia, la Verdad y la Vida, la justicia, el amor y la paz» (Prefacio de la Solemnidad de Cristo Rey), que Jesucristo nos ha venido a traer. Este Reino ha de ser una realidad, en primer lugar, dentro de cada uno de nosotros; después en nuestro mundo.
En el alma de cada cristiano, Jesús ha sembrado —por el Bautismo— la gracia, la santidad, la Verdad... Hemos de hacer crecer esta semilla para que fructifique en multitud de buenas obras: de servicio y caridad, de amabilidad y generosidad, de sacrificio para cumplir bien nuestro deber de cada instante y para hacer felices a los que nos rodean, de oración constante, de perdón y comprensión, de esfuerzo por conseguir crecer en virtudes, de alegría...
Así, este Reino de Dios —que comienza dentro de cada uno— se extenderá a nuestra familia, a nuestro pueblo, a nuestra sociedad, a nuestro mundo. Porque quien vive así, «¿qué hace sino preparar el camino del Señor (...), a fin de que penetre en él la fuerza de la gracia, que le ilumine la luz de la verdad, que haga rectos los caminos que conducen a Dios?» (San Gregorio Magno).
La semilla comienza pequeña, como «un grano de mostaza que, cuando se siembra en la tierra, es más pequeña que cualquier semilla que se siembra en la tierra; pero una vez sembrada, crece y se hace mayor que todas las hortalizas» (Mc 4,31-32). Pero la fuerza de Dios se difunde y crece con un vigor sorprendente. Como en los primeros tiempos del cristianismo, Jesús nos pide hoy que difundamos su Reino por todo el mundo.
Rev. D. Jordi PASCUAL i Bancells (Salt, Girona, España)

Santoral Católico:
San Sulpicio Severo
Obispo
Fue obispo de Bourges, en Aquitania. Hizo estudios jurídicos y trabajó como jurista en diversas ciudades de la Galia. A la muerte de su esposa, en el año 392, inició una vida de ascetismo en las cercanías de Biterrae (Béziers).  San Gregorio de Tours lo alabó por su sabiduría, su celo pastoral y su diligencia en restaurar la disciplina. Entre sus obras se cuenta la primera biografía de San Martín de Tours y una crónica (Chronicorum Libri Duo o Historia Sacra) que se extiende desde la creación del mundo hasta el año 400 y que es una fuente de información muy importante para entender la controversia prisciliana en la Galia  Murió en su sede episcopal el año 591.

La frase de hoy

“Para que todas las naciones alaben a Dios,
primero el Evangelio tiene que llegar a todas las naciones”
~ Anónimo ~

Tema del día:
Te explico la familia
Me preguntas qué es eso de la familia. Sobre el tema reina una confusión enorme, especialmente por nuevas leyes que aparecen aquí y allá. Por eso no resulta nada fácil darte una respuesta. Pero vamos a probar, a ver si llegamos a buen puerto.

Los seres humanos son parte del misterio de la vida que desde hace miles de años llena de variedad y dinamismo el planeta tierra. Hombres y mujeres nacen, crecen y mueren. Aparentemente, según leyes parecidas a las que siguen los pinos y los cangrejos, los jilgueros y las ballenas.

Pero hay algo en el ser humano que lo hace distinto de los demás animales. Grandes filósofos de la Antigüedad se dieron cuenta de que tenemos un alma espiritual, de que no somos simplemente animales, de que nuestra vida no termina con el tiempo terráqueo, de que tras la muerte se abre un telón desconocido (más no por ello menos verdadero). Diversas religiones, antiguas y menos antiguas, repiten lo mismo: venimos a la vida por el querer de Dios, y llegaremos un día a la presencia de Dios para iniciar una vida tras la muerte.

En el tiempo de la vida terrena, mientras convivimos con tulipanes y libélulas, con koalas y cebras, los hombres y las mujeres pueden casarse gracias a energías profundas y a una complementariedad física y espiritual. Física, porque el hombre tiene una configuración sexual que le permite unirse a la mujer; y porque la mujer, si se une sexualmente con un hombre, es capaz de concebir en su seno nuevas vidas humanas. Gracias a esa complementariedad aparecimos un día tú y yo...

Complementariedad también espiritual. Porque somos algo más que simples animales. Los animales viven y mueren según las leyes de la selección natural, de la victoria del más fuerte, de la lucha por la supervivencia. De un modo asombroso, millones de hombres y mujeres son capaces de amar hasta el sacrificio, de luchar por un mundo más justo, de defender los derechos humanos de todos (sin discriminaciones), de ayudar a los pobres, los ancianos, los enfermos, los débiles. Aunque también, me dirás, muchos son egoístas, porque viven de modo equivocado su vocación al amor. Porque aman mal, porque piensan mal, porque deciden peor.

La doble complementariedad, física y espiritual, entre un hombre y una mujer que se aman, permite que pueda darse el matrimonio. El matrimonio es una unión basada no sólo en el simple instinto, en las hormonas por las que hombres y mujeres sienten una atracción mutua, sino en algo más profundo: en el deseo de amar al otro, a la otra, plenamente, en los buenos y en los malos momentos, en las horas de alegría y ante las pruebas más dolorosas. De amar al otro o a la otra cuando una nueva vida (un hijo) se inicia del amor mutuo y complementario de los esposos, cuando ella le dice a él que está “esperando”...

Así debería ser cada familia. No todas, por desgracia, se basan en el amor, ni todas se abren a la vida. Existen, además, muchas parejas que no pueden tener hijos, por lo que su vocación al amor y su apertura a la vida está llamada a orientarse a nuevas metas, a modos tan hermosos de entrega a los demás como, por ejemplo, la adopción, o la ayuda a personas solas y necesitadas.

Algunos, en el pasado y en el presente, intentan dar el nombre de familia a uniones humanas que no lo son. Dicen que es familia una unión entre personas del mismo sexo, o que lo sería un grupo de amigos más o menos estable, o un hombre casado con muchas mujeres (como en la poligamia), etc. En realidad, usan el nombre de “familia” para esas uniones porque quisieran, en el fondo, imitar de algún modo la belleza de las familias verdaderas, la riqueza de amores que se abren a la vida y a la entrega total al otro, amores capaces de construir sociedades sanas y generosas.

Hay también familias aparentemente “normales” (un hombre, una mujer, quizá uno o varios hijos) que pierden el amor o que nunca lo tuvieron, que mantienen lazos de unidad simplemente por inercia, o por miedo, o por conveniencias mutuas. En esos casos se ha introducido un virus dañino que hiere la vida propia de la familia. No es de extrañar que el conflicto, la rabia, la ruptura (divorcio, abandono del hijo por parte de los padres, abandono de los padres por parte de alguno de los hijos) dominen y llenen de oscuridad el “hogar”. Un hogar que estaba llamado a ser centro de amor y de concordia, y no lo es...

Todos podemos hacer algo para que la familia sea lo que puede ser, lo que está llamada a ser. Con familias sanas el mundo se hace grande y hermoso. Pero, sobre todo, con familias sanas cada uno se siente seguro, respetado, amado por aquellos que viven a su lado. Lo cual es siempre la mejor manera de comprometernos para ayudar y amar también a los que no son de la propia familia, y que también necesitan recibir el testimonio y el apoyo de quienes saben lo hermoso que es vivir enamorados en familia.
* Fernando Pascual

Oración a San Miguel Arcángel 
San Miguel Arcángel
defiéndenos en la batalla.
Sé nuestro amparo contra la perversidad
y acechanzas del demonio.
Reprímale Dios, pedimos suplicantes,
y tú, Príncipe de la Milicia Celestial
arroja en el infierno con tu divino poder
a satanás y demás espíritus malignos
que andan dispersos por el mundo
para perdición de las almas.
Amén

La Festividad de San Miguel Arcángel se celebra el 29 de Setiembre.
Pero igualmente es una práctica muy recomendada el rezar esta oración
todos los días a la finalización de la Santa Misa.
Y también en estos tiempos para pedir por el Santo Padre
y por la santidad de todos los sacerdotes del mundo.
En "Pequeñas Semillitas" la publicaremos los días 29 de cada mes.

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Tenemos un pedido de oración múltiple… por varias personas: por Norman J., de Canadá, para que su cáncer no se disemine y llegue a curarse; por Mauricio, de 35 años, de USA, que está bajo tratamiento de quimioterapia; por Boris E., 43 años, de Canadá y Matías P. E., de Argentina, para que el Señor les dé un mejor trabajo y un futuro luminoso y de paz en sus vidas; por Ana A. y sus tres hijos que tiene tantos escollos por superar; y por Zequi, con complicación cerebral grave pidiendo por su sanación.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Los cinco minutos de Dios
Enero 29
Todo tiene su razón de ser en el mundo: el frío del invierno y el calor del verano, la fuerza del viento y la calma de la atmósfera, la luz y las sombras...
Tú también tienes una razón de ser en la vida; tu vida tiene una misión, que ha de ser cumplida por ti y solo por ti, porque esa misión es personal e inalienable.
Todo tu empeño debe consistir en llegar a conocer cuál es esa tu misión, cuál es la razón de ser de tu vida; Dios tiene sobre ti unos planes, que debes realizar tú; si no llegas a conocer esos planes, no los podrás cumplir; pero, si los conoces, debes dedicarte plenamente a su realización y entonces verás que tu vida es plena y que has descubierto el verdadero sentido de la misma.
Busca, pues, los planes de Dios sobre ti, para que puedas cumplirlos.
Dios te ha señalado una misión que cumplir y esa misión es personal e intransferible; si tú no la cumples, quedará sin cumplir y en ti se frustrarán los planes de  Dios; pero ¿por culpa de quién? “Que cada uno permanezca tal como lo encontró la llamada de Dios” (1 Cor 7,20). “Los exhorto a comportarse de una manera digna de la vocación que han recibido” (Ef 4,1)
* P. Alfonso Milagro

Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-