viernes, 5 de mayo de 2023

Pequeñas Semillitas 5304

PEQUEÑAS SEMILLITAS
 
Año 18 - Número 5304 ~ Viernes 5 de Mayo de 2023
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
¡Alabado sea Jesucristo!
Algunos de mis recuerdos son tan dulces que podría vivir siempre con ellos. Otros, en cambio, son tales que no veo la hora de dejarlos atrás. Sin embargo, todos mis recuerdos corresponden a experiencias que me han hecho más sabio y más fuerte.
Con cada idea, pensamiento, palabra y acto de hoy, doy forma a los recuerdos de mañana. Por eso entrego toda mi atención a Dios y a hacer de hoy el mejor de los días. Si sin advertirlo se introduce en el día algún recuerdo triste, lo baño con la luz del amor para que se esfume.
Muchas experiencias me han traído hasta el sitio que ahora ocupo. Soy libre de poner todo en manos de Dios y vivir el hoy pleno, gozoso y creativamente. Me veo a mí mismo y al prójimo tal como Dios nos ha creado para que fuéramos seres espirituales que se mantienen perfectos y sagrados.
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Hch 13,26-33
 
Salmo: Sal 2,6-7.8-9.10-11
 
Santo Evangelio: Jn 14,1-6
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «No se turbe vuestro corazón. Creéis en Dios: creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas mansiones; si no, os lo habría dicho; porque voy a prepararos un lugar. Y cuando haya ido y os haya preparado un lugar, volveré y os tomaré conmigo, para que donde esté yo estéis también vosotros. Y adonde yo voy sabéis el camino». Le dice Tomás: «Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?». Le dice Jesús: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí».
 
Comentario:
Hoy, en este Viernes IV de Pascua, Jesús nos invita a la calma. La serenidad y la alegría fluyen como un río de paz de su Corazón resucitado hasta el nuestro, agitado e inquieto, zarandeado tantas veces por un activismo tan enfebrecido como estéril.
Son los nuestros los tiempos de la agitación, el nerviosismo y el estrés. Tiempos en que el Padre de la mentira ha inficionado las inteligencias de los hombres haciéndoles llamar al bien mal y al mal bien, dando luz por oscuridad y oscuridad por luz, sembrando en sus almas la duda y el escepticismo que agostan en ellas todo brote de esperanza en un horizonte de plenitud que el mundo con sus halagos no sabe ni puede dar.
Los frutos de tan diabólica empresa o actividad son evidentes: enseñoreado el “sinsentido” y la pérdida de la trascendencia de tantos hombres y mujeres, no sólo han olvidado, sino que han extraviado el camino, porque antes olvidaron el Camino. Guerras, violencias de todo género, cerrazón y egoísmo ante la vida (anticoncepción, aborto, eutanasia...), familias rotas, juventud “desnortada”, y un largo etcétera, constituyen la gran mentira sobre la que se asienta buena parte del triste andamiaje de la sociedad del tan cacareado “progreso”.
En medio de todo, Jesús, el Príncipe de la Paz, repite a los hombres de buena voluntad con su infinita mansedumbre: «No se turbe vuestro corazón. Creéis en Dios: creed también en mí» (Jn 14,1). A la derecha del Padre, Él acaricia como un sueño ilusionado de su misericordia el momento de tenernos junto a Él, «para que donde esté yo estéis también vosotros» (Jn 14,3). No podemos excusarnos como Tomás. Nosotros sí sabemos el camino. Nosotros, por pura gracia, sí conocemos el sendero que conduce al Padre, en cuya casa hay muchas estancias. En el cielo nos espera un lugar, que quedará para siempre vacío si nosotros no lo ocupamos. Acerquémonos, pues, sin temor, con ilimitada confianza a Aquél que es el único Camino, la irrenunciable Verdad y la Vida en plenitud.
* Rev. D. Josep Mª MANRESA Lamarca (Valldoreix, Barcelona, España)
 
Santoral Católico:
San Ángel
Fue uno de los primeros miembros de la Orden del Carmelo. Sus padres fueron judíos convertidos al cristianismo gracias a una aparición de la Santísima Virgen. Desde la infancia mostró extraordinarios dones para lo espiritual y lo intelectual. A los 15 años hablaba ya el griego, el latín y el hebreo. Durante cinco años vivió como ermitaño en el Monte Carmelo. Se hizo carmelita en el Monte Carmelo de Palestina y se ordenó de sacerdote. Viajó a Roma con otros compañeros ante el avance de los musulmanes y para obtener del papa Honorio III la aprobación de su nueva Regla. Después marchó a Sicilia a predicar contra los cátaros que estaban infestando la isla. En Sicilia, convirtió a muchos con su predicación y milagros y en Palermo convirtió a más de 200 judíos. Cuando se encontraba predicando a una multitud, en Locata, fue acuchillado por una banda de malhechores. Herido de muerte, cayó de rodillas y oró por todo el pueblo y en particular por los que lo habían herido. Murió días después, perdonando a sus agresores.
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© Directorio Franciscano – ACI Prensa – Catholic.net
 
Pensamiento del día
  
Ama como si nadie te hubiera herido.
Canta como si nadie estuviera escuchando.
Vive como si el cielo estuviera en la tierra…»
(William Purkey)
 
Tema del día:
Las cuatro clases de perdón
🌟 Primero es perdonarse a uno mismo. Sucede que al no ser todavía perfectos, hemos cometido hechos que nos humillan y avergüenzan y pueden producir desilusión. Perdonarnos a nosotros mismos consistirá en aceptar nuestra condición de ser humano. Aceptar con humildad que fallamos. Y así, podemos seguir caminando, sin detenernos en el pasado lamentándonos. Así nos liberamos de pretender obtener la perfección ahora mismo, sino caminamos en un camino de perfección que se alcanzará en la Vida eterna por la gracia de Dios.
 
🌟 El segundo perdón, es el de perdonar a los demás. Cuando no perdonamos a alguien, nos atamos a esa persona, perdiendo libertad. Es un acto de caridad perdonar a los que nos hirieron. Además, si Dios nos ha perdonado, ¿por qué no debo perdonar a los demás? ¿Acaso soy más grande de Dios?
 
🌟 El tercero es perdonar a Dios. No es que Dios se equivoque, sino que en ocasiones somos nosotros, que por nuestra ignorancia y orgullo, le echamos la culpa injustamente a Dios y creemos que nos ha fallado, que se ha olvidado de nosotros, cuando realmente nunca ha dejado de amarnos y de ver por nuestro mejor bien. Si estamos enojados con Dios, habría que cambiar de actitud y dejar de ser necios, porque Él quiere siempre lo mejor para nosotros. “Perdonarlo” significará reconocer su bondad y nuestro desatino al enfadarnos.
 
🌟 Y el cuarto perdón es el de Dios. Muchas veces le fallamos a Dios. Y aunque es juez, la Justicia misma, más que juzgarnos, nos perdona cuando se lo pedimos sinceramente y con contrición. El Papa Francisco ha dicho que perdonar es lo que más le gusta hacer a Dios, pues es una manera de amarnos. A tal extremo llegó su amor, que nos entregó a su Hijo para que pudiéramos ser perdonados. La muerte de Jesús en la cruz es el culmen de la historia de amor de Dios con el hombre. Además, nos perdona todo, la misericordia de Dios es infinita.
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
La edad cronológica, es la que tiene el individuo, según el calendario.
La edad biológica, en cambio, es la que nos dice cómo ha afectado el tiempo a nuestros órganos y tejidos, comparándolos con otras personas de nuestra edad cronológica.
La edad psicológica es aquélla en la que el individuo encuentra placer en sus actividades diarias, porque cree que aún su vida tiene sentido, optimismo que hace que se considere como una persona valiosa que aún está en condiciones de prestarle servicio a la sociedad, y que aunque tenga muchos años encima, se siente más joven que algunos de 25 años. Y a esa edad psicológica, que tiene como valor agregado la experiencia, por ser la vida humana, abierta e ilimitada, no debe ponerse objeción por la edad, a quienes aspiren a transitar una vejez digna y respetable.
Por eso son tan lamentables, esas caricaturas en las que se satiriza y se les considera como fósiles humanos siendo mucho más respetable hablar de ancianidad, tercera edad o Adultos Mayores.
Y siempre con el corazón lleno de amor por ellos…
 
Pedidos de oración
🙏 Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, monjas, religiosas, novicias, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo: no a la criminal agresión de Rusia a Ucrania; por el fin de los ataques a la Iglesia Católica en Nicaragua, por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África (Nigeria), y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras patologías graves; por los jóvenes, especialmente los que han caído en las drogas o cualquier tipo de adicción, por las víctimas de trata, por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, por lo no nacidos, por la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio. En este tiempo pedimos especiales oraciones por todas las personas que en diversos países del mundo han sido afectadas por el coronavirus, rogando que el Sagrado Corazón de Jesús nos proteja ante esta terrible pandemia, y que, con fe y esperanza, y siguiendo las indicaciones médicas de prevención, el riesgo de contagio vaya disminuyendo en todo el planeta y los que están enfermos se sanen. Para lectores argentinos, pedimos especial oración por la salvación de la República Argentina en el marco de la democracia, la justicia y la honestidad de los gobernantes.
 
Recordando al Padre Natalio
Un magnífico perro
Jorge Manrique dejó unas famosas coplas, donde señala que la muerte no perdona a nadie: rico o pobre, letrado o ignorante, rey o plebeyo: “Nuestras vidas son los ríos que van a dar en la mar que es el morir; allí van los señoríos derechos a ser acabar y consumir; allí los ríos caudales, allí los otros, medianos y más chicos, allegados son iguales los que viven por sus manos y los ricos”. Lee esta pintoresca fábula campera de Godofredo Daireaux.
 
Un magnífico perro, de gran precio, había muerto en la estancia, y su amo, para perpetuar su memoria, le hizo edificar un soberbio sepulcro a donde lo llevaron en solemne procesión. Al ver pasar el acompañamiento, en el cual figuraban todos los animales de la estancia, el cuis, que es pobre y vive como puede en su miserable cuevita, siguió también, de curioso y no sin sentir cierta envidia hacia esos ricos que, aun muertos, parecen otra cosa que la demás gente. Pero cuando lo hubo visto encerrar en el monumento aquel, volvió, curado ya de envidia, a su casa, pensando con razón que más vale un pobre cuis en su miserable cueva, que cualquier perro rico en su bóveda de gran lujo.
 
Pensar en la muerte es valioso, si te impulsa y motiva a vivir con sabiduría e intensidad. La vida del buen cristiano es un confiado caminar hacia la Casa del Padre, y la muerte es la puerta. Junto a ella está esperando Dios Padre para introducirnos en la eterna fiesta de su inmenso corazón. En una lápida se leía: “Vive moriturus”, vive como quien debe morir.
(P. Natalio) 
 
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
  
 
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