jueves, 26 de noviembre de 2020

Pequeñas Semillitas 4512

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 15 - Número 4512 ~ Jueves 26 de Noviembre de 2020
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
El jesuita español San Francisco de Borja (1510-1572), un día cuestionando a sus novicios, se dio cuenta de que entre ellos, algunos carecían de devoción a la Santísima Virgen. Advierte entonces, al maestro de los novatos, rogándole que los vigile y que permanezca atento a su evolución. Pronto ocurrió lo que el santo jesuita temía: todos aquellos novicios perdieron la gracia de la vocación
"Hijos míos", dijo al mismo tiempo San Felipe Neri a cuantos confesó, "si quieren obtener el don de la perseverancia, amen a María, sirvan a María". Porque caemos y nos perdemos sólo cuando olvidamos pedirle ayuda a María.
 
¡Buenos días!
El herrero y su perro
“Saluda con gozo y agradecimiento el don inapreciable de este nuevo día. Trata con ternura cada hora porque no retornará jamás. Elude con empeño todo aquello que mata el tiempo. No escuches a labios ociosos, ni te quedes donde hay manos inactivas” (Mandino). Valiosos consejos para no caer en la pereza que frustra tus propósitos y aleja tus mejores metas.
 
Un herrero tenía un pequeño perro. Era su único y constante compañero. Mientras él martilleaba sus metales el perro permanecía dormido; pero cuando el herrero iba a comer, el perrito se despertaba y meneaba su cola, como reclamando su comida. Su amo un día, fingiendo estar enojado y golpeándolo suavemente con su palo, le dijo, —A usted, pequeño holgazán desventurado, ¿qué le haré? Mientras martilleo en el yunque, usted duerme en la estera; y cuando voy a comer después de mi duro trabajo, usted se despierta, menea la cola y exige alimento. ¿No sabe usted que el trabajo es fuente de toda bendición, y que nadie, sino sólo aquellos que trabajan tienen derecho a comer?
 
El trabajo es una bendición de Dios. Nos libera del aburrimiento y de los vicios, y nos proporciona los recursos para remediar nuestras necesidades fundamentales. Trabaja con gusto y acabarás sintiendo gusto por el trabajo. “El que no quiera trabajar, que no coma”, escribió san Pablo a los de Tesalónica. Que tengas un día de acción.
* Enviado por el P. Natalio
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Ap 18,1-2.21-23; 19,1-3.9a
 
Salmo: Sal 99, 1-5
 
Santo Evangelio: Lc 21,20-28
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Cuando veáis a Jerusalén cercada por ejércitos, sabed entonces que se acerca su desolación. Entonces, los que estén en Judea, huyan a los montes; y los que estén en medio de la ciudad, que se alejen; y los que estén en los campos, que no entren en ella; porque éstos son días de venganza, y se cumplirá todo cuanto está escrito.
»¡Ay de las que estén encinta o criando en aquellos días! Habrá, en efecto, una gran calamidad sobre la tierra, y cólera contra este pueblo; y caerán a filo de espada, y serán llevados cautivos a todas las naciones, y Jerusalén será pisoteada por los gentiles, hasta que se cumpla el tiempo de los gentiles. Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra, angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y de las olas, muriéndose los hombres de terror y de ansiedad por las cosas que vendrán sobre el mundo; porque las fuerzas de los cielos serán sacudidas. Y entonces verán venir al Hijo del hombre en una nube con gran poder y gloria. Cuando empiecen a suceder estas cosas, cobrad ánimo y levantad la cabeza porque se acerca vuestra liberación».
 
Comentario:
Hoy al leer este santo Evangelio, ¿cómo no ver reflejado el momento presente, cada vez más lleno de amenazas y más teñido de sangre? «En la tierra, angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y de las olas, muriéndose los hombres de terror y de ansiedad por las cosas que vendrán sobre el mundo» (Lc 21,25b-26a). Muchas veces, se ha representado la segunda venida del Señor con las imágenes más terroríficas posibles, como parece ser en este Evangelio, siempre bajo el signo del miedo.
Sin embargo, ¿es éste el mensaje que hoy nos dirige el Evangelio? Fijémonos en las últimas palabras: «Cuando empiecen a suceder estas cosas, cobrad ánimo y levantad la cabeza porque se acerca vuestra liberación» (Lc 21,28). El núcleo del mensaje de estos últimos días del año litúrgico no es el miedo, sino la esperanza de la futura liberación, es decir, la esperanza completamente cristiana de alcanzar la plenitud de vida con el Señor, en la que participarán también nuestro cuerpo y el mundo que nos rodea. Los acontecimientos que se nos narran tan dramáticamente quieren indicar de modo simbólico la participación de toda la creación en la segunda venida del Señor, como ya participaron en la primera venida, especialmente en el momento de su pasión, cuando se oscureció el cielo y tembló la tierra. La dimensión cósmica no quedará abandonada al final de los tiempos, ya que es una dimensión que acompaña al hombre desde que entró en el Paraíso.
La esperanza del cristiano no es engañosa, porque cuando empiecen a suceder estas cosas —nos dice el Señor mismo— «entonces verán venir al Hijo del hombre en una nube con gran poder y gloria» (Lc 21,27). No vivamos angustiados ante la segunda venida del Señor, su Parusía: meditemos, mejor, las profundas palabras de san Agustín que, ya en su época, al ver a los cristianos atemorizados ante el retorno del Señor, se pregunta: «¿Cómo puede la Esposa tener miedo de su Esposo?».
* Fray Lluc TORCAL Monje del Monasterio de Sta. Mª de Poblet (Santa Maria de Poblet, Tarragona, España)
 
Santoral Católico:
San Leonardo de Porto Maurizio
Predicador
Nació en Porto Maurizio, hoy Imperia (Liguria, Italia), el año 1676. Aún niño marchó a Roma a estudiar en el Colegio Romano. A los veintiún años vistió el hábito franciscano en la Provincia reformada de Roma. Ordenado de sacerdote en 1702 y superada una grave enfermedad, se consagró a la predicación y a las misiones populares, que lo llevaron por toda Italia, en las que tuvo como temas favoritos la Pasión de Cristo, la devoción a la Virgen, la reforma de costumbres, la convivencia pacífica de los ciudadanos. El Papa lo envió a Córcega como mensajero de paz, y logró la pacificación. En su Orden consolidó el espíritu de retiro y austeridad propugnado por los descalzos. Escribió muchas obras para provecho de los predicadores y edificación de los fieles. Fue un gran impulsor de la declaración del dogma de la Inmaculada y propagador de la devoción del Vía crucis. Murió en Roma el 26 de noviembre de 1751. Pío XI lo proclamó patrono de los misioneros entre fieles.
Oración: Dios de poder y misericordia, te rogamos que, así como hiciste a san Leonardo un predicador insigne de la pasión de tu Hijo, propagando la devoción del Vía Crucis, nos concedas, por su intercesión, meditar esos mismos misterios de Cristo y merecer los frutos de su redención. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
* Directorio Franciscano – Aciprensa – Catholic.net
 
Pensamiento del día
"Tú eres mi estrella, mi sueño,
la tranquilidad de la noche bajo las estrellas,
la luna reflejada en el mar, y siempre tú.
Yo soy la esencia de tus sueños disfrazado de tu mejor amigo".
(Anónimo)
 
Tema del día:
Corona de Adviento
El próximo domingo, 29 de noviembre, comenzará Adviento, un hermoso tiempo de preparación para la Navidad donde cada domingo se enciende una vela como signo de vigilia. A continuación, presentamos cinco cosas que todo cristiano debe saber sobre la característica Corona de Adviento.
 
1. Tiene un origen pagano
La Corona de Adviento tiene su origen en una tradición pagana europea que consistía en prender velas durante el invierno para pedirle al dios sol que regresara con su luz y calor. Los primeros misioneros aprovecharon esta tradición para evangelizar a las personas y les enseñaron que debían aprovechar esta Corona de Adviento como medio para esperar a Cristo, celebrar su natividad y rogarle que infunda su luz en sus almas.
 
2. Su forma circular es signo del amor de Dios
El círculo es una figura geométrica que no tiene ni principio ni fin. La Corona de Adviento recuerda que Dios tampoco tiene principio ni fin, por lo que refleja su unidad y eternidad. Es señal del amor que se debe tener hacia el Señor y al prójimo, que debe renovarse constantemente y nunca detenerse.
 
3. Las ramas verdes representan al Cristo vivo
El color verde representa la esperanza y la vida. En la corona de adviento nos recuerda que Cristo está vivo entre nosotros y la vida de gracia, el crecimiento espiritual y la esperanza que debemos cultivar durante Adviento. El anhelo más importante debe ser el llegar a una unión más estrecha con Dios, nuestro Padre, así como el árbol y sus ramas.
 
4. Las cuatro velas representan cada domingo de Adviento
Las cuatro velas de la Corona de Adviento se van prendiendo semana a semana, en los cuatro domingos de Adviento y con una oración especial. Las velas permiten reflexionar la oscuridad provocada por el pecado que ciega al hombre y lo aleja de Dios. Después de la primera caída del hombre, Dios fue dando poco a poco una esperanza de salvación que iluminó todo el universo, como las velas de la Corona. Así como las tinieblas se disipan con cada vela que encendemos, los siglos se van iluminando cada vez más con la cercana llegada de Cristo al mundo.
 
5. Una de las velas es rosada
La Corona de Adviento tiene tres velas moradas y una rosada que se enciende el tercer domingo de Adviento. El color morado representa el espíritu de vigilia, penitencia y sacrificio que debemos tener para prepararnos adecuadamente para la llegada de Cristo.  Mientras que la rosada representa el gozo que sentimos ante la cercanía del nacimiento del Señor.
En algunos lugares, todas las velas de la Corona se sustituyen por velas rojas y en la Noche de Navidad, en el centro, se coloca una vela blanca o sirio simbolizando a Cristo como centro de todo cuanto existe.
 
(Aciprensa)
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
El valor de una sola Misa es infinito, porque es el mismo Sacrificio del Calvario. Por eso es tan grave faltar un domingo a Misa, porque es como que le decimos a Jesús que no nos interesa estar junto a Él en el momento de su Pasión.
Porque efectivamente en la Misa estamos asistiendo REALMENTE a la Pasión de Jesús, si bien no lo vemos con los ojos materiales (aunque hubo Santos que sí lo veían), es necesario que lo veamos con los ojos de la fe, y que no dejemos de asistir a la Misa dominical, siempre que podamos (sobre todo ahora con las restricciones que impone la pandemia en algunos países)
En la Misa se reciben toda clase de gracias, incluso materiales, y hasta beneficios para nuestras empresas temporales y negocios. La verdad es que asistir a Misa es el mejor negocio que podemos hacer, no sólo espiritual, sino también material.
Recordemos que a la hora de la muerte el mayor consuelo será las Misas oídas en vida, y el mayor lamento será las Misas en que no participamos por pereza u otros motivos vanos.
Si hemos dejado de ir a Misa el domingo, es tiempo de que comencemos nuevamente a asistir a ella, y si queremos recibir la Eucaristía, hagamos una sincera confesión con el sacerdote, y volvamos a participar, comulgando también. Jamás nos arrepentiremos de esta decisión.
 
¡Hasta mañana! con Madre Teresa
Noviembre 26
Pienso que el aborto es hoy el mayor destructor de la paz, precisamente porque es una forma de guerra. Es una manera de matar. Es un asesinato intencionado y calculado, realizado con la colaboración de la madre. En la Escritura leemos lo que Dios dice claramente sobre esto: “Aunque una madre olvide a su hijo, yo no te olvidaré. Tú estás en la palma de mi mano”. Dios nos tiene grabados en la palma de su mano. Y esto es lo que me impresiona. Aunque una madre pueda olvidarse de su hijo, lo cual parece imposible, “Yo no te olvidaré”. Hoy el aborto es el mayor y más efectivo destructor de la paz.
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
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~AMDG~

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