sábado, 17 de noviembre de 2018

Pequeñas Semillitas 3825

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 13 - Número 3825 ~ Sábado 17 de Noviembre de 2018
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
En este nuevo día, gracias te tributamos oh Dios omnipotente y  Señor de lo  creado.
Tu divina clemencia se ha dignado sacarnos de la oscuridad de la noche a la luz del sol claro.
Llenas de tu gloria todo el vasto teatro y en el mundo cuanto existe es obra de tu mano; por ti nacen las flores y reverdece el campo; los árboles nos dan fruto y el sol nos da sus rayos; te alaban en las ramas los pájaros ufanos y en el agua los peces cantan tu Nombre Santo.
Bendice Dios clemente y guía nuestros pasos para que eternamente tu Santa Ley sigamos.
En este nuevo día gracias te tributamos oh Dios omnipotente, Señor de lo creado. Amen.

¡Buenos días!

Camino diario de felicidad
Hoy te ofrezco una notable síntesis de vida serena y feliz. Son siete valores que merecen tu atención para interiorizarlos y practicarlos habitualmente. Su conjunto te dará una personalidad armónica y agradable.

Orar: es el poder más grande sobre la Tierra.
Amar: es el privilegio que Dios nos ha dado.
Leer: es la fuente de la sabiduría.
Amistad: es el camino de la felicidad.
Dar: es la forma de recibir.
Saber descansar: es el secreto de la eterna juventud.
Reír: es la música del alma.

“La felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días” (B. Franklin). “Cuando dejamos a un lado nuestra dicha y nos concentramos en hacer dichosos a los demás, mágicamente nos envuelve también a nosotros la felicidad (J. Benavente). Que seas feliz.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios
Lecturas de hoy 
Primera Lectura: 3Jn 5-8

Salmo: Sal 111, 1-6

SANTO EVANGELIO: Lc 18,1-8
En aquel tiempo, Jesús les propuso una parábola para inculcarles que es preciso orar siempre sin desfallecer. «Había un juez en una ciudad, que ni temía a Dios ni respetaba a los hombres. Había en aquella ciudad una viuda que, acudiendo a él, le dijo: ‘¡Hazme justicia contra mi adversario!’. Durante mucho tiempo no quiso, pero después se dijo a sí mismo: ‘Aunque no temo a Dios ni respeto a los hombres, como esta viuda me causa molestias, le voy a hacer justicia para que no venga continuamente a importunarme’».
Dijo, pues, el Señor: «Oíd lo que dice el juez injusto; y Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos, que están clamando a Él día y noche, y les hace esperar? Os digo que les hará justicia pronto. Pero, cuando el Hijo del hombre venga, ¿encontrará la fe sobre la tierra?».

Comentario:
Hoy, en los últimos días del año litúrgico, Jesús nos exhorta a orar, a dirigirnos a Dios. Podemos pensar cómo los padres y madres de familia esperan que —¡todos los días!— sus hijos les digan algo, que les muestren su afecto amoroso.
Dios, que es Padre de todos, también lo espera. Jesús nos lo dice muchas veces en el Evangelio, y sabemos que hablar con Dios es hacer oración. La oración es la voz de la fe, de nuestra creencia en Él, también de nuestra confianza, y ojalá fuera también siempre manifestación de nuestro amor.
A fin de que nuestra oración sea perseverante y confiada, dice san Lucas, que «Jesús les propuso una parábola para inculcarles que es preciso orar siempre sin desfallecer» (Lc 18,1). Sabemos que la oración se puede hacer alabando al Señor o dando gracias, o reconociendo la propia debilidad humana —el pecado—, implorando la misericordia de Dios, pero la mayoría de las veces será de petición de alguna gracia o favor. Y, aunque no se consiga de momento lo que se pide, sólo el poder dirigirse a Dios, el hecho de poder contarle a ese Alguien la pena o la preocupación, ya será la consecución de algo, y seguramente —aunque no de inmediato, sino en el tiempo—, obtendrá respuesta, porque «Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos, que están clamando a Él día y noche (...)?» (Lc 18,7).
San Juan Clímaco, a propósito de esta parábola evangélica, dice que «aquel juez que no temía a Dios, cede ante la insistencia de la viuda para no tener más la pesadez de escucharla. Dios hará justicia al alma, viuda de Él por el pecado, frente al cuerpo, su primer enemigo, y frente a los demonios, sus adversarios invisibles. El Divino Comerciante sabrá intercambiar bien nuestras buenas mercancías, poner a disposición sus grandes bienes con amorosa solicitud y estar pronto a acoger nuestras súplicas».
Perseverancia en orar, confianza en Dios. Decía Tertuliano que «sólo la oración vence a Dios».
+ Rev. D. Joan FARRÉS i Llarisó (Rubí, Barcelona, España)

Santoral Católico:
Santa Isabel de Hungía
Viuda
Hija del rey Andrés II de Hungría, nació el año 1207 en Bratislava. A los 14 años se desposó con Luis IV, Landgrave de Turingia, con el que tuvo tres hijos. Vivió de forma eminente los ideales evangélicos que promovían las nacientes órdenes mendicantes. Acogió a los primeros franciscanos en su llegada a Turingia (1225). Se dedicó asiduamente a la oración y a las obras de caridad. Modelo de esposa y madre, brilló por su austeridad, generosidad y entrega al cuidado de los pobres y de los enfermos. A la muerte de su esposo en la VI Cruzada (1227), dejó la corte, se trasladó a Marburgo, abrazó voluntariamente la pobreza y fundó un hospital dedicado a San Francisco, en el que ella personalmente servía a los enfermos más desgraciados. Tempranamente se apagó su vida en Marburgo, el 17 de noviembre de 1231. Es patrona de la Tercera Orden Franciscana y son muchas las congregaciones religiosas dedicadas a la caridad que llevan su nombre.
Oración: Oh Dios, que concediste a santa Isabel de Hungría la gracia de reconocer y venerar en los pobres a tu Hijo Jesucristo, concédenos, por su intercesión, servir con amor infatigable a los humildes y a los atribulados. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
© Directorio Franciscano – Aciprensa – Catholic.net

Palabras del Santo Padre Pío
"Después de la meditación, la palabra de Dios se os manifestará con todo su esplendor luminoso, adquirirá el poder de destruir vuestras naturales inclinaciones hacia lo material, tendrá el poder de transformarlas en ascensiones puras y sublimes del espíritu, y de unir vuestro corazón cada vez más estrechamente al Corazón divino de vuestro Señor"

Grandes Biografías:
Niels Bohr
Su nombre completo era: Niels Henrik David Bohr

Nació el 7 de octubre de 1885 en Copenhague, Dinamarca. Hijo de Ellen Adler y Christian Bohr, catedrático de fisiología.

Cursó estudios en la universidad de su ciudad natal, doctorándose en 1911. En ese mismo año ingresó en la Universidad de Cambridge (Inglaterra) con la intención de estudiar Física Nuclear con Joseph John Thomson, aunque pronto se trasladó a la Universidad de Manchester para trabajar con Ernest Rutherford.

Su teoría de la estructura atómica, que le valió el Premio Nobel de Física en 1922, se publicó en una memoria entre 1913 y 1915.

Su trabajo giró sobre el modelo nuclear del átomo de Rutherford, en el que el átomo se ve como un núcleo compacto rodeado por un enjambre de electrones más ligeros. Su modelo establece que un átomo emite radiación electromagnética sólo cuando un electrón del átomo salta de un nivel cuántico a otro.

En el año 1916, regresa a la Universidad de Copenhague para impartir clases de física, y en 1920 es nombrado director del Instituto de Física Teórica de esa universidad. Allí, elaboró una teoría que relaciona los números cuánticos de los átomos con los grandes sistemas que siguen las leyes clásicas.

Hizo muchas otras importantes contribuciones a la física nuclear teórica, incluyendo el desarrollo del modelo de la gota líquida del núcleo y trabajo en fisión nuclear. Demostró que el uranio 235 es el isótopo del uranio que experimenta la fisión nuclear.

Regresó a Dinamarca, donde fue obligado a permanecer después de la ocupación alemana del país en 1940. Sin embargo, consiguió escapar a Suecia con gran peligro. Desde allí, viajó a Inglaterra y por último a los Estados Unidos, donde se incorporó al equipo que trabajaba en la construcción de la primera bomba atómica en Los Álamos (Nuevo México), hasta su explosión en 1945. Se opuso a que el proyecto se llevara a cabo en secreto porque temía las consecuencias de este nuevo invento.

En 1945, vuelve a la Universidad de Copenhague donde inmediatamente comenzó a desarrollar usos pacifistas para la energía atómica. Organizó la primera conferencia 'Átomos para la paz' en Ginebra, celebrada en 1955, y dos años más tarde recibió el primer premio 'Átomos para la paz'.

Falleció el 18 de noviembre de 1962 de una insuficiencia cardíaca en Copenhague.

Obras seleccionadas

Teoría de los espectros y constitución atómica (1922)
Luz y vida (1933)
Teoría atómica y descripción de la naturaleza (1934)
El mecanismo de la fisión nuclear (1939)
Física atómica y conocimiento humano (1958)
Fuente: buscabiografias.com

Humor de sábados
El encanto de los cincuenta años
 
Si usted está que llega, o ya llegó a los 50, cuídese de todo, de todos y todas. Usted está en sus bodas de oro de nacimiento, y ha llegado a una tal edad dorada, que no es otra cosa que la época en que todo comienza a arrugarse, agacharse y desperezarse; es el indefectible e incontenible inicio del declinar de la existencia.
No se trague el cuento de que usted está en su mejor edad. Eso fue a los 30 y a comienzos de los 40, cuando repetir todo no solo no hacía daño, sino que era posible, y hasta motivo de orgullo y de jactancia. Pero a los 50, repetir es palabra maldita y prohibida.
Veamos: ¿Repetir matrimonio? ¿Con qué, y a qué hora? ¿Repetir cena? Acidez segura. ¿Repetir frijoles? y los gases ¿qué? ¿Repetir el acto sexual? Será dentro de una semana.
Después de los 50 no hay vuelta posible. ¿Volver a empezar? ¿Con qué tiempo? ¿Volver a ser papá? No sea ocioso ¿Volver a trotar? Infarto seguro. ¿Volver a nadar? Será flotar. ¿Volver a cantar? Te ahogas, mi vida. ¿Beber como antes? Cuidado con la cirrosis.
Después de los 50 todo es grave, de cama, de muerte. Un catarro es una bronquitis; un resfriado, una neumonía; una tos, una tisis; un golpe, un hematoma; una caída, diente partido.
A partir de los 50, un dolor de cabeza es un derrame; un dolor muscular, gota; dolores en las manos, artritis; un olvido pendejo, mal de Alzheimer; una tiritada, Parkinson; un estornudo, tuberculosis.
Una oclusión intestinal después de los 50, es cáncer de colon; un dolor de muelas, caja a la vista; sed, diabetes; un kilo de más, escoliosis; un kilo de menos, ¿será leucemia? una orinada a media noche, próstata.
A los 50 todo es peligroso: sonarte fuerte, hemorragia nasal; visión borrosa, cataratas; cera en los oídos, otitis; insomnio, ataque depresivo; un pelo en el peine, calvicie; dolor en la nuca, osteoporosis.
Si después de los 50 usted se despierta y no siente nada, es porque está muerto. Si le da daño de estómago, le tienen que poner suero; si frena en amarillo, le dan por detrás; si le ponen trabas al renovar el seguro de vida, consiga psiquiatra.
No es por mortificarlo, compañero. Pero es mejor que sea consciente de lo que le espera, para que vaya organizando su testamento y escogiendo un buen lugar en su cementerio favorito. No sea que a su pobre familia le toque decidir todas estas cosas en momentos de apremio. Claro, puede que llegue a los 80; pero no le recomiendo confiarse demasiado; y en todo caso, nunca será lo mismo.
En todo esto dicho, hay dos cosas... una buena y otra mala. La buena, es que escribí esto, teniendo 30 jóvenes años. La mala, es que la escribí hace más de 30 años....
¡Les deseo un buen día!

Meditaciones de “Pequeñas Semillitas” 
Dulce es el nombre de María, que en todas partes hace derretirse en devoción a la Iglesia de los fieles. Dime, te ruego, de dónde vienen esos suspiros y el murmullo y la postración de la multitud devota cuando está en la Iglesia, cuando un clérigo pronuncia el nombre de María. Es como un dátil lleno de miel y dulzura entre nosotros...
Dulce es la imagen de María, que los artistas hacen con tanta magnificencia, con tanto celo y tanta bondad, prefiriéndola a otras imágenes de santos, y que los fieles con tanto gozo veneran más que a todas las demás. ¿No ves que en las iglesias hay muchas imágenes de María, signo —obviamente— de que todos los corazones deben estar llenos de su dulce recuerdo?
¡Aquí están los dulces frutos de la palmera! ¡Estos son los dátiles que María ha distribuido en la tierra de los moribundos! ¿De qué calidad serán los que Ella distribuye a los ciudadanos de arriba en la tierra de los vivos? ¿Dónde la veremos, ya no en su imagen de oro o marfil, sino frente a frente, en su cuerpo santísimo? ¿Dónde veremos su rostro con nuestros propios ojos, que tanto tiempo han deseado verlo aquí abajo llorando? ¿Dónde nos sentaremos con nuestra Madre, de quien ahora estamos tan lejos? ¿Dónde podremos hablar no de Ella, sino con Ella? ¿Dónde nos abandonaremos a su gloriosa presencia? ¡Oh! ¿Cuándo sucederá esto? 
(San Alberto Magno)

Cinco minutos del Espíritu Santo 
Noviembre 17
“Ven Espíritu Santo, para que me apasionen los verdaderos valores de la vida y no me deje engañar por los falsos atractivos.
Ven, para que reconozca que un acto de amor vale oro, y que un acto de puro egoísmo no es más que paja y basura.
Ven, para que vea la luz cada vez que recuerde a Jesús, y reconozca las oscuridades de los falsos modelos, que sólo promueven el placer vacío y egoísta.
Ven, para que recuerde que vale la pena entregarse generosamente, y que no vale la pena encerrarse en la melancolía y la vanidad.
Ven, para que no olvide que mi vida no termina en esta tierra, y que estoy llamado a un Reino celestial, donde la felicidad no tendrá fin.
Ven Espíritu Santo, para que gaste mis energías en cosas buenas, y no las desgaste en los falsos valores. Amén.”
* Mons. Víctor Manuel Fernández
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)

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