PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año
13 - Número 3812 ~ Domingo 4 de Noviembre de 2018
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
En
el Evangelio de este domingo se nos dice que amemos al prójimo como a nosotros
mismos. Y esta es la regla de oro de la caridad.
Es
frecuente que, inconscientemente, usemos dos reglas distintas: una para juzgar
a los demás y otra para juzgarnos a nosotros mismos. Somos muy benévolos para
juzgarnos a nosotros, y con frecuencia crueles para juzgar a los demás.
Por
eso es tan sabia la norma del Evangelio: «No hagas a los demás lo que no te
gusta que te hagan a ti». «Pórtate con los demás como te gusta que se porten
contigo». Si todos cumplieran esta norma evangélica, esta vida sería un pedazo
de cielo.
Esta
identificación de Cristo con mi prójimo es la suprema norma de caridad. Pensar que
Cristo me premiará lo que haga con mi prójimo como hecho a Él mismo es una
maravillosa motivación para practicar la caridad.
Padre Jorge Loring S. J.
¡Buenos días!
¡Cuánto te ama Dios!
La Biblia es una carta de Dios que nos ama. Medita
estas frases: Yo soy tu proveedor: miro por tus necesidades (Mt 6, 31-33). El
plan que tengo para tu futuro está siempre lleno de esperanza (Jer. 29, 11). Yo
te amo con amor eterno (Jer. 31, 3). Me regocijo por ti con cantos de alegría
(Sof. 3, 7).Tú eres de gran precio para mí, porque eres valioso (Is.43, 4).
(Sigue).
Si Dios tuviera una
heladera, tu fotografía estaría pegada a su puerta. Si él tuviera una
billetera, llevaría en ella tu foto. Él te envía flores cada primavera. Él te
regala un amanecer soleado cada mañana. Las veces que deseas hablar, él te
escucha. Él puede vivir en cualquier parte del universo, pero eligió... tu
corazón. Reconócelo como amigo. ¡Él está loco por ti! Dios no prometió días sin
dolor, risas sin penas, sol sin lluvias, pero prometió fortaleza para el día,
consuelo para las lágrimas, y luz para el camino. Tanto te ama que murió por
ti. Ahora mismo, abre tu corazón y
déjate amar por Dios.
Yo deseo afirmarte dándote todo mi corazón y toda mi
alma (Jer. 32, 41). Deléitate en mí y te concederé las peticiones de tu corazón
(Sal. 37, 4). Porque yo soy el que produce en ti el querer y el hacer (Flp. 2,
13). Yo también soy el Padre que te consuela y reconforta en todos tus problemas
(2 Cor. 1,3-4). Como el pastor carga a un cordero, yo te cargo a ti cerca de mi
corazón (Is. 40, 11). La Palabra de Dios fortalezca tu confianza en el Señor.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios
Lecturas de hoy
♥ Primera Lectura: Deut 6, 1-6
♥ Salmo: Sal 17, 2-4. 47. 51ab
♥ Segunda Lectura: Heb 7, 23-28
♥ SANTO EVANGELIO: Mc 12,28-34
En aquel tiempo, se acercó a Jesús uno de los
escribas y le preguntó: «¿Cuál es el primero de todos los mandamientos?». Jesús
le contestó: «El primero es: ‘Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es el
único Señor, y amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma,
con toda tu mente y con todas tus fuerzas’. El segundo es: ‘Amarás a tu prójimo
como a ti mismo’. No existe otro mandamiento mayor que éstos».
Le dijo el escriba: «Muy bien, Maestro; tienes razón
al decir que Él es único y que no hay otro fuera de Él, y amarle con todo el
corazón, con toda la inteligencia y con todas las fuerzas, y amar al prójimo
como a si mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios». Y Jesús,
viendo que le había contestado con sensatez, le dijo: «No estás lejos del Reino
de Dios». Y nadie más se atrevía ya a hacerle preguntas.
♥ Comentario:
Hoy, está muy de moda hablar del amor a los hermanos,
de justicia cristiana, etc. Pero apenas se habla del amor a Dios.
Por eso tenemos que fijarnos en esa respuesta que
Jesús da al letrado, quien, con la mejor intención del mundo le dice: «¿Cuál es
el primero de todos los mandamientos?» (Mc 12,29), lo cual no era de extrañar,
pues entre tantas leyes y normas, los judíos buscaban establecer un principio
que unificara todas las formulaciones de la voluntad de Dios.
Jesús responde con una sencilla oración que, aún hoy,
los judíos recitan varias veces al día, y llevan escrita encima: «Escucha,
Israel: El Señor, nuestro Dios, es el único Señor, y amarás al Señor, tu Dios,
con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus
fuerzas» (Mc 12,29-30). Es decir, Jesús nos recuerda que, en primer lugar, hay
que proclamar la primacía del amor a Dios como tarea fundamental del hombre; y
esto es lógico y justo, porque Dios nos ha amado primero.
Sin embargo, Jesús no se contenta con recordarnos
este mandamiento primordial y básico, sino que añade también que hay que amar
al prójimo como a uno mismo. Y es que, como dice el Papa Benedicto XVI, «amor a
Dios y amor al prójimo son inseparables, son un único mandamiento. Pero ambos
viven del amor que viene de Dios, que nos ha amado primero».
Pero un aspecto que no se comenta es que Jesús nos
manda que amemos al prójimo como a uno mismo, ni más que a uno mismo, ni menos
tampoco; de lo que hemos de deducir, que nos manda también que nos amemos a
nosotros mismos, pues al fin y al cabo, somos igualmente obra de las manos de
Dios y criaturas suyas, amadas por Él.
Si tenemos, pues, como regla de vida el doble
mandamiento del amor a Dios y a los hermanos, Jesús nos dirá: «No estás lejos
del Reino de Dios» (Mc 12,34). Y si vivimos este ideal, haremos de la tierra un
ensayo general del cielo.
Rev. D. Ramón CLAVERÍA Adiego (Embún, Huesca, España)
Palabras de San Juan
Pablo II
“El amor es el primer y eterno contenido del
mandamiento que proviene del Padre. Cristo dice que él mismo ‘observa’ este
mandamiento. Es también Él quien nos da este mandamiento, en el que está todo
el contenido esencial de nuestra semejanza a Dios en Cristo [...] El Señor
revela al mundo el misterio del amor divino y la verdadera dignidad del hombre”
Predicación del
Evangelio:
Todo por amor
Para comprender el texto evangélico que nos trae la
liturgia de hoy hay que recordar el enfrentamiento entre Jesús y las
autoridades religiosas de Israel, que cada día se sentían más molestas con su
predicación. Le hacían preguntas malintencionadas con el fin de ponerlo en
conflicto con las enseñanzas religiosas tradicionales. Pero Jesús no se deja
“poner contra las cuerdas” y argumenta
vigorosamente.
El interlocutor del relato de hoy es un maestro de la
ley. Pero, a diferencia de los colegas que lo habían precedido en las
discusiones con Jesús, es un hombre honesto que no está cegado por los
prejuicios. Por eso Jesús le dice: “no estás lejos del reino de Dios”.
Concentrémonos en el diálogo entre Jesús y este personaje.
La pregunta que hace el maestro de la ley es precisa: “¿qué mandamiento es el primero
de todos?”
- El Judaísmo de esa época tenía un problema muy
serio respecto a la observancia de la ley, pues un número absurdamente alto de
normas y preceptos impedía ver con claridad qué era lo realmente importante en
la relación con Dios.
- Los líderes religiosos habían formulado 613
mandamientos, de los cuales 365 eran prohibiciones y 248 eran preceptos
positivos. Si nos acercamos a esta lista interminable con sentido práctico,
comprendemos que era imposible su cumplimiento. El pueblo creyente era incapaz
de atender a tantos requerimientos. Y el
problema del cumplimiento se agudizaba porque las escuelas rabínicas
hacían diversas interpretaciones y cada una proponía su propia jerarquía de
normas.
Jesús nunca estuvo de acuerdo con esta forma de vivir
la religión que la reducía a un ritualismo vacío que no iba al fondo de la
relación con Dios y con la comunidad. Por eso aprovechó esta oportunidad de oro
para corregir desviaciones y para fijar su posición.
Comprendemos, entonces, la importancia de la pregunta
que el maestro de la ley hace a Jesús:
“¿qué mandamiento es el primero de todos?” Analicemos la respuesta de Jesús,
que ofrece unos elementos muy interesantes:
- Sintetiza el difícil laberinto de los 613
mandamientos en un solo punto, y declara que el amor de Dios y el amor al
prójimo son el centro de todos ellos.
- Une los dos mandamientos nucleares dándoles la
misma importancia, de manera que el amor a Dios y al prójimo son inseparables.
Como las dos caras de una misma moneda.
- Se sale del esquema enseñado por los escribas y
fariseos, quienes veían la religión bajo la óptica del cumplimiento de unos
ritos externos, y centra la religión en el amor y la justicia.
- Despoja a los jefes religiosos del poder de
interpretar la complejísima lista de los 613 mandamientos, pues el pueblo ya
puede prescindir de ellos en la medida en que descubre una religiosidad mucho
más sencilla, que no necesita de eruditas interpretaciones.
- Vemos, pues, que la respuesta de Jesús simplifica
lo que se había complicado innecesariamente; va a lo fundamental. Esto queda
confirmado mediante la repetición de la palabra “todo”, que aparece repetida en
cuatro ocasiones: “amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu
alma, con toda tu mente, con todo tu ser”. Se trata de asumir el amor y la
justicia como un compromiso de vida. Para ello Jesús repite el viejo texto del
Deuteronomio, que escuchamos al comienzo de esta celebración.
Es hora de terminar nuestra meditación dominical. La
respuesta que ofrece Jesús a la pregunta del maestro de la ley aporta una luz
especial para comprender nuestra pertenencia a la Iglesia:
- Ciertamente, la Iglesia como cuerpo social necesita
unas estructuras y unas reglas que permitan su adecuado funcionamiento.
- Es importante subrayar que se trata de algo puramente
funcional, que no podemos identificar con lo nuclear de la relación con Dios.
- Que este texto evangélico de hoy, que tiene como
telón de fondo el libro del Deuteronomio, nos ayude a descubrir una experiencia
religiosa centrada en el amor a Dios y al prójimo, y que se expresa en hechos
de justicia.
Padre Jorge Humberto Peláez S. J.
Nuevo vídeo
Hay
un nuevo vídeo subido al blog
de
"Pequeñas Semillitas" en
internet.
Para
verlo tienes que ir al final de esta página
Ofrecimiento para
sacerdotes y religiosas
Formulo
el siguiente ofrecimiento únicamente
para sacerdotes o religiosas que reciben diariamente "Pequeñas
Semillitas" por e-mail: Si desean recibir los comentarios del Evangelio
del domingo siguiente con dos o tres días de anticipación, para tener tiempo de
preparar sus meditaciones, homilías o demás trabajos pastorales sobre la
Palabra de Dios, pueden pedírmelo a feluzul@gmail.com
Sólo
deben indicar claramente su nombre, su correo electrónico, ciudad de residencia
y a qué comunidad religiosa pertenecen.
Agradecimientos
Imaginemos
que en el cielo hay dos oficinas diferentes para tratar lo relativo a las
oraciones de las personas en la tierra:
Una
es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí los muchos ángeles que
atienden trabajan intensamente y sin descanso por la cantidad de peticiones que
llegan en todo momento.
La
otra oficina es para recibir los agradecimientos por las gracias concedidas y
en ella hay un par de ángeles aburridos porque prácticamente no les llega
ningún mensaje de los hombres desde la tierra para dar gracias...
Desde
esta sección de "Pequeñas Semillitas" pretendemos juntar una vez por
semana (los domingos) todos los mensajes para la segunda oficina:
agradecimientos por favores y gracias concedidas como respuesta a nuestros
pedidos de oración.
♡ - - - - - no ha llegado ningún agradecimiento - - - - -
Cinco minutos del
Espíritu Santo
Noviembre 4
Los dones del Espíritu Santo están tomados del texto
de Isaías 11,2, donde habla del Mesías, y dice que “reposará sobre él el
espíritu de Yahvé: espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo
y de fortaleza, espíritu de ciencia y de temor de Yahveh”. Como en el versículo
3 se repite el temor, algunas traducciones colocan “piedad”, y así tenemos los
famosos siete dones.
Son los dones que han estado en plenitud en Jesús,
porque él tenía “el Espíritu sin medida” (Juan 3,34). Y son los dones que el
Espíritu Santo derrama también en cada uno de nosotros para impulsarnos a vivir
de una manera diferente. Con estos dones, el Espíritu Santo nos sostiene y nos
empuja para que podamos practicar con más agilidad las virtudes cristianas y
para que lleguemos a la plenitud de la santidad.
Pidámosle al Espíritu Santo que desarrolle cada vez
más esos dones en nuestra vida, de manera que podamos parecernos cada vez más a
Jesús, para que se nos haga espontáneo actuar como Jesús actuaba. En los
próximos días reflexionaremos sobre cada uno de estos dones.
* Mons. Víctor Manuel Fernández
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito
de todos)
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