PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
12 - Número 3446 ~ Miércoles 13 de Setiembre de 2017
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
La
vida es nuestro máximo valor y, a la vez, nuestro máximo problema. Tememos
perderla; nos angustia la muerte física. Pero hay otra muerte más sutil que nos
envuelve: no encontrarle sentido a la vida. ¿Parece que el hombre de hoy ya no
sabe a dónde va ni para qué vive? Vive nadando entre el placer y la
comodidad... pero insatisfecho: no experimenta la alegría de vivir.
Veamos
esta conmovedora historia de vida:
Santa
Paula tuvo en Roma una juventud rodeada de lujos. Se casó muy bien. Continuó en
el matrimonio aquella vida de esplendor y bienestar. Sentía asco de los pobres.
Pero, un día, entró también en su palacio la tristeza y el luto. Paula perdió a
su marido. Pasó varios días encerrada en su dolor. Cuando dejó su retiro,
estaba transformada. Había encontrado a Cristo. Reapareció vestida con
sencillez. Las puertas del palacio se abrieron a todos los pobres y enfermos.
Andaba presurosa por Roma, en dirección al barrio de los pobres. Lavaba a los
enfermos sus heridas purulentas. A los niños les limpiaba las cabezas llenas de
parásitos. Antes de morir dejó, por testamento, todos sus bienes a los pobres.
En
el dolor, ella encontró el sentido de su vida…
¡Buenos días!
Antes de leer la Biblia
Dios
está vivo en su Palabra para iluminarte, consolarte, fortalecerte… Pero debes
acercarte a ella con verdadera fe. Antes de leerla es adecuado que te pongas en
la presencia del Señor con alguna oración que te ambiente en un clima de
devoción y acogida cordial del don de Dios. Puede servirte la que sigue.
Dios, mi Padre bondadoso. Estoy rodeado de ruidos y
voces. Estoy cansado de escuchar palabras sin verdad, sin el calor de la
intimidad personal, sin la eficacia del amor comprometido. Tú, Señor, me hablas
con una Palabra nueva. Por eso quiero escucharte. Porque tu Palabra me muestra
la verdad, me revela la eficacia de tu amor, me ofrece la participación en tu
misma vida. Señor, que tu Palabra se haga carne en mi vida. Te ofrezco un
corazón pobre y abierto. Siembra en mí tu Palabra, que tu Espíritu la haga fecunda,
como en el seno de María, la Santísima Virgen y Madre de Jesús. Y seré en el
mundo el eco de tu voz, la proclamación de tu Evangelio. Amén.
La
actitud de humilde escucha es decisiva para leer con provecho, pero es un don
que debes pedirle al Señor con la confianza de un hijo. Y el libro sagrado te
animará con promesas de vida sin fin, será para ti una escalera para subir al
cielo, te ofrecerá normas simples de vida inocente y te descubrirá el amor
entrañable de Dios por ti. Que sea tu alimento cotidiano.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, Jesús alzando los ojos hacia sus discípulos, decía:
«Bienaventurados los pobres, porque vuestro es el Reino de Dios.
Bienaventurados los que tenéis hambre ahora, porque seréis saciados.
Bienaventurados los que lloráis ahora, porque reiréis. Bienaventurados seréis
cuando los hombres os odien, cuando os expulsen, os injurien y proscriban
vuestro nombre como malo, por causa del Hijo del hombre. Alegraos ese día y
saltad de gozo, que vuestra recompensa será grande en el cielo. Pues de ese
modo trataban sus padres a los profetas.
»Pero
¡ay de vosotros, los ricos!, porque habéis recibido vuestro consuelo. ¡Ay de
vosotros, los que ahora estáis hartos!, porque tendréis hambre. ¡Ay de los que
reís ahora!, porque tendréis aflicción y llanto. ¡Ay cuando todos los hombres
hablen bien de vosotros!, pues de ese modo trataban sus padres a los falsos
profetas». (Lc
6,20-26)
Comentario:
Hoy,
Jesús señala dónde está la verdadera felicidad. En la versión de Lucas, las
bienaventuranzas vienen acompañadas por unos lamentos que se duelen por
aquellos que no aceptan el mensaje de salvación, sino que se encierran en una
vida autosuficiente y egoísta. Con las bienaventuranzas y los lamentos, Jesús
hace una aplicación de la doctrina de los dos caminos: el camino de la vida y
el camino de la muerte. No hay una tercera posibilidad neutra: quién no va
hacia la vida se encamina hacia la muerte; quién no sigue la luz, vive en las tinieblas.
«Bienaventurados
los pobres, porque vuestro es el Reino de Dios» (Lc 6,20). Esta bienaventuranza
es la base de todas las demás, pues quien es pobre será capaz de recibir el
Reino de Dios como un don. Quien es pobre se dará cuenta de qué cosas ha de
tener hambre y sed: no de bienes materiales, sino de la Palabra de Dios; no de
poder, sino de justicia y amor. Quien es pobre podrá llorar ante el sufrimiento
del mundo. Quien es pobre sabrá que toda su riqueza es Dios y que, por eso,
será incomprendido y perseguido por el mundo.
«Pero
¡ay de vosotros, los ricos!, porque habéis recibido vuestro consuelo» (Lc
6,24). Esta lamentación es también el fundamento de todas las que siguen, pues
quien es rico y autosuficiente, quien no sabe poner sus riquezas al servicio de
los demás, se encierra en su egoísmo y obra él mismo su desgracia. Que Dios nos
libre del afán de riquezas, de ir detrás de las promesas del mundo y de poner
nuestro corazón en los bienes materiales; que Dios no permita que nos veamos
satisfechos ante las alabanzas y adulaciones humanas, ya que eso significaría
haber puesto el corazón en la gloria del mundo y no en la de Jesucristo. Nos
será provechoso recordar lo que nos dice san Basilio: «Quien ama al prójimo
como a sí mismo no acumula cosas innecesarias que puedan ser indispensables
para otros».
Rev. D. Joaquim MESEGUER García (Sant Quirze del Vallès,
Barcelona, España)
Santoral Católico:
San Juan Crisóstomo
Obispo y Doctor de la Iglesia
[Murió
el 14 de septiembre y su fiesta se celebra el 13 de mismo mes]. Nació en
Antioquía hacia el año 349, hijo de un funcionario imperial. Después de recibir
una excelente formación clásica, se dedicó a la vida ascética y monástica. Más
tarde, en el 386, fue ordenado de sacerdote y ejerció, con gran provecho, el
ministerio de la predicación. El año 397 fue elegido obispo de Constantinopla,
cargo en el que se comportó como un pastor ejemplar, esforzándose por llevar a
cabo una profunda reforma de las costumbres del clero y de los fieles. La
oposición de la corte imperial, cuyos excesos denunciaba, y de los envidiosos
lo llevó por dos veces al destierro. Agotado por tantas penalidades, murió
deportado en Comana del Ponto (Turquía), el 14 de septiembre del año 407.
Contribuyó en gran manera, por su palabra y sus escritos, al enriquecimiento y
explicación de la doctrina católica, hasta el punto de merecer el sobrenombre
de Crisóstomo, es decir, «Boca de oro».
Oración: Oh Dios, fortaleza de los que esperan en ti,
que has hecho brillar en la Iglesia a san Juan Crisóstomo por su admirable
elocuencia y su capacidad de sacrificio, te pedimos que, instruidos por sus enseñanzas,
nos llene de fuerza el ejemplo de su valerosa paciencia. Por Jesucristo,
nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano
Pensamientos del día
“Si no logras encontrar a Cristo
en el mendigo a las puertas de la iglesia,
no Le encontrarás en el cáliz”.
“No
importa lo justas que puedan ser tus palabras,
lo
arruinas todo si hablas con ira”
“No
sería necesario recurrir tanto a la palabra,
si
nuestras obras diesen auténtico testimonio.”
San Juan Crisóstomo
Tema del día:
Confesión frecuente
No
esperamos a estar cubiertos de barro e inmundicia para bañarnos, sino que nos
bañamos regularmente. Así también debe suceder con la confesión con el
sacerdote. No hay que esperar a cometer un pecado mortal para ir a confesarnos,
sino que debemos confesarnos regularmente, al menos una vez por mes, confesando
los pecados veniales, si es que, gracias a Dios, no cometimos pecados graves.
Porque
en la confesión se reciben gracias y fuerza para seguir en el camino hacia la
santidad, y este sacramento nos va curando las heridas del alma, las
consecuencias que nos han dejado los pecados pasados ya perdonados.
A
veces nos cuesta ir a confesarnos, porque esto requiere un acto de humillación
al tener que decir las culpas y pecados al sacerdote. Pero justamente esto es
lo importante, porque ya lo dice el Señor que quien se humilla, será ensalzado;
y nosotros, humillándonos ante el representante del Señor, que es el sacerdote,
recibimos no solo el perdón de los pecados, sino que somos colocados en un
grado más elevado de santidad.
En
cada confesión bien hecha, el Señor derrama su sangre preciosa sobre nuestras
almas, y nos recubre con su misericordia infinita.
Debemos
confesarnos de forma urgente si tenemos la desgracia de cometer un pecado
mortal. Tenemos que hacer así: si por desgracia cometemos un pecado grave o
mortal, al momento siguiente de haberlo cometido tenemos que hacer un acto de
contrición con el firme propósito de ir a confesarnos con el sacerdote cuanto
antes podamos.
El
acto de contrición debe ser un pedir perdón a Dios porque le hemos causado
dolor con nuestro pecado, porque con nuestro pecado lo hemos vuelto a
crucificar. Entonces ya si morimos en ese estado, antes de confesarnos, igual
nos salvaremos porque no estamos ya en pecado, pero siempre y cuando no dejemos
de ir a confesarnos con el sacerdote cuanto antes.
Porque
lo importante es no permanecer ni un momento en pecado mortal, pues si morimos
en ese estado, nos condenamos para siempre en el Infierno.
Recordemos
el dicho que dice: “Pecador no te acuestes nunca en pecado, no sea que
despiertes ya condenado”.
Así
que si tenemos la gran desgracia de cometer un pecado grave, inmediatamente
hagamos un acto de contrición, es decir, pedir perdón a Dios porque nos duele
haberle ofendido tanto, y tratemos de confesarnos cuanto antes con el
sacerdote.
Busquemos
un buen sacerdote para confesarnos, porque si bien todos los sacerdotes tienen
el poder de perdonar los pecados, hoy lamentablemente hay muchos sacerdotes que
no están en la buena doctrina y ya no consideran como pecados los que realmente
siguen siendo pecados. Esta es una lamentable realidad, y sucede a veces que
cuando uno se va a confesar de un pecado, por ejemplo de impureza, a veces se
encuentra con que el sacerdote le dice que eso no es pecado. ¡Qué barbaridad!
Esto es parte de la oscuridad que ha sembrado el demonio dentro de la Iglesia.
Así
que sepamos que todos los sacerdotes perdonan los pecados, pero no todos nos
pueden aconsejar bien. Busquemos un sacerdote santo y prudente para abrirle
nuestro corazón.
© Sitio Santísima Virgen
Meditaciones
Es
sabido que los accidentes de tránsito son ocasionados por los demonios, y por
eso debemos protegernos de estos accidentes con la oración, en especial
invocando a las Benditas Almas del Purgatorio, que con muy milagrosas para
protegernos en los viajes más o menos largos que tengamos que hacer.
Los
hombres somos peregrinos en este mundo y antes o después deberemos emprender
distintos viajes. Entonces invoquemos también, para que nos protejan en el
camino, a los Ángeles de Dios, como leemos en la Escritura que estos espíritus
celestiales protegieron a los justos.
También
tenemos que rezar por el viaje de otros, especialmente de los seres queridos,
por su integridad y para que vuelvan sanos y salvos a casa.
Es
bueno también rezar a todos los ángeles de la guarda de las personas que
conducen en la ruta, especialmente del conductor de nuestro vehículo, para que
esté atento a los imprevistos y a las vicisitudes del camino.
En
realidad hay que rezar siempre, pero en especial hay que rezar cuando vamos a
viajar, porque el demonio está, en estos tiempos, más furioso porque nota que
está perdiendo poder en el mundo, y entonces en venganza y rabia causa
accidentes y desgracias incluso materiales y físicas, y hay que protegerse y
proteger a los nuestros con la oración.
Portal de Oración
Pedidos de oración
Pedimos
oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa
Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas,
catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la
unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro
Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el
triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María; por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los
cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente
por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo,
el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por
el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la
falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes
naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por
más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las
vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos
oración para las siguientes personas, todas de España: Blanca L., que será operada hoy de hernia pero tiene el corazón muy
delicado; y también oramos por la salud de Andrés
N., Reyna y José A. para que Dios los proteja y la Santísima Virgen los sostenga
en sus manos.
Pedimos oración para la niña Samira, de 6 años, de Córdoba,
Argentina, que tuvo un accidente en una piscina y está grave en terapia
intensiva. Que el Niño Jesús la acompañe, la asista y la ayude a superar esta
situación para que muy pronto regrese sanita a su hogar.
Continuamos
unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de
Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades,
poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para
el mundo, al rezar por la paz; rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los
corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que
están en peligro de ser abortados. Paz
para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz para
los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin rezamos por la paz, y
sigamos haciéndolo.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras
debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y
la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros
hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Los cinco minutos de María
Setiembre 13
“María
es mujer. Es la bendita entre todas las mujeres. En ella Dios dignificó a la
mujer en dimensiones insospechadas. En María el Evangelio penetró la feminidad,
la redimió y la exaltó.
María
es garantía de la grandeza femenina, muestra la forma específica de ser mujer,
con esa vocación de ser alma, entrega que espiritualice la carne y encarne el
espíritu” (Puebla 299).
Madre de bondad, te pedimos que ayudes con protección
y cariño especiales a aquellas mujeres cuya dignidad ha sido desconocida,
destruida, humillada…
* P. Alfonso Milagro
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el
más pequeñito de todos)
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