martes, 12 de septiembre de 2017

Pequeñas Semillitas 3445

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 12 - Número 3445 ~ Jueves 12 de Setiembre de 2017
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Cada día, cuando suene el despertador, respira profundamente, sonríe con ganas y date un aplauso. Eres una persona privilegiada. Estás vivo. El tiempo se te regala a cambio de nada. Tienes por delante la posibilidad de ser feliz. El tiempo no es una condena, es la posibilidad del amor, del gozo, de la felicidad.
Mírate al espejo y ríete un poco de ti mismo. Verás que tienes el corazón despeinado, date una buena ducha de optimismo y verás un buen día.
Por el contrario, si promueves negatividad, ¿adivina qué obtendrás? Por supuesto: Negatividad.
Conozco a muchos que viven una vida de salud, riqueza y felicidad. Ninguno de ellos promueve negatividad en su vida.
Seguramente puedes deslizarte por aquí y por allá, y aún al resbalar y caer, hay una oportunidad: te puedes poner de pie nuevamente.
Ponerse de pie nuevamente significa elegir lo que va a apoyar tu prosperidad positiva, en lugar de entregarte a la tentación negativa de la limitación.

¡Buenos días!

Explorador perdido en África
Jesús es la “gran noticia” que necesita el hombre de hoy. Es la única respuesta a tus más íntimas aspiraciones. Él es el Camino, la Verdad y la Vida. La ciencia y la tecnología hacen más confortable el cotidiano vivir, pero no alivian el corazón que sufre ni liberan de la angustia: nada reemplaza la presencia de Dios en ti y el amor de Jesús que ilumina tu vida.

Un explorador inexperto se perdió en medio de la tupida y peligrosa selva africana. Por fin, tras varias horas de caminar, se encontró con un nativo a quien le rogó:
— ¿Me puede mostrar usted el camino a través del bosque, por favor? Ya habían avanzado un buen trecho, cuando el explorador empezó a dudar y preguntó al guía:
— Disculpe, señor, ¿es éste el camino? El nativo respondió:
— Señor, aquí no hay caminos; confíe en mí, yo soy el camino.

Los primeros cristianos eran conscientes que para llegar a Dios había que recorrer el camino de Jesús. Como Buen Pastor va adelante guiando a sus ovejas porque, hoy como ayer, hay también muchos caminos de mentira y engaño que terminan en una vida sin sentido. ¡Gracias, Jesús, tú me llevas por el camino seguro de la verdadera vida!
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En aquellos días, Jesús se fue al monte a orar, y se pasó la noche en la oración de Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, y eligió doce de entre ellos, a los que llamó también apóstoles. A Simón, a quien llamó Pedro, y a su hermano Andrés; a Santiago y Juan, a Felipe y Bartolomé, a Mateo y Tomás, a Santiago de Alfeo y Simón, llamado Zelotes; a Judas de Santiago, y a Judas Iscariote, que llegó a ser un traidor.
Bajando con ellos se detuvo en un paraje llano; había una gran multitud de discípulos suyos y gran muchedumbre del pueblo, de toda Judea, de Jerusalén y de la región costera de Tiro y Sidón, que habían venido para oírle y ser curados de sus enfermedades. Y los que eran molestados por espíritus inmundos quedaban curados. Toda la gente procuraba tocarle, porque salía de él una fuerza que sanaba a todos. (Lc 6,12-19)

Comentario:
Hoy quisiera centrar nuestra reflexión en las primeras palabras de este Evangelio: «En aquellos días, Jesús se fue al monte a orar, y se pasó la noche en la oración de Dios» (Lc 6,12). Introducciones como ésta pueden pasar desapercibidas en nuestra lectura cotidiana del Evangelio, pero —de hecho— son de la máxima importancia. En concreto, hoy se nos dice claramente que la elección de los doce apóstoles —decisión central para la vida futura de la Iglesia— fue precedida por toda una noche de oración de Jesús, en soledad, ante Dios, su Padre.
¿Cómo era la oración del Señor? De lo que se desprende de su vida, debía ser una plegaria llena de confianza en el Padre, de total abandono a su voluntad —«no busco hacer mi propia voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado» (Jn 5,30)—, de manifiesta unión a su obra de salvación. Sólo desde esta profunda, larga y constante oración, sostenida siempre por la acción del Espíritu Santo que, ya presente en el momento de su Encarnación, había descendido sobre Jesús en su Bautismo; sólo así, decíamos, el Señor podía obtener la fuerza y la luz necesarias para continuar su misión de obediencia al Padre para cumplir su obra vicaria de salvación de los hombres. La elección subsiguiente de los Apóstoles, que, como nos recuerda san Cirilo de Alejandría, «Cristo mismo afirma haberles dado la misma misión que recibió del Padre», nos muestra cómo la Iglesia naciente fue fruto de esta oración de Jesús al Padre en el Espíritu y que, por tanto, es obra de la misma Santísima Trinidad. «Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, y eligió doce de entre ellos, a los que llamó también apóstoles» (Lc 6,13).
Ojalá que toda nuestra vida de cristianos —de discípulos de Cristo— esté siempre inmersa en la oración y continuada por ella.
Fray Lluc TORCAL Monje del Monasterio de Sta. Mª de Poblet (Santa Maria de Poblet, Tarragona, España)

Santoral Católico:
El Santo (Dulce) Nombre de María
El hecho de que la Santísima Virgen lleve el nombre de María es el motivo de esta festividad, instituida con el objeto de que los fieles encomienden a Dios, a través de la intercesión de la Santa Madre, las necesidades de la iglesia, le den gracias por su omnipotente protección y sus innumerables beneficios, en especial los que reciben por las gracias y la mediación de la Virgen María. Por primera vez, se autorizó la celebración de esta fiesta en 1513, en la ciudad española de Cuenca; desde ahí se extendió por toda España y en 1683, el Papa Inocencio XI la admitió en la iglesia de occidente como una acción de gracias por el levantamiento del sitio a Viena y la derrota de los turcos por las fuerzas de Juan Sobieski, rey de Polonia.
Esta conmemoración es probablemente algo más antigua que el año 1513, aunque no se tienen pruebas concretas sobre ello. Todo lo que podemos decir es que la gran devoción al Santo Nombre de Jesús, que se debe en parte a las predicaciones de San Bernardino de Siena, abrió naturalmente el camino para una conmemoración similar del Santo Nombre de María.
Oración: Te pedimos, Dios Todopoderoso, que a cuantos celebramos el nombre glorioso de santa María Virgen, ella nos consiga los beneficios de tu misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Pensamientos del día 
“El nombre de María es alegría para el corazón,
miel para los labios y melodía para los oídos de sus devotos”
(San Antonio de Padua)

“¡Cantar María quisiera porque te amo!
Porque tu dulce nombre me hace saltar de gozo el corazón.
Y porque el pensamiento de tu suma grandeza
a mi alma no podría inspirarle temor”
(Santa Teresa del Niño Jesús)

“Cuando el Espíritu encuentra a María en un alma,
se siente irresistiblemente atraído hacia ella
y en ella hace su morada!
(San Luis María Grignión de Monfort)

Tema del día:
La paciencia
La paciencia es la virtud por la cual se sabe sufrir y tolerar los infortunios y adversidades con fortaleza, sin lamentarse. También significa ser capaz de esperar con serenidad lo que tarda en llegar.

Vivimos en un mundo frenético. La marabunta de la tecnología y el progreso de las comunicaciones nos han traído enormes beneficios y comodidades. Sin embargo, nos han hecho olvidar la paciencia y la serenidad. Hoy todo es urgente. Te mandé un email y no lo viste. Te llamé tres veces y no me contestaste. Te envié un whatsapp y no me respondiste. Te estuve esperando quince minutos y no llegaste. ¿Dónde te has metido? ¿Por qué no me avisaste inmediatamente? ¡Date prisa! ¡Al grano! ¿Qué estás esperando?

Por estas circunstancias, es importante que se aprenda a formar la virtud de la paciencia desde el seno familiar. Las dificultades cotidianas vividas con amor y paciencia nos ayudan a prepararnos para la venida del Reino de Dios. Cuando el niño pequeño llora, cuando el adolescente es rebelde, cuando la hija contesta mal, cuando la esposa grita, cuando el marido se enoja, cuando el abuelo chochea, cuando otra vez han dejado entrar al perro en la casa y ha llenado todo de pelos nos llevamos las manos a la cara y exclamamos: "¡Señor, dame paciencia, pero ahora! "

Es cierto, la paciencia es un fruto del Espíritu Santo y debemos pedirlo constantemente. Esta virtud es la primera perfección de la caridad, como dice san Pablo: "La caridad es paciente, es servicial; no es envidiosa, no es jactanciosa, no se engríe; es decorosa, no busca su interés; no se irrita; no toma en cuenta el mal; no se alegra en la injusticia; se alegra en la verdad. Todo lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo lo soporta" (1 Co 13,4-7)

La vida familiar aquí en la Tierra es un gimnasio para entrenarnos en esta virtud. Las adversidades diarias nos invitan a sufrir con paciencia la ignorancia, el error, los defectos e imperfecciones de los miembros de la familia. Sufrir con paciencia, se convierte en una hermosa obra de misericordia espiritual. ¡Cuánto más paciente ha sido Cristo con nosotros!

Paciencia es espera y sosiego en las cosas que se desean.
Paciencia es aprender a esperar cuando realmente no quieres.
Paciencia es descubrir algo que te gusta hacer mientras estás esperando, y disfrutar tanto de lo que estás haciendo que te olvidas que estás haciendo tiempo.
Paciencia es dedicar tiempo a diario a soñar tus propios sueños y desarrollar la confianza en ti mismo para convertir tus deseos en realidad.
Paciencia es ser complaciente contigo mismo y tener la fe necesaria para aferrarte a tus anhelos, aun cuando pasan los días sin poder ver de qué manera se harán realidad.
Paciencia es amar a los demás aun cuando te decepcionen y no los comprendas.
Paciencia es renunciar y aceptarlos tal y como son y perdonarlos por lo que hayan hecho.
Paciencia es amarte a ti mismo y darte tiempo para crecer; es hacer cosas que te mantengan sano y feliz y es saber que mereces lo mejor de la vida y que estás dispuesto a conseguirlo, sin importar cuánto tiempo sea necesario.
Paciencia es estar dispuesto a enfrentarte a los desafíos que te ofrezca la vida, sabiendo que la vida también te ha dado la fuerza y el valor para resistir y encarar cada reto.
Paciencia es la capacidad de continuar amando y riendo sin importar las circunstancias, porque reconoces que, con el tiempo, esas situaciones cambiarán y que el amor y la risa dan un profundo significado a la vida y te brindan la determinación de continuar teniendo paciencia.
Paciencia, tú la tienes, úsala.

Señor, enséñanos a orar en familia como Santa Teresa de Jesús para tener paciencia: "Nada te turbe. Nada te espante. Todo se pasa. Dios no se muda. La paciencia, todo lo alcanza. Quien a Dios tiene, nada le falta: solo Dios basta".
© Web católico de Javier

Meditaciones
El viejo cacique de la tribu charlaba junto al fuego con sus nietos acerca de la vida, y en ese momento les dijo:
— ¡Una gran pelea está ocurriendo dentro de mí!... ¡Es entre dos lobos!  Uno de los lobos es maldad, cobardía, rencor, falsedad, vagancia…  El otro es bondad, valor, paciencia, perdón, diligencia…  Esta misma pelea está ocurriendo dentro de cada uno de ustedes y dentro de todos los hombres de la tierra.  
Los indiecitos se quedaron pensando por un rato, hasta que uno de los niños le preguntó a su abuelo:
— ¿Y cuál de los dos lobos crees que ganará?
El viejo cacique respondió simplemente:
— El que alimentes más, muchacho.
Excelente respuesta: ¡No hay que alimentar los vicios! Ahí está lucha, el sacrificio, la cruz… De este modo nuestras malas inclinaciones no tomarán fuerza en nosotros.

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración para estas personas de Colombia: la pareja formada por Jairo C. O. y Liliana O., quienes están pasando por serias dificultades en su relación; contribuye, Señor, con Tu Bendición Santa a su reconciliación, bajando el tono de las infidelidades y asperezas que dañan una vida matrimonial de más de treinta años. La intercesión de la Virgen María contribuirá fehacientemente a que su cruz sea más liviana y llevadera, y que así mismo reinen en su hogar el perdón y la misericordia tanto de parte de uno, como del otro. Igualmente pedimos por la señora Orfilia B., que atraviesa por una seria crisis de Alzheimer y Parkinson; seguros que el Señor posa sus Santas Manos Sanadoras sobre ella, con la fe puesta además en la intercesión de la nuestra Señora de Lourdes.

Pedimos oración para estas personas de Guatemala: Rosa Maria R., que ya empezó las sesiones de quimioterapia por un cáncer que le aqueja; Luis G., que está siendo atormentado por espíritus malignos; Elisita de B., que tiene neumonía; Nancy B., que tuvo un derrame con 14 semanas de embarazo fue operada y ambos están muy mal. Que a todos Jesús les de fortaleza a todos para seguir adelante.

Pedimos oración para Laura F., de León, México, afectada de disautonomía y síncope vagal, y por la buena recuperación de Héctor T. al que operan por prótesis de cadera. Que por la intercesión de la Santísima Virgen María, estas personas reciban de Jesús todas sus gracias de sanación.

Continuamos unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades, poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para el mundo, al rezar por la paz; rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que están en peligro de ser abortados.  Paz para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz para los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Los cinco minutos de María
Setiembre 12
La Virgen nos enseña a vencer la antigua tentación del hombre, que pretende ir a Dios prescindiendo de sus hermanos u olvidándose de ellos, principalmente de los más necesitados, en los que Él se manifiesta y con los que de un modo particular se identifica.
María sirve a la humanidad al asumir la vocación de Madre del Redentor y al preocuparse desde el cielo de cada uno de sus hijos, principalmente de los que sufren.
¿Cómo olvidarte tú de tus hermanos?
Virgen María, “la Iglesia se vuelve a ti para que el Evangelio se haga más carne, más corazón de América latina” (DP 303).
* P. Alfonso Milagro
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)

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