PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
12 - Número 3428 ~ Miércoles 23 de Agosto de 2017
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
La
afirmación de hoy es algo que acepto como verdad para mí. Al aceptar la
presencia de Dios en mi vida, puedo deshacerme del pasado en vez de
revivirlo. El pasado no controla mi vida
porque me desprendo de él ahora mismo.
Aferrarme
a recuerdos dolorosos me llevaría por un camino que no conduce a ninguna
parte. Por lo tanto, escojo un rumbo
nuevo. Vuelvo la espalda a ese destino
inexistente para vivir en el aquí y el ahora.
Dedico mi atención y mis plegarias a pensar positivamente y a
concentrarme en el momento presente.
Hoy
es un día nuevo, un día en el cual desecharé el equipaje de viejos hábitos y
limitaciones. Comienzo de nuevo con
Dios. Siguiendo la guía divina, sé lo
que se siente cuando se está espiritualmente vivo y al mando de la propia vida. Estoy abierto y receptivo a todas las
bendiciones que Dios ofrezca.
¡Buenos días!
El loro muerto
Para
vivir en una Patria noble y digna cada ciudadano debe aportar su conducta
honesta. A veces la falta de integridad
se quiere justificar diciendo que todos actúan así; o que es la única forma de
salir adelante. Es necesario vivir según los principios, aunque esto suponga ir
“contra corriente”. Es la única manera de levantar el nivel moral de nuestra
sociedad.
El loro llenaba en la corte tres empleos: anunciaba
la visita de los altos personajes, tenía el encargo de recrear a Su Excelencia
en sus momentos de ocio con cuentos amenos y de atajar a los solicitantes con
el grito consagrado: «¡No hay vacante!». Y como es justo, teniendo tres
empleos, cobraba tres sueldos, como quien dice nada. Murió, y pocas horas
después del triste acontecimiento, estaban conversando el chajá, la urraca y el
benteveo, ponderando a cual más las cualidades del finado: —¡Pobre señor loro!,
decía uno con aflicción. —¡Qué muerte tan repentina—, contestó otro
tristemente! —¡Es un gran vacío!, observó el tercero compungido. —¡Y una gran
vacante!, murmuró la urraca. Y el chajá se sonrió y también el benteveo, y los
tres, mirándose con ojos de candidato: —¡Qué vacante linda, che!, susurraron
los tres! (G. Daireaux).
Los
puestos públicos están para servir a la comunidad. Para ofrecer un buen
servicio se requiere sentido del deber, compromiso con los principios y querer
a la gente. El servicio de calidad debe ser permanente, con cada persona. El
público no existe: existen individuos concretos. La Patria necesita estos
servidores. Cada uno encienda su lucecita y las tinieblas comenzarán a
retirarse.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, Jesús dijo a los discípulos esta parábola: «El Reino de los
Cielos es semejante a un propietario que salió a primera hora de la mañana a
contratar obreros para su viña. Habiéndose ajustado con los obreros en un
denario al día, los envió a su viña. Salió luego hacia la hora tercia y al ver
a otros que estaban en la plaza parados, les dijo: ‘Id también vosotros a mi
viña, y os daré lo que sea justo’. Y ellos fueron. Volvió a salir a la hora
sexta y a la nona e hizo lo mismo. Todavía salió a eso de la hora undécima y,
al encontrar a otros que estaban allí, les dice: ‘¿Por qué estáis aquí todo el
día parados?’. Dícenle: ‘Es que nadie nos ha contratado’. Díceles: ‘Id también
vosotros a la viña’.
»Al
atardecer, dice el dueño de la viña a su administrador: ‘Llama a los obreros y
págales el jornal, empezando por los últimos hasta los primeros’. Vinieron,
pues, los de la hora undécima y cobraron un denario cada uno. Al venir los
primeros pensaron que cobrarían más, pero ellos también cobraron un denario
cada uno. Y al cobrarlo, murmuraban contra el propietario, diciendo: ‘Estos
últimos no han trabajado más que una hora, y les pagas como a nosotros, que
hemos aguantado el peso del día y el calor’. Pero él contestó a uno de ellos:
‘Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No te ajustaste conmigo en un denario?
Pues toma lo tuyo y vete. Por mi parte, quiero dar a este último lo mismo que a
ti. ¿Es que no puedo hacer con lo mío lo que quiero? ¿O va a ser tu ojo malo
porque yo soy bueno?’. Así, los últimos serán primeros y los primeros,
últimos». (Mt
20,1-16)
Comentario:
Hoy,
la Palabra de Dios nos invita a ver que la “lógica” divina va mucho más allá de
la lógica meramente humana. Mientras que los hombres calculamos («Pensaron que
cobrarían más»: Mt 20,10), Dios —que es Padre entrañable—, simplemente, ama
(«¿Va a ser tu ojo malo porque yo soy bueno?»: Mt 20,15). Y la medida del Amor
es no tener medida: «Amo porque amo, amo para amar» (San Bernardo).
Pero
esto no hace inútil la justicia: «Os daré lo que sea justo» (Mt 20,4). Dios no
es arbitrario y nos quiere tratar como hijos inteligentes: por esto es lógico
que haga “tratos” con nosotros. De hecho, en otros momentos, las enseñanzas de
Jesús dejan claro que a quien ha recibido más también se le exigirá más (recordemos
la parábola de los talentos). En fin, Dios es justo, pero la caridad no se
desentiende de la justicia; más bien la supera (cf. 1Cor 13,5).
Un
dicho popular afirma que «la justicia por la justicia es la peor de las
injusticias». Afortunadamente para nosotros, la justicia de Dios —repitámoslo,
desbordada por su Amor— supera nuestros esquemas. Si de mera y estricta
justicia se tratara, nosotros todavía estaríamos pendientes de redención. Es
más, no tendríamos ninguna esperanza de redención. En justicia estricta no
mereceríamos ninguna redención: simplemente, quedaríamos desposeídos de aquello
que se nos había regalado en el momento de la creación y que rechazamos en el
momento del pecado original. Examinémonos, por tanto, de cómo andamos de
juicios, comparaciones y cálculos cuando tratamos con los demás.
Además,
si de santidad hablamos, hemos de partir de la base de que todo es gracia. La
muestra más clara es el caso de Dimas, el buen ladrón. Incluso, la posibilidad
de merecer ante Dios es también una gracia (algo que se nos concede
gratuitamente). Dios es el amo, nuestro «propietario que salió a primera hora
de la mañana a contratar obreros para su viña» (Mt 20,1). La viña (es decir, la
vida, el cielo...) es de Él; a nosotros se nos invita, y no de cualquier
manera: es un honor poder trabajar ahí y podernos “ganar” el cielo.
Rev. D. Antoni CAROL i Hostench (Sant Cugat del
Vallès, Barcelona, España)
Santoral Católico:
San Felipe Benizi
Sacerdote
Nació
en una familia noble del barrio florentino de Oltrarno, hijo de Giacomo Benizi
y Albaverde Frescobaldi. Estudió filosofía y medicina en la Universidad de
París y la de Padua, donde se doctoró en 1253. En el 1254 ingresó como fraile
laico de la Orden de los Servitas en el convento de Monte Senario, donde tomó
después los votos. Se ordenó sacerdote en Siena en 1258.
Muy
pronto asumió diferentes cargos de responsabilidad en la orden, dirigiendo
algunos conventos. El 5 de junio de 1267 fue elegido prior general de los
servitas y reformó los estatutos, convirtiendo el instituto en orden
mendicante. Colaboró con Giuliana Falconieri en la fundación del Tercer Orden
Femenino de los Oblatos Servitas o Conservatorio de los Mantellate, del cual
nació la rama femenina de la orden, las Siervas de María. Bajo su dirección, la
orden se extendió por Italia y Francia.
En
1269, durante el cónclave de Viterbo que había de elegir el sucesor de Clemente
IV, su nombre circuló como probable papa: Felipe, considerándose indigno, huyó
y se refugió en una cueva (llamada hoy en día Grotta di San Filippo Benizi) en
Bagni San Filippo, en el Monte Amiata. En 1274 intervino en el Segundo Concilio
de Lión que, siguiendo las directrices del Concilio de Letrán IV, prohibía la
fundación de nuevas órdenes religiosas y suprimía las órdenes mendicantes que
aún no había aprobado la Santa Sede. En 1276 el papa Inocencio V, en una carta
dirigida a Felipe, declaró suprimida la orden. Felipe se dirigió a Roma, pero
antes de su llegada, Inocencio ya había muerto.1
La insistencia de Benizi hizo que, finalmente, el papa Juan XXI restableciera
la orden de los servitas.
Martín
IV le encargó de predicar en algunas ciudades italianas para acabar con los
conflictos entre güelfos y gibelinos. El jefe de una de las facciones de Forlì,
Pellegrino Laziosi, fue convertido por Benicio y entró en la orden servita,
convirtiéndose en un fraile modélico y canonizado.
Felipe
murió el 22 de agosto de 1285 en el convento servita de San Marco de Todi.2
Palabras del Papa Francisco
“Cuando nosotros cristianos decimos que compartimos un
solo Bautismo, afirmamos que todos nosotros –católicos, protestantes y
ortodoxos– compartimos la experiencia de estar llamados de las tinieblas
feroces y alienantes al encuentro con el Dios vivo, pleno de misericordia […] Que
Dios nos libre de los pecados de los celos y envidias, porque por ellos
entregaron y mataron a Jesús, y podemos llevar a un hermano a la muerte.
Tema del día:
Volver a sentir como niños
¿Se
acuerdan cuando uno era niño y todos los cuentos terminaban con finales
felices? ¿Cuando la Navidad era mágica porque el Niño Dios venía a premiarnos
por habernos portado bien? ¿O cuando el Ratón Pérez nos dejaba regalos por los
dientes de leche?
La
mayoría de nuestros padres nos enseñaban a rezarle a nuestro ángel de la guarda
para que nos protegiera y pudiéramos dormir plácidamente, y nosotros veíamos el
mundo con ojos y corazones puros.
¿En
qué momento cambiamos de ver el mundo con esos ojos de ilusión de la niñez? ¿En
qué momento dejamos de creer en la magia? Me imagino que muchos estarán
diciendo que sucede cuando a uno le “toca” madurar o “toca” asumir la realidad.
Hay
un punto en nuestras vidas cuando nuestros propios padres, esos mismos que nos
incentivaban y hasta nos enseñaron a volar con nuestra imaginación y nuestros
sueños, se encargan de “aterrizarnos”. Constantemente nos inculcan frases
célebres como “cuidado que de eso tan bueno no dan tanto”, “bájate de esa
nube”, “eso de felices para siempre solo pasa en los cuentos de hadas y en las
telenovelas”. Y así nos van estallando la maravillosa burbuja que se expande
infinitamente durante la niñez.
Como
adultos, son los que son considerados los dueños de la verdad. Se consideran
más inteligentes porque son “realistas” y con total vehemencia y autoridad
tildan a los que creemos en el amor eterno y en la felicidad de unos ilusos que
no tienen ni idea de lo que estamos hablando. Incluso, se quedan esperando con
ansias que nos estrellemos contra el mundo con el único propósito de confirmar
sus teorías de calamidad y poder decirnos un “se lo dije”.
No
estoy negando que el peso y la magnitud de responsabilidades no cambie drásticamente
con los años, lo que sí estoy planteando es que la manera como los afrontamos y
nuestra actitud frente a la vida debe permanecer igual. Debemos blindarnos de
caer en la tentación de perdernos en tanto realismo que se vuelve un pesimismo
lúgubre que no nos aterriza sino que nos ahoga.
Prepararse
para los golpes de la vida no nos hace más listos, solo nos impide gozarnos el
proceso. Dejar de ver la magia en las pequeñas cosas no nos hace más sabios,
nos hace más aburridos. Perder la fe en el amor no nos hace más precavidos, nos
hace más insípidos. Dejar de creer en lo que no podemos ver no nos hace más
inteligentes, nos hace estar menos inspirados.
Hoy
los reto a que volvamos a sentir esa magia del corazón de la niñez en cada cosa
que hagamos, y recordemos que la realidad no es lo que nos sucede sino la
manera como lo percibimos.
© Alexandra Pumarejo en EL TIEMPO
Nuevo vídeo
Hay
un nuevo vídeo subido al blog
de
"Pequeñas Semillitas" en
internet.
Para
verlo tienes que ir al final de esta página
Meditaciones
Qué
triste es saber que pierdes algo que quieres, y que quizás el hacer algo para
evitarlo no sirve de nada. Uno puede llegar a sentirse enfermo estando en esta
situación, lo único que se piensa es querer seguir luchando para no perder ese
algo que creemos nuestro, pero algo nos dice que no nos pertenece y hay que
dejar que sea libre, posiblemente es tan libre que puede vivir sin nosotros,
quizás no nos necesite, no somos parte de su vida ni de su ser. A veces es
mejor alejarse sin que se den cuenta en estas situaciones, dejar que se
oxigenen las cosas, y hacer de estas situaciones llenas de dudas y sin
descansos, algo más llevadero.
No
es nada fácil, alejarse y tomar la decisión de ser la persona madura, que no es
que le deja todo al tiempo y al destino, sino que una vez que te das cuenta que
algo se está perdiendo y aun haciendo un cambio en tu vida sigues sin ver
resultados positivos, lo mejor es reanimarse, olvidar que existimos en sus
vidas, tal vez existamos, pero necesitamos ver si es lo suficiente como ellos
existen para nosotros. Uno debe tomar decisiones por más dura que sea la carga…
“Uno
puede buscar varias veces y luchar por ellos, pero también debemos querernos y
no permitir caer en juegos absurdos, si los dejamos respirar, quizás sean ellos
quienes necesiten de nuestros oxígeno”…
Pedidos de oración
Pedimos
oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo
místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como
Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por
las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado
Corazón de María; por la conversión de
todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por
los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos
especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la
falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras
enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los
presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las
víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, la fidelidad
de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento;
por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas
Almas del Purgatorio.
Los cinco minutos de María
Agosto 23
“No
es vana alabanza la que se tributa a María con el título de Reina de los
Apóstoles, educadores de la Iglesia naciente. Del mismo modo que con su ayuda y
consejos de Madre asistió a los Apóstoles, así también debe afirmarse que
otorga su asistencia hasta el fin de los tiempos a todos los herederos de su
misión apostólica”, afirmó el Papa Emérito Benedicto XVI.
Si
eres apóstol de Cristo, por ser un cristiano comprometido, deja que ella te
oriente y te acompañe en tus desvelos apostólicos y de evangelización.
Virgen María, vuelve a nosotros tus divinos ojos,
llenos de amor y de serena luz.
* P. Alfonso Milagro
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el
más pequeñito de todos)
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